El gobernador
Félix mantuvo el caso de Pablo en suspenso durante dos años. Pero cuando llegó el nuevo gobernador
(Festo), volvió a salir a luz.
(Hechos 25:1) Llegado,
pues, Festo a la provincia, subió de Cesarea a Jerusalén tres días
después. (2) Y los principales
sacerdotes y los más influyentes de los judíos se presentaron ante él contra
Pablo, y le rogaron, (3) pidiendo contra
él, como gracia, que le hiciese traer a
Jerusalén; preparando ellos una celada para matarle en el camino.
Los enemigos de
Pablo no se habían dado por vencido en su misión de matarlo. Pero no podían hacerlo mientras él estuviera
bajo la custodia de los romanos en Cesarea.
Por eso pidieron que fuera transferido a Jerusalén.
Como nuevo
gobernador, Festo pudo haber cedido a la petición de los líderes religiosos,
para quedar bien con ellos; sin embargo, no lo hizo.
(Hechos 25:4-5) Pero Festo
respondió que Pablo estaba custodiado en Cesarea, adonde él mismo partiría en
breve. (5) Los que de vosotros puedan,
dijo, desciendan conmigo, y si hay algún crimen en este hombre, acúsenle.
¿QUIÉN ERA FESTO?
Según datos
históricos, Porcio Festo asumió su puesto como gobernador de Judea en el año 60
d.C. Luego de la corrupción y la tiranía
de su predecesor, Festo trajo un respiro a la región. Sin embargo, aunque él fue un mejor
gobernante, se dedicó a enfrentar muchas crisis que dejó Félix. Para entonces se habían levantado muchos
grupos de zelotes cuya misión era rebelarse y librarse de la opresión
romana.
En su primera
visita oficial, Festo se dirigió a Jerusalén, la ciudad principal de los
judíos, aunque la sede del gobierno romano se encontraba en Cesarea. En Jerusalén se reunió con los
principales líderes religiosos. Para su
sorpresa, de todo lo que le pudieron solicitar en esa primera visita, los religiosos
le pidieron que les entregaran a Pablo.
¿Por qué era tan importante? Él
lo iba a averiguar…
(Hechos 25:6-8) Y
deteniéndose entre ellos no más de ocho o diez días, venido a Cesarea, al
siguiente día se sentó en el tribunal, y mandó que fuese traído Pablo. (7) Cuando éste llegó, lo rodearon los judíos
que habían venido de Jerusalén, presentando contra él muchas y graves
acusaciones, las cuales no podían probar;
(8) alegando Pablo en su defensa: Ni contra la ley de los judíos, ni
contra el templo, ni contra César he pecado en nada.
De nuevo, Pablo
se defendió, diciendo que no había hecho nada malo, ni contra el orden de Roma
ni contra la Ley de Dios. Luego de escucharlo, se hizo evidente que las
acusaciones en contra de Pablo eran de índole religioso. Por eso, Festo propuso que Pablo regresara a
la corte de Jerusalén. Pero Pablo no
aceptó, y como ciudadano romano apeló a una autoridad superior.
(Hechos 25:9-11) Pero Festo, queriendo congraciarse con los
judíos, respondiendo a Pablo dijo: ¿Quieres subir a Jerusalén, y allá ser
juzgado de estas cosas delante de mí?
(10) Pablo dijo: Ante el tribunal de César estoy, donde debo ser
juzgado. A los judíos no les he hecho
ningún agravio, como tú sabes muy bien. (11) Porque si algún agravio, o cosa
alguna digna de muerte he hecho, no rehúso morir; pero si nada hay de las cosas
de que éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. A César apelo.
Pablo jugó su
última carta legal: apeló al César, la máxima autoridad en el Imperio Romano.
(Hechos 25:12) Entonces
Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: A César has apelado; a César
irás.
Esta apelación
era uno de los derechos más antiguos con los que contaban los ciudadanos
romanos, desde los tiempos de la República romana (509 a.C.). Al gobernador no le quedó otra que seguir con
el procedimiento, porque Pablo era un ciudadano romano.
El único problema
con que se quedó Festo es que, al enviar a Pablo a Roma, él debía escribir un
sumario del juicio, al igual que la descripción del cargo por el cual se le
había detenido. Pero, a la fecha, no se
le había acusado de nada que pudiera ser probado (25:26-27). ¿Qué iba a enviar por escrito a Roma?
ANTE EL REY
AGRIPA
Festo aprovechó
la visita del rey Agripa para dilucidar el caso de Pablo…
(Hechos 25:13-21) Pasados
algunos días, el rey Agripa y Berenice vinieron a Cesarea para saludar a Festo. (14) Y
como estuvieron allí muchos días, Festo expuso al rey la causa de Pablo,
diciendo: Un hombre ha sido dejado preso por Félix, (15) respecto al cual,
cuando fui a Jerusalén, se me presentaron los principales sacerdotes y los
ancianos de los judíos, pidiendo condenación contra él. (16) A éstos respondí que no es costumbre de
los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a
sus acusadores, y pueda defenderse de la acusación. (17) Así que, habiendo venido ellos juntos acá,
sin ninguna dilación, al día siguiente, sentado en el tribunal, mandé traer al
hombre. (18) Y estando presentes los
acusadores, ningún cargo presentaron de los que yo sospechaba, (19) sino que tenían contra él ciertas
cuestiones acerca de su religión, y de un cierto Jesús, ya muerto, el que Pablo
afirmaba estar vivo. (20) Yo, dudando en cuestión semejante, le
pregunté si quería ir a Jerusalén y allá ser juzgado de estas cosas. (21) Mas como Pablo apeló para que se le
reservase para el conocimiento de Augusto, mandé que le custodiasen hasta que
le enviara yo a César.
En lugar de darle
su opinión, Agripa pidió ver a Pablo en persona.
(Hechos 25:22) Entonces Agripa dijo a Festo: Yo también
quisiera oír a ese hombre. Y él le dijo: Mañana le oirás.
De nuevo se abre
la oportunidad para que Pablo comparta con reyes y gobernadores, tal como Dios
lo había revelado con anterioridad (Hechos 9:13-16).
Esta audiencia con Pablo no iba a ser un asunto privado sino que lo
hicieron público.
(Hechos 25:23-27) Al otro
día, viniendo Agripa y Berenice con mucha pompa, y entrando en la audiencia con
los tribunos y principales hombres de la ciudad, por mandato de Festo fue
traído Pablo. (24) Entonces Festo dijo:
Rey Agripa, y todos los varones que estáis aquí juntos con nosotros, aquí
tenéis a este hombre, respecto del cual
toda la multitud de los judíos me ha demandado en Jerusalén y aquí, dando voces
que no debe vivir más. (25) Pero yo,
hallando que ninguna cosa digna de muerte ha hecho, y como él mismo apeló a Augusto,
he determinado enviarle a él. (26) Como
no tengo cosa cierta que escribir a mi señor,
le he traído ante vosotros, y mayormente ante ti, oh rey Agripa, para
que después de examinarle, tenga yo qué escribir. (27) Porque me parece fuera de razón enviar
un preso, y no informar de los cargos que haya en su contra.
De nuevo, otra
autoridad encuentra inocente a Pablo, haciendo evidente que las acusaciones en
su contra son falsas, motivadas por otros intereses.
En el siguiente
capítulo, Pablo tendrá la oportunidad de compartir su testimonio ante el rey
Agripa…pero antes veamos quiénes eran estos personajes importantes: Agripa II y Berenice:
¿QUIÉNES ERAN AGRIPA Y BERENICE?
Berenice era
hermana de Drusila, casada con Félix. Ambas eran hijas de Herodes Agripa
I. Berenice se casó con Herodes de
Calcis, hermano de Agripa I, quien era su tío (los matrimonios entre parientes
cercanos eran aceptados entre los romanos).
Cuando el esposo
(tío) de Berenice murió (48 d.C.), ella se fue a vivir con su hermano Agripa II, con quien se cree que mantuvo una relación incestuosa. De esta forma, se aseguraron que el reino le
quedaría a él. Agripa II heredó los
territorios de su padre, al igual que los que habían estado bajo su tío abuelo,
Herodes de Filipo, que incluían parte de Galilea. La ciudad principal era Tiberias, pero él
estableció el centro de su gobierno en
Cesarea de Filipo (cuyo nombre cambió a Neronías, en honor al emperador Nerón). Además, le fue
dada cierta autoridad sobre un territorio muy significativo: el Monte del
Templo en Jerusalén. Esto le daba el
poder de nombrar y remover al sumo sacerdote.
Históricamente, a
Agripas II se le recuerda más por su resistencia a las revueltas de los judíos,
principalmente los zelotes. Siempre se
mantuvo del lado de los romanos, y por eso los romanos lo premiaron con más
territorios bajo su autoridad. Durante la
estadía del general Tito en la región para apagar la revuelta judía, se cree
que Berenice sostuvo una aventura con él.
El quería llevarla con él Roma como su novia, pero al final desistió ya
que ella era judía, y no sería bien aceptada en Roma por la rebelión
judía. Más tarde, él llegó a convertirse
en César.
En tiempos de Pablo, Herodes Agripas II era el rey de los judíos. Ante él Pablo dará su testimonio, como veremos en el siguiente capítulo...
esta muy bien explicado, si quiero pedir por favor se indique de donde sacan sus afirmaciones históricas. es un buen mensaje gracias.
ResponderEliminarpuedes conseguirlos en el Libro de Josefo Los escritos Esenciales
ResponderEliminarGracias por compartir y explicarlo tan claramente bendiciones
ResponderEliminarsúper gracias, estaba estudiando este arresto del apostol Pablo y todos lo lugares y ante tanta gente que tuvo que presentarse todo dentro del plan de Dios pero la expresión ningún pelo de su cabeza sería tocado sin que se cumpliese el propósito de Dios llegar ante los aquellos que menosprecian a un Cristo vivo pero que necesitan escuchar la buena noticia Cristo Rey de Reyes esta por sobre cualquier autoridad por alta que sea solo eso ya co impactó mi corazón,ya que no importa cuántas maquinaciones hayan en contra de nuestra vida si somos llamados a cumplir el propósito de Dios nada ni nadie puede evitarlo
ResponderEliminarQue hermoso es entender las escrituras por medio de la explicación!
ResponderEliminarMuchas gracias!
Gracias por compartir
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario Bíblico, ayuda muchísimo, Dios los Bendiga.
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