Como vimos al
final del capítulo 22…El tribuno romano no sabía qué hacer con Pablo. Por un lado, él sabía que los ciudadanos
romanos tenían derechos especiales en todas las provincias que ocupaba el
Imperio Romano. Teniendo Pablo
ciudadanía romana, le debía dar un trato preferencial. Por otro lado tenía a una gran multitud de
judíos que estaban esperando ver que castigaran a Pablo, a quien consideraban
un traidor. Este caso era un asunto que mezclaba política con religión; pero el
tribuno sabía poco o nada de los asuntos judíos. Para resolver el problema, el tribuno decidió
llamar a los líderes religiosos entre los judíos.
(Hechos 22:30) Al día
siguiente, queriendo saber de cierto la causa por la cual le acusaban los
judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a
todo el concilio, y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.
Esta es la segunda
de siete defensas que Pablo hará ante diferentes audiencias para defender su
caso:
Primera defensa
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Ante el pueblo
de Jerusalén
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Hechos 22
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Segunda defensa
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Ante el
Concilio (Sanedrín)
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Hechos 23
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Tercera defensa
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Ante Félix
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Hechos 24
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Cuarta defensa
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Ante Festo
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Hechos 25:1-12
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Quinta defensa
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Ante Agripa
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Hechos 25:13-14
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Sexta defensa
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Ante los
líderes judíos en Roma
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Hechos 28
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Séptima defensa
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Ante Nerón
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(después de Hechos)
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AUDIENCIA ANTE EL
CONCILIO EN JERUSALÉN
En el capítulo 22
leímos sobre la defensa de Pablo ante los ciudadanos de Jerusalén. En el capítulo 23, Pablo es llevado ante los
líderes religiosos…
(Hechos 23:1) Entonces
Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda buena
conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy.
Pablo sabía que
él no había hecho nada incorrecto a los ojos de Dios; pero los líderes
religiosos no pensaban lo mismo…
(Hechos 23:2) El sumo
sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le
golpeasen en la boca.
¿Por qué le
molestó el sumo sacerdote por lo que dijo Pablo? Para entenderlo debemos conocer un poco de su
historia.
Ananías fue sumo
sacerdote en los años 47 al 58 d.C. Seguramente él compró esa posición, como
sucedía en esos tiempos. [Nota: Durante
los 420 años que estuvo de pie el 2° Templo, hubo 300 sumos sacerdotes, lo cual
es un número exorbitante ya que ese puesto debía ser vitalicio.] Ananías era conocido por su avaricia. Josefo cuenta que él se apropiaba de los
diezmos que el pueblo dejaba para todos los sacerdotes. No sólo eso era injusto, sino que usaba ese
dinero para pagar favores y corrupción.
Por su propio beneficio, Ananías se puso del lado de los romanos, y por
ello llegaron a odiarlo los judíos nacionalistas.
Es muy probable
que Ananías se ofendió al oír a Pablo decir que él vivía como Dios manda. Tal vez lo tomó como un insulto personal, y
por eso mandó a abofetearlo.
REACCIÓN DE PABLO
Pablo no
reaccionó bien a la bofetada, pues no lo merecía, y seguramente lo tomó por
sorpresa.
(Hechos 23:3) Entonces
Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tú sentado para
juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear?
Lo que Pablo no
sabía era que le estaba respondiendo así al sumo sacerdote.
(Hechos 23:4) Los que
estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? (5)
Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito
está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.
Todo había
comenzado mal en el interrogatorio. Pablo
sabía de antemano que no iban a ser justos con él en el juicio, por lo tanto se
propuso crear un distractor…
(Hechos 23:6) Entonces
Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en
el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la
esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga.
Sólo tenía que
mencionar la palabra “resurrección” para crear controversia…
(Hechos 23:7) Cuando dijo
esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se
dividió. (8) Porque los saduceos dicen
que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas
cosas. (9) Y hubo un gran vocerío; y
levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo:
Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un
ángel, no resistamos a Dios.
El tema
controversial que había llevado a Pablo a estar bajo la custodia de los romanos
era la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios. Pero ese tema ni se llegó a tocar porque
Pablo tuvo la astucia de mencionar otro tema controversial: la
resurrección. El concilio estaba partido
sobre este tema: los fariseos sí creían, mientras que los saduceos no. El conflicto entre ambos bandos era tan
fuerte que a la sola mención provocó un caos en el salón.
(Hechos 23:10) Y habiendo
grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese despedazado por
ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y le
llevasen a la fortaleza.
Al final, el
Sanhedrín ya no juzgó el caso de Pablo.
Pero esa era la voluntad de Dios, porque el Señor tenía otros planes
para Pablo.
(Hechos 23:11) A la noche
siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has
testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en
Roma.
Pablo tenía una
misión que cumplir en Roma. Pero no es
de extrañar que el enemigo tratara de impedirlo…
COMPLOT CONTRA
PABLO
Pablo logró salir
ileso de la confrontación en el Sanedrín, pero sus enemigos no se dieron por
vencido. Estaban determinados no sólo a
detener a Pablo sino que querían callarlo para siempre.
(Hechos 23:12-15)
Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron
bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado
muerte a Pablo. (13) Eran más de
cuarenta los que habían hecho esta conjuración, (14) los cuales fueron a los
principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: Nosotros nos hemos
juramentado bajo maldición, a no gustar nada hasta que hayamos dado muerte a
Pablo. (15) Ahora pues, vosotros, con el
concilio, requerid al tribuno que le traiga mañana ante vosotros, como que
queréis indagar alguna cosa más cierta acerca de él; y nosotros estaremos
listos para matarle antes que llegue.
Aunque el enemigo
se proponga a destruir a un hijo de Dios, ése no podrá hacerle daño ni tocarlo
si no es la voluntad de Dios.
De esto escribió
David en los Salmos:
(Salmo 64:1-10) Escucha, oh Dios, la voz de mi queja;
guarda mi vida del temor del enemigo. (2) Escóndeme del consejo secreto de los
malignos, de la conspiración de los que hacen iniquidad, (3) Que afilan como
espada su lengua; lanzan cual saeta suya, palabra amarga, (4) Para asaetear a
escondidas al íntegro; de repente lo asaetean, y no temen. (5) Obstinados en su
inicuo designio, tratan de esconder los lazos, y dicen: ¿Quién los ha de
ver? (6) Inquieren iniquidades, hacen
una investigación exacta; y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así
como su corazón, es profundo. (7) Mas
Dios los herirá con saeta; de repente serán sus plagas. (8) Sus propias lenguas los harán caer; se
espantarán todos los que los vean. (9)
Entonces temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán
sus hechos. (10) Se alegrará el justo
en Jehová, y confiará en él; y se
gloriarán todos los rectos de corazón.
El plan de Dios
era que Pablo fuera a Roma, y para que se cumpliera el Señor movió las piezas
necesarias…
(Hechos 23:16-22)
Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y
entró en la fortaleza, y dio aviso a Pablo.
(17) Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven
ante el tribuno, porque tiene cierto aviso que darle. (18) El entonces tomándole, le llevó al tribuno,
y dijo: El preso Pablo me llamó y me rogó que trajese ante ti a este joven, que
tiene algo que hablarte. (19) El
tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que
tienes que decirme? (20) El le dijo: Los
judíos han convenido en rogarte que mañana lleves a Pablo ante el concilio,
como que van a inquirir alguna cosa más cierta acerca de él. (21) Pero tú no les creas; porque más de
cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales se han juramentado bajo
maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están listos esperando tu
promesa. (22) Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole
que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.
El tribuno pudo
haberse puesto del lado de los judíos a quienes gobernaba. Al contrario, se dispuso proteger a
Pablo.
(Hechos 23:23-24) Y llamando a dos centuriones, mandó que
preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes
y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea; (24) y que preparasen
cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Félix el
gobernador.
El tribuno movió
a mucha gente para proteger a Pablo, y esto lo propició Dios para que Su propósito
se cumpliera.
El tribuno
también involucró al gobernador Félix para que ayudara a proteger a Pablo,
quien se había identificado como ciudadano romano.
(Hechos 23:25-30) Y escribió una carta en estos términos: (26)
Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud. (27) A este hombre, aprehendido por los
judíos, y que iban ellos a matar, lo libré yo acudiendo con la tropa, habiendo
sabido que era ciudadano romano. (28) Y
queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé al concilio de
ellos; (29) y hallé que le acusaban por
cuestiones de la ley de ellos, pero que ningún delito tenía digno de muerte o
de prisión. (30) Pero al ser avisado de asechanzas que los
judíos habían tendido contra este hombre, al punto le he enviado a ti, intimando
también a los acusadores que traten delante de ti lo que tengan contra él.
Pásalo bien.
El tribuno
Claudio le trasfirió al gobernador Félix el caso de Pablo, no sin antes
aclararle que no había hecho nada malo en términos de la ley romana.
(Hechos 23:31-35) Y los
soldados, tomando a Pablo como se les ordenó, le llevaron de noche a
Antípatris. (32) Y al día siguiente,
dejando a los jinetes que fuesen con él, volvieron a la fortaleza. (33) Cuando aquéllos llegaron a Cesarea, y
dieron la carta al gobernador, presentaron también a Pablo delante de él. (34) Y
el gobernador, leída la carta, preguntó de qué provincia era; y habiendo
entendido que era de Cilicia, (35) le dijo: Te oiré cuando vengan tus
acusadores. Y mandó que le custodiasen
en el pretorio de Herodes.
Pablo no se había
librado aún de sus enemigos, pero por lo menos estaba más lejos de la esfera de
control de los que le deseaban mal.
En el siguiente
capítulo veremos la audiencia que el gobernador dará a los acusadores de Pablo
antes de tomar una decisión sobre su caso.
La verdad de lo que escriben me ayuda mucho, aprender más de Jesucristo y de sus seguidores, muchas bendiciones, gracias.
ResponderEliminarMuy buen comentario bendiciones
ResponderEliminarMuy bien la explicaciòn
ResponderEliminarGracias por sus comentario m ayudan mucho a comprender
ResponderEliminarMuy buen comentario
ResponderEliminarExelente la enceñanza ...muy clara bendiciones
ResponderEliminarMe encanta el comentario muy claro excelente enseñanza. Bendiciones
ResponderEliminarQue nos da entender
ResponderEliminarGracias por sus aportes nos enseña los significados de los evangelios de Cristo.
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR
ResponderEliminarBendiciones muchas gracias este estudio me es de mucha edificacion
ResponderEliminarGracias por tan hermoso y bien explicado estudio Es de mucha ayuda para los maestros de hoy que Dios les bendiga y les siga dando sabiduría para seguir enseñando
ResponderEliminarBuen comentario Bendiciones
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