Al final del capítulo cuatro de Hechos, Lucas vuelve a sacar
a luz el hecho de que todos estaban unidos…
(Hechos 4:32) La congregación de los que creyeron era de un
corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas
eran de propiedad común.
El amor a Dios hizo crecer el amor al prójimo. Este amor se vio reflejado en la unidad entre
los hermanos, el compañerismo y la ayuda mutua.
Puestos los ojos en el Cielo, dejaron de enfocarse en las cosas de este
mundo. Se desapegaron de los bienes
materiales y compartían lo que tenían…
(Hechos 4:34-35) No había, pues, ningún necesitado entre
ellos, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían, traían el
precio de lo vendido, (35) y lo depositaban a los pies de los apóstoles,
y se distribuía a cada uno según su necesidad.
Esto es lo contrario de lo que enseña el mundo, que es la
avaricia y la acumulación de bienes. La
Biblia enseña que quien no trabaja no come, pero también nos enseña a compartir
con aquellos que pasan por momentos de necesidad. Si se cumplieran estos dos
principios, no habría necesidad en la sociedad.
(Deuteronomio 15:4-8)
Y no habrá menesteroso entre
vosotros, ya que el SEÑOR de cierto te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu
Dios te da por heredad para poseerla,
(5) si sólo escuchas fielmente la
voz del SEÑOR tu Dios, para guardar cuidadosamente todo este mandamiento que te
ordeno hoy. (6) Pues el SEÑOR tu Dios te bendecirá como te ha
prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; y
tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no tendrán dominio sobre
ti.
Dios quiere bendecirnos, pero esa abundancia no es para
“acumularla”, sino para disfrutarla y compartirla, pues así se multiplica. (Por
ejemplo: en lugar de amasar grandes cantidades de dinero en el banco “para
tener seguridad financiera”, podemos usarlo para invertir, lo cual promueve más
prosperidad en la sociedad).
Luego de hablar del deseo de Dios para prosperarnos, la
Biblia nos llama a que ayudemos a quien esté pasando por necesidad…
(Deuteronomio 15:7-8) Si hay un menesteroso contigo, uno de tus
hermanos, en cualquiera de tus ciudades en la tierra que el SEÑOR tu Dios te
da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre, (8)
sino que le abrirás libremente tu mano, y con generosidad le prestarás
lo que le haga falta para cubrir sus necesidades.
Aun la gente que es trabajadora a veces pasa por momentos de
necesidad. La Biblia enseña que en esos
momentos, los hermanos deben salir en apoyo de los necesitados, para ayudarles
a salir adelante.
(1 Timoteo 6:17-19) A los ricos en este mundo, enséñales que no sean
altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en
Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las
disfrutemos. (18) Enséñales que hagan bien, que sean ricos en
buenas obras, generosos y prontos a compartir,
(19) acumulando para sí el tesoro
de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en
verdad es vida.
(Santiago 2:15-16) Si un hermano o una hermana no tienen ropa y
carecen del sustento diario, (16) y uno de vosotros les dice: Id en paz,
calentaos y saciaos, pero no les dais lo necesario para su cuerpo, ¿de qué
sirve?
(1 Juan 3:17-18) Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su
hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor
de Dios en él? (18) Hijos, no amemos de palabra ni de lengua,
sino de hecho y en verdad.
Contrario a lo que algunos creen, la Biblia no está en
contra de las riquezas. Una y otra vez
el Señor dice a Su pueblo que quiere bendecirlos, pero no sólo materialmente
sino sobre todo en lo espiritual.
(3 Juan 1:2) Amado, ruego que seas prosperado en todo así como
prospera tu alma, y que tengas buena salud.
ALGUNOS SE
APROVECHARON
En tiempo de los apóstoles, algunas personas se aprovecharon
de la generosidad de los creyentes, y se volvieron “vividores” (gente que vive
de los demás, como parásitos). Pablo
tuvo que tratar este tema en una de sus cartas:
(2 Tesalonicenses 3:6-16)
Ahora bien, hermanos, os mandamos en
el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande
desordenadamente, y no según la doctrina que recibisteis de nosotros. (7)
Pues vosotros mismos sabéis cómo debéis seguir nuestro ejemplo, porque
no obramos de manera indisciplinada entre vosotros, (8) ni
comimos de balde el pan de nadie, sino que con trabajo y fatiga trabajamos día
y noche a fin de no ser carga a ninguno de vosotros; (9) no
porque no tengamos derecho a ello , sino para ofrecernos como modelo a vosotros
a fin de que sigáis nuestro ejemplo.
(10) Porque aun cuando estábamos
con vosotros os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco
coma. (11) Porque oímos que algunos entre vosotros andan
desordenadamente, sin trabajar, pero andan metiéndose en todo. (12) A
tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo, que
trabajando tranquilamente, coman su propio pan.
(13) Pero vosotros, hermanos, no
os canséis de hacer el bien. (14) Y si alguno no obedece nuestra enseñanza en
esta carta, señalad al tal y no os asociéis con él, para que se
avergüence. (15) Sin embargo, no lo tengáis por enemigo, sino
amonestadle como a un hermano. (16) Y que el mismo Señor de paz siempre os
conceda paz en todas las circunstancias. El Señor sea con todos vosotros.
VIDA EN COMÚN
Luego del avivamiento de Pentecostés, muchos creyeron en
Jesús. Entre ellos, nació el deseo de
dejarlo todo para seguir a los apóstoles.
Este deseo los llevó a vender lo que tenían y unirse a los apóstoles.
(Hechos 2:41-47) Entonces los que habían recibido su palabra fueron
bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas. (42) Y
se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al
partimiento del pan y a la oración.
(43) Sobrevino temor a toda
persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles. (44)
Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en
común; (45) vendían todas sus propiedades y sus bienes y
los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. (46)
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los
hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, (47)
alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía
cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
Así como los discípulos de Jesús lo dejaron todo para
seguirle, así muchos creyentes estaban dispuestos a dejarlo todo para seguir a
los apóstoles. Ellos vendían lo que
tenían, y se lo daban a los apóstoles, quienes administraban lo que recibían
para cubrir las necesidades de la comunidad de creyentes que se formó.
(Hechos 4:32) La congregación de los que creyeron era de un
corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas
eran de propiedad común.
Lucas menciona en particular a un hombre que se despojó de
sus bienes…
(Hechos 4:36) Y José, un levita natural de Chipre, a quien
también los apóstoles llamaban Bernabé (que traducido significa hijo de
consolación), (37) poseía un campo y lo vendió, y trajo el
dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles.
Más adelante, en Hechos, veremos que Bernabé lo vendió todo
para dedicarse a servir a Dios, y lo veremos ministrando junto a Pablo.
[Nota: Es curioso que él, siendo levita, poseyera un campo, ya que
los levitas en Israel no tenían propiedad de tierras (Num. 35:1-7; Num.
19:20-24; ). Tal vez el campo que tenía
como propiedad era en Chipre, donde él había nacido, lo cual también era algo
inusual. ¿Qué hacía un levita en Chipre,
una nación gentil y comerciante?].
FALSA GENEROSIDAD
Muchos siguieron el ejemplo de Bernabé, vendiendo sus
propiedades y llevando el dinero a los apóstoles, incluyendo a una pareja:
(Hechos 5:1-2) Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su
mujer, vendió una propiedad, (2) y se quedó con parte del precio, sabiéndolo
también su mujer; y trayendo la otra parte, la puso a los pies de los
apóstoles.
Ananías y Safira también vendieron una propiedad para
contribuir a la comunidad…pero no lo dieron todo.
En realidad, nadie obligaba a los creyentes a vender las
pertenencias y darlo todo. Es algo que
se dio naturalmente. Lo malo de Ananías
y Safira fue la farsa, pues fingieron darlo todo, cuando en realidad sólo
entregaron parte. Si no lo querían dar
todo, sólo tenían que decirlo. Pero
ellos querían llevarse la fama de generosos cuando no lo eran. Tal vez pudieron haber engañado a los
hombres—pero no a Dios. El Señor le
reveló a Pedro lo que estaba sucediendo, y él lo confrontó…
(Hechos 5:3-4) Mas Pedro dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado
Satanás tu corazón para mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del
precio del terreno? (4) Mientras estaba sin venderse, ¿no te
pertenecía? Y después de vendida, ¿no estaba bajo tu poder? ¿Por qué concebiste
este asunto en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios.
Pedro confrontó a Ananías, pero fue Dios mismo quien trajo
juicio…
(Hechos 5:5-6) Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró;
y vino un gran temor sobre todos los que lo supieron. (6) Y
los jóvenes se levantaron y lo cubrieron, y sacándolo, le dieron
sepultura.
Luego se hizo evidente que la mujer de Ananías también era
parte de complot…
(Hechos 5:7-10) Después de un lapso como de tres horas entró
su mujer, no sabiendo lo que había sucedido.
(8) Y Pedro le preguntó: Dime,
¿vendisteis el terreno en tanto? Y ella dijo: Sí, ése fue el precio. (9)
Entonces Pedro le dijo: ¿Por qué os pusisteis de acuerdo para poner a
prueba al Espíritu del Señor? Mira, los pies de los que sepultaron a tu marido
están a la puerta, y te sacarán también a ti.
(10) Al instante ella cayó a los
pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta, y la sacaron y
le dieron sepultura junto a su marido.
¿Por qué Dios hizo esto?
Seguramente fue para que la gente supiera que nadie puede burlarse de
Él.
(Hechos 5:11) Y vino un gran temor sobre toda la iglesia, y sobre
todos los que supieron estas cosas.
En la próxima entrada terminaremos de estudiar el capítulo
cinco…
interesante. pero hay muchas preguntas al respecto{
ResponderEliminar1 porque dijo pedro que safira puso a prueba al Espiritu Santo
2 sino fuera obligatorio entregar todos sus bienes porque tan severo el juicio si al final ellos siempre llevaban una ofrenda.......no comprendo
3 yo creeria que a veces corremos a conclusiones, como la mia yo creo que talvez alguien habia dado una propiedad y se le encomendo a ananias venderla y llevar el dinero de la venta al bien comun y probablemente el se quedo con lo que no le pertenecia y por eso fue expuesto ante pedro por el espiritu santo y el juicio vino a el y asu mujer. el caso de bernabe explica que el poseia una propiedad no asi con ananias que dice solamente que vendio una propiedad.?????
Hola bendiciones a todos.
EliminarLos saludo con la paz de Cristo.!
Acá el castigo severo no es por la cantidad de dinero que entregaron, sino por la mentira a causa de la vanagloria por ser reconocidos como generosos por medio de la mentira.
Lo que Dios juzga en éste caso, es que no debemos tener malas intenciones para con nuestros germanos, y muchísimo menos para con nuestro Dios.
Acá hubo intento de engaño, interés de ser o parecer generosos a través de una mentira.
Buscando alabanza del pueblo para ellos mismos.
Y en segundo lugar ésta severa disciplina, sirve de advertencia para el resto de los creyentes.
Enseñando que el amor al prójimo se practica sin esperar nada a cambio.
Que el acto de ayudar sea desinteresado.
Y no buscando paga ni fama.
primero en el temor a Dios, el inicio de la Iglesia tuvo dificultades y errores ,como Hoy.por falta de instrucciones ,tomando en cuenta sin Cristo, "los del camino" ,les fue difícil.
ResponderEliminary ademas Lucas historiador Griego , investigo estos hechos 32 años después , fue ganado por Pablo que si era instruido a los pies de Gamadiel (erudito Judio). Lo relevante es que JESUCRISTO MURIÓ EN LA CRUZ POR TODOS LOS PECADORES. como tu y yo...y el relato choca con el sacrificio santo del salvador. El apóstol pablo escribió sobre el tema 2 Tesal 3:6-16 BENDICIONES.