En el
capítulo anterior leímos sobre la intercesión de Moisés en favor del pueblo de
Israel. Ellos habían pecado con el Becerro de Oro (Exo. 32), y sabían que
merecían un castigo; pero se preguntaban si Dios los perdonaría. Moisés expresó
su intención de no ir a ningún lado si el Señor no iba con ellos. Luego le
pidió que le mostrara su gloria. La respuesta de Dios fue que le mostraría toda
su bondad:
(Éxodo
33:19) Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien
delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré
clemente.
En este
capítulo (Exo. 34), leeremos sobre lo que pasó en ese encuentro…
NUEVAS
TABLAS
Segundas Tablas |
En
preparación para el encuentro, Dios instruyó a Moisés que llevara algo:
(Éxodo
34:1-2) Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas
de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que
estaban en las tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues, para
mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la
cumbre del monte.
Las
primeras tablas de la Ley fueron hechas por Dios (Exo. 31:18; Deu. 9:10); pero
ahora el Señor pidió que el hombre participara en el proceso. Moisés debía
alisar las tablas, y Dios escribiría en ellas.
(Éxodo
34:4) Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las
primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová,
y llevó en su mano las dos tablas de piedra.
Antes
de entrar a ver lo que Dios le dijo a Moisés, comentaremos otros detalles sobre
estas tablas. En Deuteronomio, Moisés describe lo que Dios escribió, y dónde
colocó estas nuevas tablas:
(Deu.
10:1-5) En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos
tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de
madera; y escribiré en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras
tablas que quebraste; y las pondrás en el arca. E hice un arca de madera
de acacia, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con
las dos tablas en mi mano. Y escribió en las tablas conforme a la primera
escritura, los diez mandamientos que Jehová os había hablado en el monte de en
medio del fuego, el día de la asamblea; y me las dio Jehová. Y volví y descendí
del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como
Jehová me mandó.
Nótese que las palabras del pacto no cambiaron; Dios
escribió lo mismo en las primeras que en las segundas tablas. Dios no cambió
nada porque Él es perfecto y no necesita modificar nada. Lo nuevo en esta
ocasión fue que el Pueblo conoció otro lado de Dios que aún no habían visto.
Los israelitas habían visto el lado de justicia de Dios, pero ahora iban a
conocer Su lado de misericordia.
[Nota: Algunos comentaristas creen que había
dos arcas: (a) un arca contenía las tablas rotas, junto con el maná y la vara
de Aarón, que era colocada en el Lugar Santísimo. (b) La otra contenía las
nuevas tablas, y ésta estaba guardada en la Tienda de Reunión, donde Moisés iba
a orar; ésta es la que iba delante cuando el pueblo marchaba por el desierto,
al igual que en las batallas de conquista.]
ENCUENTRO
CON DIOS
Luego
que Moisés subió al Monte con las tablas de piedra, Dios descendió para
encontrarse con él y mostrarle su bondad. Éste es uno de los encuentros más
especiales que cualquier ser humano haya tenido con Dios en toda la historia de
la humanidad:
(Éxodo
34:5-6) Y Jehová descendió en la nube, y
estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante
de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para
la ira, y grande en misericordia y verdad.
Estas
palabras de Dios se conocen entre el pueblo hebreo como “los atributos de
misericordia” (heb. Midot Rajamim).
1. JEHOVÁ (heb. Yehová)
Lo primero que manifiesta el Señor es Su Nombre: Jehová,
y lo repite dos veces, como una reafirmación. Como vimos en el capítulo tres,
su Nombre significa: Yo Soy el que Soy. Este es el Nombre que conjuga todos los
nombres y atributos de Dios, expresando todo lo que Él es. Israel había
conocido el lado de justicia de Dios, y ahora van a conocer su lado de
misericordia.
2. DIOS
La palabra hebrea “El” significa: Dios, que
también puede traducirse como: poderoso, fuerte.
3. MISERICORDIOSO
La palabra que usa aquí para “misericordioso”, en
hebreo es: “Rajum”, que también puede traducirse como: compasivo.
Esta palabra está relacionada con: Rejem, que significa: vientre de la
madre. Es una figura hermosa de cómo Dios puede ser compasivo así como una
madre hacia el hijo a quien dio a luz.
4. PIADOSO
La palabra hebrea es: Janun, que puede
traducirse como: benevolente o clemente. Representa la actitud de alguien
superior que se inclina en beneficio de un subalterno o subordinado.
5. TARDO PARA LA IRA
En hebreo se usa una frase que literalmente dice:
“nariz lenta” (heb. Erej apaim). En un sentido figurado quiere decir:
paciente, tolerante. Se refiere a alguien que no reacciona de inmediato.
Como una cualidad divina, esto da a entender que Dios es paciente y no castiga
inmediatamente al pecador, sino que le da oportunidad para que se arrepienta. Esta
“paciencia” de Dios se ha manifestado desde el principio, comenzando con Adán y
Eva.
El apóstol Pedro lo explica de la siguiente manera:
(2
Pedro 3:9) …sino que es paciente para con vosotros,
no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
La
paciencia de Dios no es porque “ignora” la falta; más bien, lo que hace es dar el
espacio para que el pecador se arrepienta, y viva. Así lo explica también el
profeta Ezequiel:
(Ezequiel
18:23) ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová
el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?
(Ezequiel
18:32) Porque no quiero la muerte del que muere,
dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Recordemos
que Dios es perfecto en su compasión y misericordia, pero también es perfecto
en su justicia. Él no va a dejar de ser justo pasando por alto las faltas. El
balance entre justicia y misericordia se alcanza a través de la propiciación,
el arrepentimiento y la restauración. (Este balance es una de las grandes
lecciones de estos capítulos de Éxodo.)
6. ABUNDANTE
EN MISERICORDIA Y VERDAD
En relación con el perdón, Dios presenta dos
cualidades que Él tiene en abundancia: Misericordia y verdad. Estos son dos
atributos que van de la mano y aparecen repetidas veces juntas a lo largo de la
Biblia (2 Sam. 2:6; Sal. 25:10; Sal. 57:3,10; Sal. 85:10; Sal 89:14; Prov. 3:3;
Prov. 16:6, entre otras).
La palabra que se traduce aquí como “misericordia”
es diferente a la que mencionamos con anterioridad. En hebreo es: Jesed,
que literalmente significa bondad. La verdad (heb. Emet) es lo
real y lo genuino. Y la verdad va de la mano con la justicia de Dios. Dios tiene
la verdad absoluta, mientras que el hombre sólo la puede ver en parte (Isaías 55:7-9).
Dios se presentó a Moisés como alguien que tiene la
verdad y la justicia, pero también es bueno en abundancia.
MISERICORDIOSO Y JUSTO
A continuación, Dios le explicó a Moisés cómo Él
ejercita su misericordia:
(Éxodo
34:7) que guarda misericordia a millares, que
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por
inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y
sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
Aunque
el pueblo haya pecado, el Señor está dispuesto a perdonar; sin embargo, Él no
puede “ignorar” las faltas. Para recibir el perdón de Dios, es necesario que el
pueblo se arrepienta (heb. Shuv, regresar, retornar).
DIOS PERDONA
Dios menciona los tipos de pecado que perdona: la
transgresión, el pecado y la iniquidad
a. El pecado
Otra palabra que define el pecado en hebreo es: Jatá
(también: ofensa, pena, culpa). También incluye los pecados no
intencionales.
b. Transgresión
Es la infracción de una ley de Dios, muchas veces de
forma intencional. La palabra en hebreo es: Pesha, que también se
puede traducir como: falta,
rebelión, infracción, prevaricación, traición).
c. Iniquidad
La Iniquidad (heb. Avon) es pecado que
viene por líneas generacionales (líneas de iniquidad). Son
puertas que fueron abiertas en el pasado, y si no hay arrepentimiento, las
tendencias a ese pecado son heredadas a las siguientes generaciones.
Dios
está dispuesto a perdonar todos estos pecados. Sin embargo, deja claro que “no
tendrá por inocente al culpable”. Si no hay arrepentimiento, no hay perdón.
En
cuanto a la iniquidad, el Señor explica que esta se puede extender hasta la
tercera y cuarta generación. Los hijos heredan las “líneas de iniquidad”, es
decir, la tendencia hacia cierto pecado que fue abierto por los antepasados;
sin embargo, los hijos no están “condenados” a cometerlos, ya que cada
generación decidirá si saca esas tendencias de su vida, o si sigue viviendo con
ellas. Dios no pide cuentas por “las tendencias”, pero si por las acciones
propias (les recomiendo leer: Ezequiel 18).
ARREPENTIMIENTO
Dios no
perdonó a los israelitas sólo porque eran “Su Pueblo”. Lo hizo porque ellos se
arrepintieron (y los tres mil que no se arrepintieron, murieron—Exo. 32:25-28).
La
palabra “arrepentimiento” en hebreo es: Teshuva, que literalmente
significa: retorno, regreso. El arrepentimiento no es una licencia para pecar,
sino la disposición para regresar al buen camino. El perdón de Dios es una
segunda oportunidad para hacer la voluntad de Dios.
Ezequiel explica lo que Dios quiere:
(Ezequiel 18:30-32) Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa
de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras
transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de
vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un
corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de
Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor;
convertíos, pues, y viviréis.
Muchos piensan que Dios se complace enviando juicio,
pero la Biblia explica que es lo contrario. El profeta Miqueas nos revela que en
lo que realmente Dios se deleita es en la misericordia.
(Miqueas
7:18-20) ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad,
y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su
enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de
nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos
nuestros pecados. Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que
juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.
HAY ESPERANZA
Al ver el corazón de Dios y conocer sus atributos de
misericordia, Moisés supo que había esperanza (Exo. 34:8). Dios era justo, y no
iba a pasar por alto la maldad, pero si el pueblo se arrepiente, Dios es
misericordioso y está dispuesto a perdonarlos.
Ante
esta revelación, Moisés se atrevió a pedir una segunda
oportunidad para el pueblo.
(Éxodo
34:9) Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya
ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y
perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.
En la próxima entrada leeremos cuál fue la respuesta
de Dios a esta petición…
Estudios de
otros capítulos de este libro: Éxodo
Clase virtual de este libro: Audio de
Éxodo
También en Video de YouTube (Canal: Cita Divina)
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(Is 49:15) "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.".
ResponderEliminarBendiciones mi hermana.
ResponderEliminarQue Dios te siga usando cada dia mas. Y sigas compartiendo mas para aprender.
Ha sido de gran bendicion.
Tengo una duda, que significa Absolver en este contexto?
[..] y perdono la iniquidad, la rebelión y el pecado.
Pero no absuelvo al culpable [...] - Ex. 34:7
gracias a Dios por esta revelacion a travez de la exposicion de su palabra ...Pero alabado sea el altisimo que el nos da la oportunidad de volvernos a el y de arrepentirnos
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