(2
Samuel 4:1) Luego que oyó el hijo
de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, las manos se le debilitaron, y
fue atemorizado todo Israel.
Es
muy probable que los días de Isboset en el trono estaban contados, ya que sin
Abner sería difícil sostener su autoridad. Pero antes de que esto sucediera
naturalmente, dos hombres aceleraron el proceso: Baana y Recab. La
Biblia los presenta de la siguiente manera:
(2
Samuel 4:2) Y el hijo de Saúl tenía dos
hombres, capitanes de bandas de merodeadores; el nombre de uno era Baana,
y el del otro, Recab, hijos de Rimón beerotita, de los hijos de Benjamín
(porque Beerot era también contado con Benjamín, pues los beerotitas habían
huido a Gitaim, y moran allí como forasteros hasta hoy).
Estos
hombres no tenían raíces israelitas, sino que eran de los heveos que hicieron
pacto con Josué, junto con los gabaonitas (Josué 9:3-17). Ellos eran de un
pueblo llamado Beerot, el cual fue incluido en el territorio de la tribu de
Benjamin. Baana y Recab trabajaban para el rey como merodeadores. Y en esa
línea de “caza-recompensas”, decidieron asesinar a Is-boset para ganar el favor
de David.
(2
Samuel 4:5-8) Los hijos, pues, de
Rimón beerotita, Recab y Baana, fueron y entraron en el mayor calor del día en
casa de Is-boset, el cual estaba durmiendo la siesta en su cámara. Y he
aquí la portera de la casa había estado limpiando trigo, pero se durmió; y fue
así como Recab y Baana su hermano se introdujeron en la casa. Cuando entraron
en la casa, Is-boset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y lo
mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la noche
por el camino del Arabá. Y trajeron la cabeza de Is-boset a David en Hebrón, y
dijeron al rey: He aquí la cabeza de Is-boset hijo de Saúl tu enemigo, que
procuraba matarte; y Jehová ha vengado hoy a mi señor el rey, de Saúl y de su
linaje.
Ellos
creyeron que David los recompensaría por haber matado a su enemigo y
contrincante, pero fue todo lo contrario…
(2
Samuel 4:9-12) Y David respondió a
Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová
que ha redimido mi alma de toda angustia, que cuando uno me dio nuevas,
diciendo: He aquí Saúl ha muerto, imaginándose que traía buenas nuevas, yo lo
prendí, y le maté en Siclag en pago de la nueva. ¿Cuánto más a los malos
hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora, pues,
¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra? Entonces
David ordenó a sus servidores, y ellos los mataron, y les cortaron las manos y
los pies, y los colgaron sobre el estanque en Hebrón. Luego tomaron la cabeza
de Is-boset, y la enterraron en el sepulcro de Abner en Hebrón.
Con
la muerte de Is-boset, se va a acelerar el período de transición, que culminará
con el reconocimiento de David como el rey de todo Israel, como veremos en el
próximo capítulo…
HIJO DE JONATÁN
No
podemos cerrar el comentario de este capítulo, sin antes hacer mención de lo
que sucedió con el hijo de Jonatán.
(2
Samuel 4:4) Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo
lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la
noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y
mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su
nombre era Mefi-boset.
La
Biblia hace un paréntesis en la narrativa para explicar lo que pasó con el hijo
de Jonatán, quien hubiera sido un heredero al trono de la Casa de Saúl.
Mefiboset volverá a salir más adelante en la historia de David (2 Samuel caps.
9, 19 y 21).
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