domingo, 27 de marzo de 2016

MATEO 5:17-48. Jesús y la Ley


Muchos han malinterpretado las enseñanzas de Jesús, creyendo que él vino a derogar la Ley y los mandamientos de Dios.  Pero Él dijo con claridad: 
(Mateo 5:17)  No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 

Jesús jamás enseñó nada en contra de la Ley de Dios.  Él fue perfecto y justo, y vivió como Dios manda. 



¿Cuál es la Ley de Dios?  Es la instrucción de vida que Dios dio a Su Pueblo en el Monte Sinaí, y está plasmada en los primeros cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.  En hebreo se le llama: Torá, que significa: instrucción, también conocida como “Pentateuco” en español.  En el Reino de los Cielos se hacen las cosas como Dios manda, pues Él es Rey.  Y la constitución del Reino es la Torá.  En los Cielos no se ha autorizado un plebiscito para hacer reformas a la Ley.  El orden de Dios no ha cambiado. 

Jesús aclaró que él no vino a “abolir” la Ley.  Él cumplió la Torá, poniendo en práctica las normas del Reino de Dios.  No sólo la cumplió, sino que enseñó la Torá a sus seguidores.   Jesús explicó que la Torá no ha perdido vigencia…
(Mateo 5:18-19)  Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 

Jesús explicó que el éxito o fracaso dentro del Reino de Dios se mide en base al cumplimiento de las ordenanzas de Dios (aunque la entrada es por gracia y por fe).
(Mateo 5:19)  Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

Muchos fariseos creían que Jesús estaba “anulando la Torá”, porque ni él ni sus discípulos seguían la tradición rabínica.  La confusión se dio porque Jesús no se sometió a “la tradición de los hombres”.  Pero Jesús aclaró que Él si cumplía la Torá, pero divergía con los otros rabinos en la interpretación y aplicación. Los líderes judíos habían puesto leyes extras a las que Dios había dado, tales como lavamientos de manos y ciertas prohibiciones en el día de reposo, las cuales no estaban escritas en la Palabra  (Mateo 7:1-13).  Jesús no siguió ciertas tradiciones religiosas porque eran interpretaciones humanas, no divinas—pero a Dios nunca le falló. 

A continuación, Jesús presentó su perspectiva sobre ciertos mandamientos, yendo más allá de la letra de la ley para presentar el “espíritu de la Ley”…

Según la tradición judía, se cree que cada ley de Dios tiene dos lados:
1.  el aspecto externo de la ley: es decir, las palabras literales, que llevan a definir lo que uno tiene que hacer o evitar (= la letra de la Ley).
2.  el aspecto interno: es decir, el entendimiento espiritual, que refleja la intención y lo que hay en el corazón de Dios (= el espíritu de la Ley).

Los rabinos decían que cuando venga el Mesías, él revelará el corazón de la Tora.  Esto es precisamente lo que hizo Jesús en la siguiente sección del Sermón del Monte:

HABEÍS OÍDO…PERO YO OS DIGO…
En esta sección, Jesús hace referencia a varios mandamientos de la Torá.  Primero menciona el aspecto externo (Habéis oído…), y luego comenta sobre el aspecto interno de la ley (“…pero yo os digo…”).  A simple vista, parecería que está contradiciendo la Ley, pero no es así.  Jesús nos exhorta a ir más allá de “la letra de la Ley”, para entender el significado y aplicación espiritual. 

1.  Mandamiento: “No asesinarás” (Éxodo 20:13; Deu. 5:17; Num. 35:30-34)
(Mateo 5:21-22)  Habéis oído que se dijo a los antepasados: "No matarás" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte." 
Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: "Raca" (lit. estúpido) a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: "Idiota", será reo del infierno de fuego.

Jesús no contradijo la ley, sino que fue más allá…a las intenciones del corazón.  Si uno se enoja o maldice al prójimo, abre la puerta a la muerte.  Él nos enseña que no sólo debemos evitar caer en asesinato, sino que debemos comenzar por evitar que el odio entre al corazón. 

Jesús enseña que la solución para el odio y el resentimiento no es dar muerte, sino perdonar.  
(Mateo 5:23-24)  Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,  (24)  deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.  

Si queremos mantener una buena relación con Dios, debemos mantener un corazón limpio también hacia el prójimo (1 Juan 4:20-21).

2.  Mandamiento: “No cometerás adulterio” (Exo. 20:14; Deut. 5:18; Lev. 20:10; Deu. 22:24; Prov. 6:32)
(Mateo 5:27-28)  Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio." 
Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.

El Señor nos reta a ver la intención del corazón, no sólo la acción física. El adulterio comienza en el alma, cuando uno abre espacio a pensamientos impuros. Si uno corta el pecado de la codicia en el corazón, uno podría frenar y evitar el adulterio (Mateo 5:29-30; Santiago 1:14-15; Hechos 8:22).

3.  Carta de Divorcio (Deu. 24:1-4)
(Mateo 5:31)  También se dijo: "Cualquiera que repudie a su mujer, que le dé carta de divorcio." 

En tiempos de Jesús, las cortes religiosas daban autorización para divorciarse por cualquier motivo, no sólo por infidelidad.  Ellos se excusaban diciendo que “estaba contemplado en la ley”, pero ése no era el espíritu de la Ley.  Jesús dijo:
(Mateo 5:32)  Pero yo os digo que todo el que se divorcia de su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada, comete adulterio.

Más adelante en el libro de Mateo leeremos cuando Jesús explica que el divorcio no era parte del plan de Dios, sino que es consecuencia del pecado del hombre y la dureza del corazón del hombre (Mateo 19:3-9).  

4.  Ley: “No jures en vano” (Lev. 19:11-12; Num. 30:2; Deu. 23:21-23)
(Mateo 5:33-37)  También habéis oído que se dijo a los antepasados: "No jurarás falsamente, sino que cumplirás tus juramentos al Señor" 
Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.  Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello.  Antes bien, sea vuestro hablar: "Sí, sí" o "No, no"; y lo que es más de esto, procede del mal.

¿Por qué la gente siente la necesidad de “jurar”?  Tal vez porque no siempre dicen la verdad, y deben afirmar que en esta ocasión sí lo hacen.  Lo correcto es SIEMPRE hablar con la verdad (Santiago 5:12).

En Eclesiastés encontramos también lo que está en el corazón del Señor y lo que piensa de los juramentos…
(Eclesiastés 5:4-7)  Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque El no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo.  Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas.  No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de Dios que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos?  Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.

5.  Ley de Retribución (Lev. 24:19-22)
(Mateo 5:38)  Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente." 

Algunos han tomado estos versículos como una “licencia para la venganza”, pero ese no es el espíritu de la Ley.  La Ley de la Retribución tiene como objetivo la restitución, no la venganza.  Cuando alguien daña o pierde la propiedad de otra persona, está obligado a restituirla.  Las cortes de justicia eran las encargadas de determinar la retribución justa en caso de que el objeto exacto no pudiera ser reemplazado.  La Biblia habla de justicia, pero no de justicia a manos propias. 
En el contexto de la Ley, la misma Torá aclara que no debemos vengarnos:
(Levítico 19:18)  No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo.  Yo Jehová.

Jesús explica cuál es el corazón de Dios en la Ley de Retribución.  Él nos enseña a sobreponernos a la ofensa, no vengándonos o bajándonos al nivel de los ofensores, sino actuando correctamente. 
(Mateo 5:39-42)  Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.  Y al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa.  Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos.  Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda.

La Biblia nos enseña que la venganza en manos propias o pagar “mal por mal”, no borra el mal sino lo multiplica (Rom. 12:17-21; Prov. 20:22)
(1 Tesalonicenses 5:15)  Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.

6.  Mandamiento: Amarás al prójimo.
(Mateo 5:43)  Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo." 

El mandamiento de “amar al prójimo” no es exclusivo del Nuevo Testamento, sino que tiene su origen en la Torá:
(Levítico 19:18)  No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el SEÑOR.

Lo que Jesús tuvo que corregir es la última parte: “odiarás a tu enemigo”, la cual fue añadida por los fariseos, pues no está en la Torá.  ¡Todo lo contario!  Un versículo antes en Levítico dice claramente que no debemos odiar:
(Levítico 19:17)  No odiarás a tu compatriota en tu corazón; podrás ciertamente reprender a tu prójimo, pero no incurrirás en pecado a causa de él.

Jesús no vino a cambiar la Ley, sino a darle su correcta interpretación y aplicación. 
(Mateo 5:44-48) Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos?  Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles?  Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.

En conclusión, Jesús no vino a quitar la ley, sino a cumplirla.  Y a los que le siguen, les enseña a darle la correcta interpretación y aplicación.  No se trata sólo de cumplir la letra de la Ley, sino descubrir “el espíritu de la Ley”, es decir, lo que está en el corazón de Dios al darnos los mandamientos.

En la próxima entrada seguiremos estudiando el Sermón del Monte (capítulo 6)…


Más estudios de este Evangelio en la pestaña: MATEO
También disponible en audio: AUDIO de MATEO  

13 comentarios:

  1. Que gusto leerlo! Son de gran bendición.

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  2. Es un gran alivio,y es más.... Una satisfacción poder encontrar estos estudios para tener más conocimiento de las sagradas escrituras
    Dios les bendiga siempre
    Bendiciones

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  3. Amen Dios siga bendiciendo su vida, gracias por permitirme escudriñar las escrituras con su ayuda, pues me encuentro leyendo, empezando estoy y surgen dudas. Bendiciones hna.

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  4. Que maravillosos estudios! Complacida enormemente! DLB CON ABUNDANCIA!

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  5. Entonces debemos guardar el sábado y circuncidarnos...

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    1. la circuncicion era antes por eso es ahora el bautismo

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    2. entonces no tenemos que guardar la ley.. si guardamos la ley, de nada sirve el sacrificio de JESUS.

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  6. Muy claras estas explicaciones, excelente mensaje para reflexionara y tomar conciencia de los que no se debe hacer...

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  7. Excelente clase Dios le guarde y le siga dando sabiduría de lo alto

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  8. Gracias por el estudio; me ayuda mucho estamosxestudiando el libro de Mateo

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  9. hermosa introducción que nos enseña como debemos comportarnos aun con los que nos hacen daño, Dios es justo y pagara a cada uno según sean sus obras

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  10. La interpretación de este pasaje es muy acertada, Dios los bendiga

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  11. Gracias por darnos la oportunidad de aprender más a través de la interpretación que nos traen a la luz de las escrituras.
    Que Dios les bendiga.

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