Huyendo de Keila,
David y su ejército se dirigieron hacia el sur, a un área desértica.
(1 Samuel 23:14-15) Y David se
quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto
de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus
manos. Viendo, pues, David que Saúl había salido en busca de su vida, se
estuvo en Hores, en el desierto de Zif.
El desierto del sur
de Israel no son dunas como el Sahara, sino son montañas y valles áridos y
rocosos. Allí hay muchas cuevas, donde David y su gente podrían esconderse. La
mano de Dios guardó a David para que Saúl no lo encontrara. Pero hubo otra
persona que sí lo encontró…
(1 Samuel 23:16) Entonces
se levantó Jonatán hijo de Saúl y vino a David a Hores, y fortaleció su mano en
Dios.
El texto dice que
Jonatán “fortaleció la mano de David”. ¿En qué sentido? Los siguientes
versículos lo explican:
(1 Samuel 23:17-18) Y le
dijo: No temas, pues no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás
sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun Saúl mi padre así lo
sabe. Y ambos hicieron pacto delante de Jehová; y David se quedó en
Hores, y Jonatán se volvió a su casa.
Jonatán buscó a
David para animarlo, recordándole que si Dios prometió, Él lo cumplirá.
También, Jonatán llegó para confirmar el pacto que había hecho tiempo atrás con
David. Aquí claramente le dice que, aún si Saúl le entregara el reino, Jonatán
se lo dará a David, a quien reconoce como el ungido por Dios para ser el
próximo rey. Podemos imaginar que esta acción de Jonatán animó mucho a David, y
lo fortaleció en su espíritu.
LO
DELATAN
Mientras que Jonatán
confirma su alianza con David, los vecinos locales hicieron lo contrario…
(1 Samuel 23:19-20) Después subieron
los de Zif para decirle a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra
tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila, que está al sur del
desierto? Por tanto, rey, desciende pronto ahora, conforme a tu deseo, y
nosotros lo entregaremos en la mano del rey.
Los habitantes de
Zif no sólo le dieron el chisme al rey de donde estaba el escondite de David,
sino que ellos se ofrecieron a atraparlo para entregárselo. Esto agradó mucho a
Saúl. Irónicamente, Saúl sigue usando el nombre de Dios como si estuviera
haciendo la voluntad del Señor.
(1 Samuel 23:21-24a) Y Saúl
dijo: Benditos seáis vosotros de Jehová, que habéis tenido compasión de mí. Id,
pues, ahora, aseguraos más, conoced y ved el lugar de su escondite, y quién lo
haya visto allí; porque se me ha dicho que él es astuto en gran
manera. Observad, pues, e informaos de todos los escondrijos donde se
oculta, y volved a mí con información segura, y yo iré con vosotros; y si él
estuviere en la tierra, yo le buscaré entre todos los millares de Judá. Y
ellos se levantaron, y se fueron a Zif delante de Saúl.
DESIERTO
DE MAÓN
Mientras que los
hombres de Zif hablaban con el rey, David se movió de lugar, siempre en la zona
desértica del sur.
(1 Samuel 23:24b-25) Pero
David y su gente estaban en el desierto de Maón, en el Arabá al sur del
desierto. Y se fue Saúl con su gente a buscarlo; pero fue dado aviso a David, y
descendió a la peña, y se quedó en el desierto de Maón. Cuando Saúl oyó esto,
siguió a David al desierto de Maón.
Guiado por los
lugareños, Saúl continuó persiguiendo a David, pero éste le jugaba la vuelta.
(1 Samuel 23:26) Y Saúl
iba por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado del monte,
y se daba prisa David para escapar de Saúl; mas Saúl y sus hombres habían
encerrado a David y a su gente para capturarlos.
En el momento en que
estaban a punto de atrapar a David, se presentó algo que distrajo la atención
de Saúl.
(1 Samuel 23:27) Entonces
vino un mensajero a Saúl, diciendo: Ven luego, porque los filisteos han hecho
una irrupción en el país.
El rey Saúl ya no
pudo continuar en la persecución porque tuvo que regresar de emergencia al
norte, a defender su reino del ataque de los filisteos.
(1 Samuel 23:28) Volvió,
por tanto, Saúl de perseguir a David, y partió contra los filisteos. Por esta
causa pusieron a aquel lugar por nombre Sela-hama-lecot.
Sela: roca, peña
HaMalecot: compañía o división de un ejército
En ese momento,
David cambió de lugar de refugio, y se fue a un oasis en los acantilados que
están a la par del Mar Muerto.
(1 Samuel 23:29) Entonces
David subió de allí y habitó en los lugares fuertes de En-gadi.
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