jueves, 26 de julio de 2018

1 SAMUEL 29. David no peleará


Luego de más de un año de servir al rey Aquis, David comenzará a ver el costo de esta alianza…

PRUEBA DE FIDELIDAD
Como era de suponer, tarde o temprano los filisteos se enfrentarían en guerra contra Israel, y estando David entre los filisteos, él tendrá que decidir de qué lado luchará. Pero el rey de Aquis ya había decidido por David…
(1 Samuel 28:1-2) Aconteció en aquellos días, que los filisteos reunieron sus fuerzas para pelear contra Israel. Y dijo Aquis a David: Ten entendido que has de salir conmigo a campaña, tú y tus hombres. Y David respondió a Aquis: Muy bien, tú sabrás lo que hará tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, yo te constituiré guarda de mi persona durante toda mi vida.

El rey Aquis confiaba en David ya que él creía que su guerrero estrella estaba peleando en contra de los israelitas en el desierto (cuando en realidad estaba peleando contra otros pueblos paganos—1 Sam. 27:8-11).
(1 Samuel 27:12) Aquis confiaba en David diciendo: En verdad que se ha hecho odioso a su pueblo Israel y será mi servidor para siempre.

Por la confianza que Aquis le tenía a David, lo nombró como su guardaespaldas personal en la guerra contra Israel.

GUERRA ENTRE FILISTEA E ISRAEL
Filistea era una especie de imperio, conformado por cinco ciudades con su respectivo príncipe: Ecrón, Asdod, Ascalón, Gaza, Gat (Josué 13:3). Aparentemente, en ese tiempo el rey de Gat era el líder principal, y a los demás se les consideraba como “príncipes”. Cuando alguna ciudad filistea se enfrentaba con un enemigo poderoso, todas las ciudades filisteas se unían para la guerra. Este fue el caso de la guerra en contra del rey Saúl.
(1 Samuel 29:1) Los filisteos juntaron todas sus fuerzas en Afec, e Israel acampó junto a la fuente que está en Jezreel.


Mientras que el rey Aquis confiaba en David, por el contrario, los demás príncipes filisteos desconfiaban del israelita y su ejército. Por lo tanto, cuando los filisteos reunieron sus tropas, los líderes se opusieron a que David se uniera a la batalla.
(1 Samuel 29:2-3)
Y cuando los príncipes de los filisteos pasaban revista a sus compañías de a ciento y de a mil hombres, David y sus hombres iban en la retaguardia con Aquis. Y dijeron los príncipes de los filisteos: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl rey de Israel, que ha estado conmigo por días y años, y no he hallado falta en él desde el día que se pasó a mí hasta hoy?

El rey Aquis defendió a David, pero los otros príncipes manifestaron sus razones por las que el israelita no debía participar en la batalla:
(1 Samuel 29:4-5) Entonces los príncipes de los filisteos se enojaron contra él, y le dijeron: Despide a este hombre, para que se vuelva al lugar que le señalaste, y no venga con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se nos vuelva enemigo; porque ¿con qué cosa volvería mejor a la gracia de su señor que con las cabezas de estos hombres? ¿No es éste David, de quien cantaban en las danzas, diciendo: “Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles?”

Ante la oposición de los príncipes, Aquis no tuvo otra opción que decirle a David que se retirara.
(1 Samuel 29:6-7) Y Aquis llamó a David y le dijo: Vive Jehová, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y tu entrada en el campamento conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí hasta hoy; mas a los ojos de los príncipes no agradas. Vuélvete, pues, y vete en paz, para no desagradar a los príncipes de los filisteos.

David todavía protestó por la desconfianza, cuando él sabía bien que no había sido completamente honesto con Aquis.
(1 Samuel 29:8) Y David respondió a Aquis: ¿Qué he hecho? ¿Qué has hallado en tu siervo desde el día que estoy contigo hasta hoy, para que yo no vaya y pelee contra los enemigos de mi señor el rey?

Por otro lado, debemos darnos cuenta que Dios estaba protegiendo a David. Si él hubiera peleado en contra de Israel, hubiera sido una gran traición a su pueblo, y hubiera puesto su reinado en peligro. Y si, en medio de la guerra, David se volteaba en contra de los filisteos, también habría sido una gran traición a Aquis, quien lo había acogido entre ellos, como se hace evidente en los siguientes versículos:
(1 Samuel 29:9) Y Aquis respondió a David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno ante mis ojos, como un ángel de Dios; pero los príncipes de los filisteos me han dicho: No venga con nosotros a la batalla. Levántate, pues, de mañana, tú y los siervos de tu señor que han venido contigo; y levantándoos al amanecer, marchad. Y se levantó David de mañana, él y sus hombres, para irse y volver a la tierra de los filisteos; y los filisteos fueron a Jezreel.

Dios tuvo misericordia de David, y lo sacó de ese gran aprieto; pero veremos en el siguiente capítulo que la alianza con los filisteos y su estadía en Siclag tendrán ciertas consecuencias…


Más estudios de este libro en: Samuel
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