sábado, 27 de agosto de 2016

MATEO 21:28-46. Parábola de los dos hijos y de la Viña

Al final del capítulo 21, Jesús cuenta dos parábolas, ambas en un entorno de viñedos, que representan el fruto de la vida:

PARÁBOLA DE LOS DOS HIJOS
La primera parábola trata de dos hijos que recibieron instrucciones de su padre, pero cada uno de ellos reaccionó de una forma diferente:
(Mateo 21:28-30) Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.  Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 


Jesús luego nos lleva a pensar cuál de los dos está mejor…
(Mateo 21:31-32) ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.  Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. 

Jesús confrontó a los fariseos, comparándolos con el hijo que al final desobedeció. Como dice el profeta Isaías: “con sus labios me honran, pero su corazón está lejos de mí” (Isaías 29:13), porque dicen que no hacen. Al final, lo que importa no es lo que “hablemos” sino lo que hagamos.


PARÁBOLA DE LA VIÑA
La otra parábola también se trata del dueño de un viñedo hermoso, que la rentó en su ausencia…
(Mateo 21:33-36) Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos.  Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.  Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. 

En lugar de pagar lo que debían al dueño de la viña, los labradores mataron a los siervos que fueron a cobrar la renta. Pero la historia sigue…
(Mateo 21:37-39) Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. 

Jesús lleva a la audiencia a ver la injusticia de lo que han hecho los labradores. Luego los lleva a preguntarse qué haría el dueño ante tal injusticia.
(Mateo 21:40-41) Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo. 

Jesús usaba historias con las que la audiencia podía relacionarse, y luego las relacionaba con temas más profundos y espirituales. En el caso de esta parábola, Jesús la contó de una forma muy similar a una historia narrada por Isaías, la cual compara a Israel con una viña (Isaías 5:1-7).
(Isaías 5:1-2)  Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.

La parábola de Isaías es un llamado de atención a Israel por no dar buenos frutos, a pesar de haber recibido todos los cuidados del Señor. Simbólicamente, la viña es Israel, y el dueño es Dios.
(Isaías 5:7)  Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel,  y los hombres de Judá planta deliciosa suya.  Esperaba juicio,  y he aquí vileza;  justicia,  y he aquí clamor.

Jesús toma este tema, y lo traslada a su generación; pero añade a la historia el rechazo a los siervos (que son los profetas) y al hijo del dueño (que representa a Jesús). El Hijo de Dios estuvo entre ellos, pero no lo recibieron…y también morirá entre ellos.

Y en caso que no hayan entendido la analogía, Jesús presenta otra ilustración…

LA PIEDRA ANGULAR
Jesús cita otra Escritura que hace referencia al rechazo del Mesías…
(Mateo 21:42)  Jesús les dijo: leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? 

Esta es una cita del Salmo 118 (que forma parte de los “Salmos Halel”, cantados por los israelitas durante las fiestas).

Jesús explica claramente cuál será la consecuencia de haber rechazado al Hijo de Dios, Yeshua el Mesías (en español: Jesucristo). Esta conclusión es el resumen de las dos parábolas que contó en este capítulo:
(Mateo 21:43-44) Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará. 

La analogía no pasó desapercibida a los religiosos. Mateo cuenta que ellos entendieron perfectamente lo que Jesús quiso decir. Pero lejos de arrepentirse, ellos buscaron deshacerse de Él..
(Mateo 21:45-46) Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos. Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque éste le tenía por profeta.

Lo único que los detuvo en ese momento era el pueblo, quien recibió a Jesús. En realidad, quien rechazó a Jesús no fue el pueblo en general sino la institución religiosa. Irónicamente los religiosos no buscaban la voluntad de Dios sino que velaban por sus propios intereses.


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