jueves, 9 de agosto de 2018

2 SAMUEL 2. David, rey de Judá


Después del tiempo de lamento por la pérdida de Jonatán y Saúl, llegó el momento en que David comenzó a pensar en el futuro. Habiendo muerto el rey, le tocaba a David reinar, según el orden de Dios y la unción recibida por el profeta Samuel. Sin embargo, quedaban aún hijos de Saúl que podrían reclamar el trono. En los próximos capítulos veremos la lucha por la sucesión del trono…

CONSULTA A DIOS
Un gran mérito de David es que él nunca fue a “reclamar” su derecho al trono, a pesar de ser el elegido por Dios. Lo que movía a David no era la sed del poder, sino el deseo de complacer a Dios y hacer Su voluntad. En esa línea, lo primero que hizo fue preguntarle a Dios lo que debía hacer…
(2 Samuel 2:1) Después de esto aconteció que David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón.

David todavía estaba en Siclag, pero sabía que no debía permanecer allí.
La palabra “subiré” no es sólo una expresión geográfica, sino también espiritual. Siclag estaba localizado en los valles de Filistea, y en camino hacia Judea comienzan a verse colinas, y luego montañas; sin embargo, la expresión de “subir” tiene un significado más bien espiritual en la Biblia, ya que menciona que uno “desciende” a Egipto (figura del mundo—Gen. 12:10; 26:2-3), pero uno “sube” a Jerusalén (Esdras 1:11; Esdras 2:1; Nehemías 7:6; Juan 2:13). David salió de Filistea, y subió a la Tierra de Israel, en el territorio de Judá. Él subió con su familia, y todos los hombres que lo habían acompañado durante los diez años en que huyó de Saúl.
(2 Samuel 2:2-3) David subió allá, y con él sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail, la que fue mujer de Nabal el de Carmel. Llevó también David consigo a los hombres que con él habían estado, cada uno con su familia; los cuales moraron en las ciudades de Hebrón.

Es natural que David se dirigiera al territorio de Judá, la tribu a la que pertenece. Y fue precisamente la Tribu de Judá quienes primero reconocieron a David como rey.
(2 Samuel 2:4a) Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David por rey sobre la casa de Judá.

También es significativo que el Señor escogiera la ciudad de Hebrón como la primera capital del reino de David. Allí fue donde Abraham compró el primer terreno en la Tierra Prometida: la Cueva de Macpela (Gen. 23), para enterrar a Sara, y donde luego enterraron a los patriarcas—Abraham, Isaac y Jacob).

RECONOCIMIENTO
De las primeras acciones que David hizo como rey de Judá fue reconocer al pueblo de Jabes de Galaad la buena obra que hicieron al rescatar los cadáveres de Saúl y sus hijos (1 Sam. 31:11-13).
(2 Samuel 2:4b-7) Y dieron aviso a David, diciendo: Los de Jabes de Galaad son los que sepultaron a Saúl. Entonces envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor, con Saúl, dándole sepultura. Ahora, pues, Jehová haga con vosotros misericordia y verdad; y yo también os haré bien por esto que habéis hecho. Esfuércense, pues, ahora vuestras manos, y sed valientes; pues muerto Saúl vuestro señor, los de la casa de Judá me han ungido por rey sobre ellos.

Con estas palabras, David dejó claro que él no dejó de respetar a Saúl hasta su último día. Y tal vez con esta acción, los pobladores de Jabes de Galaad se hubieran decidido a unirse a David. Pero alguien de la Casa de Saúl se levantó como sucesor del trono, y fue a él a quien reconocieron las otras tribus como el heredero del trono de Israel.
(2 Samuel 2:8-9) Pero Abner hijo de Ner, general del ejército de Saúl, tomó a Is-boset hijo de Saúl, y lo llevó a Mahanaim, y lo hizo rey sobre Galaad, sobre Gesuri, sobre Jezreel, sobre Efraín, sobre Benjamín y sobre todo Israel.

Mahanaim queda del otro lado del Río Jordán (hoy Jordania), al igual que Jabes de Galaad. Por lo tanto, los de Jabes reconocieron a Isboset como su nuevo rey.

GUERRA ENTRE DAVID Y LA CASA DE SAÚL
A partir de este momento comienza una guerra por la sucesión del poder en Israel. Al principio sólo la tribu de Judá reconoció a David como rey, y las demás tribus siguieron al hijo de Saúl, Is-boset (también llamado Es-baal—1 Cro. 8:33).
(2 Samuel 2:10-11) De cuarenta años era Is-boset hijo de Saúl cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Solamente los de la casa de Judá siguieron a David. Y fue el número de los días que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá, siete años y seis meses.

Isboset era una especie de “rey títere”, ya que el verdadero poder detrás del trono lo tenía el general Abner.

El primer conflicto entre la Casa de Saúl y la Casa de David lo tuvieron los generales de ambos reyes: Abner y Joab. [Nota: ambos generales eran parientes de los reyes; Abner era tío de Saúl—1 Sam. 14:50; y Joab era sobrino de David, por su hermana Sarvia—2 Sam. 2:18; 1 Cro. 2:16]
(2 Samuel 2:12-17) Abner hijo de Ner salió de Mahanaim a Gabaón con los siervos de Is-boset hijo de Saúl, y Joab hijo de Sarvia y los siervos de David salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón; y se pararon los unos a un lado del estanque, y los otros al otro lado. Y dijo Abner a Joab: Levántense ahora los jóvenes, y maniobren delante de nosotros. Y Joab respondió: Levántense. Entonces se levantaron, y pasaron en número igual, doce de Benjamín por parte de Is-boset hijo de Saúl, y doce de los siervos de David. Y cada uno echó mano de la cabeza de su adversario, y metió su espada en el costado de su adversario, y cayeron a una; por lo que fue llamado aquel lugar, Helcat-hazurim, el cual está en Gabaón. La batalla fue muy reñida aquel día, y Abner y los hombres de Israel fueron vencidos por los siervos de David.

Desde el principio del conflicto, comenzó a hacerse evidente que la gracia de Dios estaba con David y sus hombres, y no con el bando de la Casa de Saúl.
(2 Samuel 2:30-31) Joab también volvió de perseguir a Abner, y juntando a todo el pueblo, faltaron de los siervos de David diecinueve hombres y Asael. Mas los siervos de David hirieron de los de Benjamín y de los de Abner, a trescientos sesenta hombres, los cuales murieron.

Sin embargo, hubo una pérdida del lado de David que complicó la tensión entre los dos generales.
(2 Samuel 2:18-23) Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Este Asael era ligero de pies como una gacela del campo. Y siguió Asael tras de Abner, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda. Y miró atrás Abner, y dijo: ¿No eres tú Asael? Y él respondió: Sí. Entonces Abner le dijo: Apártate a la derecha o a la izquierda, y echa mano de alguno de los hombres, y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso apartarse de en pos de él. Y Abner volvió a decir a Asael: Apártate de en pos de mí; ¿por qué he de herirte hasta derribarte? ¿Cómo levantaría yo entonces mi rostro delante de Joab tu hermano? Y no queriendo él irse, lo hirió Abner con el regatón de la lanza por la quinta costilla, y le salió la lanza por la espalda, y cayó allí, y murió en aquel mismo sitio. Y todos los que venían por aquel lugar donde Asael había caído y estaba muerto, se detenían.

Uno de los hermanos de Joab, Asael, murió por perseguir a Abner. Como era de esperar, Joab y su otro hermano, Abisaí, persiguieron Abner hasta caer la tarde.
(2 Samuel 2:24) Mas Joab y Abisai siguieron a Abner; y se puso el sol cuando llegaron al collado de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del desierto de Gabaón.

Para este momento, un pequeño ejercito se había formado en defensa de Abner. Allí se detuvo la persecución, y cada uno tomó su camino: Abner de regreso a Mahanaim, y Joab de regreso a Hebrón.
(2 Samuel 2:25-29) Y se juntaron los hijos de Benjamín en pos de Abner, formando un solo ejército; e hicieron alto en la cumbre del collado. Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que el final será amargura? ¿Hasta cuándo no dirás al pueblo que se vuelva de perseguir a sus hermanos? Y Joab respondió: Vive Dios, que si no hubieses hablado, el pueblo hubiera dejado de seguir a sus hermanos desde esta mañana. Entonces Joab tocó el cuerno, y todo el pueblo se detuvo, y no persiguió más a los de Israel, ni peleó más. Y Abner y los suyos caminaron por el Arabá toda aquella noche, y pasando el Jordán cruzaron por todo Bitrón y llegaron a Mahanaim.

Pero antes de regresar a Hebrón, Joab y Abisai fueron a Belén a sepultar a su hermano fallecido.
(2 Samuel 2:32) Tomaron luego a Asael, y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en Belén. Y caminaron toda aquella noche Joab y sus hombres, y les amaneció en Hebrón.

En el próximo capítulo veremos que Joab no dejará sin castigo la muerte de su hermano…


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