(Deuteronomio)
Cuando Moisés
terminó de “repetir” la Ley, él se despidió del pueblo. Ya había cumplido su misión de guiar al
pueblo a la Tierra Prometida, además de enseñarles a cómo vivir cuando entraren
allí. Y les recordó que él no entraría.
(Deu. 31:1-2)
Fue
Moisés y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: Este día soy de edad
de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me
ha dicho: No pasarás este Jordán.
Según la
tradición, ese día era el cumpleaños de Moisés, y estaba cumpliendo 120
años. En ese día él terminó de cumplir
su propósito. Por eso, Moisés se
despidió, y subió al Monte para reunirse con el Señor.
Pero antes de
despedirse, Moisés nombró a su sucesor como líder de lsrael: Josué
(Deu. 31:3) Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él
destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que
pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.
(Deu. 31:7-8) Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en
presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este
pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás
heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te
desamparará; no temas ni te intimides.
Josué sería el
nuevo líder, pero quien realmente está en autoridad es Jehová. El Señor irá con ellos.
(Deu. 31:4-6) Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y
con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó. Y los entregará Jehová delante de vosotros, y
haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni
tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te
dejará, ni te desamparará.
LA TORÁ ESCRITA
Moisés no sólo
transmitió la Torá en forma oral, sino también les dejó la valiosa herencia de
tener la Palabra de Dios por escrito, para facilitar la transmisión de esta de
generación en generación.
(Deu. 31:9) Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel.
Les encargó que recordaran
leer la Torá delante de todos cada siete años, para el cierre del Año Sabático
(heb. Shemitá).
(Deu. 31:10-11) Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada
siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos, cuando
viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él
escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos.
Cada generación
debe escuchar la Torá para que sepan cómo vivir como Dios manda.
(Deu. 31:12-13) Harás congregar al pueblo, varones y mujeres
y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y
aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras
de esta ley; y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a
Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais,
pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
Luego de esta
despedida de Moisés, el Señor llamó a Moisés a Su Presencia.
(Deu. 31:14) Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha
acercado el día de tu muerte; llama a
Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en
el tabernáculo de reunión. Y se apareció
Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso
sobre la puerta del tabernáculo.
Pero antes de que
Moisés partiera, todavía había un mensaje que el Señor quería transmitir a Israel…
(Deu. 31:16-18) Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a
dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses
ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e
invalidará mi pacto que he concertado con él, y se encenderá mi furor contra él
en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán
consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel
día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí? Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en
aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses
ajenos.
Dios sabía que Su
Pueblo le iba a fallar. El Señor pidió a
Moisés que transmitiera este mensaje a través de un cántico, el cual
estudiaremos en la próxima lección…
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