En el camino de regreso a Jerusalén, David
volvió a cruzarse con dos personas que le habían salido al encuentro cuando él
iba de salida: Simei y Siba (2 Sam. 19:16-17).
a. Simei
El primero en salir al encuentro de David fue Simei,
el hombre que salió a insultar a David cuando él estaba huyendo de Absalón.
(2 Samuel 19:16-20) Y
Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, que era de Bahurim, se dio prisa y descendió
con los hombres de Judá a recibir al rey David.
En esta ocasión, Simei llegó ante el rey con
una actitud de humildad, reconociendo su falta y pidiendo perdón.
(2 Samuel 19:18-20) Y cruzaron el
vado para pasar a la familia del rey, y para hacer lo que a él le pareciera.
Entonces Simei hijo de Gera se postró delante del rey cuando él hubo pasado el
Jordán, y dijo al rey: No me culpe mi señor de iniquidad, ni tengas memoria de
los males que tu siervo hizo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén;
no los guarde el rey en su corazón. Porque yo tu siervo reconozco haber pecado,
y he venido hoy el primero de toda la casa de José, para descender a recibir a
mi señor el rey.
De nuevo, Abisai reaccionó mal ante Simei, a
pesar de que la actitud de éste había cambiado, pero tal vez sospechando que estaba
siendo insincero e hipócrita.
(2 Samuel 19:21) Respondió Abisai hijo de Sarvia y
dijo: ¿No ha de morir por esto Simei, que maldijo al ungido de Jehová?
David volvió a corregir a Abisai, diciéndole
que no había necesidad de volcarse a la violencia.
(2 Samuel 19:22) David entonces dijo: ¿Qué
tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia, para que hoy me seáis adversarios? ¿Ha
de morir hoy alguno en Israel? ¿Pues no sé yo que hoy soy rey sobre Israel?
Dirigiéndose a Simei, le asegura que no se
vengará de él.
(2 Samuel 19:23) Y dijo el rey a Simei: No
morirás. Y el rey se lo juró.
La respuesta de David no significaba
necesariamente que él confiara en Simei; más bien, podía ser una muestra del
deseo del rey de buscar la paz en un momento en que el reino estaba inestable. Una
muestra de esto es que, años después, cuando David transfiere la corona a
Salomón, él le aconseja que considere eliminar a Simei, a quien ve como una
amenaza a la Casa de David (1 Reyes 2:8-9). Salomón siguió el consejo de su
padre, y la Biblia dice que así afirmó su reino, eliminando a todos sus
enemigos (1 Reyes 2:37,46).
b. Siba y Mefiboset
Otro que salió al encuentro de David fue Siba,
el que fue siervo de Saúl:
(2 Samuel 19:17) Con él venían mil hombres de
Benjamín; asimismo Siba, criado de la casa de Saúl, con sus quince hijos y sus
veinte siervos, los cuales pasaron el Jordán delante del rey.
Mefi-boset y David |
En la salida de Jerusalén, Siba aparentó salir
a ayudar a David, pero en esa ocasión aprovechó a poner en mal a Mefiboset con
el fin de obtener recompensa (2 Samuel 16:1-4). Sin embargo, en el retorno del
rey, Mefiboset también apareció, y aclaró a David lo que en realidad había
sucedido.
(2 Samuel 19:24-28) También
Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus
pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el
día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz.Y luego que vino él a
Jerusalén a recibir al rey, el rey le dijo: Mefi-boset, ¿por qué no fuiste
conmigo? Y él respondió: Rey señor mío, mi siervo me engañó; pues tu siervo
había dicho: Enalbárdame un asno, y montaré en él, e iré al rey; porque tu
siervo es cojo. Pero él ha calumniado a tu siervo delante de mi señor el
rey; mas mi señor el rey es como un ángel de Dios; haz, pues, lo que bien te
parezca. Porque toda la casa de mi padre era digna de muerte delante de mi
señor el rey, y tú pusiste a tu siervo entre los convidados a tu mesa. ¿Qué
derecho, pues, tengo aún para clamar más al rey?
Al enterarse de la verdad, David lamentó
haberle dicho a Siba que se quedara con la herencia de Mefiboset.
(2 Samuel 19:29) Y el rey le dijo: ¿Para qué más
palabras? Yo he determinado que tú y Siba os dividáis las tierras.
Demostrando su corazón sincero, Mefiboset
expresó al rey que él no estaba interesado en las tierras, sino que todo lo que
le importaba era el bienestar del rey, su benefactor.
(2 Samuel 19:30) Y Mefi-boset dijo al rey: Deja
que él las tome todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa.
ACOMPAÑANTE DE GALAAD
Otro hombre que acompañó a David en su regreso
fue un hombre de Galaad, quien le dio provisiones cuando más las necesitó.
(2 Samuel 19:31-32) También
Barzilai galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey, para
acompañarle al otro lado del Jordán. Era Barzilai muy anciano, de ochenta
años, y él había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era
hombre muy rico.
Barzilai estuvo con David en las buenas y en
las malas. Como muestra de agradecimiento, David quiso devolverle el favor, y
lo invitó a vivir en la capital del reino.
(2 Samuel 19:33) Y el rey dijo a Barzilai: Pasa
conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén.
Barzilai no aceptó la oferta, no por falta de
agradecimiento sino porque él prefería regresar a vivir sus últimos años con su
tribu, en su tierra (Galaad). Sin embargo, aprovechó la oferta y pidió al rey
que recibiera a su hijo en la corte real.
(2 Samuel 19:34-37) Mas Barzilai
dijo al rey: ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a
Jerusalén? De edad de ochenta años soy este día. ¿Podré distinguir entre
lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que
coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué,
pues, ha de ser tu siervo una carga para mi señor el rey? Pasará tu siervo
un poco más allá del Jordán con el rey; ¿por qué me ha de dar el rey tan grande
recompensa? Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, y que muera en mi
ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Mas he aquí a tu siervo
Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere.
El rey aceptó que Quimam, hijo de Barzilai, se
quedara en la corte real, como agradecimiento por su apoyo y colaboración.
(2 Samuel 19:38-39) Y el rey dijo:
Pues pase conmigo Quimam, y yo haré con él como bien te parezca; y todo lo que
tú pidieres de mí, yo lo haré. Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego que el
rey hubo también pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo; y él se volvió a
su casa.
REACCION DE LAS TRIBUS DE ISRAEL
Para el momento en que el rey David cruzó el
río Jordán en el camino de regreso a Jerusalén, quienes estaban de su lado era
toda la tribu de Judá y la mitad del resto de las tribus.
(2 Samuel 19:40) El rey entonces pasó a Gilgal,
y con él pasó Quimam; y todo el pueblo de Judá acompañaba al rey, y también la
mitad del pueblo de Israel.
El resto de las tribus de Israel se sintieron
amenazadas y probablemente inseguras de cómo David iba a reaccionar con ellos,
dado que se habían puesto del lado de Absalón.
(2 Samuel 19:41) Y he aquí todos los hombres de
Israel vinieron al rey, y le dijeron: ¿Por qué los hombres de Judá, nuestros
hermanos, te han llevado, y han hecho pasar el Jordán al rey y a su familia, y
a todos los siervos de David con él?
Ellos se quejaron que sólo la tribu de Judá
acompañó a David en su camino de regreso. Pero los de la tribu de Judá les
aseguraron que esto no sucedió por tener ellos privilegio, sino porque apoyaron
a su pariente cercano.
(2 Samuel 19:42) Y todos los hombres de Judá
respondieron a todos los de Israel: Porque el rey es nuestro pariente. Mas ¿por
qué os enojáis vosotros de eso? ¿Hemos nosotros comido algo del rey? ¿Hemos
recibido de él algún regalo?
Desde la rebelión de Absalón quedó un malestar
entre Judá y las demás tribus.
(2 Samuel 19:43) Entonces respondieron los hombres de
Israel, y dijeron a los de Judá: Nosotros tenemos en el rey diez partes, y en
el mismo David más que vosotros. ¿Por qué, pues, nos habéis tenido en poco? ¿No
hablamos nosotros los primeros, respecto de hacer volver a nuestro rey? Y las
palabras de los hombres de Judá fueron más violentas que las de los hombres de
Israel.
Desde entonces se hizo evidente la división de
la nación en dos campamentos: Judá e Israel. Esta división llegará a su
culminación en el tiempo del hijo de Salomón, Roboam (1 Reyes 12-14).
Más estudios de este libro en: Samuel
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