miércoles, 15 de abril de 2020

DANIEL 2:24-49. Revelación del sueño

En la entrada anterior vimos que Daniel fue el único sabio que recibió la revelación del sueño del rey, y también su interpretación. Esto salvó su vida y la de todos los sabios de Babilonia.
(Daniel 2:24-25) Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación. Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación.

Cuando Daniel se presentó ante el rey, no fue directamente a contar el sueño, sino que comenzó reconociendo que la revelación venía de Dios Todopoderoso, porque ningún ser humano es capaz de tal milagro.
(Daniel 2:26-28) Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:

Este preámbulo aclaratorio era importante por tres razones:
  1. Daniel quería que el rey tuviera consideración hacia los demás sabios, porque era humanamente imposible adivinar el sueño del rey.
  2. Daniel no quería quedarse con la “gloria” del milagro; más bien, humildemente dejó claro que él sólo fue un instrumento de la revelación.
  3. Daniel dio toda gloria a Jehová, Dios de Israel.

REVELACIÓN PROFÉTICA
Daniel hizo otra aclaración antes de revelar el misterio: el dijo que el sueño del rey es profético, concerniente al futuro. 
(Daniel 2:29-30) Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. 

EL SUEÑO
Luego de la aclaración, Daniel procedió a contar lo que Dios le reveló acerca del sueño de Nabucodonosor:
(Daniel 2:31-35) Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.

Al oír el sueño, podemos imaginar por qué el rey estaba tan turbado, ya que a simple vista daba la impresión que el sueño era una advertencia sobre un golpe de estado o una derrota en el reino.

INTERPRETACIÓN DEL SUEÑO
Luego de adivinar el sueño, Daniel dio la interpretación…
(Daniel 2:36-45) Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.

REVELACIÓN HISTÓRICA
A través de este sueño, Dios le dio a Nabucodonosor la revelación de la historia de la humanidad. Las diferentes partes de la imagen del sueño representan los reinos más poderosos en la historia de la humanidad:

Cabeza de oro        
Babilonia
Brazos y pecho de plata
Media y Persia
Vientre de bronce
Grecia
Piernas de hierro
Roma
Pies de hierro y barro
El último reino del hombre
La ROCA
El Reino del Mesías

Todo comienza en Babilonia, un imperio que fue construido sobre las ruinas de la Torre de Babel (Génesis 11:1-9), el lugar donde los hombres se levantaron en reto a Dios, buscando poder y gloria.

Cuando Daniel llama a Nabucodonosor como “el rey de reyes” (Dan. 2:37), no es que lo esté glorificando sobre Dios, sino que está reconociendo que en el ámbito de los reyes del mundo, éste ha sido el rey más poderoso de la historia. Pero, a partir de Babilonia, los reinos del hombre irán en descenso de calidad.

LA ROCA
Desde el principio de la historia, los hombres han tratando de construir su propio reino. Al elegir las piedras de construcción, rechazaron la mejor piedra, porque lo que buscaban no era la mejor edificación sino su propia gloria.
(Salmo 118:22-23) La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la piedra principal del ángulo.  Obra del SEÑOR es esto; admirable a nuestros ojos.

En el sueño del rey, una gran roca termina destruyendo la imagen del hombre. Esa piedra es la que destruirá los reinos humanos, y vendrá a ser la piedra angular de la edificación del Reino de Dios en la Tierra. La Roca es el último reino, pero no hecho de manos humanas, porque viene de Dios. Representa el Reino del Mesías que vendrá a derrocar a los reinos del hombre. Su reino será el verdadero imperio mundial que gobernará sobre toda la Tierra (Salmo 2).

El profeta Isaías nos revela que la capital del Reino de Dios estará en Sión (Jerusalén), y el rey será el Mesías (1 Pedro 2:5-8).
(Isa. 28:16-17) Por tanto, así dice el Señor DIOS: He aquí, pongo por fundamento en Sion una piedra, una piedra probada, angular, preciosa, fundamental, bien colocada. El que crea en ella no será perturbado.


RECONOCIMIENTO DEL REY
Luego que Daniel diera la interpretación del sueño, el rey de Babilonia reaccionó de una manera que sorprendió a todos los que estaban presentes, por lo insólito de lo que hizo:
(Daniel 2:46) Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso.

¿Cuándo se ha visto que un rey se postre y se humille ante un siervo—que además es extranjero? ¡Nunca! Seguramente todos quedaron sorprendidos por la reacción del rey. Pero aún más importante es lo que Nabucodonosor hizo a continuación: 
(Daniel 2:47) El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.

El rey del imperio más poderoso del mundo reconoció la superioridad del Dios de Israel, Jehová de los ejércitos.

Nabucodonosor es representativo de todas los reyes y naciones que doblarán sus rodillas ante el Mesías cuando venga a la Tierra (Isaías 49:22-23).

POSICIÓN DE PRIVILEGIO
La vida de una persona puede cambiar en un momento—ya sea para bien o para mal. Precisamente, la vida de Daniel cambió dramáticamente luego que Dios le revelara el sueño del rey de Babilonia.
(Daniel 2:48-49) Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia.

De ser un siervo cautivo en peligro de muerte, Daniel pasó a ser el gobernador de la nación más poderosa del mundo. Esto fue muy parecido a lo que le sucedió a José en Egipto, ya que él también fue nombrado gobernador de Egipto luego de haber interpretado el sueño del Faraón. A Daniel y a José les cambió la vida el haber interpretado un sueño, llevándolos a una posición de influencia que nunca hubieran podido alcanzar por medios naturales. Y no sólo Daniel fue promovido, sino también sus tres amigos judíos se vieron beneficiados, recibiendo posiciones de liderazgo en Babilonia.
(Daniel 2:49) Y Daniel solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.

Tanto Daniel como José fueron fieles en lo poco, por eso después les fue confiado mucho más.
(Lucas 16:10) El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho.

Lección anterior: Daniel 2:1-23 
Lección siguiente: Daniel 3:1-8 

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