Luego
de más de un año de servir al rey Aquis, David comenzará a ver el costo de esta
alianza…
PRUEBA DE FIDELIDAD
Como
era de suponer, tarde o temprano los filisteos se enfrentarían en guerra contra
Israel, y estando David entre los filisteos, él tendrá que decidir de qué lado
luchará. Pero el rey de Aquis ya había decidido por David…
(1 Samuel 28:1-2) Aconteció en
aquellos días, que los filisteos reunieron sus fuerzas para pelear contra
Israel. Y dijo Aquis a David: Ten entendido que has de salir conmigo a campaña,
tú y tus hombres. Y David respondió a Aquis: Muy bien, tú sabrás lo que
hará tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, yo te constituiré guarda de mi
persona durante toda mi vida.
El
rey Aquis confiaba en David ya que él creía que su guerrero estrella estaba
peleando en contra de los israelitas en el desierto (cuando en realidad estaba
peleando contra otros pueblos paganos—1 Sam. 27:8-11).
(1
Samuel 27:12) Aquis confiaba en
David diciendo: En verdad que se ha hecho odioso a su pueblo Israel y será mi
servidor para siempre.
Por
la confianza que Aquis le tenía a David, lo nombró como su guardaespaldas personal en la
guerra contra Israel.
GUERRA ENTRE FILISTEA E ISRAEL
Filistea
era una especie de imperio, conformado por cinco ciudades con su respectivo
príncipe: Ecrón, Asdod, Ascalón, Gaza, Gat (Josué 13:3). Aparentemente, en ese
tiempo el rey de Gat era el líder principal, y a los demás se les consideraba
como “príncipes”. Cuando alguna ciudad filistea se enfrentaba con un enemigo
poderoso, todas las ciudades filisteas se unían para la guerra. Este fue el
caso de la guerra en contra del rey Saúl.
(1 Samuel 29:1) Los filisteos
juntaron todas sus fuerzas en Afec, e Israel acampó junto a la fuente que está
en Jezreel.
Mientras
que el rey Aquis confiaba en David, por el contrario, los demás príncipes filisteos
desconfiaban del israelita y su ejército. Por lo tanto, cuando los filisteos
reunieron sus tropas, los líderes se opusieron a que David se uniera a la
batalla.
(1 Samuel 29:2-3)
Y cuando los príncipes de los
filisteos pasaban revista a sus compañías de a ciento y de a mil hombres, David
y sus hombres iban en la retaguardia con Aquis. Y dijeron los príncipes de los
filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de
los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha
estado conmigo por días y años, y no he hallado falta en él desde el día que se
pasó a mí hasta hoy?
El
rey Aquis defendió a David, pero los otros príncipes manifestaron sus razones
por las que el israelita no debía participar en la batalla:
(1 Samuel 29:4-5) Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron
contra él, y le dijeron: Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que
le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se
nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor
que con las cabezas de estos hombres? ¿No es éste David, de quien cantaban en
las danzas, diciendo: “Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles?”
Ante
la oposición de los príncipes, Aquis no tuvo otra opción que decirle a David
que se retirara.
(1 Samuel 29:6-7) Y Aquis llamó a David y le dijo: Vive Jehová, que tú has
sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y tu entrada en el campamento
conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí
hasta hoy; mas a los ojos de los príncipes no agradas. Vuélvete, pues, y
vete en paz, para no desagradar a los príncipes de los filisteos.
David
todavía protestó por la desconfianza, cuando él sabía bien que no había sido
completamente honesto con Aquis.
(1 Samuel 29:8) Y
David respondió a Aquis: ¿Qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo desde el
día que estoy contigo hasta hoy, para que yo no vaya y pelee contra los
enemigos de mi señor el rey?
Por
otro lado, debemos darnos cuenta que Dios estaba protegiendo a David. Si él
hubiera peleado en contra de Israel, hubiera sido una gran traición a su
pueblo, y hubiera puesto su reinado en peligro. Y si, en medio de la guerra,
David se volteaba en contra de los filisteos, también habría sido una gran
traición a Aquis, quien lo había acogido entre ellos, como se hace
evidente en los siguientes versículos:
(1 Samuel 29:9) Y Aquis
respondió a David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno ante mis ojos, como un ángel
de Dios; pero los príncipes de los filisteos me han dicho: No venga con
nosotros a la batalla. Levántate, pues, de mañana, tú y los siervos de tu
señor que han venido contigo; y levantándoos al amanecer, marchad. Y se
levantó David de mañana, él y sus hombres, para irse y volver a la tierra de
los filisteos; y los filisteos fueron a Jezreel.
Dios
tuvo misericordia de David, y lo sacó de ese gran aprieto; pero veremos en el
siguiente capítulo que la alianza con los filisteos y su estadía en Siclag
tendrán ciertas consecuencias…
Reflexión d este capítulo
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