(Deuteronomio)
Según la tradición hebrea, Moisés murió el día
en que cumplió 120 años.
(Deu. 34:7)
Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se
oscurecieron, ni perdió su vigor.
El día en que Moisés murió no fue accidental o
por enfermedad…fue un día determinado por Dios.
(Deu. 32:48-50)
Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: Sube a este monte de
Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y
mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel; y muere
en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu
hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo.
UN VISTAZO A LA TIERRA PROMETIDA
Aunque Dios no le permitió a Moisés entrar a la
Tierra Prometida (Deu. 32:51-52), el Señor lo invitó a verla de lejos. Por eso le pidió a Moisés que subiera al
Monte Nebo, desde donde es posible ver en un día claro todo Israel.
(Deu. 34:1-4)
Subió
Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está
enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, todo
Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el
mar occidental; el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las
palmeras, hasta Zoar. Y le dijo Jehová:
Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu
descendencia la daré. Te he permitido
verla con tus ojos, mas no pasarás allá.
[Nota: la razón por la que Moisés y Aarón no
entraron a la Tierra Prometida está explicada en el capítulo 3. Lean el
estudio: “Devarim 3: Al otro lado del Río Jordán”]
MOISÉS MUERE
Aunque sabemos que Moisés murió en el Monte
Nebo, en realidad no se sabe en qué sitio en particular, ya que Dios escondió
ese detalle…
(Deu. 34:5-6)
Y
murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de
Jehová. Y lo enterró en el valle, en la
tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; ninguno conoce el lugar de su sepultura
hasta hoy.
El luto de los israelitas por Moisés duró más
tiempo de lo usual (siete días).
(Deu. 34:8)
Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta
días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés.
Josué fue la persona designada para ocupar la
posición de liderazgo que Moisés dejó vacía.
(Deu. 34:9)
Y
Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había
puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron
como Jehová mandó a Moisés.
Las últimas palabras de Devarim, y de la Torá, reconocen
el rol tan importante que Moisés jugó en la historia de Israel…
(Deu. 34:10-12)
Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya
conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que
Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a
toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que
Moisés hizo a la vista de todo Israel.
La grandeza de Moisés vino de lo que él
permitió que Dios hiciera a través de él.
La Biblia señala
que él fue el hombre más humilde de la historia (Num. 12:3), y esa humildad fue
la que abrió la puerta a que Dios lo usara tan grandemente.
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