miércoles, 17 de octubre de 2012

GENESIS 16: Sara no tenía hijos





En el capítulo anterior, vimos el Pacto que Dios hizo con Abram, confirmándole su promesa: a su descendencia le daría la Tierra Prometida.

Abram ya estaba en la tierra, pero aún no tenía hijos.  Los años pasaban, y el hijo prometido no nacía.  Con cada año que pasaba, las probabilidades que eso ocurriera se hacían menores.  El capítulo 16 comienza señalando esta “circunstancia adversa”…
(Génesis 16:1)  Y Sarai, mujer de Abram, no le había dado a luz hijo alguno; y tenía ella una sierva egipcia que se llamaba Agar. 

La promesa había sido hecha a Abram, pero ¿también era para Sara?  Seguramente les entró la duda, y buscaron una alternativa.  Dado que Sara era estéril, se le ocurrió hacer algo que era la costumbre en esos tiempos: tendría un hijo a través de una “madre sustituta”.
(Génesis 16:2)  Entonces Sarai dijo a Abram: He aquí que el SEÑOR me ha impedido tener hijos. Llégate, te ruego, a mi sierva; quizá por medio de ella yo tenga hijos. Y Abram escuchó la voz de Sarai. 

 El texto que se traduce “tenga hijos”, en hebreo literalmente dice “construir” (Baná).
La palabra hebrea para “hijo” es “Ben”, que también viene del verbo Baná: construir, edificar.  Al tener hijos, se levanta y edifica la siguiente generación.

La pregunta es si Dios quería “edificar” la descendencia de Abram a través de la egipcia Agar, o de Sara, la esposa legítima de Abram.  En los tiempos bíblicos, era socialmente aceptable que los hombres pudieran tener tantas mujeres como pudieran mantener.  Sin embargo, Abram sólo tenía a Sara su mujer.  Eso era sorprendente, dado que era muy rico, y más aun cuando su mujer era estéril.   Abram tenía una sola mujer, como es el orden de Dios.  Cuando el Señor le hizo la promesa a Abram, también iba dirigida a Sarai, porque como marido y mujer ellos son uno solo (Mateo 19:4-6). 

“AYUDARON” A DIOS
Pero la duda entró con la tardanza de la promesa.  Ya habían pasado diez años desde que habían regresado de Egipto. Tal vez llegaron a pensar que Sara era el único impedimento para que Abram recibiera su promesa.  Por eso, Sara propuso una forma para contrarrestar ese problema, que en forma indirecta la incluiría a ella en el plan: tendrían un hijo a través de la sierva de Sara.
(Génesis 16:3)  Y al cabo de diez años de habitar Abram en la tierra de Canaán, Sarai, mujer de Abram, tomó a su sierva Agar la egipcia, y se la dio a su marido Abram por mujer. 


Dado que no se cumplía la promesa por la vía convencional, Sara decidió “ayudar” a Dios.  Pero, ¿acaso Dios necesita ayuda?  Aun cuando el Señor quisiera nuestra participación, nunca pediría nada que fuera en contra de su orden y sus principios.  

ABRAM ESCUCHÓ LA VOZ
La idea de tener un hijo con la sierva fue de Sara, no de Abram.  No obstante, Abram lo aceptó.  El texto dice que Abram “escuchó la voz de Sara”.


No hay nada de malo en que el marido escuche a su mujer, pues sus palabras pueden traer sabiduría.  Pero nunca la “voz de la pareja” se debe tomar como sustituto de la voz de Dios.  El error de Abram fue escuchar la voz de Sara en lugar de buscar la voluntad de Dios.

Lo mismo le sucedió a Adán.  Prestó más atención a las palabras de su mujer que a la orden que Dios le había dado (Gen. 3:6).  Luego, Dios le pidió cuentas por lo que éel había hecho; sin embargo, Adán se excusó, echándole la culpa a Eva, y ultimadamente a Dios, quien le había dado a la mujer como compañera.    
(Génesis 3:11-12)  Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?  (12)  Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

A los ojos de Dios, Adán no tenía excusa.  Dios lo consideraba responsable, y lo castigó por sus malas acciones:
(Génesis 3:17-19)  Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: "No comerás de él", maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida.  (18)  Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo.  (19)  Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

El hombre debe aprender a distinguir entre lo bueno y lo malo, pero sobre todo, debe aprender a escuchar el consejo de Dios.  Al final, él será responsable ante Dios por sus decisiones, como cabeza de la familia.

Volviendo a la historia de Abram…es evidente que la sugerencia de Sara no coincidía con los planes de Dios.  Pero más adelante en la historia veremos que Sara sí va a coincidir con Dios; por esta razón, el Señor le dice a Abraham que preste atención a lo que ha dicho su mujer.
(Génesis 21:12)  Mas Dios dijo a Abraham: No te angusties por el muchacho ni por tu sierva; presta atención a todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia.

El problema no consiste en “escuchar a la mujer”, sino en “no escuchar la voz de Dios”.

En esa primera ocasión, Abram prestó atención a la voz de Sara, sin buscar la voz de Dios, sin seguir la dirección divina. Siguió el consejo de su mujer, quien en esa ocasión se equivocó.  Esa mala decisión le costó caro a Abram y toda su familia, y las consecuencias se han dejado ver hasta la fecha…

AGAR
¿Quién era Agar?  La Biblia señala que era una sierva egipcia (16:1).  Probablemente era una de las siervas que el Faraón le había dado a Abram como obsequio por permitir que Sara estuviera en el palacio real.
(Génesis 12:16)  Y éste trató bien a Abram por causa de ella; y le dio ovejas, vacas, asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.

…Y siguen las consecuencias del viaje a Egipto, el cual fue un desvío de la voluntad de Dios.


COMPLICACIONES
Cuando el hombre mete las manos en las cosas de Dios, todo se complica en lugar de arreglarse.
(Génesis 16:4)  Y él se llegó a Agar, y ella concibió; y cuando ella vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 

Sin duda, la intención de Sara era “construir” descendencia para Abram, y para ello usó a su sierva.  Pero, en el Reino de Dios, el fin no justifica los medios.  La buena intención de Sara no justificaba haber usado a su sierva de tal forma.  Como suele suceder cuando uno actúa incorrectamente, las cosas se complicaron.  La sierva cambió su actitud hacia Sara, y ella comenzó a criar al primogenitp de Abram como hijo propio—no de Sara.

Esto no era lo que Sara quería.  Su deseo era tener un hijo de Abram de cualquier forma posible para formar parte de la promesa.  Pero la actitud de Agar le estaba arruinando “sus planes”, por lo que ella pidió que Abram interviniera y pusiera orden.
(Génesis 16:5)  Y Sarai dijo a Abram: Recaiga sobre ti mi agravio. Yo entregué a mi sierva en tus brazos; pero cuando ella vio que había concebido, me miró con desprecio. Juzgue el SEÑOR entre tú y yo. 

¿Era justo lo que estaba pidiendo Sara?  ¿Acaso no había sido ella quien había provocado toda esta situación?  Esto mismo fue lo que pensó Abram. 
(Génesis 16:6)  Pero Abram dijo a Sarai: Mira, tu sierva está bajo tu poder; haz con ella lo que mejor te parezca. Y Sarai la trató muy mal y ella huyó de su presencia. 

Sara le pidió a su esposo que tomara cartas en el asunto, pero Abram se lavó las manos, de forma similar a lo que hizo Adán cuando echó la culpa del pecado a Eva (Gen. 3:12). Ciertamente la idea había sido de Sara, pero, a ojos de Dios, la responsabilidad era de Abram, como cabeza del hogar.

La manipulación de Sara le resultó muy cara; no sólo no logró su cometido, sino que complicó más la situación y trajo consecuencias que sufren sus descendientes hasta la fecha, como veremos más adelante.

En la próxima entrada veremos lo que pasó con Agar y su hijo…

14 comentarios:

  1. Dios los bendiga excelente aporte.

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  2. Muchas gracias esto me ha ayudado a entenderlo todo perfectamente. Un saludo desde España y que Dios te bendiga!

    Naomi

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  3. Y si está era la voluntad de Dios? Porque tomar como evidentemente que no era lo que Dios quería?

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    1. Disculpe...no entiendo muy bien su pregunta. ¿Podría formularla de otra manera, por favor?

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  4. Una bendición este blog! Solange de Buenos Aires Argentina

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  5. Con todo respeto creo que es obvio que, aunque Dios permitió que esto sucediera, no era su voluntad que sucediera, desde el momento en que Dios le remarca a Abraham que Sarai SU mujer le daría un hijo, y que no le heredaría el hijo de la esclava, sino el de la libre, lo que también el apóstol Pablo utiliza como alegoría, refiriéndose a quienes han de alcanzar la salvación por la fe en la PROMESA de Dios, no en las obras de la ley.

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    1. Gracias por su aportación me fue de gran utilidad para dar a los niños un objetivo preciso de lo que sucede cuando no confiamos en las promesas de Dios y las consecuencias de la desobediencia, Dios les bendiga

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    2. La enseñanza aquí es: que es mejor obedecer a la voluntad de Dios que es perfecta y sino de lo contrario tenemos que asumir consecuencias y dar cuentas a DIOS DE MANERA INDIVIDUAL

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  6. Muchas gracias, bendiciones me es de Gran ayuda.

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  7. Muchas gracias por la explicación, siga por fa con leviticos

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  8. Dios le bendiga por la explicación, es de gran bendición, siga por fa con Leviticos...

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  9. DIOS les bendiga grandemente, es de mucha utilidad sus explicaciones

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Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...