viernes, 18 de septiembre de 2009

Cantares 4:8-10

VISTA DESDE LO ALTO

El Rey quiere que su Novia vaya con Él hasta la cima de los montes.
(Cantares 4:8) Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía; ven conmigo desde el Líbano.

Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.

Las cumbres de Amana, Senir y Hermón son los puntos más altos de los montes del Líbano, al norte de Israel. Desde allí se puede ver todo.

La perspectiva desde estas cumbres es opuesta a la que la Novia tenía en el valle, donde todo lo que se puede ver es lo que se tiene por delante.

En el valle no se puede ver más allá ni el panorama general. Pero el Señor quiere que subamos a las alturas para que veamos las cosas desde Su perspectiva. El quiere que tengamos la perspectiva celestial, no la terrenal.

Luego de morir a uno mismo, uno resucita a una vida en el Señor. Desde ese momento, uno ya no ve las cosas de la misma forma.
(Colosenses 3:1-4) Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Cuando vemos las dificultades desde un punto de vista natural, perdemos el valor fácilmente. Pero si vemos las cosas desde una perspectiva espiritual, desde lo alto, tendremos valor para prevalecer y hacer guerra espiritual.

GUERRA ESPIRITUAL
Aunque sea glorioso andar en las alturas, allí uno enfrenta otro tipo de peligros. En las montañas hay leones y leopardos.

Figuradamente, el león representa el deseo de soberanía. El león es el “rey de la selva”. Representa el deseo de decidir por uno mismo lo que uno quiere hacer, en lugar de someterse a la autoridad. El leopardo representa la ambición. Éste es un animal veloz, que acorrala a su presa y la ataca con fuerza. La ambición también nos acorrala y nos lleva a servirla con rapidez y empuje. Las armas para vencer a ambos son la fe y la humildad ante Dios.

Bíblicamente, el león representa al enemigo, al adversario el diablo, que busca devorarnos.
(1 Pedro 5:8-10) Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

La guerra en las alturas ya no es carnal, sino espiritual.
(Efesios 6:11-13) Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

¿Cuál es la armadura que debe ponerse la Novia para hacer guerra espiritual?
(Efesios 6:14-18) Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

La Novia se debe vestir de: verdad, justicia, paz, fe, salvación, oración, la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios.

ESPOSA MÍA
Por primera vez vemos que el Rey la llama “esposa”. Antes era su “amiga” (heb. rayá), cuando la estaba cortejando y atrayendo. Pero ahora que ella ya manifestó su voluntad de subir la montaña con Él, ya la considera como Su Prometida, por lo tanto la llama Esposa (heb. Kalá). Ella ya está comprometida con Él.
(Cantares 4:9-10) Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello. ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!

También la llama hermana, implicando que es parte de la familia. Jesús dijo que sus hermanos son los que Le escuchan y hacen Su voluntad.
(Marcos 3:35) Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

Según la tradición, Dios se comprometió con el pueblo de Israel cuando ellos aceptaron la ley en el Monte Sinaí. Allí ellos dijeron: “Sí, aceptamos” (Exo. 19). Ahora celebramos esa fecha con una fiesta conocida como Pentecostés, o “Fiesta de las Semanas” (heb. Shavuot). Esta no fue la Boda, sino el Compromiso matrimonial. Las Bodas del Cordero vendrán más tarde.

Cuando nosotros reconocemos a Dios no sólo como nuestro Salvador, sino como nuestro Señor, entonces entramos en la etapa de compromiso con Él. No sólo se trata de reconocer que nos salvó, sino de tener un corazón dispuesto a obedecerle. Él es nuestro Señor, y debemos hacer lo que Él diga. Así demostramos nuestro amor por Él.
(Juan 14:15) Si me amáis, guardad mis mandamientos.
(Juan 14:21) El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

Dios no quiere que nuestra obediencia sea sólo por obligación o por disciplina. El quiere que lo hagamos por amor. Quien ama a alguien, quiere agradarle.

¿Qué estarías dispuesto a hacer por la persona a quien amas?
¿Qué harías para demostrarle a Dios que lo amas?
La obediencia es la muestra de que nuestro amor es verdadero.

ORACIÓN>>
Señor, Tú quieres que subamos a otro nivel en nuestra relación Contigo. Hoy me pongo al pie de la montaña, y te digo: “Acepto subir Contigo”.

Por amor a Ti haré todo lo que Tú me digas, e iré a dónde Tú vayas. Obedeceré tus mandamientos, pues en ellos encontraré vida. Muero a mis deseos, y resucito a una vida donde Tu voluntad será mi voluntad. Buscaré las cosas de arriba, no las de la tierra.

Permíteme ver las cosas tal como Tú las ves, desde las alturas. Equípame con armas espirituales y enséñame como hacer batalla espiritual, porque Tuya es la victoria.

[Cantares 4; Mateo 19:17; Colosenses 3:1-4]

6 comentarios:

  1. Las figuras del leon y el leopardo son una realidad en nuestro diario vivir, pero la ayuda que Dios nos dá, muchas veces disfrazada de formas insignificantes, resulta ser victoriosa y más poderosa. Bendito sea su Nombre.

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  2. Bendito sea el Dios de nuestra Salvacion que empezo la buena obra en nosotros y la completara hasta su venida.

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  3. Inmenso amor el del Senor que hoy que da inicio un nuevo ano tengamos la oportunidad de decirle Si. Si Senor, aceptamos subir el Monte, no queremos quedarnos en el valle donde solo podemos ver lo que nuestros ojos ven. Subamos, subamos al Monte!!!!! Al Monte de mirra y al collado del incienso.

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  4. Nuestro Amado quiere que no perdamos el tiempo, subamos con El, tiene tanto para nosotros, el tiempo es corto. Tengamos oidos para oir su llamado, es de extrema importancia para El. Esperemos atentos a su venida. Mary Ann

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  5. Bendiciones...
    Gracias a nuestro Amado Jesús por su infinito Amor. Su Iglesia también le Ama, todos corremos a Jesús para subir a las Alturas, Amén!

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  6. Simplemente hermosa su obra cuán GRANDE son tan maravillosas que no la podemos comprender sea su NOMBRE BENDITO por siempre .

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