lunes, 30 de abril de 2012

GENESIS 1: Creación del Hombre



El ser humano fue la corona de la creación. Todo lo demás fue creado en preparación para ese momento.
(Génesis 1:26-27) Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. (27) Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.




A SU IMAGEN
La palabra “imagen” se traduce del hebreo: “Tzelem”, que en significa: fotocopia, en el hebreo moderno. Viene de la raíz “Tzel”, que significa: sombra. La palabra “semejanza”, en hebreo es “Demut”, que significa: molde, forma, semejante.

Fuimos moldeados para ser iguales a Dios…no como dioses, sino como Su Sombra, haciendo en la Tierra lo que Él hace en el Cielo. Dios quiere que seamos el reflejo de lo que Él es.

A diferencia del resto de las criaturas vivientes que sólo tienen cuerpo y alma, el ser humano tiene también “espíritu”. En esto también se asemeja a Dios. El hombre tiene libre voluntad o albedrío, que proviene del espíritu, en contraste con los animales que viven por instinto.

En el concepto de la relación Dios-hombre, hay una marcada diferencia entre el pensamiento griego y hebreo. La perspectiva hebrea contempla que el hombre fue creado a la imagen de Dios, mientras que los griegos hicieron a sus dioses a la imagen del hombre, plagados con las mismas pasiones y emociones humanas, pero con “súper-poderes”. El efecto de ambos pensamientos influye grandemente en la vida diaria. ¿Vamos a justificar nuestras pasiones, o estaremos apuntando a ser mejores, procurando ser la imagen de Dios aquí en la Tierra?


VARÓN Y HEMBRA “LO”CREÓ
Dios creó a Adán como un ser perfecto y completo.
(Génesis 1:27) Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Así es como han traducido al español este versículo, pero en realidad en el hebreo termina diciendo: “LO creó”. Dios formó del polvo de la Tierra a un ser humano completo, hombre y mujer en uno, tal como lo explica la tradición judía. Suena extraño, pero no debería sorprendernos porque luego vemos que la mujer fue sacada del costado de Adán, y fueron hombre y mujer.
(Génesis 2:21-23) Entonces el SEÑOR Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. (22) Y de la costilla que el SEÑOR Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre. (23) Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada.




Adán fue formado del polvo de la tierra. “Formar” del hebreo: “Yatsar” dar forma o moldear, como el alfarero al barro.
(Génesis 2:7) Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.



Pero Eva fue sacada del costado del hombre (2:22). Aquí, lo que se traduce como “formar” en hebreo es: “Baná” que literalmente significa: edificar o reconstruir.

Cuando Adán vio a Eva, reconoció en ella parte esencial de él, y al unirse con ella, vuelven a formar un solo ser perfecto y completo. Eva representa el complemento de Adán, no una competencia. Al casarse, el hombre y la mujer vuelven a ser uno.
(Génesis 2:24) Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.


Y VIO DIOS QUE ERA BUENO
Al estudiar el capítulo uno de Génesis, no podemos pasar por alto una frase que se repite varias veces: “Vio Dios que era bueno”. Cada día de la creación, Dios dijo que era bueno lo que había hecho. Sólo hay un día en que quedó en silencio: el segundo día, cuando separó las aguas de las aguas. Pero hay otro día que también sobresale: el sexto día dijo que “muy bueno”.
(Génesis 1:31) Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día.

Ese fue el día en que Dios creó al hombre.
Sabiendo esto, debe sorprendernos cuando Dios dice en el capítulo dos: “no es bueno…”, pues contrasta con lo había dicho con anterioridad.
(Génesis 2:18) Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

Esto lo dijo en el contexto de la tarea que Dios le dio a Adán para nombrar a los animales. Todos tenían compañía, pero no Adán. Dios no se había equivocado, porque había hecho a Adán perfecto. Sin embargo, no era bueno que estuviera solo.

Hay un paralelo de esta historia con la relación entre Dios y el hombre. Dios es perfecto, y no necesita de nadie. Aun así, creó al ser humano para hacerle compañía, y nos creó a su imagen y semejanza. La historia completa de la Biblia apunta a ese día en que el hombre y Dios se unirán, cuando vengan las Bodas del Cordero y descienda la Nueva Jerusalén. Seremos uno con Él.


AYUDA IDÓNEA
Dios había dicho que “no era bueno que el hombre esté solo”.
De inmediato Él presentó la solución: “le haré ayuda idónea”.

¿Qué es “ayuda idónea”? Tal vez podríamos pensar que es alguien que ayude y colabore a alcanzar nuestras metas. En cierta forma sí, pero no necesariamente como lo imaginamos.

La palabra en hebreo es: “Ezer Neged
Ezer significa: socorro, ayuda
Neged significa: contraparte, enfrente, en contra o delante de.

Las dos palabras parecerían opuestas, pero juntas forman un concepto de “diseño divino”. La “ayuda idónea” no es aquella que hace todo lo que el varón quiere, sino quien le ayuda a ser quien debe ser. Si él esta en el camino derecho, se para a su lado, pero si se desvía, se para enfrente, en contra, como una cuña, para enderezarle.


PRIMERA BENDICIÓN
¿Alguna vez se han preguntado cuáles fueron las primeras palabras que Dios habló al hombre? Seguramente eran de gran importancia.

En el primer capítulo de Génesis encontramos escritas esas primeras palabras:
(Génesis 1:27-28) Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (28) Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.

Las primeras palabras de Dios fueron una bendición.
La bendición fue darles la capacidad de ser fructíferos. Esto no sólo se refiere a la “procreación y multiplicación de la raza humana”, sino a la bendición de ser productivos en todo.

Bíblicamente, el trabajo no es una “maldición”, sino una BENDICIÓN. La maldición, consecuencia del pecado, (cap. 3) no es el trabajo en sí, sino la labor con esfuerzo que cuesta que produzca fruto (trabajo improductivo).

Es una bendición cuando trabajamos y producimos fruto. Para eso fuimos creados. Por ello, uno de los problemas sociales más fuertes y dolorosos es el desempleo. Pero cuando un hombre trabaja y es productivo, se siente realizado, porque está cumpliendo su misión en la Tierra.

Además de la bendición del trabajo, Dios puso al hombre a cargo de toda la Tierra. Dios nos dio la capacidad de utilizar todos los recursos del planeta. Pero no debemos olvidar que todo lo que existe es de Dios, y el hombre es simplemente el mayordomo del mundo, y daremos cuentas de lo que hagamos.





Luego de explicarle al hombre su misión en la Tierra, le instruyó con respecto a su dieta:
(Génesis 1:29) Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento. (30) Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde para alimento. Y fue así.

Sí, la dieta original era vegetariana. No fue sino hasta después del Diluvio que Dios le permitió al hombre comer carne.
(Génesis 9:1-7) Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra. (2) Y el temor y el terror de vosotros estarán sobre todos los animales de la tierra, y sobre todas las aves del cielo, y en todo lo que se arrastra sobre el suelo, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. (3) Todo lo que se mueve y tiene vida os será para alimento: todo os lo doy como os di la hierba verde. (4) Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comeréis. (5) Y ciertamente pediré cuenta de la sangre de vuestras vidas; de todo animal la demandaré. Y de todo hombre, del hermano de todo hombre demandaré la vida del hombre. (6) El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo El al hombre. (7) En cuanto a vosotros, sed fecundos y multiplicaos; poblad en abundancia la tierra y multiplicaos en ella.

Después del Diluvio, Dios volvió a bendecir a la humanidad de la misma forma que lo hizo con Adán. Se les dijo que debían ser productivos y ser los guardianes de la Tierra. La única diferencia fue el cambio de dieta: se les autorizó comer carne, pero sin sangre.



viernes, 27 de abril de 2012

GENESIS 1: La Creación





La palabra “Génesis” significa: origen, inicio.
En hebreo, el libro de Génesis se conoce como “Bereshit”, que literalmente significa: “En el principio”.  El título viene de las primeras palabras del libro.
(Génesis 1:1)  En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

El tema general del libro es: el origen de la humanidad, al igual que el origen del pueblo de Dios, Israel.

No es casualidad que la Biblia comience así.  No sólo se trata de comenzar “por el principio”, sino porque es necesario saber de dónde venimos, pues esto nos da identidad.  
Si sabemos de dónde venimos…sabremos quiénes somos. 
Si sabemos quiénes somos…sabremos hacia dónde vamos.


LA CREACIÓN
La Biblia claramente nos dice que la existencia del hombre y de todo lo que hay en la Tierra, y en el universo, no es producto de un accidente ni es una casualidad.  Fuimos creados por Dios, y fuimos hechos con un propósito. 

El primer capítulo de Génesis describe cuál fue el proceso de la creación:

Día 1:             la Luz (1:1-5) 
Día 2:             Separó las aguas de las aguas (1:6-8)  
Día 3:             Tierra Seca y Vegetación (1:9-13)
Día 4:             las Lumbreras (1:14-19)  
Día 5:             Animales: peces y aves (1:20-23)
Día 6:             el Ser Humano (1:24-31)


LA LUZ
Lo primero que Dios hizo en la Tierra fue traer luz, ya que ésta estaba desordenada, vacía y en tinieblas.
 (Gen. 1:3-4)  Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.  (4)  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.



Esta luz (heb. Ohr) no era la del sol ni la luna, ya que éstos fueron creados en el 4° día.  Entonces, ¿cuál era esa “LUZ”?  Juan lo señala claramente:
(Juan 1:1-5)  En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.  Este era en el principio con Dios.  Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.  En él estaba la VIDA, y la vida era la LUZ de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella

Sabemos que el “VERBO” es Jesús (heb. Yeshua).  Él ha estado desde el principio, y participó en la creación, porque Él es Dios.  La vida salió de Jesús, y esa vida trae luz que brilla aún más que las lumbreras.  Es la “luz de la vida”.
(Juan 8:12)  Otra vez Jesús les habló, diciendo:  Yo soy la LUZ del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. 

(Col. 1:15-18) Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.  Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.

(2 Cor. 4:6)  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la LUZ, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 
 (Heb. 1:1-2)

Esta misma luz será la que va a iluminar la Nueva Jerusalén, en el mundo nuevo, tal como está escrito al final de Apocalipsis.
(Apoc. 22:3-5)  Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán.  (4)  Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.  (5)  Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

La luz del primer día es la Luz espiritual que da vida espiritual, y nos separa de la oscuridad y el mal.


LOS TIEMPOS DESDE EL PRINCIPIO
La Biblia señala desde el principio que Dios hizo las lumbreras, no sólo para alumbrar, sino también para marcar los tiempos. 
(Génesis 1:14-15)  Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años;  (15)  y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

Las lumbreras no sólo nos ayudan a diferenciar entre día y noche, y entre las estaciones (primavera, verano, otoño, invierno), sino que también marcan los tiempos del calendario bíblico. 

La palabra se traduce como “estaciones” en el versículo anterior (1:14), en hebreo es la palabra “Moedim”, que literalmente significa: citas o tiempos establecidos.  Es la misma palabra que se utiliza en Levítico 23 en referencia a las fiestas bíblicas. 

El mes bíblico es determinado por la luna, y da inicio el momento preciso en que se hace visible una uñita de luna, luego de estar “escondida” por unos días.  Esto es lo que se conoce en hebreo como “Rosh Jodesh”, lit. cabeza del mes.   Esto sucede cada 29 ó 30 días, dependiendo del movimiento de la luna.  Si queremos estar conectados con los tiempos de Dios, debemos estar pendientes de la luna para ver cuando comienza el mes bíblico.  Ya sabiendo cuando se marca el inicio del mes, sabremos cuándo caen las fiestas bíblicas, que se calculan según el calendario bíblico, y no el romano.

Otro dato importante que aprendemos de los tiempos de Dios en Génesis uno es el inicio del día bíblico.  Hoy en día estamos acostumbrados a que el día comienza a las 12 am, es decir, a media noche.  Pero el día bíblico comienza al atardecer (aprox. a las 6 pm).  Así es como Dios lo marcó desde el inicio.
(Génesis 1:5)  Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue la tarde y fue la mañana: un día.

Lo mismo se señala en los demás días: Génesis 1:8, 13, 19, 23, 31.

El día bíblico comienza por la tarde (es decir, la noche, cuando está oscuro), y le sigue la mañana (el día, cuando hay luz).


miércoles, 25 de abril de 2012

GENESIS: Introducción





El libro de Génesis es la historia de la humanidad, desde su origen.  Nos enseña de dónde venimos…y no es del mono.  Fuimos creados por Dios, hechos a Su imagen.  Fuimos creados con un propósito.

El tema del libro de Génesis se puede resumir en el siguiente versículo:
(Gen. 5:1)  Este es el LIBRO DE LAS GENERACIONES de Adán.  El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

¿Por qué es tan importante saber de dónde venimos?  Porque este conocimiento nos da identidad.  Si sabemos de dónde venimos, sabremos quiénes somos y hacia dónde vamos. 

DOS SECCIONES
El Libro de Génesis se divide en dos secciones generales:

I.  SECCION UNIVERSAL (Gen. 1 a 11) —Creación de la humanidad
 Esta sección habla sobre el origen de la humanidad en general, sin señalar a un pueblo en particular.  Se hace una mención especial de Noé porque a través de él la humanidad sería conservada del Diluvio.  Las 70 NACIONES que surgen de sus tres hijos representan a TODA la humanidad. 

II.  SECCION PARTICULAR (Gen. 12 a 50) La elección de los Patriarcas
Esta sección se enfoca en la formación de una nación especial: el pueblo de Israel. Abraham fue el hombre elegido por Dios para convertirse en el Patriarca de esta nación especial.  El resto del libro de Génesis trata acerca de sus descendientes y de quiénes serán elegidos (Isaac y Jacob), y quienes serán rechazados (Ismael y Esaú).  El libro de Génesis concluye cuando TODOS los doce hijos de Jacob son elegidos para formar parte de esta nación.   


MARCO SEGÚN LAS “GENERACIONES”
Las genealogías “o generaciones” (en hebreo, Toladot) establecen el marco del libro de Génesis:



Cada uno de los temas generales del libro de Génesis se inicia con la presentación de una genealogía (heb. toladot), introducida por la frase: “Estas son las generaciones de...” (ayle toldot...).  

Aunque parezca sorprendente, aun la historia del Jardín del Edén (caps. 2 y 3) es introducida por una “genealogía” (toladot): 
(Gen. 2:4)   Estos son los orígenes (toladot) de los cielos y la tierra cuando fueron creados...

Esencialmente, las Genealogías constituyen las columnas que sostienen y conectan el trama de la narración de Génesis, de principio a fin.

 “Genealogía o Generación” es la traducción de la palabra hebrea “Toladot”, que se deriva de la palabra “vlad”, que significa “niño”.

Ayleh toldot” (“estas son las generaciones”) podría ser traducido como: “estos son los hijos de...”

Algunas de las genealogías en Génesis son muy cortas, y simplemente informan que tal persona vivió, se casó, tuvo hijos y murió.  Sin embargo, otras son muy detalladas.


La VAV faltante
La primera vez que aparece la palabra hebrea “Toladot” (esp. Generaciones) en la Biblia es en Génesis 2:4.  En el hebreo original, la palabra está escrita con dos letras “VAV” (transliterado:  T-I-L-D-I-T).  Lo curioso es que, luego de la caída del hombre, cada vez que aparece escrita esta palabra en la Biblia, le hace falta una “vav”.   
Pero esta “vav faltante” vuelve a reaparecer en otro libro de la Biblia… en Rut 4:18, cuando se describe el linaje del Rey David. 
(Rut 4:18)  Estas son las generaciones (T-I-L-D-I-T ) de FaresFares engendró a Hezrón, Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David

No es casualidad, pues del linaje de David iba a venir el Mesías, quien va a restaurar y redimir a la humanidad, y hará volver a la tierra a su estado original. 


En el estudio de Génesis vamos a descubrir muchos tesoros escondidos…


sábado, 21 de abril de 2012

Introducción: LA TORÁ




Hoy vamos a iniciar un nuevo estudio, y comenzaremos por el principio:  Génesis.   El libro de Génesis forma parte de la Torá o Pentateuco

Pero antes de entrar al estudio de Génesis, comenzaremos con la introducción de lo que es la Torá, ya que no muchas personas reconocen esta palabra, pues nos hemos alejado de las raíces hebreas de la Biblia.  Pero es hora que regresemos a los orígenes y estudiemos esta parte tan fundamental de la Palabra de Dios que ha sido tan descuidada por tanto tiempo en el mundo cristiano.  La Torá no es sólo para los “judíos”, sino para todo aquel que crea en el Dios de Israel, YHVH. 

La Torá es lo que muchos conocen por el nombre de “Pentateuco”.   Esta es la base de la Biblia, y está conformada por cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.   En hebreo, los nombres de estos libros se obtuvieron de las primeras palabras de cada libro:

Génesis (heb. Bereshit ) lit. “en el principio
Éxodo (heb. Shemot ) lit. “estos son los nombres”
Levítico (heb. Vayikra ) lit. “llamó”
Números (heb. Bamidbar ) lit. “en el desierto
Deuteronomio (heb. Devarim lit. “estas son las palabras”


SIGNIFICADO DE “TORA”
Como ya mencionamos, la Torá son los primeros cinco libros de la Biblia, tal como Dios se los dictó a Moisés.  Muchos describen la Torá como “ley”, pero es más que eso.  La palabra TORA viene de la raíz hebrea: “Yará”, que tiene varios significados:

a.  “enseñar, señalar, establecer un fundamento
La Torá es la enseñanza, la instrucción y dirección que Dios dio a Su Pueblo, no sólo a los israelitas de antaño, sino para todas las generaciones.
(Romanos 15:4)  Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

La Torá es el Manual de Instrucciones que el Creador nos dió para enseñarnos a cómo vivir mejor, de acuerdo a Su orden establecido. 
(Salmo 119:73)  Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.

Más que un código legal, la Torá es una guía moral que nos comunica el corazón mismo de Dios, la expresión misma de la mente de Dios.  No sólo habla de Su justicia (Ley), sino también de su misericordia (Gracia).


b.  “lluvia, agua que da vida”
La “Torá” viene de la raíz hebrea “Yará”, que también puede traducirse como “lluvia”.
(Isaías 55:10-11)  Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá vacía, sino que hará lo que quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.   (otra ref. 1 Reyes 8:35-43)

La Torá es Palabra de Dios que nos alimenta y nos da vida. 


c.  “dar en el blanco”
La Torá nos da dirección, para dar en el blanco y no salirnos del Buen Camino.
(II Samuel 22:31-33)  En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová.  Escudo es a todos los que en él esperan.  Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová?  ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?  Dios es el que me ciñe de fuerza, y quien despeja mi camino.  [ref. Salm. 18:32]

(Proverbios 3:5-8)  Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.  Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.  No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos

Por el contrario, la palabra “pecar” significa “salirse del blanco”; es apartarse del camino establecido por Dios.
(Proverbios 14:12) Hay camino que al hombre parece derecho; pero su fin es caminos de muerte.

¿Vino Jesús a terminar con la Torá y el Antiguo Testamento?
(Mateo 5:1719)  No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.  Porque de cierto os digo que hasta que pasen le cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.  De manera que cualquiera que quebrantare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos.

La Torá es ETERNA.  No desapareció con la muerte de Jesús.   Él es la Torá hecha carne.  Dios no cambió de opinión, pues Él no se equivoca.   
(Isaías 40:8)  Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece PARA SIEMPRE.

La palabra “Torá” aparece 219 veces en el texto hebreo del Antiguo Testamento.  En el Nuevo Testamento, aparece 197 veces como “ley” (en griego, “Nomos”, que es la Palabra escrita).   

¿Qué importancia tiene la Torá para nosotros?   David nos habla del efecto que la Torá tiene en aquellos que la leen y la guardan.  
(Salmo 19:7-8,10)
La LEY [Torá] de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 
Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. ...
deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
y dulces más que miel, y que la que destila del panal.



Estudiemos, entonces, la Torá, comenzando por Génesis...

sábado, 17 de septiembre de 2011

Oración por las autoridades (J. Goll)

Les comparto este mensaje sobre la importancia de orar por las autoridades.  El mensaje es de un ministro llamado James Goll, que es norteamericano, pero los prinicipios aplican a cualquier nación.


James W. Goll:
Orando por las autoridades

... Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:1-4).

Las oraciones por las personas en posiciones de autoridad son una gran prioridad en el corazón de Dios. Podríamos incluso decir que 1ª Timoteo 2:1-4 es una admonición apostólica para la oración. Así es, importan las oraciones que los cristianos oran por aquellos que tienen autoridad, son esenciales para el avance el Reino. No podemos permitirnos dejar que solamente sean otros los que lo hagan. Las oraciones por los líderes deben ser uno de los aspectos de nuestra vida de intercesores. Muchas otras Escrituras nos ayudan a entender cómo orar por personas en posiciones de autoridad. Veamos algunas de ellas:

Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. 1 Pedro 2:17

Hijo mío, teme al Señor y honra al rey, y no te juntes con los rebeldes, porque de los dos recibirás un castigo repentino ¡y quién sabe qué calamidades puedan venir! Proverbios 24:21-22

Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime. Proverbios 29:2

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13:1-7

¿POR QUÉ DEBEMOS ORAR?
¿Por qué debemos orar por aquellos que están en autoridad? Yo veo dos razones para ello en 1ª Timoteo 2:1-4: (1) "para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna" y (2) para que Dios pueda traer a Sí Mismo a las personas en autoridad (así como a las personas bajo esta autoridad) ("Él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad").

Una vez oí al fallecido maestro internacional de la Palabra, Derek Prince, ampliar este concepto expresando que no importa qué planes, sistemas o programas concibamos. Si ignoramos la oración, no tendremos poder para llevarlos a cabo. Comparó las intenciones carentes de oración a un edificio con instalaciones eléctricas, pero si no está conectado a la fuente de energía, nada funcionará, por mucho que el alambrado esté en buenas condiciones y las lámparas sean bonitas.

Nuestra fuente de poder es la oración, y la Biblia nos manda a orar por "reyes y todos los gobernantes" para que gobiernen bien y dirijan con sabiduría. ¿Por qué? Para que (1) tengamos paz y orden, (2) para propagar el Evangelio y (3) porque Dios desea que todos sean salvos.

¿POR QUIÉN DEBEMOS ORAR?
No se limite en pensar solamente en gobernantes cuando habla de orar por las personas con autoridad. Por supuesto que desde una perspectiva del gobierno de los Estados Unidos, deberíamos orar por los dieciséis individuos que toman la mayoría de las decisiones gubernamentales fundamentales en este país: el Presidente, los nueve jueces del Tribunal Supremo, los dos senadores de su estado, el representante del congreso de su distrito, el gobernador de su estado, el senador de su estado, su representante del estado y para los demás que trabajan en todos los niveles de gobierno. Cada uno de nosotros tenemos la obligación de orar regularmente por estos hombres y mujeres, por nombre.

Pero podemos aplicar estos mismos principios a nuestras oraciones por líderes espirituales a todo nivel: desde el pastor de la iglesia local y los obreros de la iglesia, a los líderes regionales y nacionales y por toda persona que supervise algún aspecto de la vida espiritual de la Iglesia. También podemos orar por los líderes empresariales, los "ancianos" quienes "se sientan en la entrada" de su ciudad, aquellas personas que impulsan el comercio donde usted reside.

Así era en las antiguas ciudades del Medio Oriente. Las ciudades tenían más de una puerta de entrada, y éstas estaban conectadas por anchos muros (que podríamos comparar con los "muros de salvación"). Un mínimo de tres autoridades quedaban representadas o contenidas en las puertas de la ciudad: comercial, judicial y profética. En las puertas se llevaban a cabo las transacciones de intercambio de inmuebles, se traspasaban los títulos de propiedad y se recogían firmas. Ahí mismo se celebraban los juicios y audiencias judiciales, y ahí también se anunciaban los veredictos. Además, los sacerdotes en la puerta recibían en aquel lugar palabras proféticas, la palabra del Señor (ver Proverbios 1:21; Jeremías 17:19-20; 26:10, 13). Así que ahí en la puerta sea donde se podría encontrar la operación del comercio, del sistema judicial y la dinámica espiritual.

Cuando oramos por "las autoridades" estamos seleccionando, por nombre, si fuera posible, a personas que dirigen ciertos sectores y tareas. Tengamos en cuenta que las esferas de autoridad son distintas las unas de las otras. Si usted ora por la integridad de unas elecciones, su oración se centrará tanto en los que trabajan con las urnas como en los candidatos. Pero estas oraciones tendrán poco que ver con la política de sus escuelas locales, que quedan determinadas por la dirección de cada escuela. Si desea orar por sus escuelas locales, ore por las autoridades que gobiernan sobre el sistema educativo.
Manténgase dentro de los "campos" correctos y ore con el nivel de fe que Dios le haya concedido (ver Romanos  12:3) para poder obtener una mayor cosecha en la oración. Además, nuestra participación en el proceso electoral es ciertamente un importante elemento añadido a nuestras oraciones. El hecho de votar puede considerarse como nuestras "obras" que deben concordar con nuestra fe. El libro de Santiago nos dice que la fe sin obras está muerta.

Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Santiago 2:17

La oración es vital, pero no podemos limitarnos solamente a orar.


¿QUÉ DEBEMOS ORAR?
 Aprendemos de muchas Escrituras que Dios exalta a los gobernantes y a las personas en autoridad si ejercitan su autoridad con justicia. Esto se expresa mejor en Proverbios: "La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones" (Proverbios 14:34), y "El rey que juzga con verdad a los pobres afianzará su trono para siempre" (Proverbios 29:14). Así que una de las primeras oraciones que debemos orar por las figuras de autoridad es que se conviertan en justos y expresen rectitud, sabiduría y justicia en todo lo que hagan. Oro por las personas con autoridad (por nombre) para que tengan el corazón de Dios.

Muchas veces uso pasajes bíblicos como base de mis oraciones, como por ejemplo: "Señor, haz el corazón del Presidente como canales de agua en Tu mano. Dirígelo dónde Te plazca" (basado en Proverbios 21:1)".

Señor, ayuda a ____ para que juzgue al pobre con verdad, integridad y compasión (basado sobre Proverbios 29:14, Salmo 25:21, y 2ª Corintios 1:3-4). "Padre, haz que sea posible que ____ se humille y se torne hacia Ti, haciéndose recto por el bien de [su ámbito de autoridad]" (según 2ª de Crónicas 7:14). Los siguientes puntos le proporcionarán un entendimiento básico para saber cómo orar.

Proverbios 28:2 Cuando hay rebelión en el país, los caudillos se multiplican; cuando el gobernante es entendido, se mantiene el orden.

Véase además Isaías 11:1-3. (Ore para que los líderes tengan conocimiento y entendimiento, lo cual supone más que mera información, ya que incluye un entendimiento de la historia, las funciones y las culturas, así como de la voluntad de Dios.)

2ª Reyes 19:27-28 "... Porque has rugido contra mí y tu insolencia ha llegado a mis oídos, te pondré una argolla en la nariz y un freno en la boca, y por el mismo camino por donde viniste te haré regresar" (Ore para que Dios trate con los tiranos por el bien de Su pueblo, y que Él limite a líderes así con barreras y fronteras.)

Miqueas 6:8 "¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios". (Ore para que los líderes gobiernen con honradez, humildad y misericordia.)


ORACIONES EFICACES POR LAS PERSONAS CON AUTORIDAD
Aunque cada uno de nosotros tengamos cometidos especiales de oración, todos hemos sido llamados a orar por las personas en autoridad (repasemos 1ª Timoteo 2:1-4). ¡Así es el corazón de Dios! ¡Es la Palabra de Dios! ¡Es la orden de Dios! Por lo tanto, ¿por qué no nos detenemos para captar el corazón de Dios orando por los líderes y los asuntos que les conciernen?

Padre, según Tu Palabra tomamos una pausa y oramos por los reyes y personas en autoridad. Te presentamos al que es actualmente el Presidente de los Estados Unidos y oramos que levantes consejeros piadosos en su vida, y que las voces de los consejeros que estén basadas en cuadros que no son bíblicos queden en silencio. Te pedimos que le proporciones sabiduría como la de Salomón, así como pureza, protección y seguridad. Desencadenamos el conocimiento de la voluntad de Dios con todo entendimiento y sabiduría espiritual. También oramos por nuestros gobernadores y nuestros representantes en el congreso nacional y del estado.

Oramos por las personas con autoridad en el sistema judicial, sobre todo los nueve jueces del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Les bendecimos en el nombre del Señor de los Ejércitos. Oramos que todos los que tienen autoridad descubran y reconozcan su incapacidad personal para desempeñar su función y que Tú les concedas una revelación de la dependencia de Dios. Oramos que Tú des vuelta atrás a las tendencias de socialismo y humanismo en esta nación, y todas las tendencias que deifican al hombre en lugar de Dios. Señor al entrar esta nación y otras naciones en tiempos difíciles, llamamos a aquellos que realmente han sido escogidos por Ti. Deja que ellos lleguen a la cima con gracia, subiendo como la nata. Desencadena gracia a mujeres y hombres justos y a los humildes, a los que son sabios y que tienen actividades revelatorias en sus vidas—colócalos en lugares de influencia, impacto y autoridad.

Oramos para que se desencadenen las prioridades, y por la revelación del honor de ser funcionario público. Oramos por una dependencia de la Palabra de Dios, la voluntad de Dios y los caminos de Dios como fuente de fortaleza diaria y de sabiduría y valor. Oramos para que haya restauración de dignidad y honor, fidelidad y justicia en la tierra. Oramos por nuestros líderes espirituales. Por nuestros pastores, nuestros apóstoles, nuestros profetas, nuestros evangelistas y nuestros maestros. Oramos bendiciones y protección sobre ellos. Oramos por pureza, por la calidad de vida de sus familias. Bendecimos a las personas en autoridad este día y declaramos que es bueno y aceptable a la vista de Dios nuestro Salvador quien desea que todos los hombres y mujeres sean salvos y alcancen el conocimiento de la verdad.

Te damos gracias en el maravilloso nombre de Yeshúa. Amén.

Bendiciones a cada uno de ustedes.

James W. Goll
Encounters Network • PrayerStorm • Compassion Acts

lunes, 29 de agosto de 2011

Pausa por Ayuno: estudio de Nehemías



Tendremos una pausa en el estudio de Samuel, durante varias semanas, pues estaré dedicada al estudio del libro de NEHEMIAS, en el contexto de un ayuno. 

Están cordialmente invitados a unirse, si así lo desean. 
El estudio se estará publicando a diario en el blog: CITA DIVINA [ www.citadivina.blogspot.com ]

Reanudaremos el estudio de Samuel en 40 días. 

sábado, 6 de agosto de 2011

I SAMUEL 17: Guerra entre Campeones


EL ENEMIGO LOS PROVOCA
Pasaron varios años desde la derrota de los filisteos.  Pero éstos recuperaron el valor, y volvieron a provocar a Israel a pelear, invadiendo su territorio.  Los filisteos habitaban en la costa, pero comenzaron a subir hacia las montañas, donde vivían los israelitas.
(I Sam. 17:1) Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, y se concentraron en Soco, que pertenece a Judá; y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. 

Ante tal amenaza, Israel se puso a la defensiva.
(I Sam. 17:2-3)  Y Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla para enfrentarse a los filisteos. (3)  Los filisteos estaban a un lado del monte, e Israel estaba al otro lado del monte, y entre ellos, el valle. 

El ejército israelita y el filisteo estaban frente a frente; lo único que los separaba era un valle.  Sin embargo, los filisteos no atacaron, ya que tenían otro plan que no requeriría el derramamiento de tanta sangre.  La propuesta de los filisteos era que sólo dos hombres pelearan, en lugar de los ejércitos.  Esa “lucha libre” definiría cuál de los dos pueblos se llevaría la victoria, lo cual implicaba que el perdedor se convertiría en siervo del ganador.

El problema de tal propuesta es que los filisteos contaban con un gigante, que sería su paladín. 
(I Sam. 17:4-7)  Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.  (5)  Tenía un yelmo de bronce sobre la cabeza y llevaba una cota de malla, y el peso de la cota era de cinco mil siclos de bronce.  (6)  Tenía también grebas de bronce en las piernas y una jabalina de bronce colgada entre los hombros.  (7)  El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él. 

Goliat era un gigante que medía más de tres metros.  No sólo lo distinguía su estatura, sino también su armadura, la cual parecía impenetrable.  A ojos de todos, parecía invencible. 


LUCHA ENTRE “CAMPEONES”
La traducción en español describe a Goliat como “campeón”, pero en hebreo literalmente dice: “hombre entre dos pueblos”.  Es la expresión que se usaba para referirse a la persona designada a pelear un duelo en nombre de una nación.  El hombre que ganara el duelo determinaría qué nación saldría vencedora. 
(I Samuel 17:8-10)  Y Goliat se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un hombre y que venga contra mí.  (9)  Si es capaz de pelear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato, entonces seréis nuestros siervos y nos serviréis.  (10)  De nuevo el filisteo dijo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano. 

Goliat era el designado de los filisteos.  Pero, ¿quién sería el “campeón” de Israel?  Lo lógico hubiera sido Saúl, quien era el hombre más alto de todo Israel.  Pero él era el rey, y no podían perderlo.  Además, tenía miedo. 

¿Quién iría en su lugar?  Nadie se atrevía.  La estrategia de los filisteos estaba funcionando, ya que tenía a todo el ejército de Israel atemorizado.
(I Samuel 17:11)  Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor. 

Cuando se tiene miedo, uno no puede pensar bien, y las decisiones se toman por emoción, no por razón.  El miedo lo lleva a uno a paralizarse y lo inhabilita a actuar. 

Esto también puede sucedernos el día de hoy. Si nos dejamos invadir por el miedo ante las circunstancias negativas, no podremos encontrar la salida al problema.  El miedo ciega y paraliza, mientras que la fe nos ayuda a ver la situación con ojos espirituales y así encontrar la solución.

Viendo el miedo de los israelitas, Goliat se burló de ellos.  Todo el ejército de Israel temblaba, excepto un joven…David.

DAVID
La Biblia ya había presentado a David como el ungido para ser el próximo rey de Israel.  Pero ese acto de unción fue sólo profético en ese momento, ya que David siguió su vida en una forma normal.  Él seguía siendo pastor de las ovejas de su padre.  Lo más cerca que había llegado al palacio era como siervo del rey, como músico.  Por lo demás, la vida seguía igual. 
(I Sam. 17:12-15)  David era hijo del efrateo de Belén de Judá, llamado Isaí, y éste tenía ocho hijos. Isaí en los días de Saúl era ya viejo, avanzado en años entre los hombres.  (13)  Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido con Saúl a la guerra. Los nombres de los tres hijos que fueron a la guerra eran: Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Sama, el tercero.  (14)  David era el menor. Los tres mayores siguieron, pues, a Saúl,  (15)  pero David iba y venía de donde estaba Saúl a Belén para apacentar el rebaño de su padre. 

Pero la vida de David estaba a punto de cambiar.  En una de sus idas y venidas, David presenció algo que no lo dejó tranquilo.
(I Sam. 17:16-21)  Durante cuarenta días el filisteo vino mañana y tarde, presentándose en desafío.  (17)  Y dijo Isaí a su hijo David: Lleva ahora a tus hermanos un efa de grano tostado y estos diez panes, y corre al campamento a donde están tus hermanos.  (18)  Lleva también estos diez quesos al comandante de los mil, y mira a ver cómo están tus hermanos y trae noticias de ellos.  (19)  Pues Saúl y ellos y todos los hombres de Israel están en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.  (20)  Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra.  (21)  E Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército. 

Cualquiera hubiera dicho que llegó en el momento menos adecuado, cuando una guerra estaba a punto de estallar.  Pero esto, en lugar de asustar a David, lo impulsó a la acción. 
(I Sam. 17:22)  Entonces David dejó su carga al cuidado del que guardaba el bagaje y corrió a la línea de combate y entró a saludar a sus hermanos.  (23)  Mientras hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David las oyó. 

David se indignó al oír el desafío de Goliat.  Pero lo que más le extrañó es que nadie hiciera nada. 
(I Sam. 17:24-26)  Cuando todos los hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él, y tenían gran temor.  (25)  Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El rey colmará con grandes riquezas al que lo mate, le dará su hija y hará libre en Israel a la casa de su padre.  (26) Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán por el hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente? 

Todos los soldados de Israel tenían miedo…sólo David sintió indignación.  Los demás tenían miedo porque estaban pensando en salvar su propio pellejo, pero David estaba indignado porque el enemigo se estaba burlando del Dios de Israel. 

De la boca de todos los israelitas salían confesiones de miedo y zozobra.  Las confesiones negativas nos llevan al miedo y la desesperanza.  Por el contrario, David vio más allá de las circunstancias, y habló la verdad espiritual, lo cual hizo que su fe se incrementara.

LA ARMADURA DE DIOS
Ya mencionamos que el miedo paraliza…pero también nos desarma.  Aunque uno tenga armas, el miedo nos lleva a botarlas.  Por eso, Israel no podía pelear contra el enemigo, pues estaban aterrados. 

David sabía que el enemigo estaba bien armado, mejor que ninguno en Israel; pero él también sabía que hay armas mejores que las hechas por el hombre. 

Esto mismo nos enseña Pablo.
(Efesios 6:11-13) Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo;  (12)  porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas.  (13)  Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 

¿Cuáles son estas armas espirituales?
(Efesios 6:14-17)  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la coraza de justicia;  (15)  y calzados vuestros pies con el apresto del evangelio de paz.  (16)  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno;  (17)  y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

En resumen, éstas son: la verdad, la justicia, la paz, la fe, la salvación y la Palabra de Dios (tanto la escrita como la revelada).  [La armadura de Dios merece un estudio entero dedicado al tema, pero será en otra ocasión…]

A David trataron de darle armas humanas, las cuales probaron ser ineficaces.   De la misma manera, si tratamos de vencer a los enemigos espirituales con armas naturales, nos daremos cuenta que no sirven de nada, o peor aún, tal vez se vuelvan obstáculos.
(I Sam. 17:38-40)  Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura.  (39)  David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas. David se las quitó,  (40)  y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo. 

Podemos pelear con nuestras propias fuerzas, o podemos pelear con armas espirituales.  ¡No es difícil saber cuál es la mejor opción!  David simplemente tomó lo que Dios le puso enfrente: su cayado, piedras del río y su honda.  Esas armas eran insignificantes en comparación a las que tenía el enemigo, pero eso no lo desanimó, pues David sabía que Dios estaba con él. 

No hay problema más grande que Dios.  Si el Señor está con nosotros, ¿quién contra nosotros?  (Rom. 8:31).

Esta no iba a ser la primera batalla de David.  Él ya había peleado contra fieras más fuertes que él, y el Señor le había ayudado a vencerlas (I Sam. 17:34-37).  Sin embargo, la confianza de David no estaba puesta en sus propias fuerzas ni basada en victorias pasadas, sino en el Señor.  Él sabía que el Señor no permitiría que se burlaran de Él. 
(I Sam. 17:36-37)  Tu siervo ha matado tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente.  (37)  Y David añadió: El SEÑOR, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el SEÑOR sea contigo. 

Dios permite que pasemos por batallas pequeñas en la vida para prepararnos para vencer a “los gigantes” el día en que éstos aparezcan.

ENFRENTAMIENTO
Ningún hombre ni soldado en Israel se atrevió a hacerle frente a Goliat, sólo un jovencito.  David no iba armado con espada ni escudo de metal.  Simplemente llevaba las armas de un pastor.
(I Sam. 17:41-44)  El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él.  (42)  Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido.  (43)  Y el filisteo dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.  (44)  También dijo el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo. 

¿Cuál fue la reacción de David ante tal afrenta? 
(I Sam. 17:45)  Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.  (46)  El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel,  (47)  y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos. 

David conocía sus armas espirituales; pero sobre todo, sabía que detrás de él estaba el Señor de los ejércitos.  David confiaba en Dios por completo, y lo podía hacer porque conocía a Dios.  ¿Acaso se puede confiar en alguien a quien uno no conoce?

Frente a frente con el gigante, David no se dejó atemorizar.  En lugar de huir, como lo hubiera hecho otro, David salió corriendo a enfrentar al enemigo. 
(I Sam. 17:48)  Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo. 

¿No hemos tenido que enfrentar en la vida problemas que parecen insuperables?  Se levantan como gigantes invencibles que nos llenan de miedo y desesperanza.  Pero lo que humanamente parece imposible, para Dios no es un problema, porque no hay nada imposible para Él (Jer. 32:17).  En lugar de huir de los problemas, debemos enfrentarlos, con la ayuda de Dios.

La batalla duró poco.  David no hizo una gran hazaña ni diseñó una gran estrategia.  Simplemente hizo lo que tenía a la mano, confiando que el Señor haría el resto. 
(I Sam. 17:49-50)  David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.  (50)  Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David. 

Lo que comenzó, David lo terminó. No sólo hirió al enemigo, sino que le cortó la cabeza.  Sólo hasta entonces salieron corriendo todo el ejército enemigo.  Cuando uno corta el mal de su vida, no sólo debemos cortar el fruto, sino arrancarlo de raíz. 
(I Sam. 17:51)  Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron. 

Esta victoria abrió las puertas para que los demás israelitas tomaran coraje y vencieran ellos también al enemigo. 
(I Sam. 17:52-53)  Y levantándose los hombres de Israel y de Judá, gritaron y persiguieron a los filisteos hasta el valle y hasta las puertas de Ecrón. Los filisteos muertos yacían a lo largo del camino a Saaraim, aun hasta Gat y Ecrón.  (53)  Regresaron los hijos de Israel de perseguir a los filisteos y saquearon sus campamentos. 

De ser un desconocido, David se convirtió de un momento al otro en un héroe nacional.  Lo curioso es que ni siquiera Saúl sabía quién era, a pesar que David había llegado a su casa a tocarle el arpa para calmarlo. 
(I Sam. 17:55)  Cuando Saúl vio a David salir contra el filisteo, dijo a Abner, el comandante del ejército: Abner, ¿de quién es hijo este joven? Y Abner dijo: Por tu vida, oh rey, no sé.  (56)  Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo el joven.  (57)  Cuando regresó David de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano.  (58)  Y Saúl le dijo: Joven, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí el de Belén.

La vida de David estaba a punto de cambiar para siempre...