jueves, 19 de abril de 2018

I SAMUEL 11: Primer reto de Saúl


Después de haber sido reconocido como el rey de Israel, Saúl no fue al palacio real (por no existía entonces), sino que regresó a su casa, y siguió su vida como lo había hecho hasta ese momento. Al principio del capítulo encontramos a Saúl en el campo, trabajando como lo haría cualquier israelita (1 Sam. 11:5). Pero pronto se levantó una amenaza en contra de Israel que requirió de la atención del nuevo rey.
(1 Samuel 11:1) Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos.

El enemigo que se levantó en contra de un pueblo israelita era un amonita llamado “Nahas” (heb. Najash), que significa: serpiente. Nahas es representativo de Satanás, la serpiente antigua (Apoc. 12:9; 20:2), cuyo cometido es destruir (1 Pedro 5:8). Y una táctica del enemigo es atacar a los más débiles y vulnerables, y ése era el caso de Galaad.

Jabes de Galaad

La palabra “Jabes” (heb. Yabesh) significa: seco. Jabes de Galaad era un pequeño pueblo al otro lado del río Jordán. Al estar separados de los otras tribus por el río y montañas, estaban entonces más expuestos a ataques de los enemigos. Pero Jabes no sólo estaba separada geográficamente, sino también espiritualmente. Ése fue el único pueblo que no se unió al resto de los Hijos de Israel en contra del pecado de la tribu de Benjamín (Jue. 21:1-15), unos años atrás. Ellos se creían “independientes”, y eso los puso en una posición de vulnerabilidad ante el enemigo.

La fe de Jabes estaba tan debilitada que estaban dispuestos a someterse al enemigo, con tal que no les hicieran daño. Ellos dijeron a Nahas: “Haz un pacto con nosotros y te serviremos" (1 Sam. 11:1).

Uno hubiera pensado que el enemigo estaría satisfecho con esto…pero no.  Él puso otra condición para perdonarles la vida:
(1 Samuel 11:2) Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.

Nahas no sólo buscaba la sumisión de Jabes, sino traer vergüenza y oprobio a todo Israel. Es un engaño creer que lo que una persona hace no afecta a los demás. Nuestras acciones traen repercusiones a la familia y la comunidad a la que pertenecemos (1 Cor. 12:12-27).
(1 Corintos 12:26) De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

APELACIÓN
Ante la terrible amenaza de Nahas, pidieron tiempo para decidir si luchaban o se sometían a tales condiciones.
(1 Samuel 11:3) Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti.

En ese momento decidieron apelar al recién instituido líder de la nación: el rey Saúl.
(1 Samuel 11:4-5) Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró. Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes.

Esta sería la primera prueba del liderazgo de Saúl. Lo que no podía hacer él humanamente, Dios lo capacitó con el poder de Su Espíritu Santo.
(1 Samuel 11:6-7) Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.

[Nota: De nuevo, en este contexto se oyen los ecos de la historia de Jueces (caps. 19 & 20), cuando el levita envía a las tribus pedazos de su concubina asesinada, como testimonio del mal que se había hecho entre ellos].

RESPUESTA DE ISRAEL
En lugar de vengarse de Jabes por no haberlos apoyado en el pasado, las demás tribus de Israel decidieron responder al llamado de auxilio de sus hermanos bajo ataque. Y la Biblia resalta que se unieron como “un solo hombre” (1 Sam. 11:7), los hermanos juntos en harmonía.

En ese momento se formó un ejército de israelitas:
(1 Samuel 11:8) Y los contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.

ESPERANZA PARA JABES
Las tribus unidas de Israel enviaron un mensaje de esperanza a los de Jabes:
(1 Samuel 11:9) Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis librados. Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabes, los cuales se alegraron.

Con el respaldo de las demás tribus, los habitantes de Jabes estaban listos para enviar un mensaje a Nahas (aunque no revelaron cuál sería su respuesta final):
(1 Samuel 11:10) Y los de Jabes dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere.

A continuación, se describe como Saúl organizó a su ejército, y cómo vencieron al enemigo:
(1 Samuel 11:11) Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.

El pueblo unido logró vencer al enemigo que los quería avergonzar.

CONFLICTO INTERNO
Ante la amenaza del enemigo, los israelitas se unieron. Pero cuando desapareció la amenaza externa, surgió una división interna.
(1 Samuel 11:12) El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes son los que decían: ¿Ha de reinar Saúl sobre nosotros? Dadnos esos hombres, y los mataremos.

Recordaron que unos israelitas se habían burlado de Saúl, y ahora querían acabar con ellos. Pero el rey mismo salió en su defensa.
(1 Samuel 11:13) Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel.

Saúl se levantó en contra de la venganza y la división. Es el perdón y el respeto mutuo lo que mantiene a una nación unida.

Allí volvió a aparecer en la escena el profeta Samuel. Él aprovechó el momento para renovar la autoridad de Saúl como rey de Israel.
(1 Samuel 11:14-15) Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal para que renovemos allí el reino. Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal. Y sacrificaron allí ofrendas de paz delante de Jehová, y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel.


Más estudios de este libro en: 
Samuel
La clase está disponible en: Audio 
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1 comentario:

  1. Gracias hermana! El blog me ha evacuado dudas que tenia, es de bendición. Saludos desde Argentina.
    Un abrazo grande, Dios te bendiga!

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