(Deuteronomio)
LA HEREDAD DE LOS LEVITAS
Todas las tribus de Israel recibieron territorio
como heredad. Las tierras no sólo les
servían como lugar donde habitar, sino que también como fuente de sustento al
trabajarla. Sin embargo, una de las
tribus no recibió tierras como heredad…
(Deu. 18:1-2)
Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán
parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad
de él comerán. No tendrán, pues, heredad
entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho.
Ya se había mencionado el rol especial que
cumplirían los levitas en el cap. 10...
(Deu. 10:8-9)
En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová,
para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su
nombre, hasta hoy, por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos;
Jehová es su heredad, como Jehová tu Dios le dijo.
Si no tenían tierras para producir, ¿de qué vivirían
los levitas? El Señor les dio una
provisión especial: a ellos les sería dado el diezmo y las primicias de la
producción de las demás tribus de Israel, además de los alimentos provenientes
de los sacrificios y ofrendas animales y vegetales.
(Deu. 18:3-5) Y este será el derecho de los sacerdotes de
parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey o cordero: darán al
sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar. Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu
aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás; porque le ha
escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus, para que esté para
administrar en el nombre de Jehová, él y
sus hijos para siempre.
También en el libro Números se habla de esta
porción especial para los levitas…
(Num. 18:20-21)
Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre
ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de
Israel. Y he aquí yo he dado a los hijos
de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto
ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.
Pablo hizo referencia a la porción de los
ministros de Dios en el Templo, y explicó que su servicio era equivalente al de
los ministros creyentes en su tiempo.
(1 Corintios 9:13-14) ¿No sabéis que
los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven
al altar, del altar participan? Así
también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio.
La mayoría de los levitas no vivían en
Jerusalén, sino en las 48 ciudades levitas repartidas en todo el
territorio de Israel (Num 35:7-8). Eran
ciudades de habitación con ejidos alrededor para cultivos de subsistencia. En esas ciudades, los levitas servían al
pueblo local como jueces y maestros de la Ley (heb. Torá); pero su principal
trabajo era servir a Dios en el Templo en Jerusalén.
(Deu. 18:6-7) Y cuando saliere un levita de alguna
de tus ciudades de entre todo Israel, donde hubiere vivido, y viniere con todo
el deseo de su alma al lugar que Jehová escogiere, ministrará en el nombre de
Jehová su Dios como todos sus hermanos los levitas que estuvieren allí delante
de Jehová.
Aunque los levitas no recibieron heredad en
tierras, ellos se quedaron con la mejor porción: servir al Señor. El servicio
de los levitas en el Templo se repartía entre 24 grupos, cada uno de los cuales
servían dos semanas al año (1 Crónicas 24:4-18). En Jerusalén se le daba posada y alimento a
los levitas que llegaran a servir a Dios (Deu. 18:8).
NO IMITARÁN LAS ABOMINACIONES
Cuando los israelitas entraran a la Tierra
Prometida, ellos no iban a encontrar una tierra desierta, sino habitada. Una y otra vez, la Torá les advierte que
deben limpiar el territorio de la idolatría y de todas las abominaciones de los
pueblos anteriores.
(Deu. 18:9-12)
Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones
de aquellas naciones. No sea hallado en
ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique
adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino,
ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y
por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.
La definición de estas abominaciones es la
siguiente:
· Pasar a los hijos por fuego: esta práctica estaba asociada a la adoración al dios pagano Moloc, quien demandaba el sacrificio de un hijo.
· Adivinación: es buscar conocer el futuro por medio de la magia u otros medios que no tienen que ver con la ciencia ni la razón.
· Agorero: que presagia males o desgracias
· Sortilegio: adivinación que no se basa en la ciencia o en la razón, sino en la magia.
· Hechicería: poderes mágicos y maléficos que se usan para dominar la voluntad de una persona o controlar el curso de los acontecimientos.
· Encantamientos: pronunciar ciertas palabras con poder mágico para cambiar las cosas a su favor
· Magia: ciencia oculta que pretende producir efectos sorprendentes con la ayuda de fuerzas secretas de la naturaleza
a. “magia blanca”: uso de medios naturales que parecen sobrenaturales
b. “magia negra”: hacer cosas extraordinarias con ayuda de un demonio
· Consulta de muertos o nigromancia: adivinación del futuro por medio de la invocación al espíritu de los muertos
· Pasar a los hijos por fuego: esta práctica estaba asociada a la adoración al dios pagano Moloc, quien demandaba el sacrificio de un hijo.
· Adivinación: es buscar conocer el futuro por medio de la magia u otros medios que no tienen que ver con la ciencia ni la razón.
· Agorero: que presagia males o desgracias
· Sortilegio: adivinación que no se basa en la ciencia o en la razón, sino en la magia.
· Hechicería: poderes mágicos y maléficos que se usan para dominar la voluntad de una persona o controlar el curso de los acontecimientos.
· Encantamientos: pronunciar ciertas palabras con poder mágico para cambiar las cosas a su favor
· Magia: ciencia oculta que pretende producir efectos sorprendentes con la ayuda de fuerzas secretas de la naturaleza
a. “magia blanca”: uso de medios naturales que parecen sobrenaturales
b. “magia negra”: hacer cosas extraordinarias con ayuda de un demonio
· Consulta de muertos o nigromancia: adivinación del futuro por medio de la invocación al espíritu de los muertos
Las naciones cananeas solían practicar esas
abominaciones, pero la Torá advierte claramente a Israel que no imiten esas
malas costumbres.
(Deu. 18:14)
Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos
oyen; mas a ti no te ha permitido esto
Jehová tu Dios.
PERFECTO
En contraste con las costumbres paganas de las
demás naciones, la Biblia dice que Israel está llamado a ser “perfecto”…
(Deu. 18:13)
Perfecto serás delante de Jehová tu Dios.
¿A qué se refiere con “ser perfecto”?
Evidentemente no se refiere a “no tener
defectos”, pues ningún ser humano es perfecto.
Más bien se refiere a ser íntegro y recto. La palabra que se traduce como “perfecto” en
hebreo es: Tamim, que también puede traducirse como: íntegro (o entero),
recto, verdadero, sincero.
Una persona íntegra es la que actúa con
rectitud. Busca en todo momento hacer
las cosas como Dios manda; y en caso que se equivocara, rectifica. Esto es lo que se consideraría como alguien
“perfecto” o íntegro en el concepto bíblico (heb. Tamim).
El llamado a “ser perfecto” o íntegro se
remonta a Abraham…
(Génesis 17:1)
Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le
dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.
En el Sermón del Monte, Jesús también nos llamó
a ser perfectos…
(Mateo 5:48)
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos
es perfecto.
Ser prefecto está relacionado con imitar a
Dios.
(Lucas 6:40)
El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere
perfeccionado, será como su maestro.
El perfeccionamiento debe ser la meta de los
creyentes (2 Cor. 7:1), y es un proceso que dura toda la vida. Pablo es un ejemplo de ello…
(Filipenses 3:12-15) No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea
perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui
también asido por Cristo Jesús. Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así
que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís,
esto también os lo revelará Dios.
Todo creyente debe apuntar a ser perfecto. Cada uno debe dar lo mejor de sí, y el Señor
hará el resto (Col. 1:28-29).
Lo contrario a buscar ser perfecto sería ser de
“doble ánimo”, y de esto habla Santiago:
(Santiago 1:8)
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
La persona de “doble ánimo” a veces es buena, y
otras veces actúa mal sin arrepentimiento.
Suele juzgar a los demás con dureza, pero con él mismo es clemente. El doble ánimo es una cuestión del corazón
que se refleja en las acciones. Por eso
Santiago dice:
(Santiago 4:8)
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los
de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
La Biblia menciona el concepto de integridad
(“ser perfecto” heb. Tamim) en contraposición con las
abominaciones que hacen las demás naciones.
Dios llama a su pueblo Israel a ser diferente, apartado…a ser santo como
Dios es santo (Lev. 20:23-27)
PROFETA EN MEDIO DE TI
En contraste con las artes mágicas, la Biblia
presenta la figura del profeta…
Algunos tal vez tengan la tentación de ver al
“profeta” como la versión bíblica del mago o hechicero, pero nada puede estar
más lejos de la realidad. Mientras que
los magos buscan manipular el presente y futuro a su antojo, el profeta bíblico
nos lleva a someternos a la voluntad de Dios.
El profeta bíblico es simplemente una voz que
Dios usa para revelarnos Su voluntad. Muchos
identifican al profeta con el concepto de “predecir el futuro”, pero esa no es
la esencia de su propósito. En realidad
el profeta es aquel que habla lo que Dios quiere decir a Su pueblo, ya sea con
respecto al futuro, al presente y aún en relación al pasado. Profeta en hebreo
es: Navi, que viene del verbo “Navá” que significa:
hablar por inspiración (o profetizar).
Veamos ahora lo que la Biblia dice con respecto
al profeta en Devarim 18…
(Deu. 18:15-18)
Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová
tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb
el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios,
ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado
bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré
de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él
les hablará todo lo que yo le mandare.
El profeta es un intermediario entre Dios y Su
pueblo. Lo que él habla es porque Dios se
lo dijo, y por ello debemos atender lo que el profeta dice.
(Deu. 18:19)
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre,
yo le pediré cuenta.
El pueblo debe obedecer al profeta. Pero, ¿aplica esto a todos los profetas? Mientras que el profeta hable de parte de
Dios, sí debemos atender a sus palabras; pero la Biblia también nos advierte
que tengamos cuidado de los profetas falsos…
PROFETAS FALSOS
La Biblia define al “profeta falso” como aquel
que habla algo que Dios no le ha dicho.
Y la consecuencia de tal falta es muy seria…
(Deu. 18:20)
El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi
nombre, a quien yo no le haya mandado
hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
La pena es severa porque el peligro es muy
serio, ya que puede desviar al pueblo de Dios.
Lo difícil es distinguir quién es un profeta falso o uno verdadero. La
Torá nos enseña una forma de determinarlo…
(Deu. 18:21-22)
Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no
ha hablado? Si el profeta hablare en
nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que
Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor
de él.
LEVANTARÉ UN PROFETA
La descripción del profeta de Dios en este
capítulo tiene escondida una profecía mesiánica.
(Deu. 18:15)
Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová
tu Dios; a él oiréis…
Dando testimonio de Jesús como Mesías, Pedro
señaló que él era el profeta prometido en Devarim…
(Hechos 3:22-23) Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro
Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en
todas las cosas que os hable; y toda
alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.
Jesucristo (en hebreo, Yeshua HaMashiaj)
es el profeta enviado, que nos habla lo que Dios Padre ha dicho, y a Él debemos
obedecer.
(Juan 12:49-50)
Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dio
mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna; así
que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
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