(Deuteronomio)
Después de un
desvío de cuarenta años por el desierto, los israelitas finalmente están listos
para entrar a la Tierra Prometida. Pero
la generación que salió de Egipto no es la misma que la que va a entrar a Canaán. Por esa razón, la Nueva Generación debía oír
la Torá, y de eso se trata todo el libro de Devarim (Deuteronomio).
La generación del
Desierto aceptó el Pacto con Dios en el Monte Sinaí (Horeb), y ahora la Nueva
Generación debía confirmar el Pacto antes de entrar a Canaán, al otro lado del
Río Jordán.
(Deu. 29:1) Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés
que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto
que concertó con ellos en Horeb.
No se trata de un
nuevo pacto. Es el mismo, pero con una
nueva generación. Ahora ellos van a
entrar a la Tierra Prometida, y allí deben vivir como Dios manda, tal como está
escrito en la Torá, y no como cada uno quiere…
(Deu. 29:9-13) Guardaréis, pues, las palabras de este pacto,
y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis. Vosotros todos estáis hoy en presencia de
Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y
vuestros oficiales, todos los varones de Israel; vuestros niños, vuestras
mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que
corta tu leña hasta el que saca tu agua; para que entres en el pacto de Jehová
tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios concierta hoy contigo, para
confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la
manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y
Jacob.
La invitación de
Dios no sólo es para los líderes y ancianos, sino también para los niños…y las
mujeres…y aún para los extranjeros.
¿En qué consiste
la invitación de Dios?
- Ser confirmado como Su Pueblo
- Jehová te sea por Dios
- Entrar en el Pacto, que implica obediencia a los mandamientos de Dios
Esta invitación
no es nueva—es la misma que Israel recibió en el Monte Sinaí. Cada generación debe confirmar el Pacto con
Dios.
(Deu. 29:14-15) Y no
solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, sino con los que están
aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que
no están aquí hoy con nosotros.
“Los que no están
aquí hoy” se refiere a las generaciones que están por venir.
ENTRAN A UNA
NUEVA VIDA
Moisés hace memoria
de la forma milagrosa en que Dios cuidó al pueblo de Israel en el desierto.
* Vieron milagros
(Deu. 29:2-3) Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros
habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra
de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra, las grandes
pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas.
* Les proveyó de vestido
(Deu. 29:5) Y yo os he traído cuarenta años en el
desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro
calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.
* Les dio alimento
(Maná, en lugar de pan; agua, en lugar de vino)
(Deu. 29:6) No habéis
comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová
vuestro Dios.
* Los protegió de
los enemigos
(Deu. 29:7-8) Y llegasteis a este lugar, y salieron Sehón
rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de nosotros para pelear, y los
derrotamos; y tomamos su tierra, y la
dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.
En el desierto,
Israel vivió de una manera sobrenatural.
Pero a partir del momento en que entren a la Tierra Prometida, los
israelitas regresarán a una vida más natural.
Por ejemplo, ya recibirán maná, sino que tendrán que trabajar la tierra
para procurar el pan diario.
Moisés les hace
ver que para que les vaya bien en su nueva vida, deben guardar los mandamientos
de Dios.
(Deu. 29:9)
Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que
hiciereis.
NO IMITEN A LAS
NACIONES
Moisés también les
advierte que van a tener la tentación de ver a los vecinos para imitarlos en su
forma de vivir. Esa es una trampa, y no
deben caer en ello…
(Deu. 29:16-18) Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la
tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones por las
cuales habéis pasado; y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y
piedra, de plata y oro, que tienen consigo. No sea que haya entre vosotros
varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro
Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio
de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo.
En la próxima
entrada terminaremos de estudiar el mensaje del capítulo 29…
* Más lecciones de
Deuteronomio: DEVARIM (Deut.)
* Clase de
Biblia en audio: DEVARIM AUDIO
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