AFLICCIÓN EN GETSEMANI
Jesús preparó a los discípulos tanto como era humanamente
posible para lo que sucedería en las próximas horas. Pero Jesús también debía
prepararse a sí mismo, emocional y espiritualmente. Por eso llevó a los
discípulos al Monte de los Olivos, en un lugar llamado: “Getsemaní”,
que significa: prensa de aceite. Allí pasó Jesús su mayor prueba…
(Mateo 26:36-39) Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se
llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy
allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a
entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma
está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco
adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es
posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Jesús estaba consciente sobre lo que debía hacer en las
próximas horas, según el plan divino: Él debía entregarse a sí mismo para morir
en la cruz, con el fin de salvar a la humanidad. Pero en ese momento aún podía
dar un paso atrás. Por eso Jesús estaba en angustia, antes su mayor tentación, y
pidió oración a sus discípulos.
(Mateo 26:40-41) Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo,
y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad,
para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero
la carne es débil.
Jesús volvió a orar…
(Mateo 26:42) Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío,
si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Y aún oró una tercera vez…
(Mateo 26:43-44) Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los
ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró
por tercera vez, diciendo las mismas
palabras.
Jesús libró la lucha más intensa contra la tentación de no
morir—porque la realidad es que no lo merecía. Pero él se sometió a la
obediencia de la voluntad del Padre ¡hasta la muerte!
(Hebreos 5:7-9) Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo
ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la
muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que
padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor
de eterna salvación para todos los que le obedecen.
Jesús sabía que con su muerte se abriría la oportunidad para
salvar al mundo…y al final de la lucha interna se decidió a la obediencia
máxima.
En ese momento, Jesús ya estaba listo para enfrentar lo que
venía…
(Mateo 26:45-46) Entonces vino a
sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora,
y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved,
se acerca el que me entrega.
JUDAS LO ENTREGA
Mateo describe en detalle el momento en que Judas llega
acompañado con los guardas del Templo a aprender a Jesús.
(Mateo 26:47-50) Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los
doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales
sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado
señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a
Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué
vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.
Mateo narra que uno de los discípulos saltó en defensa de
Jesús (por el evangelio de Juan sabemos que fue Pedro—Juan 18:10-11).
(Mateo 26:51-54) Pero uno de los
que estaban con Jesús, extendiendo la mano,
sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la
oreja. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu
espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso
piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce
legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces
se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?
Jesús les recriminó a los guardas por qué llegaban a
prenderlo a escondidas…
(Mateo 26:55) En aquella hora
dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con
palos para prenderme? Cada día me
sentaba con vosotros enseñando en el templo,
y no me prendisteis.
Al final, Jesús mismo responde a su pregunta, pues sabía que
todo esto debía suceder para que se cumpliera la profecía.
(Mateo 26:56) Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras
de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
En ese momento, se cumplió también la advertencia que Jesús hizo
a todos sus discípulos, diciéndoles que todos se iban a escandalizar de él
(Mat. 26:31). Efectivamente así sucedió; dado que no velaron con él para
prepararse, cuando llegó el momento los discípulos no pudieron soportarlo y
huyeron. En ese momento, Jesús se quedó solo…
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de MATEO
Gracias,bellaz ensenanzas.Dios les bendiga abundantemente!!
ResponderEliminarBien especial la enseñanza Dios le bendiga grandemente
ResponderEliminarMuy bueno gracias a Dios q pone a estos varones para exportar la palabra
ResponderEliminarJesús sufrió su angustia y dolor ante la muerte en soledad , a pesar de estar en compañía de tres de sus más allegados discípulos. Ninguno captó el dolor tan inmenso de Jesús. 😢
ResponderEliminarA muchas personas les ha sucedido lo mismo, son abandonados por sus mejores amigos o familiares, cuando más lo necesitan.