viernes, 4 de marzo de 2016

MATEO 4:18-25. Los Primeros Discípulos


Ya estando en Capernaúm, Jesús comenzó a elegir a sus discípulos.  No los escogió entre los mejores alumnos de los seminarios teológicos (heb. yeshiva) en Jerusalén.  A la mayoría de ellos los escogió a orillas del lago, y muchos de ellos eran simples pescadores…
(Mateo 4:18)  Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón,  llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 

Ellos eran pescadores, pero no quiere decir que no fueran judíos devotos.  Es evidente que ellos amaban a Dios y conocían las Escrituras, pero tal vez no tanto como otros que se dedicaban al estudio.  No obstante, aunque no fueran expertos en la Biblia, ellos tenían un corazón dispuesto, y eso fue lo que vio Jesús.  El Señor siguió un principio administrativo que dice que es mejor contratar a alguien ignorante pero dispuesto a aprender y seguir instrucciones, que elegir a alguien que es muy listo pero no acata las órdenes del jefe. 

Ése no era el primer encuentro que Andrés y Pedro tuvieron con Jesús.  En el Evangelio de Juan describe cómo se conocieron…
(Juan 1:35-42)  El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?  Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.  Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.  Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías  (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).

Andrés era discípulo de Juan el Bautista, quien lo refirió a Jesús.  Definitivamente Andrés quería seguir a Jesús, pero debía esperar a ser invitado porque el Maestro es quien escoge a su discípulo.  Mateo nos narra cuándo llegó el día de la invitación…

PESCADORES DE HOMBRES
Cuando Jesús invitó a Pedro (heb. Kefas) y Andrés a ser sus discípulos, los dos hermanos estaban en plena acción—lanzando la red al agua.
(Mateo 4:18-19)  Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.  Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 

Como judíos, Pedro y Andrés sabían lo que implicaba ser discípulo (heb. Talmid).  Ellos sabían que un talmid dejaba todo para seguir al maestro (heb. Rabi), pues no sólo se trataba de aprender información de él sino de aprender a vivir como él.  Cualquier persona podía aprender lecciones de un rabino, pero el discípulo era entrenado para convertirse en un rabino al estilo del maestro. 

En los escritos judíos hay un refrán que dice: “Deja que tu casa se convierta en un lugar de reunión para los rabinos, cúbrete con el polvo de sus pies y bebe con sed de sus palabras” (Pirkei Avot 1:4).  El talmid se sienta a los pies de su Rabi para aprender de él todo lo que tiene que impartir, y luego lo pone en práctica, y a su vez lo enseña a otros. 

Pedro y Andrés sabían que la invitación del Rabi Yeshua (Maestro Jesús) implicaba dejar su vida como pescadores para seguirlo a donde él fuera y hacer lo que él les dijera.  Pero tal vez les sorprendió que los llamara a ser “pescadores de hombres”.  Jesús les habló en su idioma.  Pero no sólo usó esa frase para que lo entendieran, sino que en ese mensaje había una alusión a una profecía de Jeremías…
(Jeremías 16:14-16)  No obstante, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no se dirá más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de tierra de Egipto; sino: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus padres.  He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los cazarán por todo monte y por todo collado, y por las cavernas de los peñascos.

[Nota: por dos mil años, los discípulos y sus seguidores han estado “pescando hombres”, atrayéndolos al Reino de Dios con las buenas nuevas del Evangelio.  Pero en los últimos días el llamado ya no será “pesca” sino “caza”—con persecución]

¿Cómo respondieron Pedro y Andrés al llamado del Rabi Yeshua? 
Ni siquiera lo pensaron, porque el deseo ya estaba en sus corazones.  Ellos saltaron a la oportunidad, porque sabían que era un llamado mayor que seguir “atrapando peces” en el lago.  No podían dejar pasar una oportunidad así.
(Mateo 4:20)  Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 

Ellos respondieron de inmediato, pero otros no lo hicieron, y ya no fueron contados entre los discípulos de Jesús.  Lucas nos cuenta de estos casos:   
(Lucas 9:59-62)  Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos;  y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

Mateo cuenta de otros dos hermanos que sí respondieron al llamado, y lo dejaron todo por seguir a Jesús…
(Mateo 4:21)  Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 

Jacobo (herb. Yaakov) y Juan (heb. Yojanan) no sólo dejaron su oficio, sino también a su padre—a su familia.
(Mateo 4:22)  Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron. 

Pedro, Andrés, Jacobo y Juan fueron los primeros discípulos, y luego llegaron otros que se mencionan más adelante.

MINISTERIO DE JESÚS
Al final de este capítulo, Mateo describe cuál era el ministerio de Jesús. 
(Mateo 4:23)  Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 

Jesús enseñaba la Palabra de Dios, y predicaba el “Evangelio del Reino”. 
Evangelio viene del griego Euanguélion, que quiere decir literalmente: buenas nuevas, buen mensaje.  En otras palabras, Jesús enseñaba las buenas nuevas del Reino de Dios. 
(Mateo 4:17)  Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos,  porque el reino de los cielos se ha acercado. 

El mensaje de arrepentimiento no es sólo un cambio de corazón sino de dirección. 
La palabra para “arrepentimiento” en hebreo es: Teshuvá, que literalmente significa: regresar.  Esto implica que uno reconoce que se desvió, y debe retornar al Camino.  En el concepto bíblico, “pecar” es desviarse del camino; y “arrepentirse” es regresar al camino.  El Buen Camino es la dirección de Dios, es hacer las cosas como Dios manda—es decir, obedecer sus mandamientos.

Cuando Jesús dijo: “el reino de los cielos se ha acercado”, no quiso decir que pronto morirán y se irán al Cielo.  Más bien, está diciendo que llegó el tiempo para que el Reino de Dios descienda a la Tierra—lo cual ha sido siempre Su Plan (Dan. 2:44).
(Mateo 6:10)  Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Otras traducciones dicen: “el reino está a la mano”.  Esto quiere decir que está listo para que lo accionemos y lo pongamos en práctica.  También, “estar a la mano” implica que podemos alcanzarlo.  La Biblia dice que los mandamientos no están lejos ni son difíciles de cumplir:
(Deu. 30:11-14)  Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.  No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos?  Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.

Los mandamientos son alcanzables, pero el problema es del corazón—si decidimos obedecer o no.  La elección es nuestra (Deu. 30:15-20).

En el Reino de los Cielos, Dios es Rey.  Y si reconocemos que Dios es Rey, entonces debemos someternos a Su autoridad y vivir como Él manda, siguiendo la constitución del Reino que es la Biblia.

El mensaje de Jesús, y también de Juan el Bautista, era el mismo: “Regresen; el Reino de Dios está a la mano.” Es tiempo que cada uno deje de hacer su propia voluntad, y regresemos a hacer la voluntad del Padre.  Tanto Jesús como Juan nos dieron el ejemplo con sus vidas que esto es “alcanzable”, por la gracia de Dios.


LA ATRACCIÓN DE LOS MILAGROS
En su ministerio, Jesús realizó muchos milagros, los cuales ayudaron a atraer a muchas personas a Dios.  Muchos llegaban a buscarlo, aún de lejos.
(Mateo 4:24-25)  Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

Muchos creen que el ministerio principal de Jesús eran los milagros, pero éstos sólo eran señales para que creyeran en Él (Juan 20:30-31). 
(Juan 20:30-31)  Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,  tengáis vida en su nombre.

Como ya mencionamos, el tema del Reino de Dios es central en todo el Evangelio de Mateo, y también lo es en el Sermón del Monte—que comenzaremos a estudiar en el próximo capítulo…


Más estudios de este Evangelio en la pestaña: MATEO
También disponible en audio: AUDIO de MATEO  



10 comentarios:

  1. No se por que no hay comentarios...si tu estudio esta genial. Yo actualmente igual estoy estudiando Mateo parte por parte jeje voy en el Capítulo 4 a diferencia tuya que ya lo terminaste, y me ha servido mucho también ver lo que estudiaste, que Dios te bendiga, sigue adelante.

    ResponderEliminar
  2. Muy buen estudio, me ayudó mucho para preparar las clases que doy en la escuela dominical.
    Gracias mi hermano y que la Paz de Cristo gobierne tu vida y la de tu familia.
    Bendiciones

    ResponderEliminar
  3. Dios bendiga tengo una inquietud a que se refiere . Pero en los últimos días el llamado ya no será “pesca” sino “caza”—con persecución??

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La figura de "la pesca" es que uno muerde el anzuelo, y es voluntario. Mientras que la figura de "la caza" es una persecución, y es impuesta o forzada.

      Eliminar
  4. Me gustan mucho tus estudios, gracias por todo el empeño que pones, me sirven mucho.
    gracias, que Dios te bendiga

    ResponderEliminar
  5. Excelente todo el material que comparte con los amantes del estudio de la Palabra, para mi en lo personal y ministerialmente me ha bendecido mucho el don que Dios le ha dado con su facilidad para enseñar las escrituras. No importa que no hayan o que sean pocos, los que seguimos su página oramos por usted. Gracias y Dios le siga usando.

    ResponderEliminar
  6. excelente esudio me ayudo mucho Dios te bendiga hermano

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias por estos estudios, lleo estudiando el libro de Mateo y gracias a su blog he podido entender mucho, Dios los siga bendiciendo

    ResponderEliminar
  8. Dios te bendiga grandemente.. Actualmente estudio Mateo 4 y buscaba un comentario que ayudara a profundizar más mi entendimiento de este capítulo y tu estudio bendijo mi vida.. Muchas gracias! Sigue fuerte hacia la meta. Dios te bendiga 🙏

    ResponderEliminar
  9. tengo una pregunta cuando la caza será forzada y gracias muy buen estudio

    ResponderEliminar

Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...