Cuando Samuel llegó a la casa de Eli, él era un niño pequeño, que apenas había dejado de mamar (posiblemente de 3 años de edad). En el capítulo tres, encontramos que Samuel ha crecido un poco, pues la Biblia ya no lo llama “niño” (heb. Yeled), sino “joven” (heb. Naar), tal vez un adolescente. Según el historiador Josefo, Samuel tenía 12 años en este punto de la historia. [Nota: Samuel probablemente tenía la edad del “bar mitzva” (lit. hijo del mandamiento), que en la tradicion hebrea es la edad cuando se considera a un joven responsable ante Dios de cumplir los mandamientos.]
Las personas que hicieron la dedicación de
Samuel fueron sus padres, Ana y Elcana. Pero, ¿qué pensaba Samuel de esa
entrega? A Samuel le llegó el momento de decidir ante Dios si dedicaría
voluntariamente su vida a Dios o no. Precisamente en ese momento de transición
de niño a joven responsable, Dios lo llama…
SITUACIÓN ESPIRITUAL
La descripición que la Biblia hace de
Samuel en el primer versículo del cap. 3, nos hace pensar que Samuel servía a
Eli, y esa era su forma de servir a Dios.
(1 Samuel 3:1) El joven Samuel ministraba
a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos
días; no había visión con frecuencia.
La Biblia nos da una perspectiva acerca de
la situación espiritual de ese tiempo: había religión, pero no relación con
Dios. Literalmente dice que no era común que las personas oyeran la voz de Dios
o recibieran visiones o revelaciones profeticas. La Biblia lo menciona porque
las cosas están a punto de cambiar con Samuel.
En cuanto al liderazgo espiritual, vemos a
un sumo sacerdote que está ya viejo y ciego (lo cual parece ser también un
afección espiritual, y no sólo física—1 Sam. 2:22-25).
(1 Sam. 3:2) Y aconteció un día,
que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a
oscurecerse de modo que no podía ver,
Y si Eli estaba en una mala condicion
espiritual, sus hijos estaban aún peor, tal como leímos en el capítulo
anterior, que son descritos como: hombres inicuos que no conocían a Dios ni
tenían temor de Él (1 Sam. 2:12).
En medio de ese ambiente negativo fue
criado Samuel, pero fue protegido por Dios. Durante su niñez y juventud, Samuel
vivió con Eli en los aposentos del Tabernáculo en Silo—hasta que éste quedó en
desuso (por lo que veremos en los próximos capítulos).
(1 Samuel 3:3) Samuel estaba durmiendo en
el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de
Dios fuese apagada.
La situación espiritual de ese tiempo no
era nada buena, pero Dios estaba a punto de iniciar una transformación con el
joven que fue dedicado a Él…
DIOS LLAMA A SAMUEL
Cuando Samuel dejó de ser un niño para
convertirse en un joven responsable, él recibió un llamado personal de Dios:
(1 Samuel 3:4) Jehová llamó a Samuel; y
él respondió: Heme aquí.
Fue Dios quien llamó a Samuel, pero el
joven creyó que era Eli quien lo llamaba.
(1 Samuel 3:5) Y corriendo luego a Elí,
dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve
y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.
Posiblemente Samuel pensó que había oído
la voz en sus sueños. Pero pronto se dio cuenta que la voz era real, ya que la
volvió a oír. De nuevo pensó que Eli lo había llamado…pero no era así.
(1 Samuel 3:6) Y Jehová volvió a llamar
otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para
qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate.
Samuel estaba oyendo la voz de Dios, pero
no la reconocía porque nunca antes la había escuchado.
(1 Samuel 3:7) Y Samuel no había
conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.
Una vez más, Samuel oyó una voz que le
llamaba, y de nuevo fue con Eli.
(1 Samuel 3:8) Jehová, pues, llamó
la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para
qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven.
En esta ocasión, Elí sospechó que era Dios
quien quería hablar con Samuel, y le sugirió hacer lo siguiente:
(1 Samuel 3:9) Y dijo Elí a Samuel:
Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye.
Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.
Es probable que Dios provocó todo esto con
Eli, para que él supiera que Dios tenía un mensaje para él.
Samuel siguió las instrucciones de Eli, y
respondió al llamado de Dios:
(1 Samuel 3:10) Y vino Jehová y se
paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo:
Habla, porque tu siervo oye.
Esta fue la primera palabra profética que
recibió Samuel. Y el mensaje no era para él mismo, sino para Elí:
(1 Samuel 3:11-14) Y Jehová dijo a Samuel: He
aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos
oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su
casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su
casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han
blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa
de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con
sacrificios ni con ofrendas.
La Palabra que Samuel recibió era la confirmación de la palabra
dada por el otro profeta (cap. 2:27-36).
Esta era una palabra muy dura, y por eso Samuel
no la dijo de inmediato.
(1 Samuel 3:15) Y Samuel estuvo
acostado hasta la mañana, y abrió las puertas de la casa de Jehová. Y Samuel
temía descubrir la visión a Elí.
Pero ya sabiendo Elí que Dios le había
hablado a Samuel, le preguntó directamente, y en cierta manera lo obligó a
decírselo:
(1 Samuel 3:16-17) Llamando, pues, Elí a
Samuel, le dijo: Hijo mío, Samuel. Y él respondió: Heme aquí. Y Elí dijo: ¿Qué
es la palabra que te habló? Te ruego que no me la encubras; así te haga Dios y
aun te añada, si me encubrieres palabra de todo lo que habló contigo.
Ante eso, Samuel le contó todo.
(1 Samuel 3:18) Y Samuel se lo
manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová es; haga lo que
bien le pareciere.
La respuesta de Elí es conflictiva, ya que
por un lado da la apariencia de humildad, aceptado el dictamen de Dios; pero
por el otro lado, se hace evidente que no quiso arrepentirse, porque todavía
tenía la oportunidad de poner en orden a sus hijos. Como veremos más adelante,
Elí no los corrigió, y ni siquiera los sacó del sacerdocio, porque seguirán en
sus puestos deshonrando a Dios por un tiempo más.
MINISTERIO DE SAMUEL
En contraste a Eli y sus hijos, la Biblia
señala que Samuel fue madurando en su ministerio como profeta. Él siguió oyendo
la voz de Dios, y bendiciendo al pueblo con ese don del Cielo.
(1 Samuel 3:19-21) Y Samuel creció, y
Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y
todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de
Jehová. Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a
Samuel en Silo por la palabra de Jehová.
LINAJE
DE SAMUEL
Antes
de continuar con la historia de Samuel, comentaremos algo interesante de la
genealogía de Samuel. La Biblia indica que el padre de Samuel (Elcana) vivía en
el territorio de Efraín (1 Sam. 1:1); sin embargo, él no era de la tribu de
Efraín, sino que era levita. En el libro de Crónicas aparece la genealogía de
Samuel, y allí queda claro que viene de la tribu de Levi, específicamente de la
línea de Coat (1 Crónicas 6:18-28), quienes eran levitas pero no sacerdotes.
En la
genealogía de Samuel vemos que él era descendiente de Coré, quien paso a la
historia como el líder de una rebelión contra Moisés y Aarón (Num. 16). Él quería
entrar a lo más profundo del Templo, pero no para buscar la Presencia de Dios,
sino para gozar de los derechos que ello representaba. Coré se rebeló contra
sus primos (Moisés y Aarón) porque estaba celoso de su posición de autoridad,
pero Dios lo puso en su lugar—y la tierra se lo tragó.
Aunque
Samuel era descendiente de Coré, él tuvo una actitud opuesta a la de su
ancestro. El sirvió con humildad al sumo sacerdote, y nunca pretendió ocupar su
lugar. Y cuando el pueblo pidió un rey, él no luchó por mantener su posición de
autoridad como juez, sino que siguió las instrucciones de Dios y ungió a los dos
primeros reyes de Israel.
En
cierta forma, Samuel representa la “reversión o vindicación” (heb. Tikun)
del pecado de Coré, su ancestro.
Tiempo
después, el rey David escogió a un nieto de Samuel llamado Hemán, para servir
en el Tabernáculo de David como cantor (1 Crónicas 6:31-38). Hemán
probablemente él era uno de los que se conocen como “Hijos de Coré” (descendientes
de Coré) que compusieron varios salmos. Uno de estos salmos refleja
precisamente la reversión de la rebelión de Coré:
(Salmo
84:10) Porque mejor es un día en tus atrios que mil
fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que
habitar en las moradas de maldad.
Mientras Coré quiso entrar a la fuerza al Lugar Santo, los descendientes cantores declararon que era mejor quedarse en la puerta que estar lejos de Dios.
En la próxima entrada, estudiaremos el capítulo 4...
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Como me gozo estudiando la palabra de Dios con estos estudio. Dios la bendiga grandemente por su esfuerzo y dedication.
ResponderEliminarDios bendiga por el esfuerzo ara darnos a conocer este estudio ricas bendiciones ciervos de Dios de colonvia
Eliminarmuy bueno este material dios le siga usando
ResponderEliminarExcelente explicación muy clara Dios les bendiga
ResponderEliminarExelente bosqueo edifica mi espiritu que agrada ami padre selestial
ResponderEliminarQue hermoso cuanto nos ama nuestro Padre celestial. Ayúdanos a poner por obra tu palabra a corejir nuestros hijos nuestra casa este limpia delante de ti amado Jesucristo
ResponderEliminarExcelente bien explicado y entendible, bendiciones
ResponderEliminarque interesa esta historia nos ayuda a ser mas temerosos y reverentes ante nuestro Dios
ResponderEliminarQ bonito el obrar de Dios !! Gracias x las explicaciones mi duda fue respondida pues no entendía qera ministrar a Jehová en presencia de Eli cuando más adelante dice q el aún no conocía a Jehová...
ResponderEliminarQue hermoso es llenarse del vencimiento de la Palabra. Muchas veces se lee htanyo y no entiende los propósitos de Dios que son tan reales y los splicamos a nuestras vidas es algo precioso.me llena su Palabra.
ResponderEliminarEstoy agradecido, un estudio muy claro y guiado por Dios conforme las escrituras, seguiremos aprendiendo 🙏🔥
ResponderEliminarGracias por su dedicación en la palabra bendiciones
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