El capítulo 22 de Devarim (Deuteronomio) cubre una variedad de leyes sociales…
PERTENENCIA PERDIDA
La Biblia enseña lo que se debe hacer cuando
uno encuentra algo que se le perdió a otra persona. Comienza hablando del caso de animales
extraviados, pero luego aclara que el principio aplica a cualquier cosa perdida
(22:3).
¿Puede quedarse uno con algo que encontremos en
la calle? La Torá responde…
(Deu. 22:1) Si vieres extraviado el buey de
tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano.
La Biblia claramente señala que no debemos
apropiarnos de lo que no es nuestro. No
sólo debemos devolverlo, sino que debemos cuidarlo hasta que lo pongamos en
manos del dueño.
Pero, ¿qué pasa si encontramos algo perdido
pero no sabemos a quién pertenece? La
Biblia explica a continuación lo que debemos hacer…
(Deu. 22:2-3)
Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo
recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo
devolverás. Así harás con su asno, así
harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que
se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda.
La acción de guardar y devolver las
pertenencias perdidas de otros se clasifica como ayuda al prójimo. La Torá instruye que no quedemos de brazos
cruzados cuando vemos que el prójimo necesita nuestra ayuda…
(Deu. 22:4)
Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el
camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.
Este principio fue el que hizo referencia
Jesús…
(Lucas 14:3-5)
Y dirigiéndose Jesús, a los intérpretes de la ley y a los fariseos, les
habló diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo, o no? Pero ellos guardaron silencio. Y El,
tomándolo de la mano, lo sanó y lo despidió.
Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey en
un hoyo en día de reposo, y no lo saca inmediatamente?
LA REGLA DE ORO
¿A quién no le gustaría que le guarden lo que ha perdido y que le ayuden
cuando lo necesita? Seguramente a
todos. El principio bíblico de ayuda
mutua está relacionado con lo que se conoce como la “Regla de Oro”:
(Mateo 7:12)
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros,
así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
En Éxodo vemos que esta ayuda no sólo aplica a
los vecinos que son amigos, sino aún a los enemigos…
(Éxodo 23:4-5) Si encontrares el buey de tu
enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece caído
debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo.
El mejor ejemplo de este principio es la
Parábola del Buen Samaritano. Les invito
a leerla en Lucas 10:30-37.
VESTIDO DE HOMBRE Y MUJER
La Biblia es clara al decir que al pueblo de
Dios no les es permitido pretender ser de otro sexo más que el que Dios les
dio. Un hombre no debe pretender ser
mujer, ni a una mujer le es permito pasar por hombre—ni aún vestirse como tal.
(Deu. 22:5)
No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá
ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.
NIDOS DE AVE
Uno de los mandamientos más tiernos de la
Biblia es el referente a los nidos de aves…
(Deu. 22:6-7)
Cuando encuentres por el camino algún nido de ave en
cualquier árbol, o sobre la tierra, con pollos o huevos, y la madre echada
sobre los pollos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos. Dejarás ir a la madre, y tomarás los pollos
para ti, para que te vaya bien, y prolongues tus días.
La Biblia contempla que las personas van a
desear comer huevos o pollo. Eso está
permitido, pero al hacerlo se debe tener consideración a la madre de los
pollitos. Primero debe alejarse al ave
madre del nido para evitar que presencie la pérdida de sus pequeños.
Hay otro mandamiento similar entre las leyes de
los sacrificios.
(Levítico 22:26-28) Y habló Jehová a Moisés,
diciendo: El becerro o el cordero o la cabra, cuando naciere, siete días estará
mamando de su madre; mas desde el octavo día en adelante será acepto para
ofrenda de sacrificio encendido a Jehová.
Y sea vaca u oveja, no degollaréis en un mismo día a ella y a su hijo.
Si podemos sacar un principio de esto es: tener
consideración y cuidado de los animales.
(Proverbios 12:10) El justo cuida de la vida de su bestia; mas el
corazón de los impíos es cruel.
COMO PRECAUCIÓN
Parte del principio de cuidar, está reflejado también
en la siguiente ley:
(Deu 22:8)
Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro a tu azotea, para que no
traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se cayera de ella.
La Torá nos enseña que debemos tener cuidado de
poner barandas en las azoteas de las casas o edificios como precaución, para
evitar que alguien caiga y se lastime o muera.
Este principio aplica también a otros lugares que pueden representar un
peligro, tal como pozos (Exo. 21:33-34).
PRINCIPIO DE NO MEZCLAR
Otro principio importante que surge en este
capítulo es: No mezclar cosas diferentes.
El texto da unos ejemplos de lo que cosas que la gente mezcla, pero no
lo debería hacer, tal como sembrados, arado y materiales para la ropa.
(Deu. 22:9-11) No sembrarás tu viña con semillas
diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el
fruto de la viña. No ararás con buey y con asno juntamente. No vestirás ropa de
lana y lino juntamente.
El principio de estos mandamientos es no
mezclar cosas que son intrínsecamente diferentes.
(Levítico 19:19) Mis estatutos guardarás. No harás
ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con
mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos.
Pablo también habla de este principio…
(2 Cor. 6:14-16) No os unáis en yugo desigual con
los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?
¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el
incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el
templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,
como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi
pueblo.
FLECOS EN EL MANTO
La Torá instruye poner unos flecos (heb. Guedil,
también hilo o cordón) en las puntas (Kanaf, lit. alas) del manto
o abrigo.
(Deu. 22:12)
Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te
cubras.
Posiblemente está relacionado con los flecos
(heb. Tzitzit) que se colocan en la ropa (heb. Begued),
que se mencionan en Números.
(Num. 15:38-39)
Habla a los hijos de Israel y diles que se hagan flecos en los bordes de
sus vestidos, por sus generaciones, y que pongan en el fleco de cada borde un
cordón azul. Y os servirá el fleco, para
que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos del SEÑOR, a fin de
que los cumpláis y no sigáis vuestro corazón ni vuestros ojos, tras los cuales
os habéis prostituido.
Los flecos sirven como recordatorio para
guardar los mandamientos de Dios.
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