domingo, 14 de febrero de 2010

Cantares 8:11-13

LA VIÑA
Los siguientes versículos hablan de una viña.
(Cantares 8:11-12) Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto. Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, oh Salomón, y doscientas para los que guardan su fruto.

La viña le pertenece al Rey. Esta viña está en Baal-Hamon. En ningún otro lado de la Biblia se menciona este lugar, pero su significado en hebreo es revelador: “Señor de una multitud”. El Rey es señor de muchos, de multitudes.

Dios creó al hombre, y puso en el Jardín del Edén. De la simiente del hombre han nacido multitudes. Todos ellos han quedado a cargo de guardas, es decir, de Su pueblo escogido. Ellos son los encargados de cultivar a la humanidad, de ser “luz a las naciones”.
(Isaías 49:5-6) Y ahora dice el SEÑOR (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Jacob vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque honrado soy a los ojos del SEÑOR y mi Dios ha sido mi fortaleza), dice El: Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.

(Isaías 42:5-6) Así dice Dios el SEÑOR, que crea los cielos y los extiende, que afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo soy el SEÑOR, en justicia te he llamado; te sostendré por la mano y por ti velaré, y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para las naciones.

Si los guardas hacen una buena labor, la viña producirá buenos frutos, y la humanidad caminará en justicia y rectitud.

DOS PASAJES SOBRE LA VIÑA
Hay dos pasajes en la Biblia que están relacionados con estos versículos en Cantares y explican con más detalle el mensaje que aquí se transmite. Uno es parte de una profecía de Isaías, y el otro es una parábola de Jesús.

a. La viña según la profecía de Isaías.
Así como Cantares, esta profecía también es un canto y habla del Amado.
(Isaías 5:1-4) Cantaré ahora a mi amado, el canto de mi amado acerca de su viña.  Mi bien amado tenía una viña en una fértil colina. La cavó por todas partes, quitó sus piedras, y la plantó de vides escogidas. Edificó una torre en medio de ella, y también excavó en ella un lagar; y esperaba que produjera uvas buenas, pero sólo produjo uvas silvestres. Y ahora, moradores de Jerusalén y hombres de Judá, juzgad entre mí y mi viña. ¿Qué más se puede hacer por mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, cuando esperaba que produjera uvas buenas, produjo uvas silvestres?

La viña tenía todo lo que necesitaba para dar buen fruto (tierra fértil, sin piedras, con plantas escogidas, protegida por una torre y cerco). No se le estaba pidiendo más de lo que le fue dado. Pero en lugar de buenas uvas produjo “uvas silvestres”. Estas son uvas que no son cuidadas, sino que crecen “a lo salvaje”. Como resultado, no tienen sabor dulce sino que son agrias, y sólo sirven como decoración no para alimentación.

¿Qué determina si un fruto es bueno o si es silvestre? El Señor nos ha dado lo que necesitamos para producir buen fruto. En Su palabra nos enseña cómo cultivar nuestra vida. Pero si no lo ponemos en práctica, no daremos buen fruto. Los frutos buenos o silvestres serán el resultado de nuestras acciones.

b. La viña según la parábola de Jesús.
Siguiendo la analogía de Isaías, Jesús contó una parábola con un mensaje similar:
(Mateo 21:33-39) Escuchad otra parábola. Había una vez un hacendado que plantó una viña y la cercó con un muro, y cavó en ella un lagar y edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Y cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "Respetarán a mi hijo." Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: "Este es el heredero; venid, matémoslo y apoderémonos de su heredad." Y echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.

A la profecía de Isaías, Jesús añadió los siervos del dueño y el hijo, quienes fueron a recoger el fruto de la cosecha. Ellos representan a los profetas y el Hijo de Dios, pero el pueblo de Dios no los recibió, y los mataron.

Pero el dueño no dejará así las cosas. El regresará a su viña, y arreglará las cuentas.
(Mateo 21:40-43) Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará a esos labradores? Ellos le dijeron: Llevará a esos miserables a un fin lamentable, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen los frutos a su tiempo. Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: "La piedra que desecharon los constructores, esa, en piedra angular se ha convertido; esto fue hecho de parte del Señor, y es maravilloso a nuestros ojos"? Por eso os digo que el reino de Dios os será quitado y será dado a una nación que produzca sus frutos.

La viña fue creada para dar fruto. Nosotros fuimos creados para dar fruto. Al final, Dios nos pedirá cuentas por lo que hagamos con lo que Él nos ha dado.
(Gálatas 6:7-9) No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.

(Apocalipsis 22:12) He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.

EL FRUTO DE LA VID
El Señor dijo que si permanecemos en Él, daremos mucho fruto.
(Juan 15:1-5) Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

¿Qué significa “permanecer” en El? Es ser como Él es. Primero debemos conocerle; al conocerle, creeremos en Él, y haremos lo que Él diga. “Permanecer en Él” es hacer lo que Él diga y andar como Él anduvo.
(1 Juan 2:3-6) Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto sabemos que estamos en El. El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo.

LA VIÑA DE LA NOVIA
A la Novia le ha sido encomendada una viña. No sólo debe cuidarla, sino que también debe entregar al dueño de la viña el fruto que se produzca. Ella quedará sólo con una parte, la cual le será más que suficiente.
(Cantares 8:12) Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, oh Salomón, y doscientas para los que guardan su fruto.

Mil serán para el Rey, y doscientos para el guarda la viña.  Mil es diez veces diez veces diez (10 x 10 x 10). Diez es el diezmo, pero ése sólo es el mínimo. Aun cien no es suficiente, sino que espera diez veces más. Mil (1,000) es un número completo que representa la plenitud, la medida completa.

El Rey requiere todo de Su Novia. El Señor espera que cumplamos con el potencial completo de lo que Él nos ha dado, y no se conformará con menos. Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para dar fruto. No tenemos excusa para no dar buen fruto, porque Él lo ha hecho todo por nosotros. Lo único que debemos hacer nosotros es entregar nuestra voluntad. Esto es lo que ha hecho la Novia en Cantares, y por ello, ha dado fruto.

Al principio de Cantares, la viña de la Novia estaba descuidada.
(Cantares 1:6b) ...los hijos de mi madre se enojaron conmigo; me pusieron a guardar las viñas, y mi propia viña no guardé.

Ella había querido guardar la viña de sus hermanos, pero no logró nada. En ese entonces, no sólo los hermanos la rechazaron, sino que ella descuidó su parte. Cuando la Novia comenzó a cuidar lo propio, comenzó a florecer, y luego a dar buen fruto. Hasta entonces pudo ser capaz de ayudar a los demás.


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