miércoles, 27 de enero de 2016

MATEO: Introducción


Hoy iniciamos el estudio del Evangelio según Mateo.  Éste es uno de cuatro evangelios, los cuales narran la vida y ministerio de Jesús (heb. Yeshua).  La palabra “evangelio” significa literalmente: “buenas nuevas”.  La buena noticia es que hay salvación a través de Jesús (1 Cor. 15:1-4).


LOS CUATRO EVANGELIOS
Cada evangelio presenta una perspectiva particular:

1.  Mateo:
Fue escrito para los judíos, con el fin de evidenciar que Yeshua era el tan esperado Mesías, anticipado en las profecías bíblicas.  Mateo cita el Antiguo Testamento (la Biblia hebrea: Tanaj) más que ningún otro Evangelio (61 referencias en Mateo, en contraste con 31 en Marcos, 26 en Lucas y 16 en Juan). 

Otro dato interesante de este evangelio es que se cree que fue escrito en hebreo, a diferencia de los otros que fueron escritos en griego, el cual era el idioma “internacional” de ese tiempo.   

2.  Marcos:
Este es el Evangelio más corto y conciso.  Según la tradición, se cree que fue escrito por Juan Marcos, el primo de Bernabé (Col. 4:10; Hechos 15:37) como un resumen de las enseñanzas de Jesús, tal como él las escuchó de Pedro.  

3.  Lucas:
Este es el Evangelio para los gentiles.  Fue escrito por Lucas, un médico que acompañó a Pablo es sus viajes misioneros.  Él es el único escritor no judío o israelita de toda la Biblia.  Lucas no conoció a Jesús en persona, pero traslada el testimonio de muchos que le conocieron y fueron testigos de sus milagros (Luc. 1:1.4). 

4.  Juan:
El Evangelio de Juan también estaba dirigido a los judíos, pero el objetivo es probar que Yeshua es el hijo de Dios (Juan 1:1).  Al final del libro, Juan explica claramente el propósito de su testimonio:
(Juan 20:31)  Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.


En esta ocasión nos enfocaremos en el estudio del Evangelio según Mateo.  Pero antes de entrar en el texto mismo, primero conozcamos quién era Mateo…

¿QUIÉN ERA MATEO?
Mateo fue uno de los doce discípulos más cercanos de Jesús.  La mayoría de estos discípulos era gente sencilla, muchos de ellos pescadores de Galilea; pero Mateo venía de un trasfondo muy distinto a los demás… 

La Biblia cuenta que Mateo era un recaudador de impuestos.
(Mateo 9:9)  Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.

Como política del imperio, los romanos contrataban a gente local para recaudar los tributos para el imperio.  A estos recaudadores de impuestos se les llamaba: “publicanos”.  

Los publicanos eran odiados por la población local ya que eran considerados como traidores por trabajar en favor de los “invasores romanos”.  No sólo eso, sino que era un puesto que se prestaba a corrupción.  De hecho, algunos pagaban por obtener el puesto de “publicano” ya que con esa autoridad podían extorsionar más dinero a la población, y así enriquecerse.  

Mateo (también conocido como Levi, Luc. 5:27) era uno de estos publicanos.  Muchos se sorprendieron cuando Jesús lo escogió a él para que le siguiera.  También les confundía el hecho que Jesús hablara con la gente que tenía fama de pecadora.  Leamos lo que Jesús dijo cuando le cuestionaron al respecto…
(Mateo 9:10-13)  Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.  Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?  Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.  Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.

Jesús estaba citando un versículo del profeta Oseas…
(Oseas 6:6)  Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.

En el tiempo de Jesús, el pueblo cumplía con los rituales religiosos, pero sus corazones estaban alejados de Dios.  Muchos iban al Templo a ofrecer sacrificios, pero cada uno vivía como quería en sus casas.  Eso no es compatible con lo que Dios pide de Su Pueblo.

¿Qué es lo que Dios quiere y espera de Su Pueblo?  El profeta Miqueas lo explica con claridad:
(Miqueas 6:6-8) ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?   ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?  Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

a.  Hacer justicia: obedecer el orden de Dios y guardar Sus Mandamientos.
b.  Amar misericordia: tener compasión de aquel que falla.  Sabemos que todos fallamos, pero también podemos tener la oportunidad de ser restaurados.
c.  Humillarse ante Dios: Reconocer que Dios es el Soberano de nuestras vidas, y estar dispuesto a hacer Su Voluntad.


EJEMPLO DE ZAQUEO
Mateo no fue el único publicano con quien Jesús tuvo contacto.  Otro ejemplo notable fue Zaqueo…
(Lucas 19:1-10)  Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.  Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.  Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.  Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.  Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Noten que Zaqueo buscó a Jesús.  Él no sólo manifestó “curiosidad” por el Maestro, sino también mostró un genuino arrepentimiento.  Zaqueo no sólo estaba arrepentido de la corrupción en la que había participado, sino que estaba dispuesto a dejar de robar y también a restituir a los que había damnificado (Lev. 6:1-5). 


***Regresemos a hablar sobre Mateo…
Aparte de su llamado, no se sabe mucho acerca de la vida de Mateo.  Sólo se menciona como uno de los doce discípulos cercanos a Jesús (Mat. 10:3; Mar. 3:18; Luc.  6:15; Hechos 1:13). 

El nombre de Mateo en hebreo es: Matityahu, que significa: regalo de Dios.  Ciertamente él fue un regalo para todo creyente, pues nos dejó el testimonio de todo lo que vio en el tiempo en que él siguió a Yeshua, desde una perspectiva única. 

EVANGELIO DEL REY MESÍAS
Como mencionamos anteriormente, el enfoque del Evangelio de Mateo está en probar a los judíos que Jesús es el Mesías.  Por esa razón, el autor comienza con la genealogía de Jesús, describiéndolo como “hijo de David”, linaje del cual está profetizado que vendrá el Mesías (2 Samuel 7:11-16; Isaías 9:6-7; Génesis 49:10). [Nota: en la próxima entrada veremos unos datos interesantes sobre la genealogía que presenta Mateo, en contraste con la de Lucas].

La mención de Jesús como Mesías “hijo de David” (heb. Mashiaj ben David) aparece nueve veces en este Evangelio.  Por otro lado, Mateo llegó a entender que Jesús primero debía presentarse como, que según la tradición hebrea es el “Mesías Sufriente”. 

En el Antiguo Testamento (heb. Tanaj). se encuentran profecías sobre el “Mesías Rey” (Mesías hijo de David, heb. Mashiaj ben David), pero también sobre el “Mesías Sufriente”, conocido como “Mesías hijo de José” (heb. Mashiaj ben Yosef).  Esta aparente contradicción ha intrigado a los comentaristas judías, y por eso algunos han llegado a creer que vendrán dos o más mesías.  Sin embargo, los Evangelios y las cartas de Pablo nos ayudan a entender que no se trata de dos personas, sino uno sólo: Yeshua HaMashiaj—pero en dos ocasiones: En su primera venida, Yeshua vino a morir como el Cordero de Dios (Mesías Sufriente); y en su segunda venida Él regresará a gobernar como el Rey de toda la Tierra (Mesías Rey).    


En la próxima entrada: 
Mateo 1: la genealogía de Jesús...


Más estudios de este Evangelio en la pestaña: MATEO
También disponible en audio: AUDIO de MATEO  





3 comentarios:

  1. Gracias por este estudio bíblico es de gran bendición Dios le bendiga

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  2. Dios les bendiga me gustaría saber si tienen el de luca saludos

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  3. Gracias por este estudio Bíblico. Bendiciones.

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