sábado, 24 de octubre de 2009

Cantares 6:1-3


BUSCAREMOS CONTIGO
Luego de la descripción que la Novia hace del Rey, las doncellas de Jerusalén se quedan intrigadas. Ellas quieren saber dónde está el Amado, y están dispuestas a acompañar a la Novia a buscarlo.
(Cantares 6:1) ¿A dónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿A dónde se apartó tu amado, y lo buscaremos contigo?

Las doncellas todavía están enfocadas en la Novia. Están impresionadas por Su belleza. Pero ese mismo interés en ella las lleva a interesarse en aquello que apasiona a la Novia. De la misma forma, nuestro amor y pasión por el Señor puede despertar el deseo en otros por conocerlo más.

¿DÓNDE ESTÁ?
En el principio de Cantares, la Novia había hecho la misma pregunta que ahora hacen las doncellas: ¿Dónde está el Amado?
(Cantares 1:7) Dime, amado de mi alma: ¿Dónde apacientas tu rebaño? ¿Dónde lo haces descansar al mediodía? …

Es probable que al oír la pregunta, ella se dio cuenta que ya conocía la respuesta. Ella sabe dónde está el Novio.
(Cantares 6:2) Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias, para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.

El Amado está en el huerto.

EL HUERTO
Desde el principio de la Biblia se menciona un huerto.

(Génesis 2:7-8) Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

Ese es el lugar donde Dios se encontraba con el hombre. Allí descendía para hablar con Adán. De la misma forma, el Rey desciende al huerto para estar con Su rebaño. Allí apacienta a sus ovejas. También allí recoge los lirios.
(Cantares 2:2) Como el lirio entre los espinos, así es mi amiga entre las doncellas.

Los lirios son las flores que crecen en los valles, en los lugares donde hay mucha agua. Cuando los creyentes están cerca de la fuente de agua, la Palabra, ellos crecen, y dan flor y fruto. Esto es lo que el Señor recoge entre nosotros. También se deleita con el aroma que se levanta de la era de especias, de la fragancia que surge cuando ponemos en práctica los frutos del Espíritu en nuestra vida: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.

Desde el principio Dios puso al hombre en el huerto para que lo trabajara y produjera fruto.
(Génesis 2:15) Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

Pero cuando el hombre pecó, éste se escondió de Dios.
(Génesis 3:8-11) Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

Como consecuencia, Dios lo sacó del huerto del Edén.

(Génesis 3:23-24) Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Pero el plan de Dios no es separarnos de Él para siempre. Él nos quiere regresar a ese huerto. El Señor diseñó el Plan de Redención para regresarnos hacia Él. Él abrirá el camino para que podamos volver al huerto donde está el árbol de la vida (Apoc. 22).
(Apocalipsis 22:14)  Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

No sólo eso, sino quiere que seamos ese huerto.
(Cantares 4:12)  Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada.

Nosotros somos huerto para Dios, pero sólo para Él, y para ningún otro amor.


ERAS DE LAS ESPECIAS
La era de especias es algo así como una “cama de hierbas aromáticas”. No contiene sólo una especia, sino muchas. Las especias son lo que condimentan los alimentos y ayudan a darles un sabor y aroma exquisito. No sólo a la comida, sino también a los perfumes.

En el capítulo cinco ya se había mencionado la “era de especias”.
(Cantares 5:13) Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores…

El Señor lleva en Él todas las especias. Las muestra en forma visible, en Sus mejillas.

De la misma forma, Él quiere que su Iglesia produzca Su misma fragancia.

La Iglesia está conformada de diferentes personas con diversos dones. Cada uno produce un aroma diferente, reflejando un aspecto del Señor. Al final, todos unidos, formaremos una era de especias aromáticas; juntos produciremos el aroma del Señor.

YO SOY DE MI AMADO
La Novia ya aprendió a poner al Señor primero.
(Cantares 6:3) Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; El apacienta entre los lirios.

Antes, su énfasis estaba puesto en lo que ella podía recibir de Él.
(Cantares 2:16) Mi amado es mío, y yo suya; El apacienta entre lirios.

Pero ahora la Novia manifiesta primero su disposición a entregarse a Él. Sabe que después de eso, el Señor le dará todo porque será de Él.
(Mateo 6:33) Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

3 comentarios:

  1. Admiro muchísimo cada estudio me traslada y me transporta ...🙏gracias!!

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  2. Amén y Gloria al REY ETERNO y GRANDE, Aleluya, Aleluya

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  3. Es un amor en Cristo porque él nos da al saber que tenemos que estar firmes al llegar nuestro amado es nuestro esposo porque somos la iglesia

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