miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cantares 4:14

d. Azafrán = Paciencia
El azafrán es una planta con una flor morada que se abre hasta tarde en el otoño. Sus pistilos son usados como una especie. En la actualidad se usa principalmente para la cocina, pero en la antigüedad también se usaba como tinte o como perfume ambiental.

Esta especia representa el fruto espiritual de la Paciencia.

Hoy día ésta es una virtud muy escasa, ya que en el estilo de vida moderno todos quieren las cosas para “ayer”. Si lo vemos desde el punto de vista personal, nos sentimos justificados a no tener paciencia porque demandamos la presteza de los demás. Pero, ¿qué sería de nosotros si Dios no nos tuviera paciencia? Ésta es una gran virtud del Señor, y Él quiere que nosotros le imitemos.

Sin la paciencia de Dios, todos estaríamos perdidos y condenados. Pero gracias a su misericordia y su paciencia todavía está tratando con nosotros y dándonos tiempo para arrepentirnos y cambiar antes que venga su juicio eterno (Rom. 2:4) .
(2 Pedro 3:9) El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Si recibimos paciencia del Señor, ¿cómo no la daremos a los demás?
(Efesios 4:2-3) con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

(Colosenses 1:10-11) para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad.

(Colosenses 3:12-13) Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

La Biblia nos habla también de otra faceta de la paciencia: nos enseña a tener paciencia para con el Señor. Queremos que Él haga su obra rápido, pero nuestro tiempo no es Su tiempo. Dios siempre oye nuestras oraciones, pero no necesariamente responde en el momento que queremos. Dios hará Su obra en el tiempo perfecto.
(Salmo 40:1) Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

(Salmo 37:7-9) Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

La paciencia es la disposición a esperar y soportar lo que sea necesario hasta que llegue el momento más adecuado. Lo que nos ayuda a esperar, aún en medio de las pruebas, es la recompensa y la promesa que viene. Por lo tanto, es necesario que la paciencia vaya acompañada de la fe. Si tenemos paciencia, alcanzaremos la promesa.
(Hebreos 6:15) Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.

(Hebreos 10:35-39) No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

(Santiago 1:2-4) Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

La paciencia será una virtud muy útil para la Novia en los últimos tiempos.
(Apocalipsis 3:10) Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.


e. Caña aromática = Benignidad
La caña aromática o cálamo es una especie de junco que emite una deliciosa fragancia cuando es golpeado. De la caña se obtiene un jugo que sirve para endulzar. Sus varas duras servían para hacer instrumentos de música. La caña es flexible, por lo que no se rompe cuando la golpean o cuando viene un viento fuerte.

La caña representa el fruto espiritual de la Benignidad. Una persona benigna es dulce, suave y adaptable. Ser benigno es ser bueno, generoso, amable, compasivo, clemente, considerado y complaciente.

Así como la caña saca su aroma dulce cuando la golpean, también nosotros nos volvemos más generosos y comprensivos con los demás luego de haber pasado pruebas.

El Señor nos ha mostrado benignidad. No nos ha juzgado por lo que hemos hecho, sino que ha sido bueno en detener su juicio para darnos oportunidad para arrepentirnos.
(Romanos 2:4) ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

Si el Señor lo hizo con nosotros, ahora debemos practicarlo con los demás (Col. 3:12-13).

La benignidad es una de las virtudes que debe tener la Novia para casarse con el Rey.
(Oseas 2:19-20) Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.


f. Canela = Bondad
La canela es una especia aromática obtenida de la corteza de un árbol del mismo nombre. Es usada tanto por su sabor como por su olor.

La esencia de canela formaba parte de los ingredientes necesarios para hacer el aceite de la unción para los sacerdotes en el Tabernáculo (Exodo 30:32).

Esta especia representa el fruto espiritual de la Bondad. Los actos de bondad dejan un agradable sabor y aroma dondequiera que se practiquen.

La bondad es la práctica del bien. Como las demás virtudes, es algo en que imitamos de Dios. El es bueno, y nosotros debemos ser como Él.
(Tito 3:4-8) Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.

(Efesios 5:8-10) Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor.

Una persona bondadosa no deja de practicar su virtud aun cuando esté siendo perseguida o injuriada.
(Romanos 12:20-21) Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

En Apocalipsis leemos que los mercaderes de la gran Babilonia comerciaron con canela, entre otras cosas. Pero cuando venga el Señor ya no disfrutarán de nada de todo lo que tuvieron.
(Apocalipsis 18:14) Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás.

El bien de la Tierra y los frutos serán para el exclusivo placer del Rey y Su Novia.

Mañana hablaremos de los últimos frutos del huerto…


ORACIÓN>>
Señor, eres rico en benignidad, paciencia y longanimidad, aunque nosotros no lo merecemos. Has tocado mi corazón; Tu misericordia y Tu benignidad me guían al arrepentimiento. Cuán grande es Tu bondad para los que te temen, y que has mostrado a los que esperan en ti.

Señor, Tú eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Quiero aprender a ser como Tú.

Señor, enséñame a tener paciencia mientras espero Tu venida. Así como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. También yo quiero tener paciencia, porque Tu venida se acerca. Te espero, Señor, y mi corazón aguarda.

Pero hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguardo en Ti, Señor. Mi corazón se alienta mientras espero en Ti.

[Cantares 4:14; Salmo 31:19; Salmo 86:5; Salmo 27:13-14; Santiago 5:7-8]

2 comentarios:

  1. Anita:

    Quiero agradecer el esfuerzo puesto en estos 4o días.

    He sido bendecido a través de estos devarim.

    Que Hashem te bendiga y guarde.

    Raúl

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  2. Estoy impresionada de la Paciencia. Pense en tener un poco de azafran en un lugar en mi casa donde pudiera constantemente recordar este fruto del Espiritu Santo y desearlo. Fui a comprar azafran y es una especie muy cara, cuesta Q81.00 la onza y me dicen que lo llaman el oro rojo. Asi de costosa y valiosa es la Paciencia.

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