miércoles, 27 de octubre de 2010

I SAMUEL 2: Cántico de Ana y los Hijos de Eli


Además de los salmos, en la Biblia encontramos varios cánticos en los cuales la gente salta en adoración por algo milagroso que Dios ha hecho en sus vidas. Entre estos están: el Cántico del Mar Rojo (Exo. 15), el Cántico de Moisés (Deu. 32), el Cántico de Débora (Jue. 5), el Cántico del Cordero (Apoc. 15:3-4) y también el Cántico de Ana.

Estos cánticos no sólo son alabanzas de agradecimiento, sino también tienen mensajes más profundos y aun proféticos.

CÁNTICO DE GRATITUD DE ANA
El Cántico de Ana está registrado justamente después de haber dejado a su hijo Samuel con el Sumo Sacerdote Eli. Uno pensaría que ella estaría triste, pero su corazón estaba lleno de gratitud al Señor por haber respondido a su oración.

Este es el Cántico de Ana:
(1 Sam. 2:1-10)  Entonces Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en el SEÑOR, mi fortaleza en el SEÑOR se exalta; mi boca sin temor habla contra mis enemigos, por cuanto me regocijo en tu salvación. (2) No hay santo como el SEÑOR; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios. (3) No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el SEÑOR es Dios de sabiduría, y por El son pesadas las acciones. (4) Quebrados son los arcos de los fuertes, pero los débiles se ciñen de poder. (5) Los que estaban saciados se alquilan por pan, y dejan de tener hambre los que estaban hambrientos. Aun la estéril da a luz a siete, mas la que tiene muchos hijos languidece. (6) El SEÑOR da muerte y da vida; hace bajar al Seol y hace subir. (7) El SEÑOR empobrece y enriquece; humilla y también exalta. (8) Levanta del polvo al pobre, del muladar levanta al necesitado para hacerlos sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor; pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, y sobre ellas ha colocado el mundo. (9) El guarda los pies de sus santos, mas los malvados son acallados en tinieblas, pues no por la fuerza ha de prevalecer el hombre. (10) Los que contienden con el SEÑOR serán quebrantados, El tronará desde los cielos contra ellos. El SEÑOR juzgará los confines de la tierra, a su rey dará fortaleza, y ensalzará el poder de su ungido.

Ana reconoció que Dios está en control. El es Soberano. No hay nada imposible para Dios.

Al final, el Cántico se vuelve profético, haciendo mención del Mesías que vendrá a reinar sobre toda la Tierra. En un momento en que los malos parecerán triunfar, el Señor vendrá a derrotarlos y a juzgarlos. Entonces el Señor traerá justicia y paz al mundo.

LO DEJÓ IR
Elcana y Ana regresaron a su casa, dejando a Samuel con Eli, el sumo sacerdote.

Es difícil pensar en algo más difícil para unos padres que dejar ir a su hijo. Es algo similar a cuando Dios pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac en el altar. La gran diferencia es que Isaac debía morir, mientras que Samuel viviría con alguien más. En cierta forma Samuel murió para Ana, pero vivió para Dios. Ése era el propósito por el cual él nació.
(1 Sam. 2:11) Entonces Elcana se fue a Ramá, a su casa. Y el niño servía al SEÑOR delante del sacerdote Elí.

Podríamos pensar que Ana salió perdiendo, pero no es así. Todos salieron ganando, y así es la forma en que Dios opera. A Ana le fue quitada la vergüenza de la esterilidad; pero no sólo eso, sino que fue premiada con más hijos.
(1 Sam. 2:20-21) Entonces Elí bendecía a Elcana y a su mujer, y decía: Que el SEÑOR te dé hijos de esta mujer en lugar del que ella dedicó al SEÑOR. Y regresaban a su casa. (21) Y el SEÑOR visitó a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el niño Samuel crecía delante del SEÑOR.

También la nación de Israel salió ganando porque ahora Dios tenía a su servicio un hombre que iba a cambiar la historia de Israel: Samuel, el juez y el profeta que ungió a los dos primeros reyes de Israel.

HIJOS DE ELI
En el capítulo dos se hace evidente el estado del sistema religioso de ese tiempo. En ese tiempo, Eli era el Sumo Sacerdote. Pero él estaba viejo y cansado, por lo tanto, quienes realmente manejaban los asuntos del tabernáculo eran sus hijos.

Los hijos de Eli eran los principales líderes religiosos de la época. Sus nombres eran:
* OFNI (heb. Jofni) lit. contendiente, peleonero
* FINEES (heb. Pinjas = peh + najas) lit. “boca de serpiente”

La Biblia los describe como “hombres indignos, que no conocían al Señor.”
(1 Sam 2:12) Los hijos de Elí eran hombres indignos; no conocían al SEÑOR.

“Hombres indignos” (heb. Bnei Belial) = lit. “hijos de Belial”
Belial = sin valor, buenos para nada, malignos, destructores

La Biblia dice que ellos “no conocían al Señor”.
Conocer (en hebreo Yadá) = saber, conocer, tener relación íntima.

En teoría, los levitas y los sacerdotes eran los encargados de enseñar al pueblo la Palabra de Dios. Sin embargo, los líderes religiosos de ese tiempo no conocían al Señor ni tampoco conocían el orden de Dios. Al igual que el resto del pueblo, ellos hacían lo que mejor les parecía (Jue. 21:25).

Los hijos de Eli eran hombres corruptos, y lo único que buscaban era su propio beneficio.
(1 Sam 2:12-17) Los hijos de Elí eran hombres indignos; no conocían al SEÑOR (13) ni la costumbre de los sacerdotes con el pueblo: cuando algún hombre ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote con un tenedor de tres dientes en su mano mientras se cocía la carne, (14) lo introducía en la cazuela, la olla, la caldera o el caldero, y todo lo que el tenedor sacaba, lo tomaba el sacerdote para sí. Así hacían en Silo con todos los israelitas que allí iban. (15) Asimismo, antes de quemar la grosura, el criado del sacerdote venía y decía al hombre que ofrecía sacrificio: Da al sacerdote carne para asar, pues no aceptará de ti carne cocida, sino solamente cruda. (16) Y si el hombre le decía: Ciertamente deben quemar primero la grosura y después toma todo lo que quieras; él respondía: No, sino que me la darás ahora, y si no la tomaré por la fuerza. (17) El pecado de los jóvenes era muy grande delante del SEÑOR, porque los hombres menospreciaban la ofrenda del SEÑOR.

Los hijos de Eli no respetaban el Altar del Señor. Ellos tomaban de la carne de los sacrificios como si fuera “su cocina privada”.

Los levitas y sacerdotes tenían derecho a cierta parte de los sacrificios, pero no todo.
(Deut. 18:1-5)  Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán porción ni heredad con el resto de Israel; comerán de las ofrendas encendidas al SEÑOR y de su porción. (2) Y no tendrán heredad entre sus hermanos; el SEÑOR es su heredad, como les ha prometido. (3) Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecen como sacrificio buey u oveja: darán para el sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar. (4) Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceite y del primer esquileo de tus ovejas. (5) Porque el SEÑOR tu Dios le ha escogido a él y a sus hijos de entre todas tus tribus, para que esté allí y sirva en el nombre del SEÑOR, para siempre.

(Lev. 7:29-36)  Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofrezca el sacrificio de sus ofrendas de paz al SEÑOR, traerá su ofrenda al SEÑOR del sacrificio de sus ofrendas de paz. (30) Sus propias manos traerán ofrendas encendidas al SEÑOR. Traerá la grasa con el pecho, para que el pecho sea presentado como ofrenda mecida delante del SEÑOR. (31) Y el sacerdote quemará la grasa sobre el altar; pero el pecho pertenecerá a Aarón y a sus hijos. (32) Y daréis al sacerdote la pierna derecha como contribución de los sacrificios de vuestras ofrendas de paz. (33) Aquel que de entre los hijos de Aarón ofrezca la sangre de las ofrendas de paz y la grasa, recibirá la pierna derecha como su porción. (34) Pues yo he tomado de los hijos de Israel, de los sacrificios de sus ofrendas de paz, el pecho de la ofrenda mecida y la pierna de la contribución, y los he dado al sacerdote Aarón y a sus hijos, como su porción para siempre de parte de los hijos de Israel. (35) Esta es la porción consagrada a Aarón y la porción consagrada a sus hijos de las ofrendas encendidas para el SEÑOR, desde el día en que él los presentó para ministrar como sacerdotes al SEÑOR, (36) la cual el SEÑOR había ordenado que se les diera de parte de los hijos de Israel el día en que El los ungió. Es la porción de ellos para siempre, por todas sus generaciones.

Cuando se hacían los SACRIFICIOS DE PAZ (heb. Shelamim), una parte era para Dios, otra para el sacerdote y otra para el oferente.

¿Cuál era la parte para Dios?
(Lev. 3:9-11) Y del sacrificio de las ofrendas de paz, traerá una ofrenda encendida al SEÑOR: la grasa, la cola entera, que cortará cerca del espinazo, la grasa que cubre las entrañas y toda la grasa que hay sobre las entrañas, (10) los dos riñones con la grasa que está sobre ellos y sobre los lomos, y el lóbulo del hígado, que quitará con los riñones. (11) Y el sacerdote lo quemará sobre el altar como alimento; es ofrenda encendida para el SEÑOR.
(Lev. 3:16)  Y el sacerdote los quemará sobre el altar como alimento; es ofrenda encendida como aroma agradable. Toda la grasa es del SEÑOR.

Los hijos de Eli tomaban de la parte del Señor para saciar su apetito.
(1 Sam. 2:17)  El pecado de los jóvenes era muy grande delante del SEÑOR, porque los hombres menospreciaban la ofrenda del SEÑOR.

A Eli le llegaban quejas del mal comportamiento de sus hijos, pero no hizo nada al respecto.
(1 Sam. 2:22-25)  Elí era ya muy anciano; oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión, (23) y les dijo: ¿Por qué hacéis estas cosas, las cosas malas de que oigo hablar a todo este pueblo? (24) No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el pueblo del SEÑOR. (25) Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería que murieran.

A pesar de su alta posición, los hijos de Eli no se comportaban como debían ni hacían las cosas como Dios mandaban. Ellos “hacían lo que querían”, tal como el pueblo en la época de los jueces (Jue. 21:25). Ellos querían servir a Dios “a su manera”.

Pero la Era de los Jueces, junto con los hijos de Eli, estaba a punto de llegar a su fin.

CONTRASTE CON SAMUEL
Samuel llegó a la casa de Eli a vivir como un hijo. Sin embargo, Samuel no se comportó como los otros hijos de Eli. En contraste, el pequeño Samuel iba creciendo espiritualmente.
(1 Sam. 2:18-19)  Samuel siendo niño, ministraba delante del SEÑOR, usando un efod de lino. (19) Su madre le hacía una túnica pequeña cada año, y se la traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual.

(1 Sam. 2:21) … Y el niño Samuel crecía delante del SEÑOR.

(1 Sam. 2:26) Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres.

En esto encontramos un paralelo con Jesús, quien desde niño tenía el favor de Dios y de los hombres.
(Lucas 2:52)  Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.

PASIVIDAD DE ELI
En contraste con Samuel, la maldad de los hijos de Eli iba creciendo.
(1 Sam. 2:22-23) Elí era ya muy anciano; oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión, (23) y les dijo: ¿Por qué hacéis estas cosas, las cosas malas de que oigo hablar a todo este pueblo?

¿Qué hizo Eli para corregir el mal comportamiento de sus hijos? … ¡¡¡Nada!!!
(1 Sam. 2:24-25)  No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el pueblo del SEÑOR. (25) Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería que murieran.

FALTA DE DISCIPLINA
Parecía ser que Elí tenía temor de Dios, pero no supo transmitírselo a sus hijos ni enseñarles el camino de Dios.

No disciplinó a sus hijos, y eso los llevó a su propia destrucción.
(Proverbios 13:24)  El que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo ama lo disciplina con diligencia.

En este sentido, Eli también expresó su carnalidad, porque prefirió mantener el favor de sus hijos que el favor del Señor.

Es interesante que el Señor llama la atención de Eli, y no directamente a sus hijos. Como patriarca, Eli era responsable de lo que sucediera en su familia.

Lección>> Un padre no puede “controlar” todo lo que hacen sus hijos, pero si debe servir como guía moral y espiritual. Si ve que los hijos están desviándose, debe llamarles la atención y disciplinarlos.

Eli falló en dos cosas:
• nunca disciplinó a sus hijos
• les permitió seguir como sacerdotes, a pesar de su comportamiento.

LLAMADO DE ATENCIÓN
El Señor no manda juicio sin antes hacer una advertencia. Por lo tanto, el Señor envió un profeta para confrontar a Eli y llamarlo al arrepentimiento. Si él no corregía a sus hijos, el Señor se encargaría de hacerlo.
(1 Sam. 2:27-29) Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: Así dice el SEÑOR: ¿No me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto, esclavos de la casa de Faraón? (28) ¿No los escogí de entre todas las tribus de Israel para ser mis sacerdotes, para subir a mi altar, para quemar incienso, para llevar un efod delante de mí? ¿No di a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los hijos de Israel? (29) ¿Por qué pisoteáis mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado en mi morada, y honras a tus hijos más que a mí, engordándoos con lo mejor de cada ofrenda de mi pueblo Israel?

¿Qué había hecho mal Elí?
* Pisotean los sacrificios—se engordaba con las ofrendas
* Honra más a sus hijos que a Dios

Las consecuencias serían las siguientes:
(1 Sam. 2:30-33)  Por tanto, el SEÑOR, Dios de Israel, declara: Ciertamente yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí para siempre; pero ahora el SEÑOR declara: Lejos esté esto de mí, porque yo honraré a los que me honran, y los que me menosprecian serán tenidos en poco. (31) He aquí, vienen días cuando cortaré tu fuerza (heb. brazo, pierna, fig. fuerza), y la fuerza de la casa de tu padre, y no habrá anciano en tu casa. (32) Y verás la angustia de mi morada, a pesar de todo el bien que hago a Israel; y nunca habrá anciano en tu casa. (33) Sin embargo, a algunos de los tuyos no cortaré de mi altar para que tus ojos se consuman llorando y tu alma sufra; pero todos los nacidos en tu casa morirán en la flor de la juventud.

Las consecuencias serían las siguientes:
* Sus descendientes no andarán delante del Señor
* Tendrá en poco a los que le menosprecian
* Cortará su fuerza (cortará su brazo)+
* No habrá anciano en su casa, no cortará a algunos

+ BRAZO (heb. Zeroa)
El brazo es el que realiza el trabajo, representa la fuerza y poder de un hombre.
Pero Dios cortaría el brazo al sacerdocio. Ya no funcionaría, no tendría fuerza ni poder. El sacerdocio caería en impotencia. Desde entonces, el sacerdocio en Israel ya no volvió a ser el mismo.

Lo mismo ha pasado con otras instituciones de la Iglesia. Aunque han llegado a tener mucha autoridad y poder, cuando se han aprovechado del pueblo el Señor les ha quitado su influencia.

Dios permitió que cayera este sacerdocio, pero habló de levantar otro: este sería el sacerdocio según el orden de Melquisedec, cuyo Sumo Sacerdote sería Jesús. (Heb. 5:6,9-10)

SEÑAL
Dios le dijo a Eli que le enviaría una SEÑAL para que supiera que esa profecía era verdadera:
(1 Sam. 2:34-36) Y para ti, ésta será la señal que vendrá en cuanto a tus dos hijos, Ofni y Finees: en el mismo día morirán los dos. (35) Pero levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a los deseos de mi corazón y de mi alma; y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mi ungido (heb. Mashiaj). (36) Y acontecerá que todo aquel que haya quedado de tu casa vendrá y se postrará ante él por una moneda de plata o una torta de pan, y dirá: Asígname a uno de los oficios sacerdotales para que pueda comer un bocado de pan.

La SEÑAL tiene dos aspectos:

• HIJOS:
Sus hijos Ofni y Finees morirán el mismo día
Los otros hijos se quedarán sin trabajo, y sin pan.

• OTRO SACERDOTE:
Dios va a levantar a un sacerdote fiel que hará según los deseos del corazón de Dios, y a él le edificará una casa duradera (linaje)





12 comentarios:

  1. siertamente hay padres como eli que v3en a sus hijos hacer lo malo, decir malas palabras, actuar rebeldes y siendo cristianos no le dicen nada.... falta de disciplina la palabra dice instruye a tu hijo y cusndo fuere viejo lo libraras del seol.... corrige a tu hijo con vara... exhortacion

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  2. hay que hablar a los hijos con amor pero tambien con disciplina por eso es que alguno hacen lo que le dan la gana.... desde pequeno no darles tooooodo loque quieren sino lo necesario y q aprendan a tener temor a DIOS

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  3. Muy buena enseñanza todo el desarrollo y como hay que vigilar detalles como cabeza de hogar.

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  4. Interesante estudio!!! Gracias Shalom :)

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  5. y la cuestion es: y si e realidad no son los padres los malos sino los hijos? es decir no creo q los padres tengan la culpa de todo hay hijos que no se enderesan ni con castigos y reproches entonces por eso dios tambien condena?

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    1. si eso es asi entonces donde estaria el amor de dios y su misericordia para quienes no cuentan con ese inmenso poder espiritual para corregir las cosas?

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    2. lo digo porque yo como hija he pecado fallado y no me parece justo que a parte del sufrimiento q le causo a mis padres ellos tengan que pagar ante dios como si el pecado fuera de ellos y no mios

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    3. si ellos te corriegieron y te enseñaron la palabra de Dios ellos cumplieron con su parte si tu no quieres vivir conforme a lo que Dios esta indicando en su Palabra ya es un problema tuyo tus padres no tienen nada que ver.

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    4. Bueno, Elí vivió hasta viejo, o sea tuvo larga vida, y Dios no lo mato ni nada, solo castigo a los hijos, más claro como el agua imposible, dejo vivir a un padre que no corregía a sus propios hijos, ahí Tenes la misericordia de Dios, ahora si se ponen a pensar hay que tener agallas para hacer todo lo que los hijos de elí hicieron en la casa, templo de Dios y pensar que no serian castigados, ahí también tienen su misericordia dado que fueron castigados de grandes, no desde el momento de su pecado, Dios les dio tiempo, bastante tiempo, pero si no quisieron escuchar es su problema, dado que todos tenemos libre albedrío sin excusa desde que nacemos. Tus propias decisiones te llevan a los problemas en los que te metes, no podes echarle la culpa a Dios por ello, no tiene lógica, a veces tenemos que aceptar que no pedimos consejo a Dios y nos basamos en nuestras propias opiniones y consejos las cuales nos dan resultados no favorables tanto a largo plazo como corto plazo. El orgullo no nos deja aceptar cosas que hubieran sido prevenibles si tan solo las hubiera consultado con Dios y se los dice una persona que era en pasado MUY orgullosa tanto con mis padres como conmigo misma. Hoy en día trabajo en ello, he aceptado cosas que no podía ver con mi orgullo y ojo e.e que a veces no es el orgullo, a veces pueden ser otros factores, pero eso depende de cada uno analizarse, no los conozco, ni vivo con ustedes, pero ustedes si se conocen y viven con ustedes mismos, no depende de mí, depende de ustedes, Dios esta ahora con ustedes y esta dispuesto a ayudarlos a entender o lo que sea, solo tienen que pedírselo, buscar respuestas en Google sobre Dios teniendo a Dios al lado es contradictorio, solo están a una oración de distancia y no a un click. salu2 (?

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  6. hola me interesa parte de la información de este estudio, ya que tambien me encuentro preparando un estudio basado en esta parte de las Escrituras.¿como lo puedo descargar?

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    1. Puede encontrar el índice de Primera de Samuel en la siguiente dirección:
      http://estudiobiblia.blogspot.com/p/samuel.html

      O simplemente haga click en la pestaña "Samuel" (debajo del título del blog)

      Hasta ahora hemos estudiado hasta el capítulo 17.

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