martes, 11 de diciembre de 2018

2 SAMUEL 21:1-9. Justicia para Gabaón


CAUSA DEL HAMBRE EN LA TIERRA
Este capítulo comienza contando que en Israel sobrevino una hambruna que duró tres años.
(2 Samuel 21:1a) Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos…

En Israel, las hambrunas llegan por falta de lluvia. Y la Biblia señala que la lluvia en la Tierra Prometida está condicionada a la obediencia de los mandamientos de Dios.  
(Deut. 11:13-15) Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.

Al contrario, la desobediencia trae sequía y escasez.
(Deut. 11:16-17) Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.

Cuando David vio que habían pasado tres años de hambre, supo que no podía ser “una coincidencia”, sino que era una consecuencia de algún pecado. Por lo tanto, el rey buscó al Señor para que le revelara cuál era la causa específica de la falta de lluvia.
(2 Samuel 21:1b) …Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.

¿Quiénes son los gabaonitas? Y, ¿por qué los mató? Éstas son las preguntas que responderemos a continuación…

GABAONITAS
La historia de los gabaonitas con Israel se remonta al momento en que los israelitas recién entraron a la Tierra Prometida para conquistarla. Teniendo temor del pueblo de Dios, los gabaonitas trataron de hacer una alianza con Israel, pero lo hicieron con engaño.
(Josué 9:3-6) Mas los moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai, usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.

Los israelitas tampoco eran tan ingenuos. Ellos tuvieron la sospecha que podría tratarse de una de las naciones locales, a las cuales tenían ordenado por Dios que debían expulsarlas o acabar con ellas.
(Josué 9:6-7) Y vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con nosotros. Y los de Israel respondieron a los heveos: Quizá habitáis en medio de nosotros. ¿Cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros?

Los israelitas sabían perfectamente que no debían hacer alianza con las naciones locales, y la Biblia explica por qué:
(Éxodo 23:31-33) …porque en tus manos entregaré a los habitantes de esa tierra, y tú los echarás de delante de ti. No harás pacto con ellos ni con sus dioses. Ellos no habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí; porque si sirves a sus dioses, ciertamente esto será tropezadero para ti.

Sabiendo de esta prohibición, los gabaonitas pretendieron venir de muy lejos para convencer a Israel de entrar una alianza con ellos.
(Josué 9:8-13) Ellos respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois vosotros, y de dónde venís? Y ellos respondieron: Tus siervos han venido de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios; porque hemos oído su fama, y todo lo que hizo en Egipto, y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot. Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros. Este nuestro pan lo tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso. Estos cueros de vino también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino.

En esta negociación, los israelitas cometieron dos errores: no consultaron a Dios, y aceptaron dádivas de los gabaonitas.
(Josué 9:14-15) Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová. Y Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y también lo juraron los príncipes de la congregación.

La Biblia advierte que los regalos pueden distorsionar la percepción y discernimiento.
(Éxodo 23:8) No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos.

Unos días después de hacer la alianza con los gabaonitas, los israelitas se enteraron de la verdad: los gabaonitas no venían de lejos, sino de unas ciudades en Canaán.
(Josué 9:16-17) Pasados tres días después que hicieron alianza con ellos, oyeron que eran sus vecinos, y que habitaban en medio de ellos. Y salieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a las ciudades de ellos; y sus ciudades eran Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.

Dado que Israel había hecho pacto con los gabaonitas, no pudieron hacerles nada.
(Josué 9:18-19). Sin embargo, Josué anunció que el engaño tendría consecuencias (Josué 9:20-27).
(Josué 9:22-23) Y llamándolos Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos de vosotros, siendo así que moráis en medio de nosotros? Ahora, pues, malditos sois, y no dejará de haber de entre vosotros siervos, y quien corte la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.
(Josué 9:27) Y Josué los destinó aquel día a ser leñadores y aguadores para la congregación, y para el altar de Jehová en el lugar que Jehová eligiese, lo que son hasta hoy.

El precio del error de Israel se cobró rápido. Cuando las otras naciones canaaneas se enteraron de la alianza de los gabanoitas con Israel, cinco reyes se unieron para atacar a Gabaón. Ante esto, los gabaonitas pidieron la asistencia del ejército de Israel en virtud de la alianza que acababan de hacer. (Josué 10:1-7)
(Josué 10:5-6) Y cinco reyes de los amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos, y acamparon cerca de Gabaón, y pelearon contra ella. Entonces los moradores de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal: No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se han unido contra nosotros.

Felizmente, Israel tenía a Dios de su lado.
(Josué 10:8) Y Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti.

En esa batalla, Dios le ayudo con grandes milagros: una lluvia de piedra de granizo y detuvo el sol para dar a Israel una ventaja en la batalla, que los llevó finalmente a la victoria (Josué 10:9-15).

PECADO CONTRA GABAÓN
Desde la Conquista hasta el período de los jueces, Israel respetó la alianza hecha con los gabaonitas. Pero las cosas cambiaron en el reinado de Saúl.
(2 Samuel 21:2) …Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.

La Biblia nos informa que Saúl no respetó el pacto antiguo que Josué había hecho con los gabaonitas, y los mandó a matar como si se trataran de cualquier enemigo de Israel. Habiendo sido violado el pacto, la justicia comenzó a cobrar en el tiempo de David, en la forma de cielos cerrados.

David sabía que debía hacerse restitución para cubrir ese pecado nacional. Por lo tanto, preguntó a los gabaonitas qué esperaban como restitución.
(2 Samuel 21:3) Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?

Ellos no buscaban compensación económica, sino de sangre.
(2 Samuel 21:4-6) Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis, haré. Ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que maquinó contra nosotros para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel, dénsenos siete varones de sus hijos, para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey dijo: Yo los daré.

En la Biblia encontramos un principio de lo que pasa cuando un hombre mata a otro:
(Génesis 9:6) El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

A este principio apelaron los gabaonitas. David entendió, y por eso accedió a entregar a siete hombres del linaje de Saúl (siendo 7 el número que representa: perfección, cumplimiento, plenitud).

El primero en la línea de los descendientes de Saúl estaba Mefi-boset, pero David no lo incluyó, en honor del pacto que él había hecho con Jonatán (1 Sam. 18:3; 1 Sam. 20:42).
(2 Samuel 21:7) Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl.

Los siguientes en la línea de descendencia eran los dos hijos que Saúl tuvo con su concubina, Rizpa; y luego, cinco nietos, hijos de Mical.
(2 Samuel 21:8) Pero tomó el rey a dos hijos de Rizpa hija de Aja, los cuales ella había tenido de Saúl, Armoni y Mefi-boset, y a cinco hijos de Mical hija de Saúl, los cuales ella había tenido de Adriel hijo de Barzilai meholatita.

Estos siete descendientes de Saúl fueron los que pagaron con su vida el precio de la injusticia cometida por su ancestro.
(2 Samuel 21:9) y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al comenzar la siega de la cebada.

El versículo anterior señala que la época en que se hizo esta restitución fue al inicio de la siega de la cebada, que coincide con la fiesta de la Pascua, en primavera. En ese tiempo cae la lluvia tardía, y efectivamente llovió luego de hacerse la restitución (2 Sam. 21:10).


Más estudios de este libro en: Samuel
La clase está disponible en: Audio
y en nuestra cuenta de YouTube: Cita Divina

9 comentarios:

  1. Gracias por el estudio. Me es tan difícil entender al Dios del antiguo testamento, no se parece en nada a Jesús.
    Leo de sangre de muertes de pueblos enteros, lamento tener dudas, quisiera poder leer y entender y no cuestionar. Lo hago con mucho respeto y deseo de aprender más de la palabra de Dios .
    Gracias

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    1. No es el único. Aquellos que leemos la Biblia logramos entender porque existen los ateos. Son hechos muy duros de asimilar y extremadamente difícil de entender, aceptar y no cuestionar.

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    2. Cuestionaría usted a Albert Einstein en matemáticas,física,lo entendería?
      Pues imagínese eso elevado al infinito exponente?
      Intentar entender a Dios como humanos es infinitamente imposible.

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    3. Este estudio demuestra que la ley de Jehová es perfecta y siempre exige que se compense lo perdido. La ley dada a Israel no pretendía estimular la venganza. Mas bien, era una oportunidad para que los seres humano pudieran mostrarle a Dios la lealtad que merece. Seguro para muchos Israelitas no era fácil tener que quitar una vida. Pero podemos estar seguros de que a Dios no le agradaba una muerte injustificada.

      Jesús mismo lo hizo (compensar lo perdido). Al morir, pagó con su vida lo que Adán había perdido: La perfección, la cual permitía al ser humano tener una relación sin intermediarios con el Creador. Lamentablemente Adán "entregó su vida", por así decirlo, para entregarnos como esclavos al pecado, lo cual nos aleja de Jehová. Por lo tanto también estamos encadenados a la muerte (Romanos 6:23). Así que se tuvo que hacer una compensación, un pago equivalente al de Adán.... una vida perfecta, sin pecado: la de Jesús. Es la razón por la que él tuvo que morir, aunque no cometió en ningún momento pecado que lo hiciera merecedor de la condena a la muerte.

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    4. Comprender la palabra de DIOS, es conocer su carácter, Dios es Santo, y justo, nadie como El para amar la justicia y la verdad, ,uno de los atributos de Dios es su omniciencia, El , conoce desde el principio el final, y conocía que éstos pueblos jamás se arrepentirian de sus pecados, de la forma de adoración a sus dioses, y tenían que ser exterminador, parque impedir que su maldad siga avanzando, los niños de estos pueblos eran inocentes hasta que crecieran he imitaran la conducta de sus padres, ellos están vivos en la presentación de DIOS, estás enseñanzas nos sirven para conocer más de su carácter, ,muchas veces solo pensamos en Dios como un Dios de amor pero no debemos olvidar que el también es un Dios de Dios de Ira, le recomiendo que lea Acerca de la ira de DIOS, y ud comprenderá que Jesús tuvo que sufrirla en la cruz para darnos la salvación de esa ira, Dios bendiga su vida ayudándole a comprender su carácter,recuerde es necesario de nuevo para nacer de nuevo para tener comunión con nuestro creador y gozar de una intimidad con el ,y todo gracias a Jesúcristo que vino hacer la Paz con DIOS por nosotros.

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  2. Recomiendo que veas también los vídeos de proyecto biblia :) en youtube.

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  3. Nececito saber dónde se registra el hecho que Saúl hace con los gabaonitas

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  4. Gracias por este estudio minusioso y bien detallado de este suceso. Allí podemos notar que Dios siempre va a respetar nuestras decisiones aunque estas a la larga traigan terribles concevuencias

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Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...