sábado, 10 de octubre de 2015

DEVARIM 23:9-25. Leyes Sociales IV



BUEN COMPORTAMIENTO EN LA GUERRA
Se espera que los israelitas se comporten como Dios manda, aún en medio de la guerra.
(Deu. 23:9)  Cuando salieres a campaña contra tus enemigos,  te guardarás de toda cosa mala. 

Algunos interpretan los siguientes versículos como una prohibición de tener relaciones sexuales mientras que un soldado esté en el campo de batalla (un ejemplo de esto es el caso de Urías, esposo de Betsabé—2 Sam. 11:9). 
(Deu. 23:10-11)  Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él.  Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento. 

Para los soldados era algo impensable quedarse “fuera del campamento”, porque no estarían bien protegidos del enemigo. 


HIGIENE BÁSICA
La Torá instruye que las necesidades básicas (en especial la defecación) deben hacerse fuera del campamento. 
(Deu. 23:12-13)  Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas; tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento. 

Tal vez algunos soldados podrían tener la tentación de hacer sus necesidades en el campamento, por miedo a estar en una posición vulnerable ante los enemigos.  Pero hacerlo así sería una afrenta a Dios.  Para calmarlos, el Señor aclara que Él los protegerá, pero ellos deben cuidarse de mantener limpio el campamento.
(Deu. 23:14)  porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti. 


SIERVO QUE HUYE
La Torá instruye lo que se debe hacer cuando un siervo huye de su amo…
(Deu. 23:15)  No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo.

Tal vez lo lógico sería devolver el siervo a su amo.  Pero queda sobreentendido que si alguien huye así es porque ha sufrido de malos tratos. Por eso, la Torá instruye lo siguiente:
(Deu. 23:16)  Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás. 


NO A LA PROSTITUCIÓN
La Biblia prohíbe cualquier tipo de prostitución, tanto de mujeres como de hombres.
(Deu. 23:17-18)  No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel.  No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro. 

Esta prohibición incluía la prostitución ritual que solía ser común en los templos paganos.  Lamentablemente, en la historia de Israel vemos que estas malas costumbres llegaron a permearse entre el pueblo de Dios por las malas influencias (1 Reyes 14:23-24; 2 Reyes 23:7).


PRÉSTAMO SIN INTERESES
En Israel, los préstamos deben ser sin interés.  En principio, no se debe lucrar de la necesidad del hermano.
(Deu. 23:19)  No exigirás de tu hermano interés de dinero,  ni interés de comestibles,  ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. 

En el caso de los “extraños”, los préstamos pueden hacerse con intereses…
(Deu. 23:20)  Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella. 

La palabra “Extraño” (heb. Nokri) se distingue del concepto de “extranjero” (heb. Ger), que se usa para los extranjeros que viven entre los israelitas.  “Nokri” se refiere a un extranjero que no vive en Israel sino que llega allí a hacer negocios.  Sus préstamos no son por necesidad, sino por negocio del cual lucrará.   


CUMPLE TUS VOTOS
La Torá claramente instruye que el pueblo de Dios debe cumplir sus promesas…
(Deu. 23:21-23)  Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti.  Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado.  Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca. 

No hay excusa: si uno promete, debe cumplir.  Por eso, la Biblia dice que es mejor no prometer…
(Eclesiastés 5:4-5)  Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos.  Cumple lo que prometes.  Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.


COMIDA EN LA COSECHA
El último mandamiento de este capítulo se refiere a comer frutos de un campo ajeno.  Según la interpretación rabínica, se refiere a labradores que han sido contratados para la cosecha. 
(Deu. 23:24-25)  Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto.  Cuando entres en la mies de tu prójimo,  podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.

Les es permitido comer del fruto que laboran, pero no llevarse a casa ni vender nada de la cosecha, la cual pertenece a los dueños del terreno.

Por lo demás, en la Torá se contempla que una esquina de los terrenos cosechados sea apartada para que los transeúntes y los necesitados puedan comer del fruto de la tierra (Lev. 23:22).  Jesús y sus discípulos hicieron uso de este privilegio (Lucas 6:1).

*  Más lecciones de Deuteronomio: DEVARIM (Deut.)


*  Clase de Biblia en audio: DEVARIM AUDIO


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