miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cantares 5:7

LOS GUARDAS
Los guardas son los que están encargados de guardar el orden en la ciudad y proteger al pueblo. Habíamos ya mencionado que los guardas representan a los líderes religiosos.

En el capítulo tres vimos que ellos le mostraron a la Novia el camino que debía tomar para encontrar al Amado, y fueron de gran ayuda (3:3-4). Podríamos suponer que ellos la ayudarían de nuevo, pero en esta ocasión vemos todo lo contrario.
(Cantares 5:7) Me hallaron los guardas que rondan la ciudad; me golpearon, me hirieron; me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.

¿Cómo es posible que los líderes espirituales ataquen a un creyente?
Lastimosamente esto sucede más de lo que uno quisiera. Esto puede pasar por varias razones:

a. Una razón es porque algunos son malos líderes. Son lobos vestidos de ovejas.
(Mateo 7:15-17) Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

Los malos líderes se reconocen por sus frutos, como dijo Jesús.

b. Otra razón por la que los líderes atacan a un creyente es porque juzgan más duro de lo que deberían. La Novia efectivamente necesitaba corrección, pero en esa ocasión se les fue la mano. Una cosa es corregir, pero otra muy diferente es lastimar.

Esta era la actitud de muchos fariseos en el tiempo de Jesús. Ellos eran los que mejor conocían las Escrituras, pero con ellas “golpeaban” a la gente, en lugar de exhortarles y animarles. Les importaba más defender su religión que conocer el amor. Preferían defender la institución que conocer la verdad.

El problema con ciertos líderes religiosos es que crean normas que se salen de la palabra de Dios. Cuando algún creyente no quiere seguir “sus” normas, se molestan y lo atacan. También esto sucedió en tiempos de Jesús (Marcos 7:1-9).
(Mateo 15:1-3) Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?

Ante estas palabras de Jesús, los discípulos se preocuparon por lo que los fariseos pudieran pensar.
(Mateo 15:12-14) Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

Una cosa es lo que dice la Palabra de Dios, pero otra muy diferente es lo que dicen las doctrinas de los hombres. De esto debemos cuidarnos.
(Mateo 16:12) Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.

(Mateo 23:9-13) Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Mas, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

A veces el problema no es tanto la doctrina, sino el mal ejemplo.
(Mateo 23:1-4) Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.

Los que más duramente rechazaron y persiguieron a Jesús fueron los religiosos (Mat. 12:14). Si la Novia sigue el camino del Señor, es probable que le pase lo mismo.

Los líderes espirituales son guías. El Señor nos llama a respetarlos y seguir su ejemplo, si es bueno. No obstante, no debemos poner la vista y la fe en ellos, sino en Dios. Los hombres pueden fallar, pero Dios no.

A todo esto, nosotros no debemos juzgar a los líderes, pues cada quien dará cuentas a Dios por lo que haga. Esta es la lección que la Novia debe aprender en este punto—y también nosotros. Es importante que no tome ofensa, ni se deje amargar por lo que los líderes digan o hagan. Más bien, debe concentrarse en estar bien con Dios, a pesar de lo que los demás piensen. La única opinión que debe importarnos es la del Señor.

Lo que le pasó a la Novia fue por su propia decisión. El Señor había tocado la puerta para que le siguiera, y le mostró Su Mano a través de la ventanilla, pero ella no se quería levantar. Por lo tanto, cayó en las manos de los hombres, en lugar de la mano de Dios, donde encontramos misericordia. Recordemos lo que dijo David:
(2 Samuel 24:14) … caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.

Ciertamente a nadie le gusta ser rechazado por los demás, y peor aún por los “hermanos”. Uno espera rechazo del mundo, pero no de los creyentes. Mucho menos de los líderes espirituales.

No hay duda que el rechazo que más duele es el más cercano. Esto lo sufrió David.
(Salmo 55:12-14) Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él; sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía, y mi familiar; que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios.

¿Qué podemos hacer nosotros ante tal situación? El salmista sigue diciendo:
(Salmo 55:16-19) En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz. El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, aunque contra mí haya muchos. Dios oirá, y los quebrantará luego, el que permanece desde la antigüedad; por cuanto no cambian, ni temen a Dios.

Jesús también fue rechazado, y nosotros también lo seremos.
(1 Pedro 4:12-14) Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

Desde temprano en su trayectoria, la Novia tuvo que aprender que lo que le debe preocupar es el rechazo de Dios, no el de los demás. Nosotros debemos hacer lo mismo.

LE QUITARON EL VELO
Los guardas no sólo lastimaron a la Novia, sino que también los atalayas le quitaron el manto (5:7).


En tiempos bíblicos, las mujeres usaban velo para cubrirse. Las únicas mujeres que no llevaban velo eran las niñas o las solteras.

La Novia ya estaba comprometida con el Rey, por lo tanto llevaba el manto. Pero los atalayas pensaron mal de ella, porque iba sola. No era común que una mujer anduviera sola por la noche, a menos que fuera una ramera. Quitarle el velo era equivalente a desnudarla; era una forma de acusarla de ser inmodesta.

En términos normales, hubiera sido imprudente salir sola en la noche. Pero la Novia estaba desesperada. Ella no podía pensar en otra cosa que en buscar al Amado. Su vida no tenía sentido sin Él. Esto no lo entendieron los religiosos. La pasión molesta a los que tienen un “espíritu religioso”, pues no lo entienden.

3 comentarios:

  1. Un pasaje muy profundo, pero importante tocar. Nos lleva nuevamente a la reflexion.

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  2. Hace mucho daño ser atacado por las personas espirituales, pero El Señor permite las cosas con un proposito mayor. El ser quitada la cobertura puede ser causa de verguenza, pero talvez sea una bendicion que mas adelante entenderemos. Mary Ann

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