domingo, 27 de diciembre de 2009

Cantares 8:1-2, 4


DESPERTÓ EL AMOR
¿Cuánto quisiéramos que los demás amaran a Dios como lo hacemos nosotros? Aun así, no podemos obligarlos. El amor debe nacer por voluntad propia. Si se hace por presión o manipulación, lo que se logrará es todo lo contrario—provocarán que huyan de Dios, en lugar de que se acerquen.

El amor, especialmente el amor a Dios, no se puede forzar. Debe nacer voluntariamente y en el tiempo indicado, de lo contrario no fluirá.

Hay una frase que se repite a lo largo del libro de Cantares (2:7; 3:5; 8:4), y aparece por última vez en el capítulo ocho:

(Cantares 8:4) Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera.

El amor de la Novia por el Rey fue despertándose poco a poco. Al final del Cantares vemos que el amor llega a su plenitud. Ya no sólo busca ser amada, sino desea dar su amor por completo. Alcanzó un amor maduro y profundo que nada ni nadie puede apagar.

(Cantares 8:7) Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.

El amor de la Novia despertó.

NO COMPRENDEN
Las demás personas que no han experimentado ese amor profundo de Dios, no comprenden la pasión de la Novia. Lo creen una locura. No les parece natural, y lo menosprecian.

(Cantares 8:1) ¡Oh, si tú fueras como un hermano mío que mamó los pechos de mi madre! Entonces, hallándote fuera, te besaría, y no me menospreciarían.

La gente comprende el amor entre hermanos, pero no comprenden el amor apasionado por Dios. Aun en la iglesia, no todos lo experimentan. Muy pocos se dejan cautivar por el amor de Dios. Quien lo hacen, son catalogados como “fanáticos”.

Así como alguien enamorado hace locuras por el amado, de la misma forma la persona enamorada de Dios hará cosas que le parecen locura a los demás. Pero, al final del día, las burlas de los demás no desaniman a la Novia. A ella sólo le importa la opinión del Amado.

QUISIERA LLEVARLOS
La Novia quisiera llevar ese amor pasional por el Señor a los demás creyentes.


(Cantares 8:2) Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre; Tú me enseñarías, y yo te haría beber vino adobado del mosto de mis granadas.

La “casa de la madre” representa la iglesia. La Novia quisiera llevar esa pasión por Dios a la iglesia. Quisiera compartir ese gozo con los demás creyentes. Pero a veces la institución se opone a eso porque va en contra de sus doctrinas establecidas.

La Novia desea que el Señor mismo entre a la iglesia y les enseñe. También desea que todos beban del vino de Dios. El vino representa el gozo y la unción del Espíritu Santo. Ese vino está además “adobado del mosto de granadas”. Como ya vimos, la granada es un fruto que está lleno de semillas, y representa los muchos frutos del Espíritu. Es el gozo del Señor acompañado de los frutos del Espíritu.

Lo que debemos entender es que no todos quieren recibir ese amor. Otros prefieren el amor entre hermanos que el amor por Dios. Como ya vimos, el amor por Dios no se puede forzar.


7 comentarios:

Son bienvenidos las dudas y comentarios (con el entendido que se hagan con respeto)...