Moisés intercede |
Tras el pecado del Becerro de Oro, Moisés subió de
nuevo al Monte Sinaí para buscar el perdón de Dios para el pueblo (Exo.
32:30-32). Él no sólo
iba a pedir misericordia, sino que estaba dispuesto a que su nombre fuera
borrado del libro de la vida con tal que el pueblo fuera perdonado. Dios no
aceptó esa “oferta”, explicando que cada hombre debe pagar por su propio pecado
(Exo. 32:33-34; Eze. 18:4). Por
otro lado, Moisés no era completamente justo como para pagar por los pecados de
todo el pueblo (Eclesiastés
7:20). Pero todo esto sirve como sombra de lo que Jesús iba a hacer, muriendo en
la cruz y pagando así por nuestros pecados con el fin de reconciliarnos con
Dios (Rom. 8:5-11).
No
podemos quitarle el mérito a Moisés como intercesor del pueblo, pero tampoco
podemos llegar a creer que él era “más bueno” que Dios, porque no es así. Moisés
no va a “convencer” a Dios, sino que a través de esta experiencia él va a
conocer tanto la justicia como la misericordia del Señor.
En el
capítulo anterior vimos que Moisés pidió a Dios que no destruyera al pueblo. Y
la petición no la hizo por beneficio propio ni aún por el pueblo, sino pensando
en el Nombre de Dios. Moisés dio las siguientes dos razones:
1) para que el nombre de Jehová no fuera deshonrado ante
las demás naciones (Exo. 32:12);
2) para que fuera cumplida la promesa hecha a los patriarcas (Exo. 32:13): “a tu descendencia daré esta tierra” (Gen. 12:7; 13:15-16; 15:18; 17:8).
2) para que fuera cumplida la promesa hecha a los patriarcas (Exo. 32:13): “a tu descendencia daré esta tierra” (Gen. 12:7; 13:15-16; 15:18; 17:8).
Dios respondió diciendo que Él cumplirá Su promesa.
Aunque el pueblo hubiera fallado al Pacto, Dios asegura que cumplirá Su parte:
llevarlos a la Tierra Prometida.
(Éxodo. 33:1-3) Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú
y el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a
Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré; y
yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al
heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo (a la tierra que fluye leche y miel);
pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que
te consuma en el camino.
Aunque Dios aseguró que los llevaría a la Tierra
Prometida, Moisés notó un grave inconveniente: Dios no iría con ellos. Y el
Señor explica la razón: “no sea que te consuma en el camino” (33:3). Esta
expresión no es “por rechazo” sino “por gracia”, ya que la santidad de Dios
hubiera acabado con ellos debido a su pecado. La Biblia describe a Dios como
“fuego consumidor” (Deu.
4:24); el Señor quema lo malo, lo que no sirve (la paja y la
hojarasca), pero al oro y a la plata los purifica (1 Cor. 3:11-13; Malaquías
3:2-3; Zac. 13:9; 1 Ped. 1:7; 4:12). Por eso, Dios decidió alejarse, para no
destruirlos sino darles la oportunidad de restauración.
LAMENTO DEL PUEBLO
Veamos ahora cómo reaccionó el pueblo al oír que el
Señor no iría con ellos.
(Éxodo
33:4) Y oyendo el pueblo esta mala noticia,
vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos.
El pueblo lamentó muchísimo la noticia, y lo
manifestaron como una pérdida, visitiendo de luto y quitándose los adornos
(heb. Adiy: accesorio, atavío, ornamento, gala). El pueblo sintió
el pesar, pero fue Dios quien les instruyó a quitarse los adornos:
(Exo. 33:5-6) Porque Jehová
había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura
cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate, pues,
ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer. Entonces los hijos
de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb.
¿Por
qué Dios dio la instrucción referente a los atavíos? En la Biblia, los atavíos
se relacionan con los adornos que usaban las novias en el día de su boda.
(Jeremías
2:32) ¿Se olvida una virgen de sus adornos, o una
novia de su atavío? Pues mi pueblo me ha olvidado por innumerables días.
Como
comentamos en el capítulo 19, el Pacto entre Israel y Dios se compara
figuradamente a un compromiso matrimonial. En ese pacto, Israel prometió
fidelidad a Dios, y lo ratificaron con pacto de sangre (Exo. 24). Pero cuarenta
días después le fallaron a Dios adorando al becerro de oro (Exo. 32). El
profeta Jeremías lo describe como: “el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido
para ellos, dice Jehová” (Jeremías 31:32). Israel le falló a Dios como una
novia infiel a su marido. Y ahora Dios les pidió que se quitaran sus atavíos y
adornos, porque ya no podían fingir ser una novia pura.
La
pregunta que todos se hacían era: ¿ahora qué hará Dios con Su Pueblo?
TIENDA
FUERA DEL CAMPAMENTO
Como una
señal de la distancia que Dios puso entre Él y su pueblo, Moisés trasladó la
tienda de reunión fuera del campamento.
(Éxodo
33:7) Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó
lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y cualquiera
que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del
campamento.
En este
momento aún no había sido construido el Tabernáculo según el modelo divino,
pero si existía una tienda que Moisés apartó para orar. Esta se conoce en
hebreo como: Ohel Moed, que literalmente
significa: tienda de reunión o cita. Éste era el lugar donde Moisés se
encontraba con el Señor (y en ocasiones especiales, el Señor lo llamaba a que
subiera al Monte para hablar con él). El texto nos hace pensar que esta tienda estuvo
un tiempo dentro del campamento, pero a partir de ese momento Moisés la sacó
fuera.
Cuando Moisés
quería hablar con Dios, él se dirigía a la Tienda de Reunión, y el pueblo
notaba cuando lo hacía.
(Éxodo
33:8-10) Y sucedía que cuando salía Moisés al
tabernáculo, todo el pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta
de su tienda, y miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el
tabernáculo. Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube
descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés. Y
viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del
tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba.
CARA
A CARA
La
relación que Dios tenía con Moisés era muy especial. La Biblia la describe así:
(Éxodo
33:11) Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara,
como habla cualquiera a su compañero…
La
expresión “cara a cara” significa: en persona, frente a frente. Sin embargo,
esto no debe ser tomado literalmente porque la Biblia dice que nadie puede ver
el rostro de Dios y vivir.
(Éxodo
33:20) Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no
me verá hombre, y vivirá.
Cuando
Moisés entraba ante la Presencia de Dios, descendía una nube densa. De esa forma,
él podía ver el resplandor de su gloria, pero la espesura de la nube lo
protegía para que no muriera. Hasta que no seamos transformados y preparados
para estar en Su Presencia pura, lo que podemos ver del Padre es a Su Hijo (Colosenses
1:15; Hebreos 1:3).
(Juan
1:18) Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito de Dios,
que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
(2
Corintios 4:6) Porque Dios, que mandó que de las
tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros
corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de
Jesucristo.
PETICIÓN
DE MOISÉS
En este
capítulo vemos que Moisés se quedó muy preocupado por la idea de que Dios no
fuera con ellos en el camino hacia la Tierra Prometida. Teniendo esto en mente,
él fue a la Tienda de Reunión para hablar con Dios, tanto para consultarle lo
que debía hacer como para interceder.
(Éxodo
33:12a) Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a
mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo.
Dios
había instruido a Moisés que llevara al pueblo hasta la Tierra Prometida, y le
ofreció que el Ángel del Señor los guiaría (Exo. 32:34). Sin embargo, hasta el
momento Moisés no sabía quién era ese ángel, y pidió que se lo presentara.
Por
otro lado, Moisés trató de apelar la decisión del Señor:
(Éxodo
33:12b-13) Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido
por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos. Ahora, pues, si he
hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que
te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.
Moisés
sabe que la justicia no está del lado del pueblo, ya que ellos fallaron. Pero
él apela a la “gracia” de Dios (palabra que repite tres veces en este párrafo).
“Gracia” en hebreo es: Jen, que también se traduce como: favor, aceptación, bondad. El
diccionario lo define como un beneficio o un favor que se hace sin merecimiento particular. Es un
don o regalo gratuito.
Moisés
apela al entendido que él “ha hallado gracia a los ojos de Dios”, y por eso se
atreve a pedir lo siguiente:
a. Hazme conocer ahora tu camino, para que te
conozca y halle gracia;
b. Hazme conocer Tu recompensa;
c. Considera que Israel es Tu pueblo, y no “de
Moisés” (ya que repetidas veces, Dios había dicho a Moisés que el
pueblo de Israel era “suyo”).
Moisés no le está pidiendo a Dios que haga a un lado
su justicia con tal de perdonar el pecado del pueblo. Más bien, lo que él pide es
que el Señor le muestre Su voluntad en esta situación. Y esta petición la hace
también a favor de todo el pueblo.
Un Salmo de David refleja perfectamente la oración que
aquí hizo Moisés:
(Salmo 25:4-14) Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame
tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi
salvación;
En ti he esperado todo el día. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová. Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera. Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios. Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.
En ti he esperado todo el día. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí, por tu bondad, oh Jehová. Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera. Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios. Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás también mi pecado, que es grande. ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra. La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.
Tanto David como Moisés reconocen que en Su
misericordia, Dios no puede dejar de ser justo. Si Dios perdona a Su Pueblo no
es para que sigan haciendo lo que quieran, sino para darles otra oportunidad de
rectificar. Jehová es perfecto en justicia y en misericordia—y eso es lo que a
veces nos cuesta entender.
Moisés defiitivamente conoce la justicia de Dios, pero
también sabe que es misericordioso. Y por eso le pregunta cuál es Su voluntad
en esta situación.
La respuesta de Dios es la siguiente:
(Éxodo
33:14) Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y
te daré descanso.
Podríamos suponer que esa respuesta sería
satisfactoria para Moisés; sin embargo, él siguió insistiendo. Tal vez quería
asegurarse que la oferta no sólo aplicaría a su persona sino a todo el pueblo.
(Éxodo
33:15-16) Y Moisés respondió: Si tu presencia
no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí. ¿Y en qué se conocerá aquí que he
hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros,
y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la
faz de la tierra?
“Sin
ti no iré”. Sin duda esta es la frase que Dios quería oír. Fue la respuesta
de alguien que ama a Dios con todo su corazón. Para Moisés, lo más importante
era su relación con el Señor, y así debe ser para todo el pueblo. ¿De qué les
serviría ganar el mundo si habían perdido a Dios? Lo que hace de Israel un
pueblo especial es su relación con Dios—y nada más. El propósito de la
Redención no es sólo llegar a la “Tierra Prometida”, sino “estar con Dios”. Moisés no quería ir a ningún
lado sin Dios, y pidió lo mismo para el pueblo de Israel.
La
respuesta de Dios fue favorable:
(Éxodo
33:17) Y Jehová dijo a Moisés: También haré
esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido
por tu nombre.
¿Por
qué Moisés se atrevía a pedir con tanta libertad? La explicación la da Juan:
(1 Juan
5:14-15) Y esta es la confianza que tenemos delante
de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si
sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las
peticiones que le hemos hecho.
INTERCESOR
Algo
que no debemos perder de vista es que la función de Moisés como intermediario e
intercesor sirve como sombra del rol del Mesías (Col. 2:17).
(1 Timoteo 2:5-6) Porque
hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio
testimonio a su debido tiempo.
Juan presenta
a Jesús como “el abogado defensor”, pero también como “la propiciación”:
(1 Juan
2:1-2) Hijitos míos, estas cosas os escribo para
que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre,
a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no
solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
MUÉSTRAME TU GLORIA
Contando con la respuesta favorable de Dios (Exo. 33:17), uno podría suponer que Moisés quedaría satisfecho…pero él fue más allá. Moisés se atrevió a pedir algo más:
Contando con la respuesta favorable de Dios (Exo. 33:17), uno podría suponer que Moisés quedaría satisfecho…pero él fue más allá. Moisés se atrevió a pedir algo más:
(Éxodo
33:18) El entonces dijo: Te ruego que me muestres
tu gloria.
“Gloria”
en hebreo es: “Kabod”,
que literalmente
significa: peso. En un sentido figurado significa: esplendor, honra, majestad,
poder, riqueza, suntuosidad.
Moisés quería más de Dios. Sabiendo que estuvo a punto
de perderlo, se le abrió el hambre por más de Él. Moisés ya no podía vivir sin el
Señor. Recordemos que Moisés ya había disfrutado de estar en la Presencia de Dios;
sin embargo, estaba sumergido en la nube espesa, y ahora quería tener la
oportunidad de verlo sin ese “velo”.
Sin duda esta petición agradó al Señor. La pregunta
es: ¿Cómo podría ver a Dios sin morir? Por supuesto, Dios lo consideró, y ésta
fue la solución que dio:
(Éxodo 33:19-20)
Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante
de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré
clemente. Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y
vivirá.
Dios
accedió a la petición de Moisés de conocer más de Él. El Señor ofreció mostrarle
su bondad y conocer Su Santo Nombre; sin embargo, no podría ver Su rostro. En
cuanto a extender misericordia al pueblo, Dios se reservó ese derecho diciendo:
“tendré misericordia del que tendré misericordia”.
Pablo cita
esta Escritura y explica que la misericordia divina no viene por pedirla, sino
por la voluntad de Dios.
(Romanos
9:15-16) Pues a Moisés dice: Tendré misericordia
del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así
que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene
misericordia.
INSTRUCCIONES
A
continuación, Dios le da instrucciones a Moisés para el encuentro:
(Éxodo
33:18-23) Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto
a mí, y tú estarás sobre la peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una
hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya
pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi
rostro.
Dios va
a permitir que Moisés vea su bondad, su mano y sus espaldas, pero no su rostro
ni su gloria (sólo el reflejo). La mano representa las acciones y las espaldas
hablan de lo que ya pasó (el pasado); por otro lado, el rostro habla de lo que
está por delante. Muchas veces no podemos ver o percibir cuando Dios está
obrando en el presente, pero cuando vemos para atrás se hace evidente. En ese
sentido, vemos “la Mano de Dios y Sus Espaldas”, pero no Su Rostro.
La Biblia
dice que veremos a Dios cara a cara hasta después del Milenio, cuando el Señor
haga cielos nuevos y tierra nueva, y el Señor haga tabernáculo en medio de Su
Pueblo (Apoc. 21 & 22)—porque ése también es el deseo de Dios.
Estudios de
otros capítulos de este libro: Éxodo
Clase virtual de este libro: Audio de
Éxodo
Buena enseñanza me ayudo mucho en extender Dios los bendiga siempre
ResponderEliminarBendiciones me encanto su explicación gracias a sido de gran bendición para mi
ResponderEliminarBuena enseñanza,que Dios siga usando su vida poderosamente, bendiciones
ResponderEliminarExcelente estudio,este texto no lo he podido sacar de mí cabeza en semanas. Me ayudó mucho, gracias y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias por el tiempo invertido en el pasaje fue maravilloso y lo disfruté verdaderamente . Bendiciones
ResponderEliminarGracias muchas Gracias!!!
ResponderEliminarSanto Santo es Dios de los Ejércitos
ResponderEliminarHermosa Explicación ❗️
Hermosa explicación
ResponderEliminarJehova de los Ejércitos
Es su nombre
El gran yo Soy
Amén buen estudio Dios te bendiga más
EliminarGracias por la explicación, Dios les bendiga
EliminarGracias por excelente explicacion ELOHIM le bendiga
ResponderEliminarDios los bendiga el estudio me ayudó mucho que el Señor los siga guiando y derrame de su sabiduría.. sin El no podemos hacer nada
ResponderEliminarMe encanto y me edifico en gran manera la explicacion, tengo mucho para responder a mis alumnos, gracais
ResponderEliminarGloria a Dios, es de mucha bendición. Dios recompensa todo, amen.
ResponderEliminarGracia por tan hermosa explicacion
ResponderEliminarShalom 🙌
Buen día yo quiero saber como haces para ser utilizada por Dios? Como le haces?
ResponderEliminarBuenos días Dios bendiga grandemente su vida y ministerio me ayudo mucho le enseñanza y a bendecido mi vida bendiciones
ResponderEliminarGracias por este estudio, leo primero la Biblia y corro al estudio, me ha servido para entender muchas cosas,Dios te bendiga grandemente.
ResponderEliminarWao solo me resta darles las gracias por dejarse usar por Dios, para sacarme de tantas lagunas que tenia acerca de este capitulo, sea Dios con ustedes iluminandolos mas, para el beneficio de muchos...
ResponderEliminarGRACIAS POR SU TIEMPO DE PODER ESCRIBIR Y EXPLICAR DETALLADAMENTE, MUY ENTENDIDO LA LECTURA DIOS LO BENDIGA
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