Cantares 5:16

l. Paladar

(Cantares 5:16) Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, oh doncellas de Jerusalén.

La última descripción del Rey en este capítulo es acerca de su “paladar” (heb. Jej). Esta misma palabra se menciona en el Salmo 119, donde se habla de la Palabra de Dios.
(Salmo 119:103) ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.

El paladar es el interior de la boca, la cual nos ayuda a gustar, saborear y probar lo que comemos. Así como los dulces traen deleite a la boca, también la Palabra del Señor endulza nuestra alma, y trae recompensa y esperanza.
(Proverbios 24:13-14) Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, y el panal es dulce a tu paladar. Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares tendrás recompensa, y al fin tu esperanza no será cortada.

No sólo se trata de “morder y tragar” las palabras, sino de “sacarles el jugo”. Aprendamos a saborear lo que el Señor nos va dando día a día. Esto fue lo que aprendió a hacer la Novia, y por eso descubrió que el Amado era mejor que todos los amores del mundo.

Las doncellas de Jerusalén le habían preguntado qué tenía de especial el Rey.
(Cantares 5:9) ¿Qué es tu amado más que otro amado, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, que así nos conjuras?

Las doncellas de Jerusalén habían oído acerca del Rey y lo conocían de vista. Pero ahora la Novia había llegado a conocerlo en una forma más personal e íntima.

Esto es similar a lo que le pasó a Job.
(Job 42:5) De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.

Como ya habíamos mencionado, las doncellas representan a los creyentes inmaduros que se interesan más en la Novia, en la iglesia, que en el Señor mismo. Conocen al Señor que murió por ellas en la cruz para salvarlas, pero ya no profundizan más en su relación con Dios.

Sin embargo, la Novia despierta su curiosidad. Ella describió al Rey como “codiciable” (heb. Majmad), es decir, deseable, que provoca anhelo, que trae deleite. Ahora las doncellas están intrigadas por conocer a Aquel que ha despertado tanta pasión en ella.

La Novia no sólo conoció al Mesías sufriente sino también al Mesías Rey. Sin duda ella apreció la faceta salvadora del Rey, pero pudo ver más allá que la imagen de Su Primera Venida. La forma en que lo describe ahora es como Él vendrá en Su Segunda Venida, como el Rey de toda la tierra, con todo su poder y majestad.

Conocer a Jesús como nuestro Salvador es tan sólo la primera fase. No sólo debemos ver lo que Él hace por nosotros, sino ir más allá, como lo hizo la Novia. Ahora debemos ver qué podemos hacer nosotros por Él, pues es nuestro Rey. Y Él también quiere ser nuestro amigo...

AMIGO

Por primera vez, la Novia se refiere al Rey como su “amigo”. La perspectiva de ella ha cambiado; ya entró a una relación más profunda y personal. No sólo lo ve como a un benefactor, sino como a alguien con quien tiene una conexión emocional y personal. Es una relación de mutuo beneficio. Ya lo llama “amigo”, porque ella ya se portó como una amiga para con Él.
(Proverbio 18:24) El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.

En el capítulo seis veremos la reacción de las doncellas de Jerusalén ante esta descripción del Rey…