Como vimos al
final del capítulo 23, el tribuno de Jerusalén transfirió el caso de Pablo al
gobernador Félix, que se encontraba en Cesarea.
Pero antes de tratar el caso de Pablo, el gobernador quería que sus acusadores
tuvieran también la oportunidad de expresarse.
(Hechos 23:32-35) Y al día
siguiente regresaron al cuartel dejando que los de a caballo siguieran con
él, (33)
los cuales, después de llegar a Cesarea y de entregar la carta al
gobernador, le presentaron también a Pablo.
(34) Cuando el gobernador la
leyó, preguntó de qué provincia era; y al enterarse de que era de Cilicia, (35)
dijo: Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores. Y mandó que
lo guardaran en el Pretorio de Herodes.
El gobernador no se dispuso a esperar a los
acusadores porque eso era lo correcto y justo; como veremos más adelante, él lo
hizo para cuidarse sus espaldas, y también para ver qué beneficio podía obtener
en el proceso…
¿QUIÉN ERA FÉLIX?
Félix era el gobernador de Judea en el tiempo
en que Pablo fue aprisionado en Jerusalén.
Para entonces Félix ya llevaba diez años en ese puesto público, y ya
conocía bien la región y sus idiosincrasias.
Seguramente el liderazgo religioso lo conocían bien a él también, y
sabían que era corrupto y tiránico. Se
cree que él mandó a matar a un sumo sacerdote que se le opuso, al igual que a
Santiago, el hermano de Jesús. El
historiador Tácito lo describe como alguien que “ejercía su autoridad como
rey, pero con la disposición de un esclavo”.
Félix se casó con Drusila, que era la hija
menor de Herodes Agripa I, quien aparece en Hechos 12. Herodes Agripa II era hermano de Drusila,
ambos nietos de Herodes el Grande.
Félix fue nombrado como gobernante por el emperador Claudio.
Ante este gobernador Félix llevaron a Pablo
para ser juzgado…
LOS ACUSADORES DE PABLO
Los acusadores de Pablo no pudieron llegar a
Cesarea sino hasta casi una semana después.
Y la comitiva que se presentó era importante…
(Hechos 24:1) Cinco días
después, descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y un
cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el gobernador contra
Pablo.
Quien tomó la palabra fue el orador (Tértulo),
a quien usaron como abogado por su don de palabra. Él comenzó elogiando al gobernador, para
ganarse su favor.
(Hechos 24:2-8) Y cuando éste fue llamado, Tértulo
comenzó a acusarle, diciendo: Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas
cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia, (3) oh excelentísimo
Félix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud. (4) Pero por no molestarte más largamente, te
ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad. (5) Porque hemos hallado que este hombre es
una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y
cabecilla de la secta de los nazarenos.
(6) Intentó también profanar el templo; y prendiéndole, quisimos
juzgarle conforme a nuestra ley. (7)
Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras
manos, (8) mandando a sus acusadores que viniesen a ti. Tú mismo, pues, al juzgarle, podrás
informarte de todas estas cosas de que le acusamos. (9) Los judíos también confirmaban, diciendo
ser así todo.
A Pablo lo acusaban de lo siguiente:
* ser una “plaga” social, promoviendo sedición
entre los judíos;
* ser cabecilla de la secta de los nazarenos
(judíos seguidores de Jesús);
* profanar el Templo.
Todas estas acusaciones tenían más que ver con
“temas judíos” que con asuntos romanos; pero la razón por la que las
autoridades romanos lo apresaron fue porque su presencia era causa de malestar
entre los judíos y provocaba que reaccionaran violentamente, causando así desorden
público. Lo que más les importaba a los
romanos era mantener el orden social en todas las provincias del imperio, a
toda costa.
Luego de adular al gobernador, el orador trató
de convencer al gobernador que dejara el asunto de Pablo en manos judías, en
lugar de tratarlo en cortes romanas…Pero Dios tenía otros planes, y Él quería
llevar a Pablo a Roma.
DEFENSA DE PABLO
Luego de escuchar a los acusadores, le llegó el
turno a Pablo:
(Hechos 24:10-13) Habiéndole hecho señal el gobernador
a Pablo para que hablase, éste respondió: Porque sé que desde hace muchos años
eres juez de esta nación, con buen ánimo haré mi defensa. (11) Como tú puedes cerciorarte, no hace más
de doce días que subí a adorar a Jerusalén; (12) y no me hallaron disputando
con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas
ni en la ciudad; (13) ni te pueden probar las cosas de que ahora me
acusan.
Pablo comenzó su defensa aclarando que el
propósito de su visita a Jerusalén fue para adorar a Dios en el Templo. Él nunca buscó causar ningún conflicto ni
disputa. De todo lo que le acusaban, lo
único que podrían señalarle es ser parte “del Camino”, la secta de judíos que
creían en Yeshua. Pablo aclaró que él
seguía siendo judío, cumpliendo con la Ley de Dios; la única diferencia es que
él creía que Jesús era el Mesías. Esto
explicó a continuación…
(Hechos 24:14-16) Pero esto te confieso, que según el
Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo
todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; (15) teniendo esperanza en Dios, la cual
ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de
justos como de injustos. (16) Y por esto
procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los
hombres.
Luego de explicar su postura religiosa, Pablo
explicó lo que había llegado a hacer a Jerusalén…
(Hechos 24:17-21) Pero pasados algunos años, vine a
hacer limosnas a mi nación y presentar ofrendas. (18) Estaba en ello, cuando
unos judíos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con
alboroto. (19) Ellos debieran comparecer
ante ti y acusarme, si contra mí tienen algo.
(20) O digan éstos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha,
cuando comparecí ante el concilio, (21) a no ser que estando entre ellos
prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy juzgado hoy
por vosotros.
Lejos de buscar conflicto, Pablo quería ayudar
a los hermanos en Jerusalén. Él aclaró
que no había hecho absolutamente nada malo ni incorrecto. Si lo acusaban de algo era falso, y no podrían
probarlo. Al final, Pablo sacó de nuevo
el tema de la resurrección de los muertos, que había sido el tema de
controversia cuando lo llevaron ante el Concilio en Jerusalén.
El gobernador Félix llevaba el tiempo
suficiente en su puesto para conocer los asuntos de los judíos, pero antes de
dar su veredicto final, él quería escuchar todavía a un testigo más…
(Hechos 24:22)
Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este
Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de
conocer de vuestro asunto.
Aunque Pablo tendría que quedarse bajo
custodia, no se le quitaría completa libertad.
(Hechos 24:23) Y mandó al centurión que se custodiase
a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a
ninguno de los suyos servirle o venir a él.
CITA PRIVADA
Félix pudo haberse desentendido de Pablo, pero
algo lo intrigó—o por lo menos a su esposa.
Por eso, después del juicio formal, lo llamaron para una entrevista
privada.
(Hechos 24:24)
Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era
judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo.
A partir de este momento comenzó a cumplirse la
última parte del llamado de Pablo, tal como Dios se lo reveló al profeta
Ananías.
(Hechos 9:13-16) Entonces Ananías respondió: Señor, he oído a muchos
acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; (14) y
aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender a todos
los que invocan tu Nombre. (15) Y le
dijo el Señor: Ve, porque vaso escogido me es éste, para que lleve mi Nombre en
presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; (16) porque yo
le mostraré cuánto le conviene que padezca por mi Nombre.
En los últimos años de su vida Pablo estuvo
preso. Aunque eso suene como algo malo,
en realidad era parte del plan de Dios ya que eso fue lo que le permitió
presentarse delante de gobernantes y reyes.
Si hubiera esta en libertad, lo más probable es que Pablo nunca hubiera
podido tener acceso a ellos. Pero esa no
fue la única ventaja de estar bajo arresto.
En este período de su vida, Pablo tuvo el tiempo de escribir cartas que
han beneficiado a todos los creyentes…hasta el día de hoy. Además, su situación sirvió de ejemplo a los
creyentes, dándoles ánimo y valor para compartir el evangelio.
(Filipenses 1:12-14) Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me
han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, (13) de
tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el
pretorio, y a todos los demás. (14) Y la
mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se
atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.
Félix y su esposa escucharon con atención e
interés a Pablo hablar sobre Jesús; pero hubo ciertos puntos en su discurso que
incomodaron al gobernador.
(Hechos 24:25) Pero al disertar Pablo acerca de la
justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo:
Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.
Félix no se caracterizaba por ser justo ni por
tener dominio propio; por lo tanto, es natural que él se sintiera incomodo al
escuchar hablar de esos temas. El
gobernador no tenía la conciencia limpia. Además, había otra oscura motivación en
el corazón del gobernador que lo llevó a buscar a Pablo en privado…
(Hechos 24:26) Esperaba también con esto, que
Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía
venir y hablaba con él.
El gobernador estaba acostumbrado a la
corrupción, y por ello estaba esperando a que Pablo o sus amigos le pagaran
algo para liberarlo…pero esto nunca ocurrió.
No sabemos a exactitud, pero podría ser que sus enemigos sí lo hicieron
porque Félix trató de quedar bien con ellos…
(Hechos 24:27) Pero al cabo de dos años recibió
Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los
judíos, dejó preso a Pablo.
Durante dos años estuvo preso Pablo en Cesarea,
y Félix no resolvió su caso. Pero hubo
un cambio de gobierno. En el próximo
capítulo veremos lo que el nuevo gobernador resolverá sobre el caso de Pablo…
Muy bien por el mensaje el dominio propio es más importante para un cristiano el dominio propio es la capacidad que nos permite mandarnos a nosotros mismos es el carácter el gobierno para si mismo
ResponderEliminarAun en los padecimientos(como el apostol Pablo en prisión)Dios tiene planes,estrategias para usarnos aun en esos momentos
ResponderEliminarTodo nos ayuda para bien!
Muy bueno.
ResponderEliminarVer como en medio de la tribulación y en una situación dónde a primera instacia parece que todo está en tu contra, es sorprendente saber que incluso ahí, podemos estar dentro de la voluntad de Dios. Pidamos para estar dentro de su voluntad, sea cual sea el contexto o situación que nos toque.
ResponderEliminarMuy bueno.
Sí, Dios todo lo usa para bien.
ResponderEliminarGRACIAS hermana pir tu trabajo y dedicación.
Dependeremos pues no solo del dominio
ResponderEliminarPropio si no tambien tambien de la relacion verdadera con el espiritu santo de Dios y la fe puesta en accion
Dependiendo exclucivamente de Dios
Y de su misericordia y gracia para
Cada situacion en nuestro dia a dia
Y su proposito con nosotros.
Honrra y alabanza a su nombre
Por siempre.amen!!!
Bien explicado el tema,pero mi principal curuisidad era saber si los muertos se van directamente al cielo como comentan la mayoria de los cristianos si han sido justos segun ellos o sihan sido injustos al infierno,antes de la resurrección de los muertos,gracias por sus comentarios cada día me lleno de gozo al conocer la palabra Bendiciones
ResponderEliminarNingún muerto está en el cielo , ahora descansan , vendrá la resurrección y el juicio final para todos, el veredicto final será unos para vida eterna y otros para muerte eterna, no existe el infierno eterno, eso es falso , los impíos morirán y ya, así que no sirve de nada que le les hagan mil misas a los muertos, no lograran nada.
EliminarIncuestionable voluntad del Señor, bendito por siempre
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