En la
introducción mencionamos que el nombre de Samuel significa: “Dios oyó”
(heb. Sh’muel). Pero, ¿qué es lo que Dios oyó? Samuel es la
respuesta divina a la oración de una mujer llamada Ana.
Vamos a
comenzar descubriendo quién es Ana y su familia, y luego leeremos sobre su
petición especial…
FAMILIA
DE ANA
Ana era
la esposa de un levita llamado Elcana. El problema es que ella no había podido
tener hijos; y, probablemente por esta razón, Elcana se casó con una segunda
mujer (Penina), quien sí le dio hijos.
(1
Samuel 1:1-2) Hubo un varón de Ramataim de Zofim,
del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de
Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. Y tenía él dos mujeres; el nombre de
una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas
Ana no los tenía.
Todo
esto le trajo a Ana mucha tristeza personal, pero también causó conflicto
familiar. Por un lado, Elcana trataba de consolar a Ana, asegurándole que él la
amaba; pero por el otro lado, la otra mujer atormentaba, haciéndola sentir mal
por ser estéril.
(1
Samuel 1:3-8) Y todos los años aquel varón subía de
su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en
Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová. Y
cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer,
a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. Pero a Ana
daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había
concedido tener hijos. Y su rival la irritaba, enojándola y
entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. Así
hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual
Ana lloraba, y no comía. Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras?
¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que
diez hijos?
Es
irónico que Elcana le diga a Ana que se conforme con el amor que él le tiene,
cuando él no se conformó con Ana y buscó otra mujer para tener hijos con ella. Definitivamente
estaban en una difícil situación familiar.
PETICIÓN
DE ANA
Dado
que Elcana era levita, él debía ir por lo menos una vez al año a servir en el
Tabernáculo. En una de esas ocasiones, Ana aprovechó para ir al Tabernáculo para
orar y derramar su corazón ante el Señor.
(1
Samuel 1:9-10) Y se levantó Ana después que hubo
comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una
silla junto a un pilar del templo de Jehová, ella con amargura de alma oró
a Jehová, y lloró abundantemente.
Ana no
sólo fue a desahogarse con lloro, sino que en esa ocasión le hizo un voto a
Dios:
(1
Samuel 1:11) E hizo voto, diciendo: Jehová de los
ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de
mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón,
yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su
cabeza.
Es
curioso que Ana no le pide a Dios un hijo para quedárselo, sino para entregárselo
a Él. Definitivamente ella deseaba un hijo, pero más que eso ella quería que
le fuera quitada el estigma de la esterilidad, que era visto como una maldición
en Israel (Deu. 7:14; Exo. 23:26; Lev. 26:9; Salmo 128:3; Sal. 127:3).
Sólo
debemos aclarar que Ana no estaba ofreciendo entregar a su hijo “para
sacrificarlo”, pues esto está prohibido en la Ley de Dios (aunque era la
costumbre de los pueblos cananeos—Deu. 18:10; Jer. 19:5; Deu. 12:31). El voto
de Ana era entregar a su hijo con voto nazareo (Num. 6:1-8), y que el hijo
viviera para servir a Dios.
Lo que
probablemente no sabía Ana es que Dios estaba buscando a un hombre dedicado a
Él para cumplir Su Plan Divino. En ese momento, se unió el deseo de una mujer y
el deseo de Dios; y como veremos, el resultado será el advenimiento de un
hombre que cambiará el destino de la nación de Israel.
Hay un
versículo en los Salmos que habla de esto, que posiblemente ha sido mal
interpretado:
(Salmo
20:4) Te dé conforme al deseo de tu corazón, y
cumpla todo tu consejo.
Otra
versión dice: “Que te conceda el deseo de tu corazón, y cumpla todos tus
anhelos” (LBLA).
Muchos
lo interpretan como que Dios concede los deseos del hombre, pero también puede
ser interpretado de la siguiente manera: Dios pone Su deseo en nuestro corazón,
y luego lo cumple. De esa manera se hace la voluntad de Dios, y nosotros
podemos ser partícipes de ello.
Hay
otro versículo que va en esta línea:
(Salmo
21:2) Le has concedido el deseo de su corazón, y no
le negaste la petición de sus labios.
Cuando
la Biblia dice que el Señor me dará los deseos de mi corazón—no es que Él va a
cumplir mis gustos y caprichos, sino que Él va a poner Sus deseos en mi
corazón. Y cuando el deseo de Dios conecta con el deseo del hombre, ocurren
milagros. Y esto fue precisamente lo que le ocurrió a Ana…
PETICIÓN
OÍDA
Cuando
Ana fue a orar al Tabernáculo, alguien la observó.
(1
Samuel 1:12-13) Mientras ella oraba largamente
delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en
su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo
por ebria.
Hasta
ese momento, Ana no había articulado su petición a viva voz. Muchas veces uno
dice: “Dios conoce lo que está en mi corazón”. Y aunque esto es cierto,
el Señor quiere que formulemos los pensamientos y los declaremos. De esa manera,
cuando la oración sea contestada, sabremos que la respuesta no es “una
casualidad” sino una respuesta del Cielo.
Otro
punto importante en la conversación con Eli es que dos personas se unieron en
espíritu para hacer la petición. Luego que Ana le aclaró al sacerdote que ella
no estaba ebria (1 Sam. 1:15-16), sino que estaba clamando a Dios, entonces Eli
se unió al clamor y declaró lo siguiente (como autoridad espiritual):
(1 Samuel
1:17) Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de
Israel te otorgue la petición que le has hecho.
Es
probable que el vientre de Ana estaba cerrado con muchas confesiones de: “¡Eres
estéril!”. Pero ahora Eli se unió a su oración, y se abrieron los cielos.
Jesús explica este principio de la siguiente manera:
(Mateo
18:18-20) De cierto os digo que todo lo que atéis
en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será
desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de
acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por
mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en
mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Luego
que Eli oró por ella, Ana creyó y adoró a Dios.
(1
Samuel 1:18-19) Y ella dijo: Halle tu sierva gracia
delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más
triste. Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y
fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se
llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
El
resultado fue un hermoso varón que respondió al deseo de Dios y de una madre de
Israel.
(1
Samuel 1:20) Aconteció que al cumplirse el tiempo,
después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel,
diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.
En
resumen, hay varios puntos importantes que ayudaron a que la oración de Ana
fuera escuchada y respondida:
1.
Declaró la petición
2. Dos
se pusieron de acuerdo
3.
Creyó y adoró a Dios
CUMPLIÓ
SU VOTO
Un año
después de esa visita al Tabernáculo, Ana ya tenía a su hijo en sus brazos.
Ahora la pregunta era: ¿cumplirá Ana su voto de entregar a su hijo al servicio
de Dios?
Esto
mismo fue lo que le preguntó Elcana a Ana, pues ya había llegado el tiempo en que debía ir al
Tabernáculo a servir:
(1
Samuel 1:21-22) Después subió el varón Elcana con
toda su familia, para ofrecer a Jehová el sacrificio acostumbrado y su voto. Pero
Ana no subió, sino dijo a su marido: Yo no subiré hasta que el niño sea
destetado, para que lo lleve y sea presentado delante de Jehová, y se quede
allá para siempre.
Podría
sonar como una excusa, y por eso Elcana quiso asegurarse que Ana estuviera consciente
de que debía cumplir su promesa (Deu. 23:21).
(1
Samuel 2:23) Y Elcana su marido le respondió:
Haz lo que bien te parezca; quédate hasta que lo destetes; solamente que cumpla
Jehová su palabra. Y se quedó la mujer, y crió a su hijo hasta que lo destetó.
El
tiempo de espera no era una excusa de Ana. Ella estaba dispuesta y determinada
a cumplir su voto, pero sólo esperaría hasta que Samuel llegara a la edad en
que dejaría de mamar (que en tiempos bíblicos era aproximadamente a los tres años), y así estaría preparado para separarse de su madre.
Efectivamente,
cuando Samuel dejó de mamar, Ana se preparó para llevarlo al Tabernáculo.
(1 Samuel
2:24) Después que lo hubo destetado, lo llevó
consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo
a la casa de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.
La
ofrenda que Ana llevó era lo que se presenta al cumplir un voto a Dios (Num.
15:8-10; Lev. 22:21).
Después
de hacer la ofrenda del voto cumplido, Ana y Elcana entregaron el niño al sumo
sacerdote:
(1
Samuel 2:25-28) Y matando el becerro, trajeron el
niño a Elí. Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella
mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y
Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva,
será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.
Podemos
imaginarnos que Ana soltó unas lágrimas al despedirse de Samuel, pero es
importante notar que ella lo soltó y lo dedicó a Dios. Y no sólo eso, sino que también adoró al Señor. En el próximo capítulo leeremos el Canto de Ana, que levantó
como oración al entregar a Samuel. A
partir de ese momento, Samuel fue un hombre dedicado a Dios. Y como veremos en
los próximos capítulos, él será instrumental en el cambio de rumbo de la nación
de Israel. También
en el próximo capítulo veremos que Dios premió a Ana dándole más hijos: tres
varones y dos mujeres (1 Sam. 2:21)
Más
estudios de este libro en: Samuel
Mateo 18:18-20 En su debido contexto no habla de ningún principio de oración, sino que trata de la disciplina en la iglesia.
ResponderEliminarNo se quien seas, pero respeto tu opinion. recuerda que aunque cada texto se aplica a algo en especifico, siempre podemos buscarle aplicaciones alternativas para cualquier otros temas afines, eso no es malo hacerlo hermano. simplemente lee el documento y si no te gusta tomalo para ti, pero deja que otros se edifiquen con tan buenos comentarios de la biblia.
EliminarDoy gracias a Dios por sus vidas, este doncune to ha edificado mi vida y la de muchas mujeres Dios te bendiga
ResponderEliminarMe encantó y me edificó mucho porque se si oramos con toda nuestra alma y un corazón limpio delante la presencia de Dios tenemos la respuesta de de el Señor Jesucristo
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