viernes, 19 de julio de 2013

GENESIS 32: En Camino a la Tierra



Luego de haber estado veinte años en el exilio, Jacob finalmente iba en camino de regreso a la Tierra Prometida. 

Su retorno marca el momento en que los descendientes de Abraham finalmente dejaron atrás su tierra de origen y su parentela.  Esta separación se hizo formal con el “pacto de separación” entre Labán y Jacob (tal como lo vimos en el cap. 31). 

Ya no había vuelta atrás.  Jacob había quemado el puente por el que podía huir.  Ahora no le quedaba más que ir hacia adelante y enfrentar al hermano que lo amenazó de muerte muchos años atrás…

En ese momento, Dios le envió un mensaje de ánimo a Jacob, haciéndole ver que el Señor estaba complacido con su retorno a la Tierra Prometida. 
(Gen. 32:1-2)  Y cuando Jacob siguió su camino, los ángeles de Dios le salieron al encuentro.  (2)  Y al verlos, Jacob dijo: Este es el campamento de Dios; por eso le puso a aquel lugar el nombre de Mahanaim. 

Dios les envió ángeles para cuidarlos en su camino.
(Salmo 91:9-11)  Porque has puesto al SEÑOR, que es mi refugio, al Altísimo, por tu habitación.  (10)  No te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a tu morada.  (11)  Pues El dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.
(Salmo 34:7-9)  El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, y los rescata.  (8)  Probad y ved que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!  (9)  Temed al SEÑOR, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen.

Jacob necesitaba saber que el Señor lo acompañaba en su regreso, ya que iba a encontrarse con su hermano Esaú.

El mundo nos enseña a huir de las dificultades, pero el Señor nos enseña a enfrentar cualquier cosa que se nos ponga delante cuando avanzamos en el camino.  Si estamos en la voluntad de Dios, Él nos ayudará a sobrepasar cualquier obstáculo.   


JACOB CONTACTA A SU HERMANO
Antes de cruzar el río Jordán para entrar a la Tierra Prometida, Jacob se dispuso a contactar a su hermano Esaú.

Para entonces, Esaú no estaba viviendo en la Tierra Prometida.  Esaú ya no vivía cerca de sus padres en Hebrón, sino que se había trasladado a Seir.   En la Biblia no dice que él fue expulsado de la tierra, sino que se fue por su propia voluntad.  Seir era el territorio al sur del Mar Muerto, lo que hoy es el sur de Jordania.  Es una tierra bastante desértica, y por ello, despoblada.  Esaú tomó ese territorio y lo hizo suyo.  El se convirtió en el rey de Seir, y le dio a esa tierra un nuevo nombre: su apodo, Edom (que significa: rojo).

Jacob pudo tratar de pasar desapercibido, pero no lo hizo.   Aunque Esaú estaba lejos, Jacob decidió enviarle un mensaje contándole de su regreso.  En lugar de “evadir” la confrontación, podría decirse que la provocó.  Sin embargo, lo hizo de una forma humilde.  Él quería arreglar las cosas con su hermano de una vez por todas.
(Gen. 32:3-5)  Entonces Jacob envió mensajeros delante de sí a su hermano Esaú, a la tierra de Seir, región de Edom.  (4)  Y les dio órdenes, diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: He morado con Labán, y allí me he quedado hasta ahora.  (5) Tengo bueyes, asnos y rebaños, siervos y siervas; y envío a avisar a mi señor, para hallar gracia ante tus ojos. 

¿Cómo respondió Esaú al mensaje?
(Gen. 32:6)  Y los mensajeros regresaron a Jacob, diciendo: Fuimos a tu hermano Esaú, y él también viene a tu encuentro y cuatrocientos hombres con él. 

Esaú no respondió al mensaje de Jacob.  Simplemente salió a su encuentro, acompañado de 400 hombres.  Eso no daba la impresión de ser un encuentro amistoso, sino el preámbulo de un ataque.   

Ante esto, Jacob reaccionó de dos formas:

a.  Posición de Defensa
Jacob dividió a la familia en dos y los mandó al otro lado del río para protegerlos.
(Gen. 32:7-8)  Entonces Jacob tuvo mucho temor y se angustió; y dividió la gente que estaba con él, y las ovejas, las vacas y los camellos, en dos campamentos  (8)  y dijo: Si Esaú viene a un campamento y lo ataca, entonces el campamento que queda escapará. 

Jacob tomó sus precauciones, pero la defensa más importante fue la siguiente…

b.  Oración
Jacob clamó a Dios pidiéndole protección.  En ese momento, él le recordó a Dios la promesa que El le había hecho de traerlo con bien de regreso a la Tierra.
(Gen. 32:9-12)  Y dijo Jacob: Oh Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, oh SEÑOR, que me dijiste: Vuelve a tu tierra y a tus familiares, y yo te haré prosperar, (10)  indigno soy de toda misericordia y de toda la fidelidad que has mostrado a tu siervo; pues con sólo mi cayado crucé este Jordán, y ahora he llegado a tener dos campamentos.  (11)  Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo le tengo miedo, no sea que venga y me hiera a mí y a las madres con los hijos.  (12)  Y tú dijiste: De cierto te haré prosperar, y haré tu descendencia como la arena del mar que no se puede contar por su gran cantidad.

Jacob apeló a lo que Dios le había dicho.  Jacob había obedecido, y ahora le pedía a Dios que cumpliera su parte.  También hizo referencia a la promesa de Abraham, la cual él recibió de su padre como herencia espiritual. Jacob ya había visto que Dios cumple Su Palabra, y por eso oró con fe, sabiendo que Dios es bueno y justo.  También oró con humildad, reconociendo que no merecemos la misericordia divina, pero Dios la da porque nos ama.

REGALOS PARA ESAÚ
El mundo nos enseña a ser orgullosos, a no mostrar miedo ni darnos por vencido.  Pero el Señor nos enseña a ser humildes.
(Prov. 15:1)  La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira.

Jacob no reaccionó violentamente a la amenaza de Esaú viniendo acompañado de tantos hombres, sino que se quedó en su lugar, esperando la llegada de su hermano.  Pero no se quedó con los brazos cruzados, sino que dispuso hacer algo para ganarse su favor: enviarle regalos por adelantado.
(Gen. 32:13-21)  Y pasó la noche allí. Entonces de lo que tenía consigo escogió un presente para su hermano Esaú: (14)  doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,  (15)  treinta camellas criando con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez asnos;  (16)  y los entregó a sus siervos, cada manada aparte, y dijo a sus siervos: Pasad delante de mí, y poned un buen espacio entre manada y manada.  (17)  Y ordenó al primero, diciendo: Cuando mi hermano Esaú te encuentre y te pregunte, diciendo: ¿De quién eres y adónde vas, y de quién son estos animales que van delante de ti?,  (18)  entonces responderás: Son de tu siervo Jacob; es un presente enviado a mi señor Esaú; y he aquí, él también viene detrás de nosotros.  (19)  Ordenó también al segundo y al tercero, y a todos los que iban tras las manadas, diciendo: De esta manera hablaréis a Esaú cuando lo encontréis,  (20)  y diréis: He aquí, tu siervo Jacob también viene detrás de nosotros. Pues dijo: Lo apaciguaré con el presente que va delante de mí. Y después veré su rostro; quizá me acepte.  (21)  El presente pasó, pues, delante de él, y él durmió aquella noche en el campamento. 

Los regalos siempre tienen un efecto positivo.  Con ellos se busca quedar bien con las personas que lo reciben.  Aun puede calmar la ira, como lo dice el proverbio:
(Prov. 21:14)  El presente en secreto pacifica el enojo, y la dádiva en el seno, la fuerte ira.

Aun así, Jacob no podía poner su confianza total en los regalos.  Sabía que tenía que proteger a su familia y ponerlos a salvo, en caso que los regalos no fueran suficiente para ganarse el favor de Esaú.
(Gen. 32:22-23)  Y aquella misma noche se levantó, y tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Jaboc.  (23)  Los tomó y los hizo pasar el arroyo, e hizo pasar también todo lo que tenía. 

Jacob llevó a su familia al otro lado del río.  La rivera de ese río es muy accidentada, lo cual lo hace difícil cruzar.  De esta forma, los protegería, o por lo menos haría difícil que los alcanzaran.

Pero Jacob se quedó del lado del río en que venía Esaú. 
En el próximo capítulo (cap. 33) leeremos sobre el encuentro con Esaú…pero antes veremos otro encuentro que Jacob tuvo esa noche de espera…


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...