jueves, 23 de abril de 2020

DANIEL 3:1-8. Prueba de lealtad

En el capitulo anterior leímos sobre el sueño que tuvo Nabucodonosor, rey de Babilonia, sobre una estatua gigante que caía. Era un sueño profético que Daniel interpretó, relacionado a los imperios más poderosos del hombre (en relación a Israel).

Nabucodonosor se impresionó mucho por la interpretación de Daniel; pero luego, tuvo otra reacción al sueño: el rey decidió levantar una estatua gigante, similar a la de su sueño, pero toda hecha de oro.
(Daniel 3:1) El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.

La estatua fue construida en la llanura de Dura, que hoy es Tikrit, Irak (lugar donde nació Sadam Hussein). En ese lugar, los arqueólogos encontraron un pedestal enorme que puede ser la base de esta estatua colosal. La Biblia dice que la estatua medía 60 codos de alto, que equivale a 90 pies de altura (aproximadamente ocho pisos).

En el sueño, sólo la cabeza de la imagen era de oro, y representaba el reino de Babilonia. Pero Nabucodonosor quería que toda la imagen fuera dorada, probablemente porque no quería que otro imperio sucediera ni suplantara al de Babilonia.

LLAMADO A ADORAR
Nabucodonosor no sólo levantó la estatua gigante por egolatría, sino también porque quería probar la lealtad de la gente que trabajaba para él, muchos de los cuales eran extranjeros.
(Proverbios 20:28) Lealtad y verdad guardan al rey, y por la justicia sostiene su trono.

La Biblia dice que la manera en que un rey conserva el poder no es por las amenazas o por su mano dura, sino por hacer justicia y por poner su confianza en Dios. Aún los enemigos son expuestos cuando el rey confía en Dios.
(Salmo 21:7-8) Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido. Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; Tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

Pero en el caso de Nabucodonosor, lo que lo movió fue el miedo a perder su reino por un golpe de estado. Por lo tanto, para asegurarse la lealtad de sus súbditos, el rey convocó a todos los líderes de las provincias para la dedicación de la estatua.
(Daniel 3:3) Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.

Los líderes se mencionan en orden de rango, comenzando con “sátrapa”, que era un tipo de príncipe que gobernaba sobre una provincia del imperio de Babilonia, y rendía cuentas sólo al rey. El último, que se traduce como “gobernador”, en arameo es: Tiftai, que también se puede traducir como jefe judicial o de la policía.

En la fiesta de la inauguración, todos estos líderes de las provincias debían probar su lealtad al rey arrodillándose delante de la imagen.
(Daniel 3:4-5) Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado.

Entre los invitados, estaban los tres amigos de Daniel, a quienes se les puso en puestos importantes en Babilonia (aparentemente Daniel no llegó, probablemente porque tenía un puesto cercano al rey, y era de su confianza).
(Daniel 2:49) Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.

Cuando llegó el día de la inauguración, a la señal de la música, todos se postraron ante la imagen del rey para demostrar su lealtad.
(Daniel 3:7) Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Todos los líderes del imperio de Babilonia se postraron ante la imagen del rey para rendirle pleitesía, y en señal de sumisión a Nabucodonosor. Todos lo hicieron… excepto: Sadrac, Mesac y Abednego.

Los tres jóvenes judíos estaban entre la espada y la pared, pues tenían que decidir entre dos opciones:

a. Por un lado, su vida estaba en riesgo si no se postraban ante la imagen, pues había una sentencia de muerte a quien no lo hiciera:
(Daniel 3:6) y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

b. Por otro lado, su fe les prohibía postrarse y adorar a imágenes e ídolos (Éxodo 20:4-6). Una de las principales causas por las que Dios permitió que los judíos fueran llevados cautivos a Babilonia era precisamente porque el pueblo había caído en idolatría (Deu. 4:23-31; Josué 23:16).  

En ese momento se pondría a prueba si esos jóvenes habían aprendido la lección, o si caerían en el mismo error.

LA DECISIÓN
Mientras que el rey de Babilonia estaba probando la lealtad de sus súbditos, también el Rey de universo estaba probando la fidelidad de sus hijos.

Felizmente, los tres jóvenes judíos escogieron obedecer a Dios antes que al hombre. Sadrac, Mesac y Abed-nego decidieron no postrarse ante la imagen, aunque esto les costara su vida.

Hay momentos en la vida en que cada persona tendrá que decidir si se tiene temor de Dios o de los hombres.
(Job 4:6) ¿No es tu temor a Dios tu confianza, y la integridad de tus caminos tu esperanza?

ACUSACIÓN DEL ENEMIGO
Los jóvenes judíos, amigos de Daniel, fueron fieles a Dios; por lo tanto, ellos no se postraron ante la imagen del rey. Pero pronto llegaron los acusadores:
(Daniel 3:8) Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos.

La frase que se traduce: “acusar maliciosamente”, en el idioma arameo (original) usa literalmente palabras muy gráficas que hablan de: “comer o masticar a alguien con acusaciones o chismes”. También dicen que “se acercaron” a ellos (arameo, Kerev), lo cual es significativo, ya que los acusadores lo hicieron adrede y con mala intención, ya que se acercaron buscando la oportunidad para destruirlos.


Este ataque de acusación recuerda a las tácticas del diablo (el adversario), que busca destruir al pueblo de Dios. Curiosamente, Pedro también lo describe como alguien que “devora”.
(1 Pedro 5:8) Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.

La Biblia describe al diablo como “el acusador de los hermanos”, que los acusa delante de Dios día y noche (Apoc. 12:10). Y las acusaciones no son “mentiras”, sino son señalamientos de cómo ellos le han fallado a Dios. Un ejemplo de esto lo encontramos en Zacarías, que describe cómo el sumo sacerdote Josué fue acusado por el diablo ante Dios, pero allí mismo describe que la intención del Señor no es condenar sino limpiar (Zac. 3:2-5; Rom. 8:1).

En el mismo patrón del diablo, los enemigos de los judíos quisieron destruirlos al acusarlos de fallar a la ley de Babilonia, y lo hicieron ante la máxima autoridad:
(Daniel 3:9-12) Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.

Continuaremos estudiando el resto del capítulo 3 en la próxima entrada…

Lección anterior: Daniel 2:24-49
Lección siguiente: Daniel 3:9-30 

2 comentarios:

  1. Dios vendiga hermosa palabra

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  2. Excelente explicación, trasladada a la realidad y a la vida diaria.. Dios los bendiga

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Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...