En
el capítulo anterior vimos que Saúl le pidió a David que regresara a su casa,
prometiendo que ya no lo perseguiría (1 Sam. 26:21). Sin embargo, David ya no
confiaba en el rey, porque no cumplía sus promesas. Para entonces, David ya
estaba cansado de vivir en cuevas y huir de un lado para otro. No sólo eso,
sino que estaba perdiendo la esperanza. En el cansancio y la desilusión, David estaba
perdiendo la fe. En lugar de buscar a Dios en oración, él siguió el consejo de
su corazón—que la Biblia advierte es engañoso (Jer. 17:9).
(1
Samuel 27:1) Dijo luego David en su
corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me
será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe
de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así
escaparé de su mano.
De
nuevo vemos que, por huir de Saúl, David buscó refugio en el campamento enemigo;
y la razón es porque Filistea era el único lugar al que Saúl no iría a
perseguirlo. Tomando un alto riesgo, David regresó a Gat (el pueblo de Goliat).
Allí ofreció su servicio a Aquis, rey de Gat.
(1
Samuel 27:2-4) Se levantó, pues,
David, y con los seiscientos hombres que tenía consigo se pasó a Aquis hijo de
Maoc, rey de Gat. Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada uno con
su familia; David con sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue
mujer de Nabal el de Carmel. Y vino a Saúl la nueva de que David había huido a
Gat, y no lo buscó más.
Aunque
podría parecer que este plan de David “le funcionó”, más tarde veremos que
tendrá un costo alto.
David
solicitó al rey Aquis que le concediera vivir en un pueblo, en lugar de la
capital. El rey accedió y le entregó Siclag.
(1
Samuel 27:5 Y David dijo a Aquis: Si he
hallado gracia ante tus ojos, séame dado lugar en alguna de las aldeas para que
habite allí; pues ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en la ciudad real? Y
Aquis le dio aquel día a Siclag, por lo cual Siclag vino a ser de los reyes
de Judá hasta hoy.
David
permaneció allí durante un año y cuatro meses (1 Sam. 27:7). Durante ese
tiempo, David y su ejército trabajaron como una “fuerza mercenaria” a favor del
rey Aquis, atacando a los enemigos de los filisteos al sur de su territorio.
(1
Samuel 27:8) Y subía David con sus
hombres, y hacían incursiones contra los gesuritas, los gezritas y los
amalecitas; porque éstos habitaban de largo tiempo la tierra, desde como quien
va a Shur hasta la tierra de Egipto.
En
esos ataques, el objetivo de David era obtener botín, pero no se quedaba con
esclavos (como la mayoría de los conquistadores solían hacer).
(1
Samuel 27:9,11) Y asolaba David el
país, y no dejaba con vida hombre ni mujer; y se llevaba las ovejas, las vacas,
los asnos, los camellos y las ropas, y regresaba a Aquis…Ni hombre ni mujer
dejaba David con vida para que viniesen a Gat; diciendo: No sea que den aviso
de nosotros y digan: Esto hizo David. Y esta fue su costumbre todo el tiempo
que moró en la tierra de los filisteos.
En
el siguiente versículo se hace evidente la razón por la que David no dejaba
persona viva en sus ataques:
(1
Samuel 27:10,12) Y decía Aquis:
¿Dónde habéis merodeado hoy? Y David decía: En el Neguev de Judá, y el Neguev
de Jerameel, o en el Neguev de los ceneos…Y Aquis creía a David, y decía: El se
ha hecho abominable a su pueblo de Israel, y será siempre mi siervo.
David
le hacía creer a Aquis que estaba atacando a pueblos de Judá, en el desierto
sur (Neguev), pero en realidad estaba atacando a los enemigos de Israel:
gesuritas, gezritas y amalecitas. El rey Aquis creía que se había ganado la
mejor arma en contra de Israel, pero en realidad era sólo una fachada. Más
adelante veremos que las mentiras comprometerán a David.
Muy buen estudio, me ayudó mucho en el estudio de este libro.
ResponderEliminarBello estudio me ayudo mucho
ResponderEliminarmuy buen estudio Bendiciones
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