viernes, 24 de junio de 2016

MATEO 13:44-58. Cinco Parábolas


En la última parte del capítulo trece, Jesús siguió hablando con parábolas. Mateo señala que esto es el cumplimiento de una palabra profética (Salmo 78:1-3):
(Mateo 13:34-35) Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo. 


1.  PARÁBOLA DEL TESORO ESCONDIDO
(Mateo 13:44)  Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 

Jesús nos enseña un principio de vida: las personas invierten en aquello que consideran como valioso. Uno lo da todo por lo que es importante, aún sacrificando otras cosas por ello.  Como Jesús dijo en el Sermón del Monte: “Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:21).



2.  PARÁBOLA DE LA PERLA PRECIOSA
La siguiente parábola tiene un mensaje similar a la del tesoro escondido, pero usando otra figura:
(Mateo 13:45-46) También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. 


3.  PARÁBOLA DE LA RED DE PESCA
En la siguiente parábola Jesús usó un tema con el cual su audiencia estaba muy familiarizada, ya que la mayoría vivían alrededor del Lago de Galilea…
(Mateo 13:47-48)  Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 

Jesús luego explicó el significado de su analogía:
(Mateo 13:49-50)  Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 

Este tema está conectado temáticamente con la parábola del trigo y la cizaña.


4.  PARÁBOLA DE LA MOSTAZA
Otra parábola que contó ese día tiene que ver con el arbusto de mostaza:
(Mateo 13:31-32) Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. 

La semilla de la mostaza es muy pequeña, pero cuando se siembra y germina, puede llegar a crecer como un arbusto.  Jesús señala que la mostaza puede crecer a tal punto que las aves se refugian bajo su follaje.  

La enseñanza de esta parábola es que no menospreciemos “el día de las pequeñeces”, en las palabras del profeta (Zacarías 4:10). Jesús tuvo un “inicio pequeño”, según las expectativas que tenían del Mesías, pero ahora su ministerio ha crecido y ha alcanzado a todo el mundo.  Ahora millones de personas creen en el Dios de Israel, y han sido acogidos en el pueblo de Dios (Gal. 3:26-29).


5.  PARÁBOLA DE LA LEVADURA
La última parábola tiene que ver con la levadura:
(Mateo 13:33) Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado. 

Sobre estas últimas parábolas, Jesús no dio gran explicación porque eran más fáciles de comprender, ya que el Señor usaba imágenes que eran comunes al pueblo judío de ese tiempo (aunque tal vez se nos dificulta hoy a aquellos que no vivimos en Israel en ese tiempo). Para asegurarse que habían entendido, Jesús les preguntó:
(Mateo 13:51-52) Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor.  El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas. 

La sabiduría en el Reino de Dios no depende de la capacidad intelectual o de los estudios teológicos, sino de un espíritu abierto dispuesto a recibir la revelación de Dios y también dispuesto a ponerlo en práctica. Muchas veces no entendemos la razón por la que Dios manda algo, pero después de hacerlo logramos se abre el entendimiento y logramos comprender.


NO HAY PROFETA EN SU TIERRA
En una ocasión, Jesús regresó a Nazaret, donde había pasado su niñez.  Probablemente llegó a visitar a su familia, pero también aprovechó a visitar la sinagoga.
(Mateo 13:53-56)  Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí. Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos,  Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? 

La gente de Nazaret creía conocer el origen de Jesús, y conocían muy bien a su familia; por ello, les costaba creer que Jesús pudiera ser un profeta o el Mesías.  Esta no era un defecto sólo de los nazarenos, sino que es una falta humana. Por eso Jesús dijo lo siguiente:
(Mateo 13:57) Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 

Tristemente, el prejuicio no les permitió reconocer al Mesías, y la falta de fe cerró las puertas de milagros entre ellos.
(Mateo 13:58) Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.


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También disponible en audio: AUDIO de MATEO  


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