El
primer versículo del Libro de Éxodo es prácticamente igual a otro que se
encuentra al final de Génesis, conectando así los dos primeros libros de la
Biblia:
(Gen.
46:8) Y estos son los nombres de los hijos de
Israel, que entraron en Egipto, Jacob y sus hijos…
(Éxodo
1:1)
Estos
son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada
uno entró con su familia.
DE
FAMILIA A NACIÓN
El libro de Éxodo continúa la historia de la familia
de Jacob. Todos ellos habían ido a Egipto por una hambruna (Gen. 42:1-5), y luego
se quedaron allí porque José era el gobernador de Egipto. Más importante aún,
es el hecho que era el plan de Dios que ellos se quedaran por un tiempo en
Egipto—aunque no para siempre. Había un propósito divino para los Hijos de
Israel: formar una nación.
(Génesis 46:3-4)
Y
dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque
allí yo haré de ti una gran nación. Yo
descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José
cerrará tus ojos.
Al final de Génesis vemos a una familia llegar a
Egipto; pero al principio de Éxodo vemos que esta familia llegó a convertirse
en una nación: los israelitas.
SETENTA DESCENDIENTES
El libro de Éxodo comienza haciendo mención de todos
los hijos de Jacob por nombre:
(Exo.
1:1-5) Estos
son los nombres de los hijos de Israel que fueron a Egipto con Jacob; cada uno
fue con su familia: Rubén, Simeón, Leví y Judá; Isacar, Zabulón y Benjamín; Dan,
Neftalí, Gad y Aser. Todas las personas que descendieron de Jacob fueron
setenta almas. Pero José estaba ya en Egipto.
Los
hijos de Jacob eran doce, pero sumando a los hijos de los hijos eran un total de
setenta descendientes. También en Génesis se hace mención de todos los hijos de
Jacob, al igual que los nietos (Génesis 46:5-27), y al final se señala cuántos
eran en total:
(Gen.
46:26-27) Todas las personas de la familia de
Jacob, que vinieron a Egipto, descendientes directos suyos, no incluyendo las
mujeres de los hijos de Jacob, eran en total sesenta y seis personas. Y los hijos de José, que le nacieron en
Egipto, eran dos: todas las personas de la casa de Jacob que vinieron a Egipto,
eran setenta.
De
ser una familia de 70 hombres (sin contar a mujeres y niños), los israelitas
llegaron a convertirse en una nación de más de 600 mil hombres (según el censo
que Dios ordenó en el desierto cuando salieron de Egipto—Num. 1:1-3,45-50).
El
número 70 es significativo, ya que éste es el mismo número de las naciones del
mundo—según las fronteras establecidas por Dios (no por el hombre).
(Deu. 32:8) Cuando el Altísimo hizo
heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres,
estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
CAMBIO
HISTÓRICO
Como
mencionamos en la introducción, desde
que los Hijos de Israel llegaron a Egipto, ellos se establecieron en el área de
Gosén, que era una tierra idónea para ganado y cultivo. Los israelitas se
mantuvieron separados de los egipcios, no sólo por decisión propia (tal como lo
planeó José), sino que también por el rechazo de los egipcios a la gente que cuidaba
ovejas (Gen. 46:31-34).
Mientras
José vivió, a los israelitas les fue bien en la tierra de Egipto; pero cuando él
murió, las cosas cambiaron…
(Éxodo 1:6-9) Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella
generación. Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron
aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra. Y se levantó
sobre Egipto un nuevo rey que no había conocido a José; y dijo a su pueblo: He
aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que
nosotros.
¿A
qué rey se refiere? La Biblia no indica cuál eran los nombres de los faraones en
Egipto (ni en el tiempo de José ni de Moisés), pero hay indicios históricos que
apuntan a que el rey con quien José trabajó era una dinastía extranjera
conocida como los Hicsos. Éstos eran reyes guerreros del Medio Oriente que
conquistaron Egipto y la gobernaron durante más de 200 años (1786-1570 a.C.).
Esto explica por qué el rey de Egipto no tuvo objeción que José, siendo
extranjero, fuera gobernador de Egipto. También hay datos históricos que
indican que durante la dinastía de los Hicsos la mayoría de las tierras eran
posesión del rey (excepto las propiedades religiosas), lo cual coincide con lo
descrito en la Biblia sobre el tiempo de José (Génesis 47:13-26).
Eventualmente
los hicsos fueron derrocados por miembros de una familia real egipcia. Según
datos históricos, se sabe que el rey Ahmose fundó el nuevo imperio egipcio; él
estableció una nueva dinastía, y llevó a Egipto a su época dorada, pero luego
decayó y ya recuperó su gloria, lo cual también coincide con la narrativa de
Éxodo. Es muy probable que éste fue el faraón que la Biblia dice que “no
conocía a José” (Exo. 1:8-9), o tal vez alguno de sus descendientes.
ISRAELITAS
ESCLAVIZADOS
Ante
ese cambio político, era natural que los nuevos regentes egipcios sospecharan
de los israelitas, que estaban asentados al norte de Egipto, y eran vistos como
extranjeros, y como tales constituían una amenaza como lo fueron los hicsos.
Para controlarlos, la nueva dinastía egipcia sometió a los israelitas a
esclavitud.
(Éxodo
1:10-11) Procedamos,
pues, astutamente con él no sea que se multiplique, y en caso de guerra, se una
también con los que nos odian y pelee contra nosotros y se vaya de la tierra.
Entonces pusieron sobre ellos capataces para oprimirlos con duros trabajos. Y
edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramsés.
La
Biblia no explica exactamente cómo los israelitas cayeron en esclavitud. Sin
embargo, en la antigüedad las formas más comunes de caer en esclavitud eran por
deuda o por guerra. Tal vez el rey egipcio (faraón) les puso impuestos tan
altos que les fue imposible pagarlos, y así tuvieron que pagar con trabajo. O
tal vez fueron obligados a trabajar como tributo de guerra. De cualquier forma,
sabemos que el nuevo rey egipcio sometió a los israelitas a una esclavitud
extrema, cuyo objetivo era acabar con ellos; pero lejos de destruirlos, los
israelitas se fortalecieron más.
(Éxodo
1:12-14) Pero cuanto más
los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían, de manera que los
egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel. Los egipcios, pues, obligaron
a los hijos de Israel a trabajar duramente, y les amargaron la vida con dura
servidumbre en hacer barro y ladrillos y en toda clase de trabajo del campo;
todos sus trabajos se los imponían con rigor.
Un
dato interesante de la tradición judía: Algunos comentaristas dicen que los
egipcios pusieron a trabajar a los israelitas para “amargar su vida”. Según
ellos, los egipcios asignaron a esclavos israelitas a construir “ciudades de
miseria”, las cuales eran construidas sobre la arena, y tan pronto como las
terminaban eran derribadas para luego ser reconstruidas. Esta era una “labor sin propósito”, cuyo fin
era desmoralizar a los esclavos.
Estudios
de otros capítulos de este libro: Éxodo
Clase
virtual de este libro: Audio de
Éxodo
Clase en YouTube:
Muy interesante este estudio de la historia demos hijos de DIOS.
ResponderEliminarGracias, me encanto la forma como llevas el estudio paso a paso
ResponderEliminarCon todo respeto aveces Se siente que su voz se detiene y no avanza y causa un poco de desespero
ResponderEliminarGracias por su comentario. Haré un esfuerzo para corregirlo.
EliminarESPECTACULAR!!! 😍😍😍
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
ResponderEliminaresto esta muyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy bien
ResponderEliminarexcelente estudio me ha sido de gran ayuda para adquirir mas conocimiento
ResponderEliminarExelente buena explicacion
ResponderEliminarGracias, sigue adelante, me gusta lo que leo y me hace entender mejor
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