2 SAMUEL 3. Abner Pacta con David

Como mencionamos en el capítulo anterior, luego de la muerte del rey comenzó una guerra de sucesión entre la Casa de Saúl y David. Pero pronto se hizo evidente que la gracia de Dios estaba con David, pues él era el ungido del Señor.

(2 Samuel 3:1) Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, y la casa de Saúl se iba debilitando.

Lo que terminó de debilitar a la Casa de Saúl fue un conflicto que se dio entre Is-boset y su general, Abner.

(2 Samuel 3:6-7) Como había guerra entre la casa de Saúl y la de David, aconteció que Abner se esforzaba por la casa de Saúl. Y había tenido Saúl una concubina que se llamaba Rizpa, hija de Aja; y dijo Is-boset a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?

Abner deja al rey Is-boset

Is-boset tenía razón al reclamarle a Abner, ya que esa relación era indebida. Pero al general le molestó el reclamo, y reaccionó de forma negativa.

(2 Samuel 3:8-11) Y se enojó Abner en gran manera por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Soy yo cabeza de perro que pertenezca a Judá? Yo he hecho hoy misericordia con la casa de Saúl tu padre, con sus hermanos y con sus amigos, y no te he entregado en mano de David; ¿y tú me haces hoy cargo del pecado de esta mujer? Así haga Dios a Abner y aun le añada, si como ha jurado Jehová a David, no haga yo así con él, trasladando el reino de la casa de Saúl, y confirmando el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba. Y él no pudo responder palabra a Abner, porque le temía.

Luego de este choque, Abner decidió cambiar de bandos. Para ese efecto, envió mensajeros a David para sondear si él estaría dispuesto a hacer un pacto.

(2 Samuel 3:12) Entonces envió Abner mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que le dijesen: Haz pacto conmigo, y he aquí que mi mano estará contigo para volver a ti todo Israel.

David respondió que estaría dispuesto a hacer un pacto Abner, pero puso una condición…

(2 Samuel 3:13) Y David dijo: Bien; haré pacto contigo, mas una cosa te pido: No me vengas a ver sin que primero traigas a Mical la hija de Saúl, cuando vengas a verme.

Esta petición no sólo la hizo a Abner, sino que también a Is-boset:

(2 Samuel 3:14) Después de esto envió David mensajeros a Is-boset hijo de Saúl, diciendo: Restitúyeme mi mujer Mical, la cual desposé conmigo por cien prepucios de filisteos.

La solicitud de pedir que le fuera devuelta su primera esposa podría parecer normal. El problema es que existía una complicación: En ese momento, Mical era mujer de otro (1 Sam. 25:44).

(2 Samuel 3:15-16) Entonces Is-boset envió y se la quitó a su marido Paltiel hijo de Lais.

Y su marido fue con ella, siguiéndola y llorando hasta Bahurim. Y le dijo Abner: Anda, vuélvete. Entonces él se volvió.

Por principio, la Biblia dice que si una mujer se divorcia y se vuelve a casar, ella no puede regresar con el primer marido (Deu. 24:1-4). Ante eso, tanto David como Is-boset y Abner actuaron mal al procurar que Mical regresara con David. Tal vez David quería ganar “legitimidad” al derecho al trono, teniendo como esposa a la hija del rey Saúl. Todo esto fue una movida política que no dará buen fruto.

Como preámbulo al pacto con David, Abner comenzó su labor política tratando de convencer al resto de las tribus de Israel para que reconocieran a David como rey.

(2 Samuel 3:17-18) Y habló Abner con los ancianos de Israel, diciendo: Hace ya tiempo procurabais que David fuese rey sobre vosotros. Ahora, pues, hacedlo; porque Jehová ha hablado a David, diciendo: Por la mano de mi siervo David libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos, y de mano de todos sus enemigos.

Después de esto, Abner se presentó con David para darle el informe de la disposición de todas las tribus para reconocerlo como rey, y sellaron el pacto con un banquete.

(2 Samuel 3:19-20) Habló también Abner a los de Benjamín; y fue también Abner a Hebrón a decir a David todo lo que parecía bien a los de Israel y a toda la casa de Benjamín. Vino, pues, Abner a David en Hebrón, y con él veinte hombres; y David hizo banquete a Abner y a los que con él habían venido.

En esta cuestión, David se dejó llevar por su corazón, y no por el orden de Dios. Eso fue precisamente lo que Abner le dijo:

(2 Samuel 3:21) Y dijo Abner a David: Yo me levantaré e iré, y juntaré a mi señor el rey a todo Israel, para que hagan contigo pacto, y tú reines como lo desea tu corazón. David despidió luego a Abner, y él se fue en paz.

Dios escogió a David como rey de Israel porque él era conforme al corazón de Dios (buscando la voluntad del Señor), y no para satisfacer los deseos de su propio corazón, como lo menciona Abner. Como dice la Biblia, el corazón del hombre es engañoso (Jer. 17:9-10), y pronto se verán las consecuencias negativas por haberse dejado “llevar por el corazón”.

ABNER ES ASESINADO

Mientras que todo esto pasaba, Joab (el general de David) estaba ausente. Si hubiera estado presente, seguramente se habría opuesto al pacto con Abner, ya que él era su enemigo, quien recientemente había matado a su hermano (2 Sam. 2). ¿Acaso David no sabía esto? La Biblia no aclara si David lo sabía y no le importó, o si simplemente ignoraba esos hechos. Lo cierto es que, cuando Joab regresó de su campaña militar, le informaron sobre la visita de Abner y el pacto con David.

(2 Samuel 3:22-23) Y he aquí que los siervos de David y Joab venían del campo, y traían consigo gran botín. Mas Abner no estaba con David en Hebrón, pues ya lo había despedido, y él se había ido en paz. Y luego que llegó Joab y todo el ejército que con él estaba, fue dado aviso a Joab, diciendo: Abner hijo de Ner ha venido al rey, y él le ha despedido, y se fue en paz.

De inmediato, Joab fue a reclamarle a David.

(2 Samuel 3:24-25) Entonces Joab vino al rey, y le dijo: ¿Qué has hecho? He aquí Abner vino a ti; ¿por qué, pues, le dejaste que se fuese? Tú conoces a Abner hijo de Ner. No ha venido sino para engañarte, y para enterarse de tu salida y de tu entrada, y para saber todo lo que tú haces.

La Biblia no registra la respuesta de David, si hubo alguna. Pero lo que quedó claro es que el pacto con Abner ya estaba hecho, y David no iba a dar paso atrás. Por lo tanto, Joab decidió tomar venganza en manos propias.

(2 Samuel 3:26-27) Y saliendo Joab de la presencia de David, envió mensajeros tras Abner, los cuales le hicieron volver desde el pozo de Sira, sin que David lo supiera. Y cuando Abner volvió a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablar con él en secreto; y allí, en venganza de la muerte de Asael su hermano, le hirió por la quinta costilla, y murió.

DAVID SE LAVA LAS MANOS

Cuando David se enteró de lo que hizo Joab, él hizo todo lo que estaba a su disposición para dejar claro ante todos que David no tuvo nada que ver con ese asunto.

(2 Samuel 3:28-34) Cuando David supo después esto, dijo: Inocente soy yo y mi reino, delante de Jehová, para siempre, de la sangre de Abner hijo de Ner. Caiga sobre la cabeza de Joab, y sobre toda la casa de su padre; que nunca falte de la casa de Joab quien padezca flujo, ni leproso, ni quien ande con báculo, ni quien muera a espada, ni quien tenga falta de pan. Joab, pues, y Abisai su hermano, mataron a Abner, porque él había dado muerte a Asael hermano de ellos en la batalla de Gabaón. Entonces dijo David a Joab, y a todo el pueblo que con él estaba: Rasgad vuestros vestidos, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro. Y sepultaron a Abner en Hebrón; y alzando el rey su voz, lloró junto al sepulcro de Abner; y lloró también todo el pueblo. Y endechando el rey al mismo Abner, decía: ¿Había de morir Abner como muere un villano? Tus manos no estaban atadas, ni tus pies ligados con grillos; caíste como los que caen delante de malos hombres. Y todo el pueblo volvió a llorar sobre él. Entonces todo el pueblo vino para persuadir a David que comiera, antes que acabara el día. Mas David juró diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, si antes que se ponga el sol gustare yo pan, o cualquiera otra cosa.

Todas estas acciones de David para lamentar la muerte de Abner tuvieron su efecto, ya que el pueblo se convenció que el rey no tuvo parte en ese asesinato.

(2 Samuel 3:36-39) Todo el pueblo supo esto, y le agradó; pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el pueblo. Y todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día, que no había procedido del rey el matar a Abner hijo de Ner. También dijo el rey a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y grande ha caído hoy en Israel? Y yo soy débil hoy, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son muy duros para mí; Jehová dé el pago al que mal hace, conforme a su maldad.

David dejó la justicia de sus sobrinos en manos de Dios.

HIJOS NACIDOS EN HEBRÓN

En este capítulo, la Biblia menciona los nombres de los hijos de David que nacieron en su estadía en Hebrón (otra ref. 1 Cr. 3.1-4).

(2 Samuel 3:2-5) Y nacieron hijos a David en Hebrón; su primogénito fue Amnón, de Ahinoam jezreelita; su segundo Quileab, de Abigail la mujer de Nabal el de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur; el cuarto, Adonías hijo de Haguit; el quinto, Sefatías hijo de Abital; el sexto, Itream, de Egla mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.

Aquí también nos enteramos que David tuvo más mujeres, además de Mical, Ahinoam jezreelita y Abigail, quienes ya habían sido mencionadas. Los nombres de las otras mujeres son: Maaca, hija del rey de Gesur; Haguit, Abital; y Egla. Al final de los siete años en Hebrón, David ya contaba con siete mujeres, y seis hijos.

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