viernes, 2 de octubre de 2009

Cantares 5:8-9

ENFERMA DE AMOR
La primera vez que la Novia dijo que estaba “enferma de amor” fue cuando estaba en el “lecho de flores”. Estaba con el Amado, siendo consentida. Estaba rodeada de circunstancias positivas.
(Cantares 2:4-5) Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor. Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas; porque estoy enferma de amor.

Es fácil amar cuando las circunstancias son propicias. Pero la verdadera prueba del amor es cuando el amor permanece aún en medio de la adversidad—en las buenas y en las malas.

En el capítulo cinco, ella vuele a decir que está “enferma de amor”, pero en esta segunda oportunidad las circunstancias le son contrarias.
(Cantares 5:8) Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado, que le hagáis saber que estoy enferma de amor.

La Novia pasó la prueba. A pesar que la acaban de lastimar y que el Amado se alejó, ella sigue firme en su amor por Él.

¿Cuáles son los síntomas de alguien que está enamorado?
  • Pierde el apetito
  • Pierde la atención. No piensa en otra cosa más que en aquel a quien ama.
  • Pierde el interés en casi todo lo demás.
  • Pierde la compostura y la vergüenza. El amor vale más que su orgullo.
  • Pierde el sueño. Le cuesta dormir porque el corazón le palpita y la cabeza le da mil vueltas pensando en el amado.
Nótese que la persona enamorada “pierde” muchas cosas. Tal vez son cosas que antes le importaban, pero ahora no le importa perderlas con tal de “ganar” a quien ama.

SED DE DIOS
Una persona enamorada se le va el hambre y la sed, porque lo único de lo que quiere alimentarse es del amor. Así también nos pasa con Dios cuando nos enamoramos de Él.

En los salmos leemos varios ejemplos de ese anhelo por Dios:
(Salmo 42:1-2) Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

(Salmo 63:1-3) Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.

(Salmo 63:8) Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido.

(Salmo 27:4) Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

CONFESIÓN PÚBLICA
La primera vez que la Novia expresó su amor por el Rey, lo hizo de forma privada. Pero en esta segunda ocasión, ella hizo una confesión pública de su amor.
(Cantares 5:8) Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado, que le hagáis saber que estoy enferma de amor.

La expresión de nuestro amor por Dios comienza en la intimidad. Cuando oramos, le decimos a Dios que lo amamos. Pero uno demuestra realmente que está enamorado cuando habla de ese amor a los demás.

Lo más maravilloso de esa expresión pública de afecto a Dios es que es contagiosa. Esta confesión despertó la atención de las doncellas de Jerusalén.
(Cantares 5:9) ¿Qué es tu amado más que otro amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, que así nos conjuras?

En esta pregunta que repiten dos veces, hay muestras de duda pero también de curiosidad. No entienden por qué la Novia hace tanto escándalo por el Rey. Ellas creen conocerlo, pero no lo consideran tan especial como parece verlo la Novia.

Recordemos que las doncellas de Jerusalén representan a muchos creyentes, los cuales parecen estar más interesados en la Novia que en el Rey; es decir, se enfocan más en la iglesia y la institución que en el Señor.

También se hace evidente que ellas tienen “otros amores”. Preguntan por qué el Rey es más especial que los demás amores que ellas conocen.

Los “otros amores” son todas aquellas cosas que ocupan el lugar del Señor en nuestros corazones. Estos otros amores no necesariamente son cosas “malas”; pueden ser cosas buenas que se convierten en “ídolos” cuando ocupan el lugar que le pertenece a Dios. Los otros amores pueden ser: la pareja, los hijos, el trabajo, el dinero, los deseos del alma, el reconocimiento, la fama, el prestigio, etc.
(Mateo 6:21) Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

(Mateo 6:24) Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

En el tiempo de Jesús hubo un joven que creía amar a Dios porque cumplía con la Ley, pero no estuvo dispuesto a dejarlo todo por Él.
(Mateo 19:20-22) El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Llega un punto en nuestra vida cristiana en que Dios nos pone a escoger entre Él y las cosas que más amamos. Si no estamos dispuestos a dejarlo todo por Él, no podremos proseguir en conocerle, sino que sólo nos quedaremos con una “religión”.

La Novia dejó todo lo que el mundo le ofrecía por buscar al Señor.
(Mateo 13:44) Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

Así como Pablo, también la Novia lo dio todo por perdido con tal de encontrarlo a Él.
(Filipenses 3:7-10) Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.

CAMBIA EL ENFOQUE
A partir del capítulo cinco, cambia el enfoque del libro.

Del inicio hasta el capítulo cuatro, el énfasis ha estado en la Novia. Al principio ella se sentía indigna, pero poco a poco fue recibiendo el amor del Rey y se sintió aceptada, y luego amada. Después, todo lo que ella pensaba era lo que podía recibir del Amado.

Así también nos pasa a los creyentes. Al principio nos sentimos indignos ante Él. Pero luego aprendemos que Dios nos ama, abrimos el corazón y lo esperamos todo de Él. El problema es que nos quedamos en el “lecho de flores”, y no muchos están dispuestos a subir la “montaña de mirra” cuando Él nos llama. El peligro de no seguirlo es que nos quedamos sin Su Presencia. Nos quedamos con una religión, pero sin Él, como la iglesia de Laodicea (Apoc. 3).

Los últimos cuatro capítulos de Cantares cambian el enfoque hacia el Novio. Ya no se trata sólo de esperar recibir todo del Señor, sino de lo que nosotros tenemos que darle a Él.

No sólo se trata de ser amados, sino de aprender a amarlo a Él.

8 comentarios:

  1. El Cantar de los Cantares es un libro, que hemos visto en estos dias, que revela como es la vida del creyente, de la novia. Hoy llegamos a un punto profético en la vida de la Novia: es necesario que mengue para que crezca el Senor, como lo dijo Juan el Inmersor. Amarlo solo a El, seguirlo solo a El, y no volver atras.

    Silvia

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  2. Estoy enferma de amor y he estado en el lecho de flores, pero se que vale la pena subir al monte de mirra...

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  3. sin su Presencia nos sentiríamos como aquel enamorado q pierde a su amado(a) o de luto. sencillamente el llena nuestro espacio xq somos morada de El. sin el llega la desolación.

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  4. muy enriquecedor ...grs...Dios bendiga

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  5. me siento muy bendecida porsemejante estudio

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  6. Gracias Dios, por esta palabra de bendicion.
    Bendiciones amada hna!! Que el Espíritu Santo le siga revelando la Palabra.

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  7. Buen dia hna Contreras , buscando algo referente al versículo del libro de Cantares sustentadme con pasas, encontré su Blog, que Bendición,y me dio mucha alegría saber que es Guatemalteca, yo también solo que vivo en Chile, y leyendo algo de ud, yo también a ua hija que recién hace un mes se graduó de Licenciada en Relaciones Internacionales. Mucho gusto, la seguiré leyendo, en Dios no hay casualidades! Saludos.

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    1. Qué especial saber que amigos chapines nos visitan desde Chile. Y qué curiosa casualidad que tu hija también estudió Relaciones Internacionales.
      Dios les bendiga mucho.
      Les mando saludos desde la cálida patria,
      Ana BC

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