CAUSA DEL HAMBRE EN LA TIERRA
Este capítulo comienza contando
que en Israel sobrevino una hambruna que duró tres años.
(2 Samuel 21:1a) Hubo hambre en
los días de David por tres años consecutivos…
En Israel, las hambrunas llegan
por falta de lluvia. Y la Biblia señala que la lluvia en la Tierra Prometida
está condicionada a la obediencia de los mandamientos de Dios.
(Deut. 11:13-15) Si obedeciereis
cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová
vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra
alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la
tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Daré también hierba en
tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.
Al contrario, la desobediencia
trae sequía y escasez.
(Deut. 11:16-17) Guardaos, pues,
que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y
os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y
cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis
pronto de la buena tierra que os da Jehová.
Cuando David vio que habían pasado
tres años de hambre, supo que no podía ser “una coincidencia”, sino que era una
consecuencia de algún pecado. Por lo tanto, el rey buscó al Señor para que le
revelara cuál era la causa específica de la falta de lluvia.
(2 Samuel 21:1b) …Y David
consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella
casa de sangre, por cuanto mató a los gabaonitas.
¿Quiénes son los gabaonitas? Y, ¿por
qué los mató? Éstas son las preguntas que responderemos a continuación…
GABAONITAS
La historia de los gabaonitas con
Israel se remonta al momento en que los israelitas recién entraron a la Tierra
Prometida para conquistarla. Teniendo temor del pueblo de Dios, los gabaonitas
trataron de hacer una alianza con Israel, pero lo hicieron con engaño.
(Josué 9:3-6) Mas los
moradores de Gabaón, cuando oyeron lo que Josué había hecho a Jericó y a
Hai, usaron de astucia; pues fueron y se fingieron embajadores, y tomaron
sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y
remendados, y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos
sobre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso.
Los israelitas tampoco eran tan
ingenuos. Ellos tuvieron la sospecha que podría tratarse de una de las naciones
locales, a las cuales tenían ordenado por Dios que debían expulsarlas o acabar
con ellas.
(Josué 9:6-7) Y vinieron a
Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los de Israel: Nosotros
venimos de tierra muy lejana; haced, pues, ahora alianza con nosotros. Y
los de Israel respondieron a los heveos: Quizá habitáis en medio de nosotros.
¿Cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros?
Los israelitas sabían
perfectamente que no debían hacer alianza con las naciones locales, y la Biblia
explica por qué:
(Éxodo 23:31-33) …porque en tus
manos entregaré a los habitantes de esa tierra, y tú los echarás de delante de
ti. No harás pacto con ellos ni con sus dioses. Ellos no habitarán en
tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí; porque si sirves a sus dioses,
ciertamente esto será tropezadero para ti.
Sabiendo de esta prohibición, los
gabaonitas pretendieron venir de muy lejos para convencer a Israel de entrar
una alianza con ellos.
(Josué 9:8-13) Ellos
respondieron a Josué: Nosotros somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes
sois vosotros, y de dónde venís? Y ellos respondieron: Tus siervos han venido
de tierra muy lejana, por causa del nombre de Jehová tu Dios; porque hemos oído
su fama, y todo lo que hizo en Egipto, y todo lo que hizo a los dos reyes
de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sehón rey de Hesbón, y a
Og rey de Basán, que estaba en Astarot. Por lo cual nuestros ancianos y
todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos
provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos
vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros. Este nuestro pan lo
tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir
a vosotros; y helo aquí ahora ya seco y mohoso. Estos cueros de vino
también los llenamos nuevos; helos aquí ya rotos; también estos nuestros
vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino.
En esta negociación, los
israelitas cometieron dos errores: no consultaron a Dios, y aceptaron dádivas
de los gabaonitas.
(Josué 9:14-15) Y los hombres
de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová. Y
Josué hizo paz con ellos, y celebró con ellos alianza concediéndoles la vida; y
también lo juraron los príncipes de la congregación.
La Biblia advierte que los regalos
pueden distorsionar la percepción y discernimiento.
(Éxodo 23:8) No recibirás
presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de
los justos.
Unos días después de hacer la
alianza con los gabaonitas, los israelitas se enteraron de la verdad: los
gabaonitas no venían de lejos, sino de unas ciudades en Canaán.
(Josué 9:16-17) Pasados tres
días después que hicieron alianza con ellos, oyeron que eran sus vecinos, y que
habitaban en medio de ellos. Y salieron los hijos de Israel, y al tercer
día llegaron a las ciudades de ellos; y sus ciudades eran Gabaón, Cafira,
Beerot y Quiriat-jearim.
Dado que Israel había hecho pacto
con los gabaonitas, no pudieron hacerles nada.
(Josué 9:18-19). Sin embargo,
Josué anunció que el engaño tendría consecuencias (Josué 9:20-27).
(Josué 9:22-23) Y llamándolos
Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos
muy lejos de vosotros, siendo así que moráis en medio de nosotros? Ahora,
pues, malditos sois, y no dejará de haber de entre vosotros siervos, y quien
corte la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.
(Josué 9:27) Y Josué los
destinó aquel día a ser leñadores y aguadores para la congregación, y para el
altar de Jehová en el lugar que Jehová eligiese, lo que son hasta hoy.
El precio del error de Israel se cobró
rápido. Cuando las otras naciones canaaneas se enteraron de la alianza de los
gabanoitas con Israel, cinco reyes se unieron para atacar a Gabaón. Ante esto,
los gabaonitas pidieron la asistencia del ejército de Israel en virtud de la
alianza que acababan de hacer. (Josué 10:1-7)
(Josué 10:5-6) Y cinco reyes
de los amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el
rey de Laquis y el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus
ejércitos, y acamparon cerca de Gabaón, y pelearon contra ella. Entonces
los moradores de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal: No
niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y
ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se
han unido contra nosotros.
Felizmente, Israel tenía a Dios de
su lado.
(Josué 10:8) Y Jehová dijo a
Josué: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y
ninguno de ellos prevalecerá delante de ti.
En esa batalla, Dios le ayudo con
grandes milagros: una lluvia de piedra de granizo y detuvo el sol para dar a
Israel una ventaja en la batalla, que los llevó finalmente a la victoria (Josué
10:9-15).
PECADO CONTRA GABAÓN
Desde la Conquista hasta el período de los
jueces, Israel respetó la alianza hecha con los gabaonitas. Pero las cosas
cambiaron en el reinado de Saúl.
(2 Samuel 21:2) …Los gabaonitas no eran de los hijos
de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel
habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por
los hijos de Israel y de Judá.
La Biblia nos informa que Saúl no respetó el
pacto antiguo que Josué había hecho con los gabaonitas, y los mandó a matar
como si se trataran de cualquier enemigo de Israel. Habiendo sido violado el
pacto, la justicia comenzó a cobrar en el tiempo de David, en la forma de
cielos cerrados.
David sabía que debía hacerse restitución
para cubrir ese pecado nacional. Por lo tanto, preguntó a los gabaonitas qué
esperaban como restitución.
(2 Samuel 21:3) Dijo, pues, David a los gabaonitas:
¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la
heredad de Jehová?
Ellos no buscaban compensación económica,
sino de sangre.
(2 Samuel 21:4-6) Y los gabaonitas le respondieron: No
tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl y con su casa; ni
queremos que muera hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que vosotros dijereis,
haré. Ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó, y que
maquinó contra nosotros para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo
el territorio de Israel, dénsenos siete varones de sus hijos, para que los
ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey
dijo: Yo los daré.
En la Biblia encontramos un principio de lo
que pasa cuando un hombre mata a otro:
(Génesis 9:6) El que derramare sangre del hombre,
por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el
hombre.
A este principio apelaron los gabaonitas.
David entendió, y por eso accedió a entregar a siete hombres del linaje de Saúl
(siendo 7 el número que representa: perfección, cumplimiento, plenitud).
El primero en la línea de los descendientes
de Saúl estaba Mefi-boset, pero David no lo incluyó, en honor del pacto que él había
hecho con Jonatán (1 Sam. 18:3; 1 Sam. 20:42).
(2 Samuel 21:7) Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de
Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre
David y Jonatán hijo de Saúl.
Los siguientes en la línea de descendencia eran
los dos hijos que Saúl tuvo con su concubina, Rizpa; y luego, cinco nietos,
hijos de Mical.
(2 Samuel 21:8) Pero tomó el rey a dos hijos de Rizpa
hija de Aja, los cuales ella había tenido de Saúl, Armoni y Mefi-boset, y a
cinco hijos de Mical hija de Saúl, los cuales ella había tenido de Adriel
hijo de Barzilai meholatita.
Estos siete descendientes de Saúl fueron los
que pagaron con su vida el precio de la injusticia cometida por su ancestro.
(2 Samuel 21:9) y los entregó en manos de los
gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y así murieron
juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la
siega, al comenzar la siega de la cebada.
El versículo anterior señala que la época en
que se hizo esta restitución fue al inicio de la siega de la cebada, que
coincide con la fiesta de la Pascua, en primavera. En ese tiempo cae la lluvia
tardía, y efectivamente llovió luego de hacerse la restitución (2 Sam. 21:10).
Gracias por el estudio. Me es tan difícil entender al Dios del antiguo testamento, no se parece en nada a Jesús.
ResponderEliminarLeo de sangre de muertes de pueblos enteros, lamento tener dudas, quisiera poder leer y entender y no cuestionar. Lo hago con mucho respeto y deseo de aprender más de la palabra de Dios .
Gracias
No es el único. Aquellos que leemos la Biblia logramos entender porque existen los ateos. Son hechos muy duros de asimilar y extremadamente difícil de entender, aceptar y no cuestionar.
EliminarCuestionaría usted a Albert Einstein en matemáticas,física,lo entendería?
EliminarPues imagínese eso elevado al infinito exponente?
Intentar entender a Dios como humanos es infinitamente imposible.
Este estudio demuestra que la ley de Jehová es perfecta y siempre exige que se compense lo perdido. La ley dada a Israel no pretendía estimular la venganza. Mas bien, era una oportunidad para que los seres humano pudieran mostrarle a Dios la lealtad que merece. Seguro para muchos Israelitas no era fácil tener que quitar una vida. Pero podemos estar seguros de que a Dios no le agradaba una muerte injustificada.
EliminarJesús mismo lo hizo (compensar lo perdido). Al morir, pagó con su vida lo que Adán había perdido: La perfección, la cual permitía al ser humano tener una relación sin intermediarios con el Creador. Lamentablemente Adán "entregó su vida", por así decirlo, para entregarnos como esclavos al pecado, lo cual nos aleja de Jehová. Por lo tanto también estamos encadenados a la muerte (Romanos 6:23). Así que se tuvo que hacer una compensación, un pago equivalente al de Adán.... una vida perfecta, sin pecado: la de Jesús. Es la razón por la que él tuvo que morir, aunque no cometió en ningún momento pecado que lo hiciera merecedor de la condena a la muerte.
Comprender la palabra de DIOS, es conocer su carácter, Dios es Santo, y justo, nadie como El para amar la justicia y la verdad, ,uno de los atributos de Dios es su omniciencia, El , conoce desde el principio el final, y conocía que éstos pueblos jamás se arrepentirian de sus pecados, de la forma de adoración a sus dioses, y tenían que ser exterminador, parque impedir que su maldad siga avanzando, los niños de estos pueblos eran inocentes hasta que crecieran he imitaran la conducta de sus padres, ellos están vivos en la presentación de DIOS, estás enseñanzas nos sirven para conocer más de su carácter, ,muchas veces solo pensamos en Dios como un Dios de amor pero no debemos olvidar que el también es un Dios de Dios de Ira, le recomiendo que lea Acerca de la ira de DIOS, y ud comprenderá que Jesús tuvo que sufrirla en la cruz para darnos la salvación de esa ira, Dios bendiga su vida ayudándole a comprender su carácter,recuerde es necesario de nuevo para nacer de nuevo para tener comunión con nuestro creador y gozar de una intimidad con el ,y todo gracias a Jesúcristo que vino hacer la Paz con DIOS por nosotros.
EliminarRecomiendo que veas también los vídeos de proyecto biblia :) en youtube.
ResponderEliminarNececito saber dónde se registra el hecho que Saúl hace con los gabaonitas
ResponderEliminarExcelente estudio Mil gracias.
ResponderEliminarGracias por este estudio minusioso y bien detallado de este suceso. Allí podemos notar que Dios siempre va a respetar nuestras decisiones aunque estas a la larga traigan terribles concevuencias
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