(Deuteronomio)
SACRIFICIOS SIN DEFECTO
El capítulo 17 comienza con un versículo
aislado que hace referencia a la calidad de los sacrificios que son ofrecidos a
Dios en el Templo…
(Deu. 17:1)
No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios, buey o cordero en el cual
haya falta o alguna cosa mala, pues es abominación a Jehová tu Dios.
Este concepto ya se había mencionado en
relación a la consagración de los animales primogénitos (Deu. 15:21). En Levítico 22 se define lo que se considera como
defecto en un animal para sacrificio…
(Levítico 22:20-22) Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque
no será acepto por vosotros. Asimismo,
cuando alguno ofreciere sacrificio en ofrenda de paz a Jehová para cumplir un
voto, o como ofrenda voluntaria, sea de vacas o de ovejas, para que sea
aceptado será sin defecto. Ciego,
perniquebrado, mutilado, verrugoso,
sarnoso o roñoso, no ofreceréis éstos a Jehová, ni de ellos pondréis ofrenda
encendida sobre el altar de Jehová.
Si un israelita va a ofrecer algo a Dios, debe
ser sin defecto, porque el Señor merece lo mejor.
El resto del capítulo (17) cubre dos temas
principales:
1. Cómo
tratar con la idolatría en Israel
2.
Expectativas para un rey en Israel
LOS IDÓLATRAS EN MEDIO ISRAEL
La idolatría es un pecado muy serio en el Reino
de Dios. De hecho, es el segundo
mandamiento que viene después de reconocer a Jehová como Dios…
(Deu. 5:6-8)
Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No harás para ti escultura, ni imagen alguna
de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra.
La tentación a la idolatría no sólo se da entre
los pueblos paganos, sino que también puede surgir entre el pueblo de Dios y
por ello la Torá trate el tema y lo prohíbe.
La pregunta que se responde en este capítulo
es: ¿qué se debe hacer cuando un israelita cae en idolatría?
(Deu. 17:2-5)
Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de tus ciudades que Jehová
tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho mal ante los ojos de Jehová tu
Dios traspasando su pacto, que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se
hubiere inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del
cielo, lo cual yo he prohibido; y te fuere dado aviso, y después que oyeres y
hubieres indagado bien, la cosa pareciere de verdad cierta, que tal abominación
ha sido hecha en Israel; entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer
que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así
morirán.
Si un israelita está cometiendo idolatría, los
testigos deben llevarlo a la puerta de la ciudad, donde se encuentran los jueces. El juicio y condena de un idólatra no se hace
en las calles ni lo hace el pueblo, sino se deja el asunto en manos de los
jueces. Dado que la consecuencia es muy
seria, el juez debe asegurarse bien si el israelita ha cometido tal
pecado.
Para condenar a muerte alguien en Israel, se
debía contar con el testimonio de dos o más testigos, quienes confirmarían que
la persona ha hecho tal mal y merece la pena de muerte. Si no había testigos, no se aplicaba la pena
capital.
(Deu. 17:6)
Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo
testigo.
El rol de los testigos no es sólo dar
testimonio, sino que ellos participaban en la condena…
(Deu. 17:7)
La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después
la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti.
ÁRBOL DE ASERA
Hablando sobre el tema de la idolatría,
regresaremos a los últimos versículos del capítulo anterior, los cuales hablan de
este tema…
(Deu. 16:21-22)
No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar de Jehová tu Dios,
que tú te habrás hecho, ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu
Dios.
Aquí se hace mención específica del ídolo de
Asera, el cual se representaba en forma de un palo o de un árbol, como símbolo
de fertilidad. Los árboles dedicados a
Asera se plantaban a la par de los altares paganos en los lugares altos.
La Torá prohíbe explícitamente que los
israelitas imiten esas malas costumbres de los cananeos.
(Levítico 26:1)
No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua,
ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo
soy Jehová vuestro Dios.
REYES EN ISRAEL
El segundo tema principal de este capítulo
trata sobre los reyes en Israel. Éste es un tema controversial al principio de
la historia de Israel ya que en teoría Dios era rey sobre Israel. Él es la máxima autoridad y de quien emana la
legislación. Sin embargo, Dios sabía que
iba a llegar el día en que el pueblo iba a pedir “un rey como las demás naciones”
(ya sea porque quieren tener a un líder visible, o porque desean ser como las
demás naciones).
(Deu. 17:14-15) Cuando hayas entrado en la tierra
que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas:
Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;
ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre
tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre
extranjero, que no sea tu hermano.
Dios deja claro que Él sigue siendo el Soberano
Supremo, ya que aunque hay un rey humano en Israel, el Señor será quien lo
elija. No se trata de una democracia
(cuyo líder es elegido por el pueblo), ni una monarquía absoluta (cuyo rey dicta
las leyes); más bien se trata de una monarquía constitucional, teniendo la Torá
como el marco legal y un rey que se somete a Dios.
Hasta ahora, los requistos para el rey de
Israel son:
a. Un rey
elegido por Dios
b. Debe
ser israelita, nunca un extranjero.
Los demás requisitos para un rey en Israel son
los siguientes:
c. No aumentará sus caballos
d. No tomará muchas mujeres
e. No amontonará riquezas en abundancia
f.
Escribirá una copia de la Torá, y la leerá todos los días
Veamos estos últimos requisitos uno por uno…
c. No aumentará sus caballos
(Deu. 17:16)
Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto
con el fin de aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca
por este camino.
Los caballos no sólo eran símbolos de poder
militar. Los ejércitos que contaran con
una caballería tenían una ventaja comparativa sobre aquellos cuyos soldados que
luchaban a pie.
El rey de Israel debe tener la confianza puesta
en Dios, no es su poderío militar.
(Salmo 20:7)
Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre
de Jehová nuestro Dios confiaremos.
Más adelante veremos este principio repetido
(Deu. 20:1).
(Deu. 20:1) Cuando salgas a la batalla contra
tus enemigos y veas caballos y carros, y pueblo más numeroso que tú, no tengas
temor de ellos; porque Jehová tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto está
contigo.
d. No tomará muchas mujeres
e. No amontonará riquezas en abundancia
(Deu. 17:17)
Ni tomará para sí muchas mujeres,
para que su corazón no se desvíe;
ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.
Esto es lo contrario a lo que hizo Salomón (1
Reyes 10:26; 1 Reyes 11:1-13).
f.
Escribirá una copia de la Torá, y la leerá todos los días
(Deu. 17:18-20) Y cuando se siente sobre el trono
de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del
original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; y lo tendrá consigo, y
leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su
Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para
ponerlos por obra; para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se
aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus
días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Este requisito era uno de los más importantes
porque ponía al rey debajo de Dios, quien es el verdadero Rey de Israel. Por otro lado, el conocer la Ley le ayudaría
a ser un mejor líder.
Entonces el Eterno conciente la poligamia?
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