miércoles, 5 de febrero de 2014

Hechos 2:1-12. Pentecostés: la Fiesta y el Cumplimiento


Para poder entender lo que ocurrió en Hechos 2, debemos primero saber en qué consiste la Fiesta de Pentecostés…

El día en que los discípulos de Jesús se reunieron y recibieron el bautismo del Espíritu Santo no era un día cualquiera.  En ese día se celebraba una de las Fiestas bíblicas, conocida como “Fiesta de las Semanas”.  
  
FIESTA DE LAS SEMANAS
En la Fiesta de Semanas se celebra uno de los días más importantes en la historia de Israel: la entrega de la Torá en el Monte Sinaí.  Esta fiesta sigue a otras tres previas que están conectadas también con la historia de Israel:

Pascua (14 Nisan) celebra la liberación de la muerte, gracias a la sangre del Cordero de la Pascua

Fiesta
Fecha
Evento histórico relacionado…
Pascua
14 Nisan
Los israelitas fueron librados de la muerte del primogénito, gracias a la sangre del Cordero de la Pascua
Panes
Sin Levadura
15 Nisan
Los israelitas finalmente salieron de Egipto
Primicias
18 Nisán
Los israelitas cruzaron el Mar Rojo

El proceso de Redención que Dios comenzó en Egipto el día de la Pascua, llegó a un punto crucial tres meses después.
(Éxodo 19:1)  Al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinaí.



Estado al pie del Monte, Dios le hizo una invitación especial al pueblo de Israel.
(Éxodo 19:3-6)  Y Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: (4) Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí. (5) Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; (6) y vosotros seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

El pueblo había reconocido que Dios era su Redentor, pues Él los había liberado de la esclavitud en Egipto; pero ahora les estaba invitando a reconocerlo como su Señor y Rey.  Él iba a ser su Dios, y ellos serían Su Pueblo.  Si aceptaban, ellos debían comprometerse a escuchar a Dios y obedecerle (1 Pedro 2:9-12).

¿Cuál fue la respuesta de los israelitas ante tal invitación?
(Éxodo 19:7-8)  Entonces Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas estas palabras que el SEÑOR le había mandado. (8) Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Haremos todo lo que el SEÑOR ha dicho. Y llevó Moisés al SEÑOR las palabras del pueblo.

Luego de aceptar, Dios les dio dos días para purificarse y prepararse para recibir Su Presencia. En el día de cincuenta después de haber salido de Egipto, el Señor bajó en medio de Su pueblo.
(Éxodo 19:16-20)  Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta; y tembló todo el pueblo que estaba en el campamento. (17) Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie del monte. (18) Y todo el monte Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego; el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. (19) El sonido de la trompeta aumentaba más y más; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. (20) Y el SEÑOR descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte; y llamó el SEÑOR a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.

Dios se presentó ante todo el pueblo y les entregó los mandamientos.  Esto es lo que se celebra en la Fiesta de Semanas.

CELEBRACIÓN DE LA FIESTA
Posteriormente, el Señor escogió esta fecha (el día 50) para convocar a Su pueblo a celebrar una fiesta, llamada “Semanas” (en hebreo, Shavuot). 

La Fiesta de Semanas no está aislada, sino que está conectada con la Fiesta de Primicias, que se da en el día domingo de la Semana de Pascua.  El Señor instruyó que en ese día de Primicias, todo el pueblo debía presentar los primeros frutos (primicias) de la cosecha de la cebada.  Cincuenta días después, debían presentar la primicia de la cosecha del trigo en la Fiesta de Semanas… 
(Deuteronomio 16:9-10) Siete semanas contarás; comenzarás a contar siete semanas desde el momento en que empieces a meter la hoz a la mies. (10) Entonces celebrarás la fiesta de las semanas al SEÑOR tu Dios con el tributo de una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás según el SEÑOR tu Dios te haya bendecido.

Esta Fiesta se conoce más comúnmente hoy como: Pentecostés.  Este titulo viene del griego: Pentekoste, que significa: quincuagésimo.
(Levítico 23:15-16) Contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que trajisteis la gavilla de la ofrenda mecida; contaréis siete semanas completas. (16) Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo día de reposo; entonces presentaréis una ofrenda de espiga tierna al SEÑOR.


LO PRIMERO A DIOS
El tema de ambas fiestas, Primicias y Semanas, es darle a Dios lo primero.  En realidad, el Señor no “necesita” lo que podamos darle…pero nosotros sí necesitamos aprender a poner a Dios primero—y ése es el ejercicio que el Señor nos invita a hacer en estas dos fiestas.  



Para la Fiesta de Semanas, el Señor pide que Su pueblo se presente ante Él con dos panes…
(Levítico 23:17)  Traeréis de vuestras moradas dos panes para ofrenda mecida, hechos de dos décimas de un efa; serán de flor de harina, amasados con levadura, como primeros frutos al SEÑOR.

Esta petición era algo fuera de lo normal, ya que las ofrendas de granos en el Templo debían ser sin levadura.  Pero en este caso, el Señor pedía una ofrenda de panes con levadura, para ser presentados como primicia del trigo. Sin duda, hay un mensaje escondido en esto…

SIGNIFICADO ESPIRITUAL
Veamos cuál es el significado espiritual de las ofrendas de estas dos Fiestas: Primicias y Semanas…

En un sentido espiritual, la ofrenda de Primicias representa el fruto de vida que comenzamos a dar cuando somos salvos, es decir, cuando reconocemos a Jesús como nuestro Salvador.  Si la conversión es sincera, de inmediato comenzamos a dar cambios importantes en la vida. 

Por otro lado, la ofrenda de Semanas (heb. Shavuot) representa los frutos que comenzamos a dar cuando nos sometemos a la Ley de Dios y ponemos en práctica Su Palabra.  El Señor pide que pongamos levadura a la ofrenda, y ésta representa el pecado. Aunque tratemos de cumplir los mandamientos, seguramente vamos a pecar porque somos humanos…hasta que seamos transformados en el Día del Señor.

Saber que vamos a fallar no es excusa para pecar.  Todos debemos hacer el esfuerzo, pero también debemos reconocer que no podemos hacerlo sin la ayuda del Señor.
(Filipenses 2:12-15)  Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;  (13)  porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.  (14)  Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones,  (15)  para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo,

Pablo explica muy bien este dilema que todos vivimos entre “el querer y el hacer”, pues muchos tenemos el deseo de hacer el bien, pero la carne nos hala en dirección opuesta.  Veamos lo que Pablo dice al respecto:
(Romanos 7:18-24)  Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no.  (19)  Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico.  (20)  Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí.  (21)  Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí.  (22)  Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios,  (23)  pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.  (24)  ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? 

Pablo se preguntaba lo mismo que nosotros: ¿Quién nos librará de esto?  Por un lado tenemos la intención de hacer el bien, pero la carne nos lleva a pecar (Rom. 7:25).  La respuesta la encontramos en el siguiente capítulo…
(Romanos 8:1-4)  Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.  (2)  Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.  (3)  Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne,  (4)  para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Para poder obedecer la Ley no debemos hacerlo en la carne, sino en el Espíritu.
(Romanos 8:5-9)  Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.  (6)  Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz;  (7)  ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo,  (8)  y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.  (9)  Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.

Para poder obedecer la Ley de Dios, sólo podremos hacerlo con la ayuda del Espíritu Santo que mora dentro de nosotros. Él nos dará la gracia para hacer lo que no podíamos hacer en la carne. Esta gracia es la que se manifestó en el Día de Pentecostés—en el día del cumplimiento mesiánico de esta fiesta…

El Señor no sólo da la Ley, sino que también nos capacita para cumplirla….y esto lo hace escribiendo la Ley en nuestros corazones—en eso consiste el Nuevo Pacto…

NUEVO PACTO
Desde el principio el Señor ha revelado cómo nos va a ayudar a cumplir la Ley: escribiéndola en nuestro corazón. 
(Jeremías 31:31-33)  He aquí, vienen días—declara el SEÑOR—en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto,  (32)  no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos—declara el SEÑOR;  (33)  porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días—declara el SEÑOR—. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Al principio, la Ley estaba tallada en piedra (Exo. 24:12), fuera de nosotros; pero cuando el Espíritu de Dios está dentro de nosotros, Él la escribe en nuestros corazones. De esta forma, nos es más fácil obedecerla. La obediencia no es forzada de afuera, sino viene de adentro para fuera.
(Ezequiel 11:19-20) Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, (20) para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
(Ezequiel 36:26-27) Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. (27) Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

(Salmo 40:8)  me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón.
(Salmo 37:31)  La ley de su Dios está en su corazón; no vacilan sus pasos.

Esto fue lo que pasó con los discípulos en el Día de Pentecostés, diez días después de que Jesús subió al Cielo…

CUMPLIMIENTO MESIÁNICO
En el Día de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Jesús.  Ese día fue el cumplimiento mesiánico de la Fiesta de Semanas.
(Hechos 2:1)  Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar.

La palabra que se traduce como “llegó”, en griego es: Sumpleroo, que significa: alcanzar su cumplimiento pleno. 

Cuando los discípulos estaban reunidos ese día, para celebrar la Fiesta de Semanas, se cumplió la palabra profética, y fueron llenos del Espíritu Santo:
(Hechos 2:2-4)  De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados,  (3)  y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos.  (4)  Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.

Luego de ser llenos del Espíritu, los discípulos comenzaron a hacer algo que no era humanamente posible…
(Hechos 2:5-12)  Y había judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo.  (6)  Y al ocurrir este estruendo, la multitud se juntó; y estaban desconcertados porque cada uno los oía hablar en su propia lengua.  (7)  Y estaban asombrados y se maravillaban, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que están hablando?  (8)  ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua en la que hemos nacido?  (9)  Partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia,  (10)  de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia alrededor de Cirene, viajeros de Roma, tanto judíos como prosélitos,  (11)  cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros idiomas de las maravillas de Dios.  (12)  Todos estaban asombrados y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?

Dado que era día de Fiesta, en Jerusalén había muchos visitantes.  Judíos practicantes de todas partes del mundo hacían peregrinación a Jerusalén todos los años para celebrar las Fiestas, incluyendo la Fiesta de Semanas.  En ese día, luego de recibir el bautismo del Espíritu, los discípulos comenzaron milagrosamente a hablar en otros idiomas.  Después veremos otros milagros que el Señor hará a través de sus discípulos, pero en ese momento se manifestó el milagro de hablar en otras lenguas, probablemente porque era tiempo para que el mensaje del Evangelio fuera difundido.

En Romanos, Pablo habla acerca de “orar en el Espíritu”…
(Romanos 8:26-27)  Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles;  (27)  y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.

En el Día de Pentecostés, los discípulos comenzaron a hablar en otros idiomas.  Pero también hay otras lenguas espirituales que el Señor nos puede dar.  Esas lenguas no es algo que “nos inventamos”, sino que es un leguaje espiritual.  No proviene de la mente, sino del Espíritu de Dios que mora dentro de nosotros.  Esas lenguas sirven para que oremos e intercedamos cuando no tenemos palabras racionales para hacerlo.  Como dice Pablo, así pedimos conforme a la voluntad de Dios, y no conforme a nuestros deseos o voluntad humana. 


En la siguiente entrada terminaremos el capítulo 2 de Hechos con el discurso de Pedro…

14 comentarios:

  1. Muy excelente estudios. Dios lo bendiga

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  2. Exelente estudio que Dios los siga bendiciendo

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  3. Sigue siendo de bendición la Palabra🙏

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  4. Waooo muy edificante ese estudio ,me haz ayudado bastante ,ha sido de grande bendiciones para mi vida .

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  5. Excelente enseñanza, gracias. Dios les bendiga siempre

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  6. Muchas Gracias por esas lindas enseñansas.

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  7. Muy buena explicación pero tengo una duda en el éxodo 19 dice que desde que salieron de Egipto había ya pasado tres meses y en tu comentario dices que era el día 50 cuando escucharon la voz de Dios como que ahí no me cuadran las cuentas podrías explicarlo por favor?!

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  8. Muy exelente estudio, nos da ideas muy claras y nos guia a los que comenzamos con nuestro studio biblico


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  9. Porque dice que Israel llegó al Sinaí 50 días después de haber salido de Egipto, cuando Éxodo 19:1 dice qué llegó al tercer mes? Gracias por su respuesta

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