Mateo inicia su Evangelio mencionando la genealogía de
Jesús.
(Mateo 1:1) Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
El énfasis del autor está puesto en señalar dos puntos:
a. Hijo de
Abraham.
Jesús es un israelita, hijo de Abraham; y a través de él
vendrá la bendición a todas las naciones (Gen. 12:1-3; Gal. 3:8,16)
b. Hijo de David.
Jesús es un judío del linaje real, hijo de David.
En la cultura hebrea, la genealogía es muy importante, no
sólo por propósitos de herencia sino también de identidad y propósito
familiar. Esta importancia se refleja
en el primer libro de la Biblia: Génesis.
Comienza hablando de la genealogía de Adán y Noé, señalando los linajes
de toda la humanidad; pero a partir del capítulo 12, Génesis se enfoca en la
genealogía de Abraham, y luego va aclarando quienes formarán parte del Pacto y
quienes no. Al final de Génesis, en la
bendición a sus hijos, Jacob profetizó el destino de cada linaje, y señaló que
los reyes de Israel iba a salir de la línea de Judá, de la cual vendría también
el Mesías.
(Génesis 49:10) No será quitado
el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y
a él se congregarán los pueblos.
Nota: “Siloh” es una referencia poética del Mesías.
El primer rey israelita de la tribu de Judá fue David. Al final de su reinado, Dios le confirmó a
David que los reyes de Israel vendría de su linaje (2 Samuel 7:8-16)
(2 Samuel 7:8) Ahora, pues,
dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé
del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo,
sobre Israel.
(2 Samuel 7:12-13,16)
Y
cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después
de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su
reino. El edificará casa a mi nombre, y
yo afirmaré para siempre el trono de su reino … Y será afirmada tu casa y tu
reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
Muchos han conectado esta profecía con Salomón, el hijo que
heredó el trono de David, pero él no cumplió todos los puntos de esta
profecía. El cumplimiento completo será
con Yeshua, descendiente de David, cuyo reino será establecido para siempre.
GENEALOGÍA DE JESÚS
A continuación leeremos la genealogía de Jesús, tal como la
presentó Mateo, y luego comentaremos sobre algunos puntos sobresalientes de
ésta…
(Mateo 1:1-16) Libro de la
genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y
Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá
engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón,
y Naasón a Salmón. Salmón engendró de
Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isa. Isaí engendró al rey David, y el rey David
engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y
Abías a Asa. Asa engendró a Josafat,
Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías
engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a
Ezequías. Ezequías engendró a Manasés,
Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos,
en el tiempo de la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a
Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim,
y Eliaquim a Azor. Azor engendró a
Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán,
Matán a Jacob; y Jacob engendró a José,
marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
En esta genealogía hay varios puntos importantes que Mateo
quería dejar claros, pero pueden perderse a primera vista. Veamos uno por uno:
a. GENEALOGÍA DE
JOSÉ
No es de extrañar que Mateo mencione la genealogía de José,
ya en la cultura hebrea el linaje es determinado por el padre. Curiosamente, Mateo luego aclara que Jesús no
era el hijo biológico de José.
(Mateo 1:18) El nacimiento
de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se
juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
José y María estaban desposados, es decir, ya se habían
comprometido para casarse. En ese
momento ellos que estaban en el tiempo de espera para la boda, que solía ser un
año. Todavía no habían consumado el matrimonio, porque debían esperar hasta el
día de la boda para ello. Sin embargo, a
los ojos de la ley se consideraba que ellos ya estaban casados, habiendo ya
firmado el compromiso matrimonial (heb. Ketubá). Si se rompía el compromiso, debían pasar por
un proceso de divorcio.
Dado que todavía no se había consumado el matrimonio, es
lógico que José sospechara de infidelidad cuando se enteró del embarazo de
María. Ante eso, ya estaba tomando
decisiones de lo que debía hacer. Pero
Dios envió un ángel a José para explicarle que María no le había fallado…
(Mateo 1:19-20) José su marido, como era justo, y no quería
infamarla, quiso dejarla secretamente. Y
pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le
dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en
ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
Toda esta historia entre José y María no era información
pública. Se mantuvo en secreto porque la
gente lo tomaría a mal. Pero llegaría el
momento en que todo esto se revelaría. Y
Mateo vio la importancia de sacar a luz la verdad, para mostrar que Yeshua era
el Mesías y tenía derecho a ser rey por ser del linaje de David. Curiosamente para hacerlo, debía probar que
Jesús NO tenía vínculo de sangre con José—y esto lo explicaremos en el segundo
punto…
b. LINAJE REAL
Luego de presentar la genealogía de José, a quien el pueblo
identificaba como padre de Jesús, resulta que Mateo aclara que Jesús era hijo
de María, pero no hijo biológico de José.
¿Por qué Mateo? La respuesta está
vinculada a una profecía en tiempos del exilio a Babilonia.
En la genealogía de José, tal como la presentó Mateo, se
menciona a un rey llamado Jeconías.
(Mat 1:11-12) Josías engendró
a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia,
Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel.
Jeconías fue el rey que recibió la “última advertencia”
antes que Dios entregara por completo a Judá en manos de los babilonios. El profeta Jeremías le llevó las últimas
palabras de advertencia (Jer. Cap. 22). Pero el último rey de Judá no atendió a Dios sino que siguió
neciamente en su rebelión. El resultado
fue no sólo el exilio a Babilonia y su muerte, sino una maldición a su
descendencia:
(Jeremías 22:30) Así ha dicho
Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre
a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de
su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.
José, padre adoptivo de Jesús, venía de este linaje. Por lo tanto, ni él ni sus hijos podían optar
a ser considerados como reyes en Israel.
Si José no está en el linaje del rey, ¿entonces por qué
Mateo se enfocó en él, y no en el de María, como lo hizo Lucas? Precisamente fue para aclarar este punto.
La gente que conocía a Jesús, creían que él era hijo de
José, el carpintero. Pero era necesario
aclarar que no lo era.
En la cultura bíblica, era una falta muy seria tener hijos
fuera de matrimonio, y la pena del adulterio era la muerte. Sabiendo esto, José quiso proteger a María.
(Mateo 1:19) José su marido,
como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
Evidentemente José quería mucho a María, pero lo más
probable es que no le creyó la historia de la “inmaculada concepción”. Por eso el Señor envió un Ángel para
aclararle las cosas a José…
(Mateo 1:20) Y pensando él
en esto, he aquí un ángel del Señor le
apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu
mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
María no había sido infiel a José (ni había sido violada,
como algunos dicen), sino que concibió milagrosamente por el Espíritu
Santo. Hoy en día aún hay mucha
controversia sobre este punto. Seguramente
también en aquel tiempo fue un “escándalo” cuando la verdad salió a luz. Pero Mateo se vio en la necesidad de explicar
todo esto para aclarar que Yeshua no era hijo de José, sino hijo de Dios a
través de María. En el Evangelio de Lucas
se presenta la genealogía de Jesús a través de María, quien sí es de linaje
real (Lucas 3:23-38).
En la próxima entrada veremos los otros dos puntos sobre la
genealogía: la mención de mujeres y el número de generaciones…
Más estudios de este Evangelio en la pestaña: MATEO
También disponible en audio: AUDIO de
MATEO
Hola Ana, Dios la Bendiga, me gusta mucho leer su pagina, solo déjeme decirle que hasta ahora todo OK, solamente que la genealogia de Mateo es de Maria y la de Lucases de Jose, ese Jose que aparece en Mateo es el Padre de Maria, cuente las genealogias y se va a dar cuenta, tamben el Mateo Shem Tov le va a aclarar la palabra no es esposo, sino padre, le agradeceria que lo revisara. Nuevamente felicidades y Dios la siga bendiciendo y siga llevando el evangelio a las naciones, desde la selva del amazonas en Riberalta-Bolivia, su amigo: Guido
ResponderEliminarAmigo ahí mismo en Mateo 1:16 dice José marido de María no dice que era su padre.
EliminarSaludos desde CD de México
Buen comentario de verdad y ajustado a la Biblia o sea la Palabra.
ResponderEliminarDios la bendiga
ResponderEliminarMe gustaría recibir estos estudios bíblicos como puedo hacer
ResponderEliminarHola agradesco muchos estos estudios son los mejores que he estudiado, pero me surguio una duda en la geneologia de Jose, no entidiendo porque mateo describe la geneologia de jose si jose no es el padre, pero luego en el versiculo (Mateo 1:20) dice afirma el linaje de jose hijo de david, por favor si me pueden ayudar con la aclaracion gracias
ResponderEliminarAcabo de encontrar un estudio que explica esto, basado en el texto de Mateo en hebreo: la mención de JOSE en la genealogía de María no se refiere a su esposo sino al padre de María (No se entiende igual en la traducción al español, pero en hebreo es muy claro)
EliminarLos amo, hermanos en Cristo
ResponderEliminarQuiero saber la Biblia hechos Mateo del 1 al 26
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