miércoles, 26 de septiembre de 2018

2 SAMUEL 12:1-23. Natán amonesta a David


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La Biblia no dice cuanto tiempo exactamente pasó luego de la muerte de Urías, pero podemos asumir que no pasó mucho tiempo antes que David recibiera el llamado de atención de Dios por su gran pecado (tanto por el adulterio con Betsabé como por el asesinato su marido Urías). El hijo de Betsabé y David ya había nacido, y todavía era pequeño. Y si Dios dio un tiempo a David antes de confrontarlo, fue para darle la oportunidad de arrepentirse (como el Señor lo hace con todos nosotros—2 Pedro 3:9; Rom. 2:4-5)

El Señor envió al profeta Natán a confrontar a David por su pecado; pero no lo hizo de forma frontal, sino usando una parábola:
(2 Samuel 12:1-4) Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.

El propósito de la parábola era llevar a David a ver la injusticia de lo que él había hecho, y así se lo hizo saber el profeta Natán.
(2 Samuel 11:5-6) Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.

Profeta Natan confronta al rey David

Cuando David ya estaba consciente de la injusticia de tomar lo que no le pertenece, el profeta volteó el argumento en su contra:
(2 Samuel 11:7-9) Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.

A continuación, Natán informó a David cuál sería la consecuencia de su pecado impenitente:
(2 Samuel 11:10-14) Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol. Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.

Al ser expuesto, David admitió su pecado contra Dios, pero las consecuencias ya venían en camino…
(2 Samuel 11:15-18) Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?

David reaccionó de una manera muy diferente a la anticipada por sus siervos.
(2 Samuel 11:19-20) Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.

Los siervos no entendieron la reacción de David, y le pidieron que les explicara.
(2 Samuel 11:21-23) Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.

Estas acciones de David muestran su corazón con respecto a Dios. Él sabía que Dios es misericordioso, y por eso clamó y ayunó sabiendo que existía la posibilidad de que la vida del niño fuera salvada. Pero también David conocía la justicia de Dios, y cuando el Señor ejecutó su justicia, David la aceptó con humildad.

JUSTICIA Y MISERICORDIA
La gente tiende a ver sólo un lado de Dios: o sólo su misericordia o sólo su justicia. Pero David conocía bien a Dios, y él apreciaba tanto la misericordia como la justicia divina, y esto con humildad. Esto es lo que el profeta Miqueas revela que es bueno, y lo que demanda Dios:
(Miqueas 6:8) Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

David podía apreciar ambas facetas de Dios de igual manera. El balance entre justicia y misericordia divina es un concepto que se repite a lo largo de la Biblia (y no es una visión particular de David). A continuación, les presento algunos versículos que hablan de estos dos atributos de Dios presentados en combinación en la Palabra de Dios:

(Salmo 89:14) Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro.

(Oseas 2:19-20) Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.

(Jeremías 9:24) Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.

(Otras referencias de “justicia y misericordia”: Salmo 33:5; Salmo 36:10; Salmo 85:10; Salmo 101:1-2; Salmo 103:17-18; Oseas 12:6; Isaías 16:5)

En la próxima entrada terminaremos el comentario de este capítulo, y también leeremos el Salmo 51, el cual David escribió como respuesta al pecado con Betsabé y su proceso de arrepentimiento y restauración…


Más estudios de este libro en: 
Samuel
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1 comentario:

  1. Hola,no se porque explican que David era humilde ya que conociendo la misericordia y justicia de Dios ,David se comportaria de la misma manera mas bien era soberbio e insensible y con abuso de poder cometió aberrante acto al igual que Abraham que no estuvo firme a la'promesa de Dios cometiendo actos indignos que dirian ahora dentro de una congregación iglesia si alguien actua de esas maneras? Lo pondrian a Dios como excusa? Me parece que dirian la voluntad de Dios? Me parece que se usa la teologia u histora para convencer adeptos y er lógico , pero que pasa si se revela las consecuencias primero? Muchas predicas y pocas nueces , muchas predicas y poco Espiritu Santo , muchos predicadores y teologia y ya casi nada de Dones .

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