MATEO 10:1-15. Elección y misión de los discípulos

El capítulo nueve termina con una oración de Jesús: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37-38).  Y en el capítulo diez veremos que el Señor escoge a estos obreros…

LOS 12 DISCÍPULOS

Como mencionamos en el estudio del capítulo cuatro (Mat. 4:18-25: Los Primeros Discípulos), en Israel los estudiantes no escogen a su maestro, sino es el rabino quien elige a sus discípulos.  Jesús escogió a doce hombres para formar su círculo íntimo y selecto de discípulos:

(Mateo 10:2-4)  Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo,  Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista [o zelote], y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Jesús no los seleccionó a personas religiosas ni estudiadas sino escogió a gente común de variados trasfondos, entre ellos: pescadores (Pedro, Andrés, Jacobo, Juan), un recaudador de impuestos (Mateo) y un celote, rebelde contra Roma (Simón).  Pero todos ellos tenían en común que lo dejaron todo para seguir de cerca a Jesús. 

Discípulo en hebreo es: Talmid que también se puede traducir como: estudiante.  El Talmid es un aprendiz del maestro, es decir, no sólo estudiaba a la doctrina del maestro, sino que observaba su vida y lo imitaba. 

En este capítulo, Jesús llama a sus discípulos para que comiencen a hacer todo lo que Él ha hecho…

(Mateo 10:1)  Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 

En el primer versículo, se les llama “discípulo” (heb. Talmid, pl. Tamidim), pero en el segundo versículo se usa otra palabra: “apóstol” (heb. Shaliaj, pl. Shilijim).  La palabra “apóstol” viene del griegos “Apóstolos”, que significa: enviado, mensajero. 

En este capítulo leemos que Jesús envió a sus doce seguidores principales en una misión especial…

MISIÓN DE LOS ENVIADOS

Ahora veamos cuál era la misión de los “enviados” (heb. Shlijim, gr. apóstolos):

1. Mensaje:

Los enviados debían llevar un mensaje:

(Mateo 10:7)  Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.

El mensaje que los apóstoles debían llevar era que el Reino de Dios no sólo estaba en el Cielo, sino también en la Tierra.  Entrar en el reino implica reconocer que Dios es rey, y someterse a Su autoridad. 

Este mensaje traía la esperanza que las profecías mesiánicas estaban por cumplirse.  Como prueba de ello, les daba la autoridad a los apóstoles para manifestar milagros divinos (Mat. 10:1)…

2. Señales:

Los milagros servirían como señales y darían testimonio a todos que Jesús era el Mesías.  Entre las señales que harían están las siguientes:

(Mateo 10:8)  Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.

Los apóstoles no harían los milagros por su propio poder, sino en nombre de Jesús, para gloria de Dios.  

3. Audiencia:

Jesús no envió a los apóstoles a todo el mundo, o al lugar donde quisieran.  El determinó una audiencia específica…

(Mateo 10:5-6)  A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 

Como vimos en el capítulo anterior, Jesús describió al pueblo de Dios como “ovejas sin pastor”.  Muchas se habían perdido por el abuso de los líderes religiosos.  Pero ahora era el tiempo de recuperarlas y restaurarlas.  Este mensaje de restauración iba dirigido a los judíos, pero más adelante Jesús va a instruir que este mensaje se abra también a los gentiles de todo el mundo (Hechos 1:8)…primero a los judíos, y después a los gentiles (Romanos 1:16).

(Hechos 1:8)  pero recibiréis poder,  cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,  y me seréis testigos en Jerusalén,  en toda Judea,  en Samaria,  y hasta lo último de la tierra.

En su segunda venida, Jesús será Rey y Pastor sobre TODO su pueblo (judíos + gentiles). 

(Ezequiel 37:24)  Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra.

4.  Financiamiento:

Jesús también les dijo que no se preocuparan por la provisión que necesitarían para llevar a cabo esta misión. 

(Mateo 10:9-11)  No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.  Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. 

Cuando Dios hace un llamado, Él también provee al enviado de todo lo que necesita para cumplir la misión.  Confiar en la provisión divina requiere de fe, pero eso es parte del aprendizaje de ser discípulos y apóstoles de Dios. 

Por otro lado, en un sentido práctica, en esos tiempos era peligroso viajar con bienes, sobre todo cuando no iban en caravana.  Los apóstoles iban a viajar de dos en dos, lo cual los hacía vulnerables ante los ladrones que abundaban en esos tiempos en los caminos y rutas comerciales. 

5.  Reacción de la audiencia:

Jesús les advirtió a los discípulos que el mensaje sería recibido por algunos, pero otros lo iban a rechazar. 

(Mateo 10:12-13)  Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.

Cuando la gente saluda en hebreo, se da un saludo de paz.  Estoy debían hacer los discípulos.  Pero no todos les iban a devolver los deseos de paz.  En caso de ser rechazados, Jesús instruyó a los apóstoles sobre lo que debían de hacer…

(Mateo 10:14-15)  Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad. 

El castigo para quienes rechacen a los enviados de Dios es muy fuerte, ya que implica rechazar a Dios mismo.

En la próxima entrada terminaremos el capítulo diez de Mateo, donde Jesús advierte a los discípulos que vendrá persecución…

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