Al final del capítulo 2 vimos cómo la vida de los apóstoles
cambió luego de recibir el bautismo del Espíritu. Comenzaron a vivir como Jesús, siguiendo su
ejemplo en palabra y obra. Por
consiguiente, comenzaron a verse señales y prodigios…
Leeremos de corrido el milagro que ocurrió ese día, y luego
lo analizaremos poco a poco…
(Hechos 3:1-11) Y cierto día Pedro y Juan subían al templo a la
hora novena, la de la oración. (2) Y había un hombre, cojo desde su nacimiento,
al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa,
para que pidiera limosna a los que entraban al templo. (3)
Este, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar al templo, les pedía
limosna. (4) Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su
vista en él, le dijo: ¡Míranos! (5) Y él los miró atentamente, esperando recibir
algo de ellos. (6) Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas
lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda! (7) Y
asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos
cobraron fuerza, (8) y de un salto se puso en pie y andaba. Entró
al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios. (9)
Todo el pueblo lo vio andar y alabar a Dios, (10) y
reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la
Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le
había sucedido. (11) Y estando él asido de Pedro y de Juan, todo
el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos
estaban.
i. A la hora novena
En el primer versículo se hace referencia a “la hora de la
oración”, que fue el momento en que ocurrió el milagro…
(Hechos 3:1) Y cierto día
Pedro y Juan subían al templo a la hora novena, la de la oración.
¿Cuál es esta “hora de la oración”? El texto dice que era la “hora novena”, la
cual es una medida de tiempo romana, que hoy equivale a las 3 de la tarde. Los romanos comenzaban a contar el día a
partir del amanecer, aproximadamente las 6 am; la hora novena, por lo tanto,
equivale hoy a las 3 pm.
¿Qué oración se hacía a esa hora? Es la oración que está relacionada con el
Sacrificio Continuo, que en hebreo se conoce como “Korban Tamid”. Se le llama
“continuo” porque se ofrecía todos los días.
En el libro de Números encontramos las instrucciones que Dios le dio a
su pueblo referente a esta ofrenda diaria:
(Números 28:1-8) Después habló
el SEÑOR a Moisés, diciendo: (2) Ordena
a los hijos de Israel, y diles: "Tendréis cuidado de presentar mi ofrenda,
mi alimento para mis ofrendas encendidas, aroma agradable para mí, a su tiempo
señalado." (3) Y les dirás: "Esta es la ofrenda encendida
que ofreceréis al SEÑOR: dos corderos de un año, sin defecto, cada día como
holocausto continuo. (4) "Ofrecerás un cordero por la mañana, y
ofrecerás el otro cordero al atardecer;
(5) y como ofrenda de cereal, una
décima de un efa de flor de harina mezclada con la cuarta parte de un hin de
aceite batido. (6) "Es un holocausto continuo instituido en
el monte Sinaí como aroma agradable, ofrenda encendida al SEÑOR. (7)
"Y su libación será la cuarta parte de un hin por cada cordero; en
el lugar santo derramarás una libación de bebida fermentada al SEÑOR. (8)
"Y el segundo cordero lo ofrecerás al atardecer; como la ofrenda de
cereal de la mañana y como su libación lo ofrecerás, ofrenda encendida, aroma
agradable al SEÑOR.
Cada día se debían ofrecer dos “sacrificios continuos”: uno
a las 9 am, y el otro a las 3 pm. Ambos
sacrificios debían ser corderos. No es
casualidad que Jesús, el Cordero de Dios, fue clavado en la cruz a las 9 am, y
expiró entregando su vida exactamente a las 3 pm.
Los sacrificios en el Templo los llevaban a cabo los
sacerdotes, pero el pueblo estaba invitado a participar en oración en el atrio
del Templo. Pedro y Juan fueron a la
entrada del Templo en esa hora, porque sabían que el Señor había hecho esa cita
divina con su pueblo, tal como está señalado en Éxodo:
(Éxodo 29:42) Será holocausto continuo por vuestras generaciones
a la entrada de la tienda de reunión, delante del SEÑOR, donde yo me encontraré
con vosotros, para hablar allí contigo.
El milagro del cojo sucedió en esa hora de la ofrenda de la
tarde, y más adelante en Hechos (cap. 10) volveremos a ver una referencia de
esta hora. [Hay mucho más que hablar de esto, pero no es el tema de este
estudio; pero para quienes les interese profundizar más, les recomiendo leer
las siguientes referencias bíblicas: Exo. 29:38-42; Salmo 141:1-2; Daniel 9:21;
Esdras 9:4-5; 1 Reyes 18:36].
ii. Cojo de nacimiento
Volviendo a la historia, vemos que Pedro y Juan fueron a
orar al Templo, y en la entrada se encontraron con un hombre necesitado…
(Hechos 3:2) Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que
llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para
que pidiera limosna a los que entraban al templo.
Ese hombre nació impedido y nunca pudo caminar. Por lo tanto, no podía valerse de sí mismo;
él dependía de que otros lo llevaran de un lado para otro. Tampoco podía trabajar, por lo que se veía obligado
a pedir limosna para sobrevivir.
Sin embargo, vemos que gente lo ayudaba, ya sea dándole
dinero o ayudándolo a transportarlo. Por
el gran tránsito de gente en el Templo, ese era un buen lugar para pedir
limosna.
(Hechos 3:3) Este, viendo a Pedro y a Juan que iban a
entrar al templo, les pedía limosna.
Cuando Pedro y Juan pasaron a su lado, él les pidió dinero…y
no se le ocurrió más. Así nos pasa a
nosotros: nos concentramos en nuestras necesidades básicas e inmediatas, y no
pensamos en pedir algo más sustancial y duradero. Parafraseando el refrán
popular: Pedimos un pescado, en lugar de pedir que se nos enseña a pescar. Al cojo no se le ocurrió que pudiera haber
algo más, pero Pedro vio más allá. El
texto dice que él “fijó su vista en él”…
(Hechos 3:4-5) Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su
vista en él, le dijo: ¡Míranos! (5) Y él los miró atentamente, esperando recibir
algo de ellos.
Al verlo a los ojos, Pedro supo que el Señor lo quería
ayudar de una mejor manera…
(Hechos 3:6-8) Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas
lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda! (7) Y
asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos
cobraron fuerza, (8) y de un salto se puso en pie y andaba. Entró
al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.
Pedro le dio el regalo que Dios le quería dar a ese hombre:
la sanidad, la restauración de su cuerpo...y la salvación.
¿Cuántas veces no le pedimos a Dios que nos “solucione un
problemita”, cuando lo que en realidad El quiere es sanar nuestro corazón y
transformar nuestra vida? Cuando Dios interviene, no lo hace de una
manera superficial sino que llega a hacer una transformación profunda en
nosotros (Ej. Los israelitas pidieron
que les fuera quitado el peso del trabajo duro, pero Dios les dio más: los
libró de la esclavitud, transformó sus mentes en el desierto, y los llevó a la
Tierra Prometida donde podrían vivir en libertad y en bendición).
Este milagro de sanidad no sólo benefició al hombre que
había nacido cojo, sino que sirvió de testimonio a muchos…
(Hechos 3:9-11) Todo el pueblo lo vio andar y alabar a
Dios, (10) y reconocieron que era el mismo que se
sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a pedir limosna, y se llenaron de
asombro y admiración por lo que le había sucedido. (11) Y
estando él asido de Pedro y de Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió
al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban.
TESTIMONIO DE JESÚS
De nuevo, Pedro aprovechó el momento para dar testimonio de Jesús…
(Hechos 3:12) Al ver esto Pedro, dijo al pueblo: Varones
israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto, o por qué nos miráis así, como si
por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar? (13)
El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha
glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y repudiasteis en
presencia de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. (14)
Mas vosotros repudiasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se os
concediera un asesino, (15) y disteis muerte al Autor de la vida, al que
Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.
Pedro fue claro en darle la gloria a Dios por el milagro que
se dio. Así como Jesús había hecho
milagros en medio de ellos, ahora sus seguidores lo hacían, pero no por “poder
propio”, sino en el Nombre de Jesús.
(Hechos 3:16) Y por la fe en su nombre, es el nombre de
Jesús lo que ha fortalecido a este hombre a quien veis y conocéis; y la fe que
viene por medio de El, le ha dado esta perfecta sanidad en presencia de todos
vosotros.
Pedro volvió a explicar que la muerte de Jesús era parte del
plan de Dios, pero que ahora que Él había resucitado y ascendido al Cielo,
debían reconocerlo como Señor…
(Hechos 3:17) Y ahora, hermanos, yo sé que obrasteis por
ignorancia, lo mismo que vuestros gobernantes.
(18) Pero Dios ha cumplido así lo
que anunció de antemano por boca de todos los profetas: que su Cristo debería
padecer. (19) Por tanto, arrepentíos y
convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de
refrigerio vengan de la presencia del Señor,
(20) y El envíe a Jesús, el
Cristo designado de antemano para vosotros,
(21) a quien el cielo debe
recibir hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual
Dios habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos.
Estos versículos están cargados de revelación, pues no sólo
hablan de lo que Jesús hizo en el pasado, sino también lo que hará en el
futuro, y lo que Dios espera de su pueblo en medio de esto…
a. Lo que Dios espera
de Su pueblo es que se arrepientan y se
conviertan. Esto implica que
reconozcan su pecado y que tomen la determinación de cambiar.
b. La conversión
abrirá la puerta a “tiempos de refrigerio”.
La palabra “tiempos” en griego es "Kairos", que se refiere a:
ocasiones, oportunidades, épocas, temporadas.
Son tiempos de Dios para traer “refrigerio”…
La palabra “refrigerio” en griego es "Anapsuksis", que
literalmente significa: recobrar el aliento, o revivir. Es un avivamiento.
Dios no sólo quiere salvarnos, sino avivarnos. Esto será la obra del Espíritu Santo hasta
que Jesús regrese.
c. Mientras todo esto
está pasando en la Tierra, Jesús está en el Cielo y allí se quedará hasta que
llegue el “tiempo de la restauración de
todas las cosas”.
Aquí la palabra “tiempo” es diferente a la anterior, pues en
griego se usa “Kronos”: que se refiere literalmente a un espacio de tiempo, un
período, una ocasión determinada.
La palabra “restauración” se traduce del griego “Apokatastasis”,
que también significa: restituir, restablecer, reconstituir
En ese día determinado, el Día del Señor, Jesús va a
restaurar todas las cosas. Todo lo que
se arruinó desde la Caída del Hombre con Adán, será restaurado y hecho como
nuevo.
(Apocalipsis 21:1-5) Y vi un cielo
nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y
el mar ya no existe. (2) Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que
descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su
esposo. (3) Entonces oí una gran voz que decía desde el
trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará
entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. (4) El
enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni
clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. (5) Y
el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.
Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Pedro citaba mucho la Biblia, para confirmar lo que la
Palabra revelaba de Jesús…
(Hechos 3:22-24) Moisés dijo: El Señor Dios os levantará un
profeta como yo de entre vuestros hermanos; a Él prestaréis atención en todo
cuanto os diga. (23) Y sucederá que todo el que no preste atención
a aquel profeta, será totalmente destruido de entre el pueblo. (24) Y
asimismo todos los profetas que han hablado desde Samuel y sus sucesores en
adelante, también anunciaron estos días.
Tal vez el pueblo no iba a creer lo que decía un pescador de
Galilea, pero sí iban a creer en la Palabra de Dios…
(Hechos 3:25-26) Vosotros sois los hijos de los profetas y del
pacto que Dios hizo con vuestros padres, al decir a Abraham: Y en tu simiente
serán benditas todas las familias de la Tierra.
(26) Para vosotros en primer
lugar, Dios, habiendo resucitado a su Siervo, le ha enviado para que os
bendiga, a fin de apartar a cada uno de vosotros de vuestras iniquidades.
Pedro citaba trozos de la Biblia que todos conocían (Deut.
18:15-19; Genesis 12:3). Pero en ese
momento les estaba dando una nueva interpretación.
Cuando Pedro y los apóstoles daban su testimonio, muchos
creyeron…pero no todos. En el próximo
capítulo veremos cuál fue la reacción de los religiosos…
Gracias, es una bendición este estudio.
ResponderEliminarDios bendiga cada palabra de esta enseñanza, y bendiga tu alma de luz por hacerla llegar a otros, gracias de corazon kari
ResponderEliminarGracias, Dios les continúe bendiciendo.
ResponderEliminarBendiiciones y Gracias
ResponderEliminarToda rabah por sus enseñanzas.
ResponderEliminarBendiciones amen gracia padre te adoramos dios estas palabras
ResponderEliminarAgradecida por eñ esfuerzo y dedicación a la enseñanza de la palabra.Bendiciones
ResponderEliminar¿Es posible que Pedro y Juan hayan visto al hombre cojo muchas veces antes del día de su sanidad?
ResponderEliminarAgradezco de antemano sus respuestas.
Tal vez si es posible que lo hayan visto pero al ser dóciles al Espíritu Santo solo esperaban el momento en que El les permitiría actuar bueno eso es lo que pienso espero te sirva bendiciones
Eliminar¿Es posible que Pedro y Juan hayan visto al hombre cojo muchas veces antes del día de su sanidad?
ResponderEliminarGracias de antemano por sus respuestas
El texto no lo dice con claridad, pero definitivamente sí es posible que el cojo haya estado allí muchas veces antes--hasta tal vez todos los días.
EliminarDios bendiga su vida x este estudio.... SHALOM
ResponderEliminaray poder en Jesús
ResponderEliminarDios bendiga su vida y le dé más revelación de las escrituras.
ResponderEliminarMuy bendecido este estudio fue de mucha bendición para mi a Dios sea la Gloria!!!
ResponderEliminarMuy edificante este pasaje de la biblia gracias hermanos por sus enseñanzas.
ResponderEliminarDios les bendiga, una muy buena enseñanza
ResponderEliminarGracias, lei mucho pero está explicación limpió mis dudas.
ResponderEliminarAmen gloria a Dios muy bonito estudio la verdad que me encantó que la voy a dar en la congregación bendiciones y una paz de cristo desde Tijuana baja California México
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